David Boring

Edición original: David Boring (editado por Pantheon Books)
Edición nacional/ España: Ediciones La Cúpula
Guion: Daniel Clowes
Dibujo: Daniel Clowes
Formato: Rústica con solapas; 148 páginas en blanco y negro
Precio: 16,90€

Hubo una época en la que Daniel Clowes hacía cómics sobre gente joven; hubo una época en la que Daniel Clowes hacía cómics en blanco y negro. David Boring fue el punto y final a ese glorioso período en el que publicó obras de tal calibre como Ghost World o Como un guante de seda forjado en hierro. Fue una etapa de excelente nivel para el artista, aunque lo que vino después también estuvo a la altura, sobre todo con Paciencia, su gran obra maestra para quien suscribe estas palabras.

David Boring tiene tintes de thriller, y está muy influenciado por el cine y la metanarrativa, pero esencialmente, si la queremos catalogar, pertenece al género Daniel Clowes. Lo singular y pintoresco de esta obra (al igual que el resto de tebeos producidos por el autor nacido en Chicago en 1961) hace que solo pueda existir en ese maravilloso y particular universo generado por el inagotable torrente creativo de Clowes. Es decir, Clowes tiende a la amalgama de elementos de distintos géneros que conducen a lo inclasificable por las vías tradicionales que se encargan de etiquetar a la obra artística. En el conjunto de su obra, siempre está presente el humor, pero también la tragedia y el infortunio, o incluso elementos románticos, pero esto no significa que sus tebeos sean comedias o dramas, o dramedias, sino una mezcla de todo a la vez. De esto precisamente no escapa David Boring, mostrándose, como siempre, como una obra genuinamente clowesiana.

Este cómic comprende los números 19, 20 y 21 de la publicación Eightball en la que Clowes serializó todas sus obras (sin contar con la inclasificable y primigenia Lloyd Llewellyn) hasta Ice Haven. Después de este tebeo, publicó fuera de la serie Eightball, hasta que años más tarde hizo un único y último número que se correspondió con el tebeo El rayo mortal, poniendo así punto y final a tan mítica cabecera. De este modo, nos encontramos que David Boring se publicó entre Ghost World (su obra más popular) y la ya mencionada Ice Haven. No cabe duda que Clowes en aquellos años estaba en plena forma. De hecho, David Boring se acabó de publicar finalmente en el año 2000, justo un año antes de que se estrenara la adaptación cinematográfica de Ghost World, película que pondría el nombre del historietista en boca de todos; incluso del público ajeno al noveno arte.

Clowes ha manifestado en más de una ocasión que no le gusta escribir; que lo que realmente le gusta es dibujar. Pese a que el dibujo de este cómic es magnífico, algo habitual en este autor, sus dotes literarias están a la altura del mismo. Hay momentos que su prosa alcanza unos niveles de lirismo, belleza y precisión que hacen que Clowes no solo se muestre como un gran dibujante, sino también como un soberbio narrador literario. Al fin y al cabo, la perfecta combinación de ambas disciplinas artísticas son las que elevan a un historietista total al Olimpo del cómic, y Clowes pertenece a ese selecto grupo de historietistas, siendo un grande entre los grandes de las tres últimas décadas.

David Boring de Daniel Clowes

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Hay dos elementos recurrentes en la vida y obra de Clowes que hacen acto de presencia en David Boring. Por un lado, la influencia de los superhéroes. No es casualidad que el padre del protagonista sea un dibujante de cómics de superhéroes, y que éste, en la búsqueda por conocer a su padre, se obsesione con el único testamento y testimonio que tiene de un progenitor que apenas conoció: un cómic genuinamente pulp, The Yellow Streak Annual, que un servidor desearía leer en su totalidad. La mayoría de autores de comics alternativos norteamericanos crecieron bajo el influjo de unos personajes vestidos con mallas. Clowes no es una excepción, y pese a que no ha trabajado para Marvel o DC, sí que ha aportado su particular visión del género en obras como El rayo mortal o el relato corto Black Nylon. Y como bien se indica dentro del cómic, no hay que confundir al padre de David Boring (de nombre desconocido) con el dibujante real Wayne Boring, que estuvo entre los años 40 y 60 asociado a la figura de Superman. Por otro lado, la cinefilia del artista está muy presente aquí. Desde esa competición entre padre e hijo, en la que el propio David Boring se ve como un director de cine que afirma que hacer películas es algo superior a hacer cómics, hasta la escritura de un guion cinematográfico como dios manda en tres actos. Precisamente, el cómic está compuesto por 3 números que aluden cada uno a los tres actos que todo guion de narrativa clásica debe tener. Lo irónico del asunto es que este cómic dista mucho de tener narrativa clásica, y en vez de ser progresiva, es eminentemente circular. Ademas de esto, la influencia del cine negro es muy poderosa en este tebeo. Clowes se empapa de este género y lo impregna a la hora de generar ambientes, pero, sobre todo, si hay una película de la que es deudora es de Vertigo de Alfred Hitchcock (un filme que va más allá del género, al igual que David Boring). Depende del día, la considero la mejor película de todos los tiempos. David Boring no deja de ser un James Stewart obsesionado con un tipo de mujer que encuentra hasta en dos ocasiones gracias a dos hermanas con un enorme parecido físico. Clowes no oculta sus referentes, y directamente un personaje compara a Boring con Stewart. La obsesión y lo insano de las relaciones, algo capital en Vertigo, no solo forma parte de este tebeo, sino también en el resto de cómics del autor de Mister Wonderful.

David Boring supone una de las cimas artísticas de Clowes; un autor que ya de por sí tiene en su haber un buen puñado de tebeos que están entre lo mejor que ha creado el cómic norteamericano en las últimas décadas. Pocas veces podemos llegar a leer un cómic en el que no sabemos qué pasará en la siguiente viñeta. David Boring es esa clase de tebeo y mucho más.