¿QUIÉNES SON LOS D.I.O.S.E.S.?
«Suena bien, pero no has respondido a mi pregunta»
Los lectores españoles ya hemos podido leer la totalidad de D.I.O.S.E.S., la obra más reciente del guionista superestrella Jonathan Hickman dedicada al Universo Marvel principal. La serie fue anunciada por primera vez en el mayor escenario posible, la Comic-Con de San Diego en 2022. Posteriormente se dieron a conocer más detalles, que describían la serie como una «drástica remodelación del panteón de seres y entidades cósmicas detrás del mismo tejido del universo Marvel». Con estas expectativas, traemos la obra a la palestra y juzgamos si ha tenido éxito tras su ambiciosa presentación o si ha naufragado en el camino.
La premisa no es sencilla de describir. Hickman nos presenta dos facciones, los Poderes Fácticos con su Avatar y El Orden Natural de Todo con el Centum y sus primordiales. La primera supervisa todo lo mágico, la segunda investiga todo lo científico, una línea de separación que se emborrona en el entorno del universo Marvel. La trama sigue principalmente la complicada relación entre Wyn, Avatar de los Poderes Fácticos y Aiko, un primordial del Centum, mientras que Hickman nos arroja una oleada tras otra de conceptos, entidades y poderes superiores.
Es trivial mencionarlo, pero Hickman es Hickman y aquí estamos frente a una de sus versiones más puras. Su obra ha sido (mayormente) aclamada a lo largo de los años y esto se ha reflejado en números más que sólidos de ventas y le han otorgado al guionista cierto grado de libertad creativa. D.I.O.S.E.S. contiene mucho que nos va a recordar a un Hickman previo, grandes poderes y misteriosas entidades, la introducción de conceptos propios de la ciencia ficción, organizaciones secretas que mueven los hilos en las sombras… A quien le guste este aspecto de su trabajo, es muy probable que disfrute D.I.O.S.E.S., pero no es tan sencillo. Una característica que distingue la obra de otras del autor es la ausencia en su mayor parte de explicaciones, la introducción de conceptos rompedores por parte de Hickman suele ir acompañada de exposiciones acerca de su funcionamiento pero aquí todo lo que descubrimos de estas ideas viene de verlas en acción. Por otra parte, el guionista también introduce una serie de personajes nuevos, todos ellos son muy interesantes y entretenidos de seguir y Hickman da con una voz particular para cada uno de ellos, incluso para aquellos con apariciones más breves. Creo que aquí sufren más las caras más conocidas, al guionista se le suele acusar de presentar personajes desdibujados al servicio de su historia, pero este no es el caso, aquí personajes tan populares como Doctor Extraño parecen ligeramente fuera de lugar y, en mi opinión, llegan a distraer ligeramente al ser colocados delante de tanto concepto nuevo. Esta sensación es ilógica, en cualquier historia que pretenda ser importante en lo que refiere al reino mágico de Marvel es normal y casi obligatoria la inclusión del Hechicero Supremo, la sensación surge entonces, lo más seguro, de lo desconectada que se siente la obra del resto del universo Marvel.
Hickman hace considerables esfuerzos por mezclar su historia con el resto del universo, aparecen numerosos personajes icónicos de la editorial como Eternidad o el Coleccionista y se hacen menciones a otros personajes de su creación como los Cisnes Negros. Sin embargo, la narrativa que presenta deja una sensación de ser una historia ajena al universo en el que tiene lugar. Esta afirmación adelanta la respuesta a una de las preguntas que planteaba el anuncio de la serie, ¿cambia realmente D.I.O.S.E.S. la cosmogonía del universo Marvel? No, más allá de algunos rediseños visuales encontraremos poco del cambio dramático que prometía su anuncio. Esta desconexión, entre la obra y el material publicitario puede ser raíz de insatisfacción para muchos lectores y genera una nueva pregunta. Sin cambios drásticos, ¿Por qué leer D.I.O.S.E.S.?
Por un lado, por el apartado artístico. El arte de Valerio Schiti, elevada por los colores de Marte Gracia con la colaboración de Fer Sifuentes-Sujo, le da a la obra una apariencia sobresaliente. El resultado no es más que notable únicamente por su excelencia técnica y su nivel de consistencia y de detalle sino que también es capaz de dotar al cómic de una identidad visual propia. Además de su poderío artístico, destaca la cantidad y calidad de ideas que contienen estos números, muchas de ellas serían dignas de una obra entera pero aquí son tan solo un trazo más en un lienzo mucho más amplio y eso produce algunos de los mejores cómics del año. Esto trae también su lado negativo, dada la limitada extensión de la serie hay ideas que no alcanzan su máximo potencial y varios cabos se quedan sin atar cuando llegamos a un final que se siente apresurado y un poco repentino. La mayor virtud narrativa de la obra, a mi parecer, reside en la variedad de temas que trata y en la profundidad a la que es capaz de adentrarse en muchos de ellos siendo estos los aspectos más universales de la obra.
En definitiva, la serie me ha dejado un sabor agridulce. Como comentaba, entre estos 8 números se encuentran algunos de mis cómics favoritos de este año pero al mismo tiempo siento que podría haber sido mucho más. Las ideas y tramas que deja abandonadas, la falsa promesa de que iba a revolucionar la cosmogonía de Marvel, lo repentino que se siente el final. Todo esto son aspectos que acaban pesándole al cómic. Considero que el mayor fallo de la obra es prácticamente inevitable, dado el estado actual de la industria norteamericana, plagado de miniseries y pasando por reinicios habituales, y del autor, ya que no creo que Hickman estuviera interesado en permanecer ligado a esta serie por mucho tiempo. Y es que considero que lo peor de la obra es lo pronto que se acaba, en mi cabeza imagino una versión de D.I.O.S.E.S. de 25, 30 o incluso 50 números, donde el conflicto principal se desarrolla con más detenimiento, podemos pasar más tiempo con los nuevos personajes y sus facciones en funcionamiento y un carácter episódico permite explorar muchas más ideas innovadoras. Supongo que esto es buena señal puesto que me ha dejado con ganas de más, pero con la incertidumbre de si eso llegará y el presentimiento de que no lo hará me deja un tanto insatisfecho.
Lo mejor
• El arte de Schiti.
• La cantidad de conceptos y temas que es capaz de tratar.
Lo peor
• La prontitud con la que se acaba deja muchas cosas en el tintero.
Fantástico
Guión - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 8
8.2
Entre estos 8 números se encuentran algunos de mis cómics favoritos de este año per al mismo tiempo siento que podría haber sido mucho más.