Daredevil necesitaba a alguien como Waid y lo necesitaba ya
Contiene: Daredevil Vol.3 #01-06
Guión: Mark Waid
Dibujo: Paolo Rivera y Marcos Martín
Formato: Libro con solapas, 144 páginas.
Precio: 12€
Seré claro para que se me entienda desde la primera línea: gracias a todos los Primigenios por la llegada de Mark Waid a la colección.
Gracias, gracias, gracias.
La fórmula de Daredevil estaba gastada hasta el punto no ya de resultar pesada, sino de estar destruyendo al personaje hasta más allá de cualquier posible recuperación. Amenazaba con volverlo monótono, reiterativo y el peor de todos los crímenes, aburrido.
Tierra de Sombras fue un desastre de proporciones colosales, pero al menos sirvió para recordarnos una frase: «si no puedes ser un buen ejemplo, sé una terrible advertencia». Tierra de Sombras avisó a lectores, autores y editores de que si Daredevil continuaba sumergiéndose en los pozos del drama oscuro —y barato—, recuperar al personaje de semejante cadena de despropósitos y convertirlo en el protagonista de aventuras interesantes iba a ser una tarea hercúlea. Me encantaría estar exagerando.
Por suerte, el toque de atención surtió efecto, y después de décadas de sufrimiento, miseria, dolor y tormento, Waid decidió dar un volantazo y llevar a Daredevil en una nueva dirección, atrevida y prometedora.
El nuevo Daredevil
Pero si bien las buenas intenciones son dignas de tener en cuenta, lo importante es el resultado final. Primer punto: ¿ha conseguido sacar con éxito a Daredevil de aquella espiral destructiva y oscura? Segundo punto: ¿ha hecho de la colección algo entretenido e interesante, por lo que merezca la pena pagar, o se ha contentado con rescatar al cuernecitos? La respuesta a la primera pregunta —la segunda tendrá que esperar— es sí, desde luego. El nuevo Daredevil es fresco, divertido, enérgico, da gusto ver hasta qué punto se siente vivo, cómo disfruta de lo que hace y la exuberancia que irradia en cada una de sus acciones y pensamientos. Waid hace que su optimismo resulte hasta contagioso: leer su Daredevil es recibir una inyección de energía. Pero no se ha conformado con hacer más interesante al superhéroe, sino también al alter ego: el nuevo Matt Murdock también es fascinante. Sibarita, elegante, es la clase de tipo que no abruma con su buen gusto, que no te lo tira a la cara, sino que exuda clase en cada uno de sus gestos y palabras con naturaleza. Las dos caras de la moneda están igualmente cuidadas, por lo que el personaje se disfruta por partida doble.
Además de haber supuesto en soplo de aire fresco, Waid ha integrado a Daredevil en Nueva York de un modo notable, aunque puede resultar algo forzado o reiterativo. Por ejemplo, Spiderman también es parte de la ciudad, de su entorno y ambiente, disfruta de vivir en ella y comparte su pulso, su ritmo. Matt Murdock la disfruta a su manera, de un modo que encaja con su personalidad: se embriaga del festival para los sentidos que ofrece, su diversidad, los lujos que pone al alcance de un habitante acaudalado… La Nueva York de Matt Murdock quizá es un más elitista que la de Peter Parker, pero se agradece que ofrezca una nueva perspectiva de esta, otro enfoque. Del mismo modo que el Flash de Geoff Johns era un producto de Keystone City, el Daredevil de Mark Waid es un genuino producto de la Nueva York moderna y chic. Un añadido de lo más interesante.
Su interacción con Foggy también es un punto positivo: ha pasado de ser el hombro sobre el que llorar a convertirse en un gran colaborador. Aunque conserva una actitud despistada no parece un payaso y funciona bien como contrapunto a Matt. Por último, ¿cómo maneja el bueno de Waid el hecho de la identidad «secreta» de Daredevil? Pues muy bien. Con naturalidad, con humor, de un modo razonable que hasta da lugar a varias conversaciones chispeantes. El drama vivido durante la etapa de Brian Michael Bendis ha evolucionado en una especie de juego del que el protagonista parece hasta disfrutar. No solo resta carga dramática a la situación —pasado el shock inicial no tenía mucho sentido conservarla—, sino que lo convierte en un rasgo del personaje que contribuye a diferenciarlo del resto del plantel marvelita. En suma, y volviendo a la primera cuestión: Waid ha revitalizado a Daredevil en todos los aspectos, como superhéroe y como ser humano, como amigo y como ciudadano, como abogado y como justiciero «anónimo». Un cambio integral capitaneado con mano firme de resultado sobresaliente.
Las tramas
Vamos de vuelta al segundo punto: vale, el personaje está bien conducido, ¿pero merece la pena la historia?, ¿va más allá del lavado de cara? Una vez más, sí. El tomo contiene dos arcos argumentales. El primero se centra en introducir al personaje, mostrar algunas interacciones, describir su situación y enfrentarlo a su primer villano. La secuencia de apertura es realmente buena, mostrando los poderes de Daredevil a la vez que define el tono de la colección desde las primeras páginas, con un combate interesante que da mucho juego y un par de momentos geniales. La trama avanza a buen ritmo hasta llegar al encuentro con el villano principal, que salvo por cierta tensión aquí y allá no pasa de enfrentamiento regular. Le da una vuelta de tuerca al enemigo, lo cual es de agradecer, pero tanto el combate en sí como su resolución pueden resultar poco originales. Se nota que Waid enfatiza la caracterización y la atmósfera en detrimento del desenlace. Sin embargo, la cosa cambia en el segundo arco.
La amenaza adquiere una magnitud mucho mayor y todo parece indicar que el guionista tiene pensado desarrollar una trama a largo plazo a partir de esta. La primera parte del arco, centrada en la investigación, es una delicia: nos acerca al Matt Murdock más humano, consigue despertar la curiosidad del lector, el secundario es un personaje con el que se puede empatizar y hay una gran secuencia sobre traer recuerdos a la memoria, con detalles muy interesantes. El villano es básico, una suerte de «evolución» de un arquetipo de maloso al que Daredevil se ha enfrentado ya en varias ocasiones. Juega con el hecho de adaptarlo a los nuevos tiempos dándole una lista en internet con los héroes y villanos a los que quiere derrotar hasta llegar al mismísimo Hulk (como lo oís), pero aunque sus poderes son creíbles y funcionan bien con el personaje, con ellos es difícil construir una amenaza realmente creíble.
En suma, el bueno de Boxeador no es muy memorable: no tiene grandes defectos, pero tampoco es la clase de villano en el que se encuentre un gran potencial. Tiene un único truco, que una vez explotado por el héroe le lleva a la derrota… y nada más. Pero bueno, hacía falta alguien que plantease a Daredevil una confrontación más física para que hubiese combates cuerpo a cuerpo. En cualquier caso, la trama está muy bien estructurada y el final es bueno, así como el papel del héroe durante todo su desarrollo.
Rivera y Martín son como el jing y el jang del buen dibujo
El dibujo es una gozada y ambos autores hacen un trabajo muy bueno. Paolo Rivera es un muy buen narrador, cosa que deja patente en la secuenciación, en el tamaño y juego que da a las viñetas o los innumerables detalles que plagan sus páginas: una media sonrisa en el momento exacto, una forma de posicionar el cuerpo, un bastón que levanta el velo de una novia para poderla besar… delicioso. Su forma de retratar los poderes de Daredevil es espectacular e inmersiva, capaz de hacer que el lector vea el mundo a través de los sentidos del héroe. El estilo es claro, agradable y muy apropiado para el espíritu luminoso de la colección. Las secuencias de acción son dinámicas, bien narradas y coreografiadas. En suma, un trabajo más que notable que eleva el guión y potencia el espíritu de este nuevo Daredevil.
Por otra parte, la labor de Marcos Martín también es digna de mención, y además su estilo limpio hace que la transición con respecto al de Rivera sea tan natural que casi resulta inapreciable. La secuencia que abre el primer número que dibuja es una delicia, un juego de onomatopeyas, primeros planos y dos colores memorable. Su forma de ponernos en la piel de Daredevil es distinta a la de Rivera: Martín pone menos énfasis en el «sentido de radar» —que resulta algo confuso, lo cual si bien tiene sentido hace que sea menos atractivo para el lector— y más en las onomatopeyas (su tamaño y posición), demostrando ser todo un maestro en su uso. La expresividad que otorga a Daredevil es realmente buena y sus peleas son dinámicas y enérgicas. En el último ejemplar del tomo firma una splash page que quedaría genial como póster, no por su espectacularidad sino por ser una magistral instantánea de cómo percibe el mundo Daredevil, incluyendo música a todo volumen o el batir amplificado de las alas de una paloma. Es sencilla pero sumamente eficaz.
La edición española
La edición española es muy buena en general, con un único matiz: quizá hubiese traducido el nombre del principal villano (Bruiser) de «Boxeador» a «Luchador». Explicaré mi propuesta: no hay una traducción estándar que suene medianamente decente para bruiser, así que lo propio sería buscar un nombre asociado al combate. El villano va vestido como una suerte de luchador mejicano —con máscara incluida— y su elenco marcial incluye fundamentalmente presas, derribos y llaves, siendo los puñetazos un elemento marginal que solo utiliza una vez. Si viste como un luchador y pelea como un luchador, ¿por qué no llamarlo «Luchador»? Además, es un término más versátil. Por lo demás, la traducción es muy buena —como se espera de Gonzalo Quesada, sólido en todos sus trabajos— y la edición es notable, con buen artículo de complemento y las portadas de cada ejemplar americano, además de una selección de otras obras del formato 100% Marvel y ambientación urbana. Mención especial para los chicos de Forja Digital, que se lo han tenido que pasar bomba *sarcasmo* rotulando las traducciones de los patrocinadores que lleva Boxeador en el traje: una tarea ingrata, pero que revela un gran mimo y ganas de que el cómic quede bien hasta el menor detalle. Muy buen trabajo.
Comprad este tomo
La relación calidad/tamaño/precio es francamente buena. Es un tomo de 144 páginas con una eficaz y elegante renovación de un personaje que amenazaba con tocar fondo de un momento a otro, con una historia competente que, si bien no estoy seguro de que merezca un premio Eisner (parece que el número #07 es tremendo, así que habrá que ver), ofrece muchas cosas buenas: estilo, caracterización, diálogo… Los villanos no son nada del otro mundo, pero parece que habrá una trama de fondo que podría desembocar en una conclusión memorable. La ambientación es un soplo de aire fresco después de tantos años del mismo olor rancio y Waid ha convertido a Daredevil en un héroe interesante, carismático y con personalidad cuyas aventuras invitan a ser leídas, por ofrecer algo distinto a las de los otros héroes y por su particular modo de afrontarlas. Una colección que, si bien aún tiene margen de mejora, se convierte en muy recomendable gracias a la caracterización, ambientación y diálogos, apoyados por un dibujo sobresaliente.
Aplausos por la extensa crítica y suscribo todo lo dicho. Efectivamente, a mí lo único que me chirrió fue esa traducción de «Boxeador» hasta el punto de irme corriendo a revisar mi copia… ejem… «digital»… para ver cómo se supone que se llamaba y buscar posibles traducciones. No me convencía ninguna pero me habría valido más, por los motivos que comentas, ese «Luchador» (especialmente por la máscara) que el «Boxeador» que no veo por ningún lado…
Anyway, respecto al famoso número 7, cuando yo lo leí me pareció un número interesante, inteligente en la línea de lo anterior y con algún momento conmovedor, pero ninguna quintaesencia del cómic ni nada parecido. Es un buen número, un gran número, pero ninguna panacea. En mi opinión, el arco que le siguió (que venía a resolver algunas de las semillas plantadas a lo largo de este arco) me pareció que tenía, visual y conceptualmente, más bondades que ese número 7 de «relleno». Habrá que ver con la relectura si descubro cosas que no vi.
Desde luego, lo de «boxeador» fue una cagada de las gordas. Duele a los ojos leerlo.
Yo lo habría dejado en inglés y ya está.
Yo también.
A esta serie tienes que acercarte sin buscar «La Cosa del Pantano» de Moore o los X-Men de Claremont, sino el Capi de Waid por ejemplo. Es una serie de superhéroes estupenda, divertida, con un tono clasicote-pero-moderno típico del mejor Waid, en el que cada número pasan cosas, con ese tono que mezcla lo noïr soft (como un capítulo de Perry Mason) y amenazas superhumanas… Para mí es más que suficiente, pero quizá tanto Eisner y tanta cosa hagan despistar a la gente.
Martín está estupendo, pero para mí Paolo Rivera hace un trabajo insuperable, a mí la forma de representar el sentido radar me pareció cojonuda, aunque debe costarle lo suyo dibujarla. En general la forma de representar los supersentidos por parte de los dos dibujantes (y el guionista, supongo) me ha encantado. Ha sido la vez que más me ha hecho sentir como debería sentirse un Daredevil real, más que ninguna otra etapa.
Por cierto, creo que David Aja también estaría fabuloso en esta serie.
En fin, me alegro por Daredevil y me alegro por Waid, que las cosas como son, hacía tiempo que no estaba tan inspirado al escribir una serie.
Aunque el tomo es realmente entretenido, tampoco es una obra de arte: sigue la trama de intriga y acción clásica de un superheroe con sus bromas y su acción. Que está guay pero no aporta nada nuevo (bueno, sí aporta si lo comparamos con la etapa anterior, pero porque era muy mala)
Puntos fuertes:
-La interactuación entre personajes: se disfruta mucho más del día a día de Matt Murdock que de sus peleas como DareDevil.
Recuerda a series de abogados como Boston Legal o la etapa (genial) de Hulka de Dan Slott, con sus casos centrados en el mundo superheroico, aquí más centrado en el día a día de los New Yorkinos.
-El dibujo de Paolo Rivera y de Marcos Martín, digno de un álbum de cómic Europeo. Tanto la introducción, como el cierre de este tomo son una gozada visual que se revisitan solo para admirar la narrativa y el dinamismo de la cada viñeta. La capacidad de transmitir los sentidos de DareDevil al papel esta realmente lograda.
-Puntos débiles:
Ciertos combates metidos a calzador: no convence ni la sombra de Klaw y sobretodo la pelea con el Capi NorteAmericano, muy metida a calzador. En cambio el «Boxeador» si que es un personaje interesante. Espero que no lo dejen tirado como han hecho con otros como «Bala» o el «Buey» (por cierto ¿no se había matado tirándose desde un edificio…?)
Pero en tono general merece la pena la compra de este tomo con una calidad precio muy razonable. Al menos más que esa patata requemada que es «tierra de sombras» , que sobra de la cronología del Hombre sin miedo (como casi toda la etapa de historias suyas de los 90, otras que tal…)
Un saludo.
Muy chulo este «nuevo» cuernecitos. Y eso que caté el primer número en inglés digital (la carne es débil) y la forma abrupta de resolver la pelea con la Mancha me dejó un poco tibio en su día. Ganas de leer el siguiente tomo.
Cursiosamente, a mi que nunca me ha gustado DD, me ha molado este tomo (vale, lo que si me mola mucho es Mark Waid), y a mi hermano, fan desde hace mucho del personaje, le ha parecido una birria, por ser el tono más alegre y luminoso.
Ay, las nuevas generaciones y su gusto por lo lúgubre…No se da cuenta de que DD estaba ya a un paso de ser un emo XD
A ver… me compré el tomo hará un par de semanas porqué aparte de las buenas críticas recibidas vi que había conseguido varios premios Eisner. Cuando un personaje ha sido puteado más allá de lo concebible, resulta muy difícil «desdramatizrle» para que la colección pueda tener un tono más alegre. Con Daredevil no lo están haciendo mal, le quieren convertir en una especie de «bon vivant» y me parece bien, aunque para mi la primera escena que se muestra precisamente en este artículo va demasiado lejos en esa intención, la vi fuera de lugar. Con respecto a esto, ahí va mi principal queja con en relación a la edición española: la historia de complemento del primer número, que aquí se publica al final del tomo, es para mi la más importante de éste, porqué allí es donde Matt le explica a Foggy el porqué de la actitud que ha adoptado ante la vida y, almenos yo personalmente, hubiese agradecido leerla antes de los cinco siguientes números para que me encajaran más cosas. Bien leída, la explicación de Matt es más bien triste y es un diálogo que vale la pena. Desde luego, cualquier cosa mejor que lo que se hizo con Spiderman: ya no lo podemos putear más, así que borramos parte de su continuidad para que vuelva a acumular hostias.
La historia: ligera, divertida, buen dibujo. Me parece un conjunto de buenos tebeos, pero no la pequeña joya que esperaba encontrarme por las críticas y los Eisner. En todo caso, una colección a seguir.
MARCUS, técnicamente los Eisner vienen por los números que vienen a partir de ahora, tanto el multipremiado #7 como el hecho de que lo que se ha premiado es una serie regular. Pasa que si nos llega con cuentagotas los árboles no nos dejan ver el bosque.
Esta nueva etapa de Daredevil era necesaria para recueperar al personaje porque lo que estaban haciendo era horrible. Deje la serie tras la marcha de Brubaker y he vuelto a ella con este tomo.
Lo que está haciendo Waid me recuerda a la etapa e Karl Kessel y Cary Nord de hace un puñado de años que precisamente interrumpieron para darle a la serie un tono más oscuro al integrarla en los Marvel Knights. Esto demuestra que en este mundillo no es tan importante ser innovador sino saber explicar buenas historias aunque no sean tan originales.
Bueno, con el último comentario, se impone la cordura. Una grandísima serie, impresionante e imprescindible. M. Martín es un crack, Rivera es otro, y Waid conduce a DD de una manera totalmente inexplorada hasta ahora. Como coleccionista, compro la serie en cuanto sale en España, pero sigo por internet esta serie en su edición original. Quizá Rivera esté también a la altura, pero M. Martín tiene una composición de viñeta, unas ganas de innovar y modernizar, un trazo tan simple, esas reminiscencias Kirby… es un crack que se merecía ese premio. Espero que mantengan el nivel, quizá el siguiente tomo sea lo mejor de esta etapa, es cierto, pero éste tiene un nivel muy por encima de la media.
Waid se coloca junto con Miller, Bru y Bendis como esos pocos guionistas que han hecho de DD un personaje a seguir. Y sí, Aja pegaría muy bien en esta serie. Ya vimos cómo encajó Michael Lark en su etapa con Bru, o Maleev con Bendis, y Aja se parece mucho a ellos. Aunque es cierto que posiblemente el nuevo tono de la serie haga difícil arriesgarse a elegir a un dibujante de ese estilo.
Yo lo digo porque en Ojo de Halcón también está haciendo un estilo más pop, creo que si tirara por ahí le vendría bien a la serie.
«los árboles no nos dejan ver el bosque.»
Pero el sotobosque y su fauna y flora es fascinante hasta el momento.
Waid simplmente esta escribiendo una colección mas, siempre ha escrito asi, tanto si es flash como si es el capitan america. La diferencia es que es el tuerto en el pais de los ciegos, que antes habia mas gente que escribia asi y hacia historias similares… ademas los dibujantes ayudan a que la lectura no solo sea buena sino que ademas te deje un buen sabor de boca.
Mark Waid is a god now.
y dibujantes CO-JO-NU-DOS.
Y por eso ya no están ni Rivera ni Martín en la serie actual y tenemos a Khoi Pham a ratos y a Chris Samnee (que es muy bueno, pero no comparemos). Ah, y el #17 de Allred, que es una suerte de #0-deceíta-pero-no.
Es un cómic muy superior a la media, pero creo que, en su calidad, hay un 70% de dibujo y un 30% de guión. Si no es por dibujo superlativo de Rivera y Martín sería un tebeo agradable, ligero, correcto, nada más (como casi todo lo que escribe Waid) y nada más. Pero, claro, con esos artistas hasta luciría un guión de ROB!
Discrepo profundamente. Creo que el trabajo de Waid, sin estar al nivel del de los dibujantees, es muy bueno y muy inteligente. Sobre todo a medida que van destapándose todas las subtramas plantadas a lo largo de la serie. ¿Que no es profundo y trascendente? Vale, pero como cuando defiendo a Remender, es un entretenimiento de gran calidad, que es la razón principal por la que compramos cómics.
Bueno, pues para expresarlo con menos acritud hacia Waid (que no me parece malo, sino un tipo muy competente y, además, con tun toque clasicote que se agradece): me parece un tebeo con un guión notable y un dibujo de matrícula de honor.
Asín sí :P.
Y eso que el Daredevil de Nocenti estaba dibujado por el John Romita Jr. bueno, jeje
A mi lo que me escama es que los buenos dibujantes parecen cansarse muy deprisa y hay que buscarles sustitutos muy rápido. Aquí hemos tenido suerte que Rivera y Martín se complementan muy bien y no se nota la ausencia de uno u otro. Lo malo es cuando ponen de sustituto al Pham y lo fastidian.
Pues a mi este nuevo cuernecitos me ha convecido bastante,las historias frescas y aventureras que Waid le ha dado al personaje me han enganchado,aunque tambien tengo que admitir,que no se puede tener a daredevil siempre en el alambre,pasándolo de ser un personaje adulto y oscuro a mas aventurero y comercial,cada vez que las ventas vayan mal(que siendo DD es casi siempre);y debería de tener una estabilidad argumental.Pero bueno,de momentos disfrutaremos hasta el nuevo cambio.Respecto a la calidad Guion/dibujo,en mis tiempos de juventud,sobre todo,primaba el dibujo,aunque el cómic fuera una basura;eso si ,ya en mi madurez,el guion es lo primero,dejando el dibujo a un segundo plano;aunque tambien reconozco que las dos cosas son necesarias para que sea un buen cómic.(estas cosas con John Byrne no pasaban….jejejeje).
Autobombo desvergonzado: http://elnorteestallenodefrio.wordpress.com/2012/11/22/la-ligereza-futura-el-daredevil-de-waid-rivera-y-martin/