Crying Freeman, de KOIKE Kazuo e IKEGAMI Ryoichi

El asesino que llora

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Edición original:Crying Freeman (クライング フリーマン -Kuraingu Furīman-, Koike Shoin).
Edición nacional/ España: Planeta Cómic, Biblioteca Pachinko.
Guión: KOIKE Kazuo
Dibujo: IKEGAMI Ryoichi
Formato: Tomo (115×175), rústica, sentido de lectura japonés, 384-416 páginas.
Precio: 12,95€

Los ciudadanos de a pie siempre hemos mostrado un interés por aquellas historias que muestran una realidad ajena a nuestro mundo, cuya existencia conocemos, es latente en otras capas de la sociedad, pero que permanece oculta a nuestros ojos, salvo en momentos puntuales. El crimen organizado nos repulsa como parte de un colectivo, puesto que somos conscientes del perjuicio que provoca, pero al mismo tiempo nos sentimos atraídos irrefrenablemente por las historias que destapan la organización, el funcionamiento y las actividades llevadas a cabo por estos grupos criminales.

Dada la variedad de registros y temáticas a las que da cabida el manga, no resulta de extrañar que haya un hueco para las historias centradas en el ámbito de la yakuza, incluso de forma cómica, o que los miembros de estos grupos criminales tengan una presencia destacada en muchas historias, sin importar su género. En 1986, se publicó por primera vez en las páginas de la revista Big Comic Spirits, de la editorial Shogakukan, Crying Freeman, obra concebida por la pareja formada por KOIKE Kazuo e IKEGAMI Ryoichi, dos de los autores más relevantes del panorama japonés en aquella época, que mediante esta colaboración concibieron el manga de yakuzas por excelencia.

La historia narrada en Crying Freeman comienza con la presentación de Emu Hino, una joven de 29 años que ha heredado un gran patrimonio tras el fallecimiento de su padre, aficionada al arte y que, mientras se encuentra sobre una colina en las afueras, desde la que observa una ciudad costera china que plasma sobre un lienzo, ve alterada su existencia por la persecución y ejecución de un hombre, convirtiéndose en testigo del crimen y viendo la cara del asesino, un joven de cuyos ojos brotan unas tristes, hermosas y silenciosas lágrimas. El asesino decide respetar su vida y se presenta como Yō, un japonés, al igual que ella, que se convierte en una obsesión para Emu a partir de ese momento. Esta hipnótica secuencia inicial recuerda mucho al cine de mafias de Hong Kong y sirve para cruzar el camino de Emu y Yō, dos personas destinadas a encontrarse y amarse sin condiciones.

Sus vidas no tardarán mucho tiempo en cruzarse de nuevo, cuando de regreso en Japón, Emu presencia de nuevo como Yō asesina a Shudo Shimazaki, el jefe de Hakushin-Kai, la organización mafiosa más influyente de Japón. Shimazaki tiene bajo su mando a 26.000 integrantes de la yakuza y, a pesar de dedicarse a multitud de actividades criminales, rechaza totalmente el tráfico de drogas, considerándola una actividad prohibida para sus hombres, ya que no desea participar en la degradación personal y social que conlleva su consumo. Sin embargo, este vacío de actividad del narcotráfico es visto como una oportunidad de las mafias chinas para penetrar en Japón y obtener elevados ingresos, por lo que Shimazaki colabora con la policía, con el fin de eliminar su competencia y obtener una mayor protección. Koike e Ikegami ejecutan páginas magistrales en estos primeros compases de la historia, como la contextualización del crimen organizado que Shimazaki hace a los altos mandos de la policía, que sirve para situar e informar a los lectores en una época en la que no había tanta información como ahora.

A partir de este momento, conoceremos la dramática historia de Yō Hinomura, un ceramista japonés que, bajo el nombre de Crying Freeman, actúa como sicario para la mafia china de Los 108 dragones, quienes lo secuestraron y adiestraron cruelmente, confiados en que se convertiría en su próximo líder, haciendo que le tatúen un gran dragón que recorre todo su torso. Los diecisiete capítulos empleados para presentar y desarrollar a Yō son una muestra del convencimiento de Koike de que una gran historia solo es posible a partir del uso de grandes personajes. En los siguientes capítulos, los autores desarrollarán el ascenso de Freeman en la organización jerárquica de la banda y profundizarán en su relación con Emu, que cada vez se verá más implicada en el mundo criminal.

A cargo del guión de Crying Freeman se encuentra KOIKE Kazuo, uno de los grandes nombres del cómic japonés. Este mítico autor ha pasado a la historia por ser el responsable, junto al dibujante KOJIMA Goseki, de obras maestras del manga, como El lobo solitario y su cachorro, Asa el ejecutor, Hanzô. El camino del asesino o Kei. Crónicas de una juventud. Además, también ha destacado como sensei de autores del nivel de TAKAHASHI Rumiko, HARA Tetsuo o AMANO Yoshitaka y profesor universitario especializado en la creación de personajes. En esta ocasión, realiza un trabajo notable, aunque no raya al nivel de excelencia de los trabajos anteriormente mencionados, planificando una presentación ejemplar del protagonista y estableciendo un desarrollo coherente y estable hasta la resolución de la historia. A pesar de que se le pueden achacar algunos trucos fáciles de guion, como la oportuna presencia de Emu, así como una leve sensación repetitiva en ciertos momentos, demuestra las razones por las que su trabajo es tan valorado por profesionales y aficionados, destacando por la construcción del personaje principal y un gran dominio del tempo narrativo.

Pero si la mano de su guionista se hace notar a lo largo de toda la historia, no es para menos la labor desempeñada por su otro padre, el dibujante IKEGAMI Ryoichi, que se erige por méritos propios como el dibujante de referencia en los mangas de temática yakuza, gracias a la labor artística que desempeñó en este título o en Santuario. Su dibujo tiene un estilo académico, siguiendo los estándares del gekiga y caracterizándose por unos diseños realistas y estilizados, pero además, podemos apreciar cómo este fantástico dibujante imprime un sello personal, mediante apasionados encuentros sexuales, los difuminados, las explosiones de violencia desatada, una imponente presencia de la tinta y una narrativa tremendamente fluida, que imprime un ritmo alto a la lectura.

Crying Freeman fue uno de los primeros mangas en publicarse en nuestro país, en pleno boom del cómic japonés, producido a comienzos de la década de los 90, con el desembarco de las televisiones privadas y su apuesta por la animación japonesa. Así, entre 1992 y 1993, Planeta Cómic publicó ocho números de 64 páginas en formato comic-book, edición que se vio cancelada por falta de ventas, como ocurría a menudo por aquel entonces. A pesar de que la publicación del manga y, especialmente, la popularidad que el anime alcanzó en ciertos sectores de los aficionados al cómic nipón la convirtieron en una obra de culto, no fue hasta el año 2005 cuando Planeta Cómic se planteó de nuevo su publicación, esta vez en formato tomo japonés, de un tamaño de 12 x 17 cm y entre 384 y 416 páginas por volumen, recogiendo los 9 tankōbon originales en cinco volúmenes, encuadernados en tapa blanda sin sobrecubierta. Por desgracia, esta edición está descatalogada y solo puede encontrarse en el mercado de segunda mano y cómic antiguo y, además, la reproducción de los originales es bastante mejorable, ya que las tintas están muy quemadas, y la traducción necesita una profunda revisión, motivos por los que sería de agradecer una nueva edición que haga justicia a este título tan emblemático.

CRYING FREEMAN, LAS OVA’s

Tras el fulgurante éxito del manga, editado por Shogakukan, se decidió llevar a cabo la adaptación del manga al anime. En este caso, la serie fue adaptada al formato OVA (Original Video Anime). En total fueron seis partes, producidas por la todopoderosa Toei Animation entre septiembre de 1988 y enero de 1994. La apuesta de la productora japonesa fue segura y la serie completa de animación tuvo un notable éxito, siendo lanzada a nivel internacional, tras la relevancia alcanzada por el manga en diferentes países como Estados Unidos o Francia.

La animación es excelente, mostrando una magnífica calidad en el diseño de los personajes, que nos puede llegar a recordar a los personajes de la versión animada de Hokuto no ken. Tanto Yō Honimura como Emu Hino, tienen un parecido más que razonable con Kenshiro y Yuria. Las OVA’s reflejan el ambiente sórdido del submundo en el cual se desarrolla el argumento y está perfectamente adaptado al formato audiovisual, denotando el dramatismo de las escenas de violencia y de sexo, así como la tragedia personal del propio protagonista al llorar después de consumar un asesinato.

OVA 01: “El retrato de un asesino” (septiembre de 1988)

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La joven artista Emu Hino es la testigo del asesinato de tres hombres por manos de un sicario, que acaba llorando tras el crimen. Él forma parte de la organización china “los 108 dragones”, una poderosa mafia, que tiene su base en la ciudad de Hong Kong. Cuando Emu regresa a Japón descubre que en su casa le está esperando el joven asesino para matarla, ya que ella es la única persona que ha sido testigo de sus asesinatos. Pero antes de que la mate, Emu le pide que haga el amor con ella, ya que no quiere morir virgen. Tras concederle su deseo, el asesino, llamado Yō Hinomura, no puede acabar con su vida, ya que ha acabado por enamorarse de ella. Pero Yo es perseguido tanto por la Yakuza como por la policía. En esta OVA también conocemos el origen de Yoo como asesino.

OVA 02: Sombras mortales I (agosto 1989)

La vida continua para la joven pareja formada por Yō y Emu. Finalmente, los “108 Dragones” han aceptado que ella sea la pareja del mejor asesino de la organización y acaban casándose. Además, son declarados como los herederos de la organización mafiosos y tendrán que tener cuidado con los nuevos peligros, que les acechan, sobre todo de las bandas rivales y organizaciones criminales de otros países. También se descubre que hay un traidor en las filas de los 108 dragones, que trata de matar al futuro líder. ¿Conseguirán descubrir quién es el traidor y salvar sus vidas?

OVA 03: Sombras mortales II (mayo 1990)

Emu, la joven esposa de Yō, es secuestrada por sicarios de los 108 dragones. Además, es torturada y violada para demostrar su fidelidad a su esposo y a la organización. Por otro lado, el avión donde viaja Yō es secuestrado por una organización terrorista internacional. Tras descubrir un complot para destruirles, deberán enfrentarse a diferentes sicarios para salvar la vida y ser reconocidos como los nuevos líderes de la organización.

OVA 04: El sabor de la venganza (septiembre 1991)

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Sigue esta serie de amor, violencia y vengancia entre organizaciones clandestinas de los suburbios. Tras un violento tiroteo, Freeman no tendrá más remedio que ir a salvar a su rival, que es abandonada en el mar. Por otro lado, los 108 dragones creen que todo a sido perpetrado por bandas rivales, que quieren destruir a la organización, sustituyéndole como líder indiscutible. Entonces, empezará una lucha intestina no solo para salvarse a sí mismo, sino también a Emu y a la organización que lo convirtió en un asesino.

OVA 05: Secuestro en Chinatown (octubre 1992)

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Esta vez Freeman debe ayudar a salvar la hija de un líder de la mafia china de Los Ángeles, y para ello deberá entrar en la base de datos del Pentágono y conseguir toda la información, que necesita, para salvar a la secuestrada. Pero, mientras avanza en la investigación, descubre que todo es una ardid con un objetivo bastante diferente. Además, también deberá enfrentarse a la mafia estadounidense. En este caso seguimos avanzando en la vida de Yō como líder de los 108 dragones y su vida en un mundo lleno de venganza y rencores.

OVA 06: La conexión rusa – Luz en la oscuridad (enero 1994)

Tuvieron que pasar dos años para ver la parte final de esta serie de OVA’s, que narran la vida de Yō Hinomura como asesino profesional y líder de la mafia de los 108 Dragones. Esta vez, deberá enfrentarse a la mafia rusa y a la yakuza, que se han aliado para frenar esta organización china. Para ello, intentarán hacer creer a la mafia japonesa que los 108 Dragones intentan destruirlos. Freeman deberá defender a la organización que preside y evitar que sea totalmente aniquilada.

Crying Freeman: la película (1995)

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Tras finalizar los seis capítulos de las OVA’s, se rodó una película en imagen real, producida por Viz Comunication. El rodaje de esta se realizó en la Columbia Británica, siendo sus protagonistas Mark Dacascos y Julie Condra en los papeles protagonistas. Al haber sido rodada en América el argumento sufrió un ligero cambio respecto al manga, ya que todos los escenarios pasaron de Japón a los Estados Unidos y Canadá.

El argumento de la película sigue siendo el mismo que en el manga pero con las adaptaciones culturales pertinentes para el mercado al que fue dirigido. Esta vez, la joven Emu O’Hara es testigo de un asesinato y ve como el sicario acaba llorando tras conseguir su objetivo. Ella queda prendada por el halo de misterio del joven y cuando regresa a su casa le está esperando para matarla. Pero, en realidad ambos se han enamorado. A raíz del crimen cometido, se desata una lucha entre ambas organizaciones mafiosas y tanto Emu como Freeman deberán sobrevivir para conseguir estar juntos.

Edición original:Crying Freeman (クライング フリーマン -Kuraingu Furīman-, Koike Shoin). Edición nacional/ España: Planeta Cómic, Biblioteca Pachinko. Guión: KOIKE Kazuo Dibujo: IKEGAMI Ryoichi Formato: Tomo (115x175), rústica, sentido de lectura japonés, 384-416 páginas. Precio: 12,95€ Los ciudadanos de a pie siempre hemos mostrado un interés por aquellas historias que muestran una…

VALORACIÓN GLOBAL

Guión - 8.2
Dibujo - 8.6
Interés - 8.8

8.5

Guerra de mafias

Esta obra fue uno de los primeros éxitos editoriales de manga en nuestro país y dejó una profunda huella entre los lectores de la época. A pesar de que no cuenta con una edición reciente, el fabuloso trabajo llevado a cabo por Koike e Ikegami la mantiene muy viva en nuestro recuerdo.

Vosotros puntuáis: 8.04 ( 11 votos)
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Fer García
Abandoné la Logia Negra y llegué a la ciudad de Málaga en 1984. Mis primeras lecturas fueron los clásicos francobelgas y los cómics de un ratón y unos patos que, años más tarde, gobernarían un vasto imperio. Devoré tiras de prensa, hasta que un niño con cola de mono apareció en mi televisor buscando unas bolas mágicas y el manga me atrapó. Pasé años en blanco y negro, pero los superhéroes llenaron mi vida de mallas y capas de colores. Sobreviví a la Era Hiboria en compañía de un bárbaro y su espada salvaje. A finales de los 90 sentí vértigo, el arenero me llevó al mundo de los sueños y caí en los oscuros abismos del underground. Viajé en el tiempo a través de la banda de Moebius, desde el salvaje Oeste al Largo Mañana. Un mago de Northampton me contó grandes historias y su hijo calvo me dio setas alucinógenas. En Italia probé el fumetto y un marinero maltés me llevó hasta la Pampa argentina, donde tuve mi último recreo antes de conocer al hombre eterno. He estado en Camelot en los días del Rey Arturo, en el planeta Mongo y en las letras del Oceáno Atlántico. En mis aventuras siempre estuve acompañado por un asombroso grupo de profesionales españoles. Los escritos del maestro Eisner me revelaron los secretos de un nuevo lenguaje y ahora solo veo el mundo en viñetas... Cómic camina conmigo.
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Sith
Sith
Lector
28 agosto, 2020 18:45

Muchisimas gracias por la reseña, excelente manga por donde se lo mire, y los OVAS y la película no desentonan en absoluto.

Algo gracioso respecto a la película es que el casting esta muy bien hecho y ninguno de los actores hace un mal papel más allá de no ser una película de un gran estudio.

Ojala como bien dicen logren lanzar una nueva reedición con la calidad que corresponde, sin dudas sería un exito.

toniu
toniu
Lector
28 agosto, 2020 20:43

Fenomenal manga en su primera serie, «Retrato de un asesino», todo en él es evocador, cautivador e hipnótico, gracias sobre todo al elegantísimo dibujo de Ryoichi Ikegami, no en vano recibió el premio del salón del cómic de Barcelona como mejor dibujante cuando se publicó este cómic por primera vez en el país.

Aunque el argumento está cogido un poco por los pelos, la premisa seduce desde el minuto uno, un cóctel irresistible de suspense, romance, violencia y sexo protagonizado por unos personajes excelentemente definidos y a los que se coge un cariño enorme enseguida.

Las series siguientes, ya elevan progresivamente el límite de credibilidad, y se van convirtiendo cada vez en más reiterativas, aunque siguen estando entretenidas.

Sea como sea, lo mejor de Crying Freeman es que es un cómic que puede ser apreciado y disfrutado por cualquier persona aficionada a este arte, incluso sin ser aficionado al manga, al igual que otras grandes obras como Lobo solitario y su cachorro y Akira.

Vamos, calidad indiscutible.