Crítica de Elysium de Neill Blomkamp

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poster Elysium

Título original: Elysium
Dirección: Neill Blomkamp
Guión: Neill Blomkamp
Música: Ryan Amon
Fotografía: Trent Opaloch
Reparto: Matt Damon, Jodie Foster, William Fichtner, Alice Braga, Sharlto Copley, Diego Luna
Duración: 109 minutos
Productora: Columbia Pictures
País: Estados Unidos

 

Estamos en el año 2154, un superpoblado y contaminado planeta Tierra parece vivir una lenta e inexorable agonía, mientras, los ciudadanos mejor posicionados y con recursos suficientes se han trasladado fuera de ella, disfrutando su estancia en Elyisum, una estación espacial construida por la Corporación Armadyne, una auténtica utopía libre de guerras, enfermedades y violencia. Las naves de inmigrantes, buscando llegar hasta ella, son lanzadas al espacio de forma ilegal por el contrabandista conocido como Spider, pero estas se estrellan una y otra vez con la férrea mano de hierro de la implacable Secretaria de Defensa Jessica Delacourt. En la Tierra, Max DeCosta, un trabajador de las fábricas de Armadyne fichado por algunos delitos menores, comprobará en sus propias carnes la indiferencia de los habitantes de Elysium ante el dolor y sufrimiento del mundo tomando finalmente la decisión de viajar hasta ella en busca de un futuro y aunque tenga que poner su misma mente al servicio de Spider y enfrentarse al letal y psicótico mercenario Kruger. El destino de la humanidad vuelve a pintar muy mal pero, ¿habrá lugar para esperanza…? Esta es la sinopsis de la nueva película del director sudafricano Neill Blomkamp, el mismo que hace unos años, en 2009, nos sorprendía con su trabajo en Distrito 9, una película de ciencia ficción de ajustado presupuesto, con una interesante carga social y mucha acción, en la que temas como la xenofobia, el corporativismo y la privatización militar eran parte importante de su mensaje. En este caso, Neill Blomkamp cuenta con un mayor presupuesto para su nueva empresa, cercano a los 120 millones de dólares, aunque no especialmente elevado en comparación a otras superproducciones estrenadas este mismo verano como Star Trek: En la Oscuridad de J.J. Abrams, Guerra Mundial Z de Marc Foster o la monumental Pacific Rim de Guillermo del Toro.

Estamos ante una de las películas más esperadas de estas fechas veraniegas, una producción en la que muchos aficionados esperan confirmar a Neill Blomkamp como la promesa que ya dejó intuir en su seminal cortometraje Alive in Joburg y que más recientemente le llevó incluso a ser uno de los nombres barajados para el relanzamiento de la saga de La Guerra de las Galaxias. El pasado viernes 16 de Agosto llegó por fin el momento de dilucidar este punto con el estreno de Elysium en nuestro país, dándonos la oportunidad de evaluar el segundo largometraje de este cineasta, cuyo reparto encabezan en esta ocasión Matt Damon, Jodie Foster, Alice Braga, Diego Luna y, por supuesto, el actor fetiche y compatriota de Neill Blomkamp, Sharlto Copley. El guión vuelve a correr a cargo del director de Distrito 9, presentándonos nuevamente una historia de ciencia ficción, llena de referencias a nuestra actualidad más inmediata, siguiendo un camino también recorrido en otras producciones de ciencia ficción de los últimos años como la excelente Hijos de los Hombres de Alfonso Cuarón o la más reciente Oblivion de Joseph Kosinski aunque aplicando en la fórmula sus propias señas de identidad. En la redacción de Zona Negativa ya hemos podido ver Elysium y hemos sacado nuestras propias opiniones sobre ella y el trabajo de Neill Blomkamp, seguid atentos a este mismo canal y las conoceréis. ¿Y vosotros ya habéis visto Elysium? ¿Qué os ha parecido?

Trailer español de Elysium de Neill Blomkamp

Tiros y explosiones disfrazados de crítica social, por Luis Javier Capote Pérez

Hollywood está hambrienta de novedades: ideas, personas, conceptos… todo vale para una meca del cine que lleva mucho tiempo padeciendo una pertinaz sequía en cuando a ideas originales. Viejas series de televisión o el último grito en novelas de aeropuerto, pasando por cómics más o menos conocidos… todo se aprovecha, con el curioso resultado de que en ciertas épocas se encuentre uno en cartelera con la sucesión de varias cintas que parecen ir de lo mismo: Oblivion, After Earth (tía María), Un amor entre dos mundos y esta Elysium tienen el denominador común de presentar un planeta Tierra hecho gofio, como consecuencia de una invasión extraterrestre, una catástrofe climática o, en los dos últimos casos, un reforzamiento feroz de un sistema de clases con barreras evocadoras de una sociedad de castas. Un basurero en la base que sustenta un paraíso, para entendernos. La película de Juan Diego Solanas no pasaba de ser un cuentecito ñoño al servicio de unos espectaculares efectos especiales, pero del trabajo de Neill Blomkamp se esperaba un poco más, o al menos los avances previos al estreno prometían un poco más de “chicha”.

Vaya por delante que siempre he disfrutado mucho con el cine de tiros y explosiones y que desde antiguo he pensado que Terence Hill y Bud Spencer son dos de las mejores aportaciones de Italia al séptimo arte, pero gran parte de mi querencia por ese tipo de cintas “de poco pensar” viene motivada por el hecho de que no dan gato por liebre. Así, películas como Los mercenarios 2 me resultan más honradas que Druidas, y con Elysium tengo la sensación de que bajo el disfraz de una alegoría futurista me han colado una de tiros y explosiones o, como mencionaba un amigo, una del oeste. Mi decepción viene dada por el hecho de que lo que parecía pretender ser una exposición de un mundo que cada vez está menos lejano del nuestro acaba agujereado por las inconsistencias hasta presentar un final cuando menos inverosímil. Los mil pequeños detalles que dibujan el abismo (no solamente espacial) entre la élite de Elysium y el resto de la población terrestre se van desdibujando en un viaje por etapas, en cada una de las cuales se obliga a la audiencia a suspender otra parte de su incredulidad para poder seguir disfrutando de la película. El problema se plantea cuando, a partir de los títulos de crédito, se hace balance y se descubre que la historia no hay por donde cogerla.

El porvenir que se nos presenta no puede ser menos halagüeño: unos pocos, los que mandan, tienen a su disposición los adelantos que permiten una vida sana y cómoda. Medicina preventiva y curativa de alto nivel, servicio y seguridad robóticos, viviendas espaciosas en la forma de mansiones y bilingüismo militante. Inglés para el gobierno y francés para las relaciones sociales (en lo que parece ser una clara evocación de los días en los que esta última lengua era el idioma de la nobleza europea, de la diplomacia y del refinamiento). El resto de la humanidad se hacina en un planeta destrozado donde las altas esferas hacen negocios, construyen sus fábricas y asientan su dominio de la gigantesca esfera espacial. Nuestro (anti)héroe protagonista vive en una California donde el español se ha convertido en el idioma dominante (muy buen detalle el cambio de lengua en los letreros según estemos en la Tierra o en Elysium). Tal parece que en ese futuro cercano Estados Unidos ha cedido definitivamente a la presión demográfica de los hispanoparlantes y las élites han decidido poner cosmos de por medio. El orden es mantenido por fuerzas robóticas nada “asimovianas” en el cumplimiento de las leyes. La situación límite en la que se ve envuelto Max es consecuencia de un statu quo donde la seguridad laboral ha cedido totalmente a favor de las cuotas de productividad. El escenario que se nos pinta no puede mandar un mensaje más claro: unos pocos viven muy bien y unos muchos viven muy mal. A partir de ese momento las cosas empiezan a ir a peor.

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Escena de Elysium. Matt Damon luchando por su vida.

El personaje interpretado por Jodie Foster está puesto ahí para recordarnos que en el juego del poder los individuos cuentan poco y el paraíso que es Elysium solamente puede mantenerse dejando fuera a la mayoría. El trato que la ministra de Defensa dispensa a la inmigración ilegal no deja de recordarnos ciertas políticas y ciertos comportamientos sociales bastante extendidos en estos tiempos. Los teóricos escrúpulos del Presidente (al que me costó bastante identificar como el secuestrador de Tony Stark en la primera entrega de Iron Man) no vienen acompañados por una política decidida. Puede ser que los métodos de la señora Delacourt sean sumamente expeditivos, pero el gabinete se limita a dejar fuera de la circulación al brazo ejecutor, manteniendo en su puesto a quien le dio las órdenes.

Otro de los aspectos que chirría bastante en el filme es la introducción de una trama que bebe directamente en las fuentes de varias mitologías. A través de los recuerdos de Max conocemos del vínculo que le une a Frey, su amiga de la infancia, y su crianza en un orfanato católico. Una de las religiosas que regenta el mismo intenta convencer al niño de la especialidad de su destino y del espejismo que podría suponer el ansiado paraíso que está ante ellos en los cielos. Parece dar a entender que ella estuvo arriba y que renunció para estar con los más desfavorecidos, pero el relato de esas reflexiones de infancia es tan confuso que al final queda como un anuncio un tanto simplista del papel determinante del personaje de Matt Damon. Una sola persona está llamada a salvar a la humanidad, pero las cosas no funcionan así, y el hecho de que pasemos de un realismo brutal a una épica mitológica hace que la película se resienta. La idea de la redención individual del redentor por medio de la redención global tampoco es nueva, pero es la causa de la introducción de dos personajes (Frey y Mathilda) que tampoco pintan mucho, aparte de introducir nuevos agujeros en el mundo diseñado como escenario de la historia.

Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención es el hecho de que todo parezca resolverse a base de golpes (de fusil o de Estado). Delacourt se embarca en una conspiración porque ve peligrar su puesto, pero ¿es raro pensar que en Elysium no habría una parte de la población que compartiría su contundente punto de vista? El antiguo colega de Max, Spider, es una mezcla entre patrón de patera espacial y jefecillo mafioso local que, de repente, tiene la epifanía de una liberación global que permita salvar a la humanidad. ¿Por qué no presentarlo como el líder de una resistencia al poder establecido, aunque fuera al estilo “Edgar Friendly” de Demoliton Man? ¿Por qué no mantenerlo como un tipo que va a lo suyo y tiene la oportunidad de convertirse en el rey del mambo? ¿Tan frágil es el sistema político de Elysium que su destino final queda determinado por un tiroteo entre cuatro mercenarios y cinco macarras con profusión de espadas, trajes especiales, granadas, bazucas, fusiles y trabucos? ¿Es pues, la violencia, la única forma de resolver las desigualdades sociales? ¿Hay que esperar a un elegido para afrontar los males del mundo? Después de haberse tomado tantas molestias para construir un futuro tan incómodamente parecido a ciertos pasajes de nuestro presente ¿no es un poco triste vendernos otra película de tiros y explosiones?

La biotecnología al servicio de la ciencia ficción, por Jordi T. Pardo

La entretenida alegoría social, biotecnológica y multicultural que el director Neill Blomkamp presenta en Elysium bebe mucho de su anterior película, la interesante Distrito 9, tanto que el espectador puede llegar a ver en ella un producto de muy similares características en la que la diferencia sólo la marcan el mayor presupuesto de esta producción y las caras nuevas que podemos encontrar en su reparto. Pero quedarnos en este punto sería injusto, Elysium tiene sus propios méritos y aciertos, a la par que algunos defectos, las similitudes con Distrito 9, en parte, parecen más relacionadas con las marcadas señas de identidad de su director y con la utilización de ciertas temáticas con las que este se encuentra especialmente cómodo e identificado que con su intención de «repetir la jugada». Pero nada de esto impide que lo primero que podamos reconocer en Elysium sea una película entretenida, con un ritmo constante, con un sentido de la acción al que Neill Blomkamp incorpora la temida «cámara documental» resultando, sorprendentemente, mucho menos molesta que en producciones recientes como Los Juegos del Hambre de Gary Ross o El Hombre de Acero de Zack Snyder. En este sentido, la elección de Matt Damon en su rol principal resulta casi orgánica, adelantándonos un Jason Bourne de nueva generación, preocupado únicamente por su propia suerte, aunque el destino le tenga deparada más de una trampa.

No obstante, la verdadera estrella del reparto de Elysium, dejando a un lado una finalmente desaprovechada Jodie Foster, resulta ser el psicótico mercenario encarnado por Sharlto Copley, un carismático e indestructible villano que acaba siendo una muestra tanto de las virtudes de la película como de sus posibles excesos. Es más, el trabajo de Sharlto Copley en esta película nos invita a pensar que posiblemente el gran descubrimiento de Neill Blomkamp haya sido este actor, versátil, o adaptable ya que hablamos de Elysium, capaz de dotar de carisma y vida a personajes realmente tópicos e incluso planos. El resto de secundarios cumple, mejor o peor, con el trámite, pues no dejan de ser personajes unidimensionales, con una única misión u objetivo en la trama, siendo comparsas, rivales o iguales respecto a la lucha mantenida por el antihéroe interpretado por Matt Damon. El argumento, más simple de lo que algunos desearían, aunque no por ello malo, tiene sus premeditados descuidos, como no puede ser de otra manera de una historia de leves resonancias cyberpunk en la que sus héroes y villanos son capaces de modificar y alterar sus cuerpos como sólo una fábula ligada a la tradición de ciencia ficción puede intentar hacernos creíble. El mensaje, con reminiscencias de nuestra actualidad, acaba algo perdido en una película que acaba quizás tirando en exceso de testosterona.

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Escena de Elysium. El terrible Sharlto Copley preparado para su venganza.

Esto no es necesariamente malo, Neill Blomkamp se limita en Elysium a aplicar el esquema que ya utilizo en Distrito 9, sustituyendo extraterrestres por una humanidad con cultura de gueto, en un futuro en el cual la división de clases llega hasta su aparente conclusión lógica, pero el armazón se resiente al no profundizar en sus aspectos políticos, culturales y sociales recurriendo a sustitutivos símiles, simbólicos pero excesivamente simples, siendo el lenguaje el principal de ellos. De esta manera, no resulta casual que los oprimidos formen en su mayoría, protagonista a un lado, parte de grupos culturales hispanoparlantes, los poderosos hablen un perfecto francés y la máquina que hace mover el engranaje, tan firme como inestable, sea un alemán loco con ganas de prosperar. El resto, la mencionada testosterona, bien rodada y con la suficiente personalidad para no desconectar a las primeras de cambio, ingeniosa en su puesta en escena con su uso de la tecnología, aún a pesar de seguir derroteros excesivamente simples y previsibles. Por ello, Elysium es una película de contrastes, no los socialmente prometidos, pero sí los que basculan entre su perfil de superproducción clásico y sus rasgos de cine de autor de ciencia ficción de bajo presupuesto, dualidad que acaba resultando en una imperfecta pero rescatable película.

Los efectos especiales de Elysium, como ya mostró Neill Blomkamp en Distrito 9, no están ni son utilizados para deslumbrar al espectador, o al menos no sólo para eso porque el director si se permite algún capricho en este aspecto, sino también para construir un mundo y un futuro postapocalíptico, o apocalíptico a secas, creíble y natural, a medio camino entre Mad Max y Gattaca, en la que la ciencia ficción y la tecnología siempre tienen desde su imposibilidad una dimensión y alcance muy humanos. En definitiva, Elysium tiene mucho de fuego de artificio, atractivo y llamativo a la vista, mientras la metáfora con la que parte como base se desarrolla de forma harto lineal, no hay en ella más profundidad ni matices que en las recientes Pacific Rim de Guillermo del Toro o Guerra Mundial Z de Marc Foster, todas a sus manera plasman un mundo moribundo debido a sus propios fantasmas, pero Neill Blomkamp sí consigue aparentar mejor, utilizar de forma más inteligente su narración, engañarnos con sus prototípicos personajes y disimular los retazos de otras películas de género a las que recurre para construir su epopeya. Es una línea que Paul Verhoeven ya recorrió en a finales de los ochenta con Robocop o Desafío Total y, posteriormente, con Starship Troopers en la década siguiente, y aunque a Neill Blomkamp aún le falta camino por recorrer para llegar a su estela Elysium no deja de ser, pese a sus carencias, un meritorio intento.

La hora de la encuesta

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  • Regular. Esperaba bastante más. (28%, 79 Votes)
  • Notable. Estoy por implantarme mejoras biotecnológicas. (18%, 51 Votes)
  • Excelente. De la mejor ciencia ficción. (11%, 30 Votes)
  • Mala. Tópica y aburrida. (10%, 27 Votes)
  • Muy mala. No tiene nada reseñable. (6%, 16 Votes)

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 Neil Blomkamp, robótica sudafricana por Enrique López

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Igverni
Lector
19 agosto, 2013 16:07

Gracias por vuestras opiniones…
La peli me gustó, pero es cierto que cuanto más pienso en ella, peor…
Un envoltorio precioso de sci-fi que no llega a cubrir las expectativas que tenía en ella…
y no dejo de pensar en las inconsistencias del guión, que hicieron que mientras estaba viéndola, algo no me cuadraba…

Aviso de Spoiler

Todo el problema viene por poder usar la máquina curativa… la gente se arriesga a morir por llegar a Elysium para intentar curarse de sus enfermedades…(¿una metáfora de las pateras en Andalucía o los espaldas mojadas de México?)
Si como se ve al final, hay máquinas guardadas en Elysium de sobra, ¿porque no las bajan antes a la Tierra? Si la gente está sana, está contenta y agradecida, trabajan mejor y producen más, lo que interesa al conglomerado industrial, no?
y llegados a este punto… coño!! si los ricos tienen una máquina que lo cura todo ¿Por qué &%@# se quedan en Elysium pudiendo vivir sin problemas en la Tierra?

A pesar de todo, la peli me gustó, la pondría un 7…

Aunque creo que Distrito 9 fue más redonda, no se, a lo mejor al haberla vista antes y tener tantos elementos de unión…

JL
JL
Lector
20 agosto, 2013 1:02

La peli esta bien pero como dicen algunos, se solucionan demasiados aspectos con acción sin más, volviendo gratuito y predecible lo que en un principio era una historia realmente rica y prometedora… eso pues como que duele un poco.

igverni yo creo que

Aviso de Spoiler

en la la Tierra no hay camaras de curación por la superpoblación y que no interesa que tengan esa tecnología, es más practica una masa débil y manejable, lo mismo que se muere de hambre y de enfermedad en este mundo cuando hay recursos para todos

.

A mí lo que me hizo sangrar los ojos fue

Aviso de Spoiler

la seguridad de Elisyum, ¿necesitan que un tio con un bazooka derribe desde la tierra las naves-patera? ¿no tienen un triste sistema de defensa en la ciudad? ¿Los únicos 4 extras de la ciudad estan ocupandos de lobotomizar a Max y no queda nadie más despierto para interceptar la nave de spider? ¿3 tios con metralletas dan un golpe de estado en la ciudad?¿los robots que deberian estar a la vuelta de cada puerta estaban todos de parranda?

Igverni
Lector
20 agosto, 2013 8:35

hola JL
solo puse un ejemplo que me vino en ese momento a la cabeza, pero hay varios así, como los que tú bien comentas… aunque

Aviso de Spoiler

en el fondo, el deux-ex-machina que provoca todo es el interés de la gente (y de Matt Damon al ser envenenado por la radiación) a acceder a las cámaras curativas ¡para luego volver a la exclavitud de la Tierra!!!!
porque a la niña curada del principio y a su madre, aunque curadas, supongo que las deportan a la Tierra de nuevo, no? desde luego no dan a entender que se fueran a quedar arriba…
Nadie piensa en derrocar a las clases dirigentes que dominan Elysium y les putean…
y como dijo Luis Javier en su crítica, el cambio de Spider de mafioso chungo que hace negocio subiendo a la gente a Elysium a lider revolucionario tampoco me encajó mucho…

como dije, cuanto más pienso en la peli, peor…

Khonshu
Khonshu
Lector
20 agosto, 2013 20:25

Ha habido películas peores que esta últimamente sin duda, pero no que me hayan dejado tan mal sabor de boca. Esperaba muchísimo más. No sólo es muy inferior a Distrito 9, sino que se va al tópico y apenas explota la premisa de la que parte.

Visualmente muy bien realizada, pero de guión da penita.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
20 agosto, 2013 22:26

Amén.

Qué chasco me he llevado, madre…

Conan desatado
Conan desatado
Lector
21 agosto, 2013 19:13

La acabo de ver y me ha dejado algo frío. Los trailers prometían más de lo que uno ve al final en el cine.
Y de guión coincido, tiene algunos fallos qué dices…Y esto cómo lo saben? me refiero

Aviso de Spoiler

Cómo sabe Jodie Foster que va Matt Damon y compañía a robarle información al presidente de Armadine?

De momento para mi las mejores películas del verano han sido Expediente Warren y Pacific Rim.

Spirit
Spirit
Lector
21 agosto, 2013 21:42

La acabo de ver, y una vez hecho he leído la crítica. Coincido en bastantes puntos, pero yo creo que los aspectos positivos superan con creces a los negativos y me ha parecido una de las mejores películas en lo que llevamos de verano.

Para empezar, el retrato de esa sociedad miserable, sin recursos, semi esclavizada y a merced de los robots-policía me ha encantado.

(En esto hago un inciso; pobres de la tierra, dejad de tener hijos, cenutrios, irresponsables).

Decía, el reflejo de esa sociedad miserable y esa élite inaccesible que vive al margen de ellos (o explotándolos) me ha encantado. Es verdad que luego la película deriva a una peli de acción más al uso con alguna incongruencia (las que menciona Luis Javier, por ejemplo), pero aún así sigue siendo una película de ciencia ficción con gran ritmo, entretenida, bien hecha y con trasfondo de crítica social.

Personalmente, lo que más me ha molestado es la absurda historia de amor infantil que no aporta nada (al igual que la monja esta de los cojones) y esa manía de rodar las escenas de acción en general y las peleas en particular de forma rápida y confusa. Aparte de que el tal Spider pasa de ser un mafiosete de tres al cuarto a ser un semi-revolucionario sin que haya carga ideológica y tal.

Sin embargo, lo dicho, los posibles defectos no son una carga para disfrutar de la que, para mí y de momento, es una de las mejores películas del verano.

Juan Luis Daza
Autor
3 septiembre, 2013 13:50

Aquí dejo mi opinión sobre la película, compañeros:

http://transgresioncontinua.blogspot.com.es/2013/09/elysium.html

Ocioso
Ocioso
Lector
29 diciembre, 2013 0:33

Vista. Una bobada para echar el rato. Creo que podría escribir de corrido una docena de agujeros de guión bastante gordos, pero no merece la pena el esfuerzo. Además, noto como voy olvidando por momentos todo lo que acabo de…
..¿De qué estábamos hablando?

Chinocu
Chinocu
Lector
13 enero, 2015 10:47

Decepción total.

District 9 fué un peliculón de ciencia ficción en toda regla. Una grata sorpresa y una de mis películas favoritas.
Esta película es un cachondeo de principio a fin. Una versión light de Ghost in the Shell + Mass Effect. Por favor, que hay cosas que no son inspiración o copia, es que son puro plagio. Tenía muchas esperanzas en el amigo Blomkamp y creia de verdad que traería algo novedoso a la ciencia ficción como lo hizo con su anterior película, pero nada que ver. Un 5/10 es portarse bien con esta película, un blufff en toda regla.
Una pena porque Blomkamp tuvo una gran oportunidad. Dinero, grandes actores, medios, y lo ha tirado todo por la borda con cachondeos varios. Entretenida sin mayores pretensiones y una gran decepción para los que habiamos visto District 9 y confiamos en este director.

Un saludo.