Daredevil: Amor y Guerra

 

Guión: Frank Miller
Dibujo: Bill Sienkiewicz
Edición España: Panini Cómics
Contiene: Daredevil Love and War USA
Colección: Marvel Graphic Novels
Formato: Tomo cartoné de 72 páginas
Precio: 9,95 €

 

No deja de resultar casi de perogrullo reincidir a estas alturas en la vital importancia de la figura de Frank Miller en el devenir de un personaje como Daredevil; posiblemente no sea exagerado pensar que de no haber sido por la visionaria reinterpretación y vital metamorfosis llevada a cabo en los años ochenta por el polémico autor estadounidense en la serie regular del Hombre sin Miedo podría ser que este hubiese simplemente languidecido y caído en el olvido hace ya un par de décadas, o quizás habría sido relegado como secundario de lujo, puesto que en Marvel Comics nada desaparece o se destruye sólo se adapta y reaprovecha para la causa. Por fortuna, esto no ha sido así, más bien al contrario, la estancia y trabajo de Frank Miller en Daredevil sentó unas sólidas bases, ampliando su mitología y su ambición argumental para hacer más atractivo e interesante al personaje para los lectores y otros autores. Esto ha provocado que Daredevil se haya convertido con el paso del tiempo en una auténtica cabecera de culto, mucho más experimental y libre de ataduras editoriales que otras series y personajes más encumbrados y mediáticos, en la que algunos de los mejores guionistas del medio han ayudado a acrecentar el mito siguiendo la estela de Frank Miller y en la que podríamos destacar las etapas de Ann Nocenti, Brian Michael Bendis, Ed Brubaker o la más reciente de Mark Waid.

Pero echemos la vista atrás, en 1986 Frank Miller venía de firmar su trabajo más aclamado hasta la fecha, un verdadero referente y revulsivo para el género como sería y ha sido El Regreso del Caballero Oscuro, y su vuelta a Marvel Comics como el hijo pródigo que regresa al redil y su segunda oportunidad para aproximarse de nuevo a Daredevil había creado mucha expectación entre el fandom. En este caso Bill Sienkiewicz pondría en imágenes el que iba ser su nuevo acercamiento a la mitología del personaje por parte de Frank Miller; un proyecto que desembocaría en la novela gráfica Daredevil: Amor & Guerra, esta historia aunque primeramente este iba a ser integrada en su serie regular del personajes pronto dejó claro que debido a la calidad del material en cuestión su propuesta era más adecuada para formar parte del sello Marvel Graphic Novels en el cuál a finales de los años ochenta Marvel Comics publicaría clásicos como La Muerte del Capitán Marvel de Jim Starlin o Dios Ama, el Hombre Mata de Chris Claremont y Brent Anderson. Esta opción posibilitó y favoreció, sobre todo, el gran despliege técnico y artístico que exhibiría Bill Sienkiewicz en Daredevil: Amor y Guerra al no verse limitado por el sistema clásico de impresión y sí alentado por la exquisita y certera prosa de un Frank Miller capaz de sacar petróleo de un argumento en apariencia bastante sencillo e incluso algo simple. Un relato que bien podría empezar con un Érase una vez…

Sinopsis de Daredevil: Amor y Guerra

Daredevil: Amor y Guerra. La Fábula Superheroica

Muchos considerarán Daredevil: Amor y Guerra una obra menor en el currículum de Frank Miller y, más concretamente, en relación a su inapelable trabajo con este personaje a finales de los años ochenta siendo Born Again su particular canto del cisne pero, nada más lejos de la realidad, en esta ocasión el autor estadounidense, con la inestimable ayuda del espectacular Bill Sienkiewicz, consigue darle una vuelta de tuerca más a su demonio y ofrecernos una fábula psicológica, un metacuento de hadas o psicodrama como lo llama Santiago García en el prólogo de la presente edición, protagonizada por héroes planos y estilizados y villanos de frágil corazón y mente. Estamos, podríamos decir, ante un antecedente al lisérgico y no menos interesante Arkham Asylum de Grant Morrison y Dave McKean, el primer gran éxito en 1989 del guionista escocés. El mismo año de la publicación de Daredevil: Amor y Guerra el mismo grupo creativo había empezado a trabajar en Elektra: Asesina y el hecho de que esta volviese sobre los pasos de la famosa asesina griega concebida por Frank Miller y que sus autores tuviesen más espacio para desarrollar su historia hizo que su anterior trabajo pasase finalmente algo más desapercibido.

En Daredevil: Amor y Guerra se retoma la continuidad que Frank Miller había dejado aparcada en la serie regular del personaje con su marcha, cronológicamente antes de la citada Born Again, con la esposa de Wilson Fisk en estado catatónico y Kingpin decidido a devolverla a la realidad contratando para ello los servicios del Dr. Mondat y motivándole convenientemente en su trabajo al secuestrar a su esposa Chreryl; estando Bullseye fuera de juego, como veríamos en el epílogo a la primera etapa de Frank Miller en la serie que suponía el capítulo titulado Ruleta, la misión recae en Victor, un psicópata asesino con cara de simio y graves problemas psicológicos. En este caso Daredevil es casi un personaje secundario, se podría decir que su función es cumplir con cierto halo icónico y simbólico pero su papel en este drama le lleva a jugar un rol totalmente prescindible e intercambiable con casi cualquier otro superhéroe que podamos imaginar puesto que en ningún momento se ahonda en su persona ni es el generador último de la acción; las grandes estrellas de la función, por contra, son los villanos de turno, un Kingpin enfrentado a su mayor miedo y esperanza y un perturbador secuestrador con problemas para distinguir la realidad de sus ensoñaciones y deseos propios. En ellos vemos dos enfermizas maneras de amar y de afrontar sus contratiempos que sólo pueden conducir a la insatisfacción y la tragedia.

Pero dejando las interpretaciones a un lado en Daredevil: Amor y Guerra, aún teniendo presente todo el bagaje anterior de Frank Miller con el personaje y su aportación al conjunto del presente relato, no podemos hacer más que constatar que esta es una obra de Bill Sienkiewicz y, posiblemente, sin él esta hubiese carecido de sentido o hubiese ofrecido unos resultados más mediocres. En este sentido, Frank Miller parece ser consciente de ello y decide echar un paso atrás para concebir una historia para el pleno lucimiento de su compañero cuyo esquizofrénico dibujo, en el cuál ya resulta irreconocible la huella «a lo Neal Adams» de sus inicios en la Casa de las Ideas, parece más planteado como una obra pictográfica que como el cómic de superhéroes que realmente, muy en el fondo, consigue ser puesto que cómo relato superheroico sólo funciona tangencialmente. No obstante, es difícil definir el trazo de Bill Sienkiewicz, un estilo tremendamente personal y excelsamente experimental, cercano al surrealismo pero también al expresionismo o al realismo mágico, pero lo que queda claro es que supone un aliciente en cualquier obra en la pueda intervenir y Daredevil: Amor y Guerra es una pequeña joya a descubrir en ese sentido a la que Frank Miller ayuda a embellecer y pulir.

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