Ah, quién pudiera por siempre amar y mentir de amor. Como cada vez. Como cada vez. Como cada vez.
Hoy sábado se celebra la manifestación del día del Orgullo LGTBIQ. Mi pequeña aportación a su justa reivindicación es hacer la reseña de
Julie Maroh es una autora francesa nacida en 1985. Después de la autoeditarse tres recopilaciones de relatos en 2009 publica El azul es un color cálido. En 2013 sale su siguiente trabajo, Skandalon también editada en España por Dibukks.
En Montreal, como en todas las ciudades, las parejas se juntan y se separan. Los individuos se atraen y se repelen unos a otros en un vals perpetuo de cuerpos. Los cuerpos sonoros son aquellos que laten, que se entrelazan en destinos diferentes a la par que familiares, unidos por este sentimiento indescriptible que mueve el mundo: el amor.
Cuerpos sonoros es la tercera obra de Julie Maroh tras las excelente El azul es un color cálido y la floja Skandalon. Es un libro formado por veintiún relatos cortos de durabilidad variable, entrelazados entre sí, cuyo punto de unión es que tienen lugar en Montreal. En ellos Maroh nos enseña el amor en todas sus fases y expresiones mostrando cómo la felicidad y el sufrimiento que éste genera no tienen diferencias, independientemente del género o la orientación sexual. Y es que por mucho que algunos les pese, el amor no tiene fronteras y no se pueden poner límites a los sentimientos. Es un obra política y reivindicativa pero sin pretenderlo, ya que en ningún momento se intenta vender una idea, ni hay necesidad de ver la lucha contra la intolerancia que genera en esta sociedad mezquina según qué tipo de relaciones. Maroh simplemente se limita a narrar historias que son parte del microcosmos de una gran ciudad, pero que esconde un mensaje claro para quien lo quiera ver.
En estos relatos vemos principios y finales, sexo, deseos incontrolables, amores maduros e infantiles, amistades con derechos, poliamores… todos iguales de bellos y todos normales aunque los elementos más reaccionarios de la sociedad no quieran entenderlo. Son historias alejados de los tópicos pero que son la perfecta radiografía de lo que son las relaciones en el siglo XXI, sin juzgar ni esconder nada. Pequeños fragmentos de vida que vivimos y sufrimos con sus protagonistas en la intimidad de sus relaciones. No es un cuento de princesas perfectas, aquí los protagonistas son gordos y flacos, de distintas religiones y procedencias, cada uno con sus fallos y sus mezquindades, cada uno tremendamente humano. No vemos ningún ánimo de revancha o de juzgarlos por parte de Maroh simplemente de contar historias que emocionen y lleguen al corazón ya que cualquiera que las lea se verá reflejado en ellas en mayor o menor medida.
Es curioso la importancia que adquiere la ciudad de Montreal en la obra, que bien podría ser cualquier otra gran ciudad. Una ciudad que lejos de servir de cárcel a los protagonistas se convierte en un lienzo donde dibujar sus historias. A pesar de ser una ciudad gris se muestra rebosante de vida y deja espacio para integrar elementos más fantásticos.
En el apartado gráfico se ve una Julie Maroh mucho más consciente de las herramientas que proporciona el medio que en sus anteriores obras. Aquí nos regala varios recursos realmente llamativos, sobre todo en la forma de usar los móviles y en la manera de reflejar el deseo y la pasión. Prescinde de los marcos de las viñetas consiguiendo que las historias tengan una narrativa más espontanea y que se ajuste al tipo de historia que narre. Los personajes perfectamente definidos contrastan con los escenarios grises, pero eso no es impedimento para que sepamos dónde ser desarrolla cada historia. El uso del gris es realmente notable consiguiendo atmósferas y texturas que sirven para dotar de fuerza a la narración. El elemento más flojo sigue siendo las caras que muchas veces son demasiado parecidas e inexpresivas. Cuerpos sonoros es una obra que supone un gran progreso con respecto a sus anteriores trabajos.
La edición de Dibbuks es buena con buen papel y buena reproducción. Es una editorial que hace tiempo viene realizando un gran trabajo con un catálogo de lo más ecléctico pero con obras de alta calidad.
No estamos ante una historia tan potente y emotiva como lo fue El azul es un color triste, pero sí ante una obra más madura, en la que el conocimiento del medio de Julie Maroh es mayor. Son historias más sencillas pero que emocionan y que nos muestran que todas la relaciones son iguales y que todas merecen libertad y respeto. A pesar de ser relatos cortos e individuales tienen una gran unidad narrativa que hacen que estemos ante una obra compacta.
Guión - 8.5
Dibujo - 7
Interés - 8.5
8
AMOR
Julie Maroh nos enseña todos las fases del amor sin importar la orientación sexual.
Gran reseña y muchas ganas de leerlo
El azul es un color calido me dejo una grata impresión, a pesar de la polemica con la obra de cine posterior
Después de leerlo, tengo que decir que si bien ha historias mejores y peores, es una obra a tener en cuenta. Un notable alto