-¿Qué verdad?
-Que en esta crítica no hay spoilers de The Matrix Resurrections. Y que no hay cuchara.
Ayer se estrenaba al fin
Voy a comenzar siendo sincero: hay películas que te lo ponen muy fácil a la hora de tomar una decisión rápida sobre ellas en el momento que se encienden las luces, pero pocas te lo ponen tan en bandeja como esta The Matrix Resurrections cuando arrancan los títulos de crédito y suena una versión del Wake Up de Rage Against the Machine, el mismo tema con el terminaba la primera Matrix y que aquí viene a ser como el jugoso filete por el que Joe Pantoliano vendía al Mesías y los suyos: una trampa en forma de sabor agradable, un guiño de complicidad con un placer olvidado pero que en el fondo sólo esconde código escrito por una máquina que intenta imitar otra cosa. Tan falso como aquel filete es todo lo que rodea a esta Matrix Resurrections una vez enseña sus cartas, aunque todo lo que venía antes, tal y como pasó con sus secuelas, prometía mucho.
Y es que los primeros cuarenta minutos de Matrix Resurrections son un valiente giro a la hora de plantear una secuela: una cascada de autoreferencias y metalenguaje que, por un magnífico aunque breve momento, nos permite ponernos en la piel del Elegido y ver el código de Matrix, entrando de lleno en el juego que propone la película de ver Matrix dentro de Matrix, y también por un momento pensamos que quizás haya una redención para las secuelas con una nueva perspectiva sobre una historia ya contada. Desgraciadamente todo eso no es más que un destello, un resumen atractivo con el que convences a un productor para que suelte la pasta y a un espectador para que se rasque el bolsillo, pero nada más. Pronto comprobamos que Lana Wachowski no tiene intención de cambiar ni un ápice de lo que hizo naufragar a las secuelas en un mar de filosofía de todo a cien, interminables planes, tripulaciones prescindibles y romanticismo de instituto. No hay ni un ápice de mala baba y sí mucha, muchísima condescendencia consigo misma como saga.
No cabe duda de que la primera Matrix fue toda una revolución. Tuve la suerte de estar allí para presenciarlo y ser uno de tantos espectadores de 1999 (y qué año fue aquel, madre del amor hermoso) que se llevaron las manos a la cabeza con todo lo que lanzaba la película desde la pantalla, tanto argumental como audiovisualmente. Era un auténtico escándalo y toda una hija de su tiempo, de esas que dejan una huella indeleble en la cultura popular. Me atrevería a decir que Matrix fue el zeitgeist de finales de los 90, pero tan grande fue su fenómeno que no podía acabar de otra manera que no fuera traicionándose a sí misma y siendo asimilada por el propio sistema, que no dudó en imitarla, clonarla, patrocinarla y finalmente venderla en pedacitos intentando exprimir cada dólar. Todo aquel viaje de despiece de una idea brillante tuvo que ser sin duda algo parecido a lo que Lana Wachowski nos muestra en la reunión de marketing para la creación de la secuela de la Matrix ficticia de la película, el único punto en el que parece que vamos a ver algo de mordacidad y autocrítica (con referencia y pulla a Warner Bros. incluída). Pero la valentía termina ahí. En mi mundo ideal hubiera ido un paso más adelante y hubiera hecho interpretar a Keanu Reeves el papel de Keanu Reeves en el Matrix de Hollywood; pero no, ahí tenemos de nuevo a Thomas Anderson, un personaje tan tremendamente soso que, eso sí, casa perfectamente con la torpeza interpretativa de un Keanu Reeves en un perpetuo estado de tristeza y estupefacción, que a su vez también casa perfectamente con los diálogos declamados, robóticos y grandilocuentes marca de la casa de Lana Wachowski. Componentes que, curiosamente, funcionaban a la perfección en aquella película original de 1999 que sabía dosificar su mitología y a la vez darnos un apartado audiovisual muy superior al que ofrece esta versión desnatada de Matrix Resurrections, sorprendentemente floja a nivel estético y que sobrevive a base de ideas recicladas traídas del pasado y ejecutadas con muchísimo menor talento.
El problema, al fin y al cabo, con esta The Matrix Resurrections no es que no se acerque en calidad a la primera Matrix, sino que, como ya le ocurrió a sus secuelas, ha perdido por completo ese espíritu de su tiempo que sí tuvo la original. Como le pasó a mucha gente, en el momento en el que puse un pie en Zion, con su militarismo de Roland Emmerich y sus raves/batucadas sudorosas, automáticamente me pasé al bando de las máquinas en toda esta historia que siempre ha tenido el complejo de hacerse más grande en vez de, como sí hizo estupendamente la casi siempre ignorada Animatrix, ampliar la historia por los casi infinitos márgenes que sugería la primera parte. “Conócete a ti mismo”, rezaba el cartel con el que la Oráculo daba la bienvenida a sus invitados, y es algo que la propia saga de Matrix ha incumplido reiteradamente consigo misma. También, cómo no, influye en que los espectadores de aquella primera Matrix nos hemos hecho viejos, y aquella referencia de Morfeo a los comienzos del siglo XXI donde la Humanidad alcanzó sus logros más importantes nos provoca una trágica hilaridad a los habitantes de este futuro distópico que nunca parece terminar de serlo. Mucho ha llovido desde que Neo le diera un ultimátum al sistema (y encima le colgara el teléfono), y saliera de aquella cabina, ya un anacronismo; porque Neo salía de la cabina, y miraba a su alrededor como entendiendo el mundo, y nos miraba a nosotros como espectadores, y miraba al cielo, y salía volando… El siglo XX terminaba con Rage Against the Machine y Marilyn Manson haciendo doblete en unos títulos de crédito y pensábamos, inocentes de nosotros, que todo era posible. Como esta Matrix Resurrections vuelve a demostrar, la triste realidad es que ni sus propios creadores tienen claro ni por qué querríamos no tomarnos la pastilla azul ni contra qué máquina deberíamos sentirnos furiosos. Quizás en ese aspecto sí que hayan capturado el espíritu de 2022: un auténtico sindiós.
Dirección - 6.5
Guion - 4
Reparto - 5
Apartado Visual - 6
Banda Sonora - 6
5.5
Torpe
The Matrix Resurrections es más una secuela de las secuelas de Matrix que una digna heredera de la primera entrega, cayendo en las mismas torpezas que aquellas y sin nada verdaderamente atractivo que ofrecer a la saga.
Yo no voy a ser tan generoso como tú con ese 5’5. Para mi la película es un despropósito de principio a fin. No hay por donde cogerla y esta claro que se ha hecho así adrede.
Personajes
Keanu Reeves: envejece muy bien pero se le ve sin ganas. Durante toda la película tenía cara de pensar: para esto he retrasado John Wick 4?
Carrie Ann Moss: me gusta verla de nuevo como Trinity pero todo en ella es absurdo, el momento vuelo da vergüenza ajena, más incluso que el de Leia y mira que yo me considero feminista pero ese final empoderado… infame.
Morfeo 2: le llamo Morfeo por llamarle algo, porque esto es otra cosa. Vaya forma de cargarse a uno de los mejores personajes de la trilogía. Me pones a un tío sin carisma, que viste como un payaso (parece que le ha robado el esmoquin a Jim Carrey en 2 tontos muy tontos) que no aporta absolutamente nada. El momento lucha en mitad del lago no puede ser peor en serio y su «despertar» no tiene sentido ninguno.
Smith: otro personaje basura. No le llega a la suela al gran Hugo Weaving y encima se recrea diciendo que ahora es mas guapo, con dos cojones. A parte de que se le podría llamar Agente conveniencia de guion, porque no puede ser más conveniente. Y que es eso de Tom? Donde ha quedado el mítico Señor Anderson?
Jessica Henwick: lo único que merece la pena de esta bosta. Me esta gustando mucho esta actriz (no tanto las películas donde sale), espero que no la terminen encasillando en el «típico personaje asiático», seria un desperdicio.
El psicoanalista: Barney Stinson diciendo gilipolleces sin sentido. Lo del tiempo bala, de traca.
Merovingio: este básicamente es la voz del publico. Aparece vestido de Mad Max para decir que ahora todo es una mierda y en este caso hay que darle la razón.
Del resto de personajes ni me acuerdo, ni me importan. Aparece la mujer de Will Smith mal maquillada, fanboys de Neo y un robot que parece un Pokémon. Pues vale.
La trama
Básicamente la Wachowski sister rompe la cuarta pared con Cristina Ricci y te dice a través de metalenguaje (a que mola la palabra) que han hecho esta secuela porque Warner iba a hacerla, con o sin ella y habrá dicho: la hago yo y así me cago en mi propia obra.
La peli va de liberar a Neo porque sí, y de salvar a Trinity en plan Oceans Eleven. Por cierto, los chistecitos marvel han llegado a Matrix.
Efectos Especiales
Ya es difícil que una película de hace 20 años tenga mejores efectos. Es que ni cuando esquivan balas esta bien hecho y es algo con lo que flipamos en 1999.
Neo ya no sabe volar, pero ahora usa la Fuerza. Ni una sola pelea memorable, ni siquiera la escena de la moto.
Esto es una parodia de Matrix. Lana Wachowski quería trolear a Warner y lo ha conseguido. Un 10 para ella en ese sentido.
Estoy convencido de que nadie en Warner vio la película terminada, solamente el tráiler.
hm… este es un material para manejar con cierta precaución. Una vez visto no puede ser desvisto. Lo que empieza como una especie de meta-Rematrix (en donde sólo les faltó llamar a los actores por su nombre) da da lugar a un desarrollo sobreexplicativo (incluso para Matrix) dando respuestas interminables a preguntas que nadie se hace. En resumen: Matrix ya tiene su Superman 4
Ya podríais haber sacado la crítica antes de que comprara la entrada
Puse emoticono de risa… Pero no salen emoticonos
Le tenía muchas ganas a esta peli, pero es que he leído las mismas cosas ya en varios sitios y me da un mal rollo tremendo. Muchas gracias por haberme evitado caer. Empezaré a verla en su momento en versión Sparrow y ya si tal, si me gusta me la pillaré para completar la Matrixoteca.
Entretanto, lo intentaré con The Kings Man, que también me da perecilla pero creo que tengo menos margen para el hostión porque sé que Matthew Vaughn le tiene cogido el tino a la franquicia y podrá estar mejor o peor desarrollada a nivel guión pero el producto será como mínimo aceptable para una tarde palomitera.
Estoy de acuerdo con los comentarios de los compañeros de mas arriba. Es una película echa con una desgana increíble y que se nota que Warner quiere exprimir la gallina… pero no se van a comer nada. Dinero y talento echados por el retrete me recuerda mucho a la infame saga del Hobbit de Jackson, un despropósito bestial que mancilla la trilogía original. En Hollywood pululan los ejecutivos estúpidos que se están cargando todo buen recuerdo del cine de verdad
Pues tras verla yo le doy un voto positivo. Tira de nostalgia y de qué ya no puede ser nada igual, pero ahí estamos, haciendo lo que se puede con lo que hay.
Pues yo me lo he pasado muy bien viéndola.