La solución a la muerte puede ser el primer problema
En el momento de situarme ante esta obra de Scott Snyder y Jeff Lemire no pensaba encontrarme con una lectura fácil ni simple, conociendo su trayectoria y buena parte de su bibliografía. Sin embargo, desconociendo todo sobre ella exceptuando la premisa, el desafío fue un tanto mayor al comenzar sus páginas. Adelantando conclusiones sobre las que volveremos al final termina siendo una obra diferente, un tanto alejada de un cómic tradicional pero interesante como experiencia en su mixtura de medios y en los temas que deja resonando si nos prestamos a las reflexiones que propone.
La referida premisa planteaba una historia en un mundo en el que se había encontrado la cura a la muerte. Esta podía y puede abordarse de múltiples maneras, y tampoco es un punto de partida original para la literatura (por el contrario, lo podemos haber leído más de una vez), y aquí tenemos el modo en que Snyder prefirió hacerlo en dupla con Lemire. Con la lectura consumada se puede suponer que es más un trabajo del escritor de American Vampire en la que el autor de de Essex County acompañó con sus dibujos.
En efecto, la primera impresión de D.M.: Después de la muerte son varias páginas de texto con ilustraciones, primero con algunas oraciones y recuadros de texto pero luego con varios párrafos que ocupan la mitad de la página. Un lector sin mayor información que su premisa (como quien escribe estas líneas) puede ser golpeado para atrás por esto y plantear una lectura cuesta arriba, pero el planteo de Snyder es lo suficientemente interesante para sostener la atención y el interés. Progresando en el libro, comprenderemos que se trata de un trabajo que mixtura la prosa ilustrada con el cómic propiamente dicho, y que tiene su sentido y justificación que no explicaremos porque hace a la experiencia de lectura.
Sin lugar a dudas esto le imprime al libro una de sus particularidades, pero no la única. El desarrollo que tiene la narrativa entre sus dos medios postula interrogantes que demora en resolver, presenta subtramas también tardan en cobrar sentido y mantiene la expectativa por la acción durante más tiempo del que la mayoría está (estamos) acostumbrados. En pocas palabras y dicho simplemente, se trata de una obra de ritmo lento. Desde ya que esto no es negativo sino más bien descriptivo (y también un poco de advertencia para el que se decida a este libro desconociéndolo).
Reafirmando la calificación, la premisa planteada en su sinopsis igualmente tarda en aparecer en las páginas iniciales. No obstante, lo que nos encontramos es una narración que interesa tocando otras fibras más emocionales, reflexivas, psicológicas. Esto queda claro desde la primera frase del libro: “Alguien me dijo una vez que nuestro primer recuerdo condiciona toda nuestra vida”. Desde allí, nos vemos inmersos en la historia del protagonista y de su familia, con los problemas de salud de su madre y los altibajos en la relación que tenían entre ella, su padre y él, tanto internamente como en lo que los afectaba desde afuera de su vínculo. Si bien no era lo que nos prometía en primera instancia es fundamental para la historia y también para el abordaje del tema de la muerte, del por qué y cómo evitarla (o no). Esto lleva a la lectura por un camino que se aproxima a planteos filosóficos sobre la vida y la muerte (que la atraviesan hasta su final), conjuntamente con una cuestión vinculada a lo psicológico mediante el planteo de los recuerdos y cómo estos pueden acompañarnos e influenciarnos de maneras sorpresivas.
El conductor de la narración es el protagonista llamado Jonah Cooke de quien, a través de diferentes relatos en prosa y de las sucesivas secuencias de cómic, vamos conociendo toda su vida. Con él, Snyder realiza un trabajo fino y preciso de construcción de su historia, y todo lo que se narra sobre él es fundamental para lo que quiere abordar en su obra. La frágil salud de su madre, la manera en que consigue disfrutar de varios años junto a ella, el inevitable desenlace y cómo ocurre este, lo que hace con su vida luego de quedarse huérfano, las relaciones que va generando después… todo conduce a la cura que se encuentra a la muerte y el mundo que se crea a partir de ello.
Con esto último nos encontramos varias escenas de acción y ciencia ficción que son tan habituales en la bibliografía de Snyder y Lemire, con intriga y suspenso por no llegar a comprender del todo qué está sucediendo en un universo distópico, con componentes conspirativos. El escritor juega sus cartas con misterio para entregar un final que consigue toda la atención lectora que prepara durante cientos de páginas. El dibujante es la otra pieza de esta dupla autoral que acompaña al ritmo de la narración, con estructuras de páginas que se adecuan a la mayor o menor acción que se van sucediendo; grandes viñetas para ralentizar el relato, o dobles páginas dinámicas para hacerlo avanzar a mayor velocidad. Y en las páginas de prosa, se luce del todo con ilustraciones que anclan los bloques de texto a veces extensos y otras diseñados en consonancia con los dibujos.
En D.M.: Después de la muerte entonces nos encontramos con un libro que se ocupa de temas complejos mediante medios de apariencia igualmente intrincados pero que se van revelando más simples de lo que parecían al inicio, y lo mismo sucede con los propios temas que aborda. Esto es logrado con un trabajo artístico de gran nivel por ambos autores, en el cual sin dudas tanto Snyder como Lemire se han dedicado a explorar posibilidades e intereses propios a nivel artístico y más allá. Y una vez que el lector logra entrar en la dinámica propuesta por ellos, se encuentra con una obra profunda que amerita relecturas.
Lo mejor
• La estructura de narración desde el personaje para conducir la trama.
Lo peor
• La presentación de la obra como un cómic cuando es una mixtura con prosa.
Guión - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 8
8.2
Combinando prosa ilustrada con cómic, nos deja una reflexiva historia sobre la vida y la muerte
Con ese titular parece que la historia de D.M. se ambiente después de la muerte de los propios Lemire y Snyder xD
Pobres! Ya lo hemos cambiado, gracias XD