Un viaje a la corriente cultural más oscura de Japón.
«En Akasaka Heigths, el distrito comercial oeste de Tokio había un club, THE DEEP, al que llegué casi por azar. Uno de los chicos que lo regentaba, Takaki, consciente de que interesaba la obra de Suehiro Maruo, me hablo del movimiento ERO-GURO. Creo que fue él quien me lo descubrió. Estábamos en 1994.»
En los últimos años Igort (Italia, 1958) se ha convertido en uno de los grandes referentes mundiales en el uso del cómic periodístico gracias a trabajos como Cuadernos ucranianos y rusos. Vida y muerte bajo el régimen soviético y Cuadernos ucranianos. Diario de una invasión, pero también en su uso más documental o a modo de reportaje gráfico. Esta última modalidad la ha empleado sobre todo para relatar su fascinación por Japón y su cultura, una admiración que ha tenido desde siempre, pero que aumento de manera exponencial a finales del siglo pasado cuando comenzó a trabajar directamente en revistas de manga de la editorial japonesa Kodansha, lo que le llevo a vivir durante varios periodos de tiempo en el país. Unas experiencias y fascinación que ha reflejado en obras como Kokoro, un precioso libro apaisado centrado en relatar cómo los japoneses son capaces de poner parte de su corazón en los objetos y el arte, y en Cuadernos japoneses. Una serie de la que Salamandra Graphic, encargada de publicar todos sus trabajos en España, acaba de publicar el tercer volumen titulado Maestros de los sensorial en el que el autor italiano explora el ero-guro, un movimiento en el que el horror y erotismo se entremezclan de la manera más grotesca. En Un viaje por el imperio de los signos, el primer volumen de la serie, Igort nos mostró la ciudad de Tokio y sus experiencias en la industria del manga, posteriormente apareció El vagabundo del manga, centrado en mostrarnos la relación espiritual con la naturaleza y el pasado que tienen los japoneses.
El ero-guro nansensu es un término adaptado de la fonética japonesa compuesto por las partículas ero, de «erotismo», guro, de «grotesco», y nansensu, de «sinsentido». Se trata de una corriente artística llena de imágenes fetichistas, sexuales, sanguinarias y gores en las que lo deforme se entremezcla con elementos sobrenaturales herederos de la mitología nipona. Un movimiento que se encuentra en diferentes disciplinas artísticas y que surge como respuesta al conservadurismo que inundo el país en los años previos al periodo de entreguerras tras la apertura a occidente.
Al igual que sucede en todas sus obras de carácter periodístico, Igort hace un completo recorrido por los antecedentes, personajes protagonistas y actualidad del tema que va a tratar de manera que tras la lectura de este volumen de Cuadernos japoneses conocemos qué eran los kibyōshi o como cambio la moral de la sociedad y la cultura nipona durante el modernismo, pero también la vida y obra de figuras claves de ese cambio y en los orígenes y consolidación del ero-guro como Yoshitoshi el Cruel, Tadanori Yokoo, Suehiro Maruo, Yamamoto Takato o Seiu Ito. Un interesantísimo catálogo de artistas, tan geniales como malditos, de los que el autor italiano es capaz de transmitirnos su admiración y de hacer unas reinterpretaciones gráficas que reflejan toda la fuerza y belleza del original sin perder su propia personalidad. Algo que consigue gracias al estilo versátil, mutable y tremendamente elegante que ya hemos visto en trabajos anteriores que le permite crear dibujos que simulan los diferentes estilos de los diversos autores de ego-guro y de otros más tradicionales, que nos sirve como perfecto punto de entrada a un Japón más turbio y oscuro, pero igualmente fascinante, misterioso y profundo, del que los occidentales apenas hemos podido vislumbrar una pequeña parte.
Como en los dos volúmenes anteriores se trata de una obra construida a través de los recuerdos y experiencias del autor italiano en sus viajes a Japón, pero sin que caiga en la necesidad de convertirse en el personaje principal, ya que tiene claro la función de divulgativa que persigue para la cual se ha documentado con precisión. Sin embargo, no estamos ante un trabajo impersonal o frio ya que sus gustos e impronta aparecen por toda la obra. A diferencia de lo que sucedía en Kokoro, en Maestros de los sensorial no tenemos la percepción de estar ante un simple acercamiento por encima a los temas que trata, puesto que al estar temáticamente más acotado Igort tiene la ocasión de tratarlos más en profundidad, además nos encontramos con una estructura más trabajada y con menos anárquica que la que veíamos en los dos primeros volúmenes de Cuadernos japoneses en los que, por momentos, se desviaba mucho del tema principal e incluso se salía por completo.
Con esta nueva entrega de Cuadernos japoneses Igort nos vuelve a confirmar que es uno de los autores imprescindibles de panorama mundial. Un autor que es capaz de compartir sus conocimientos sobre la cultura japonesa con pasión y minuciosidad y la elegancia de un trazo tan personal como versátil. Creando una obra que fascine incluso a los lectores que no están interesados en el ero-guro, pero que finalizar su lectura conocerán sus fundamentos básicos.
Lo mejor
• La forma en la Igort es capaz de divulgar sin dejar de lado la pasión que profesa por el ego-guro.
• La capacidad de Igort para recrear la belleza de los dibujos de los diferentes autores sin perder su personalidad como autor.
• El amplio mosaico de la cultura japonesa que forman los tres volúmenes de la serie y Kokoro.
Lo peor
• Que algunos autores de los que aparecen en la obra sean casi desconocidos en Occidente.
Guión - 8.5
Dibujo - 9
Interés - 8.5
8.7
Ero-guro
Igort nos introduce en el fascinante movimiento cultural ero-guro con su habitual buen hacer y elegante trazo.
Tengo los dos tomos anteriores (me falta por leer el segundo), Kokoro y los 2 volumenes de Cuadernos u.cranianos y rusos.
Todo lo que he leído de Igort me ha gustado mucho pero me bajo del carro. 27 euros por este tercer tomo de Cuadernos japoneses es increíblemente absurdo. El tamaño, número de páginas y formato no lo vale ni de coña.
Mi sueldo no ha subido tanto como para asumir estas subidas de precio.
Comprar cómics se está convirtiendo en una afición para adinerados y han conseguido que compre un 10% de lo que compraba antes.
Ya ni me molesto en continuar colecciones, como es en este caso.