Cuando pensamos en la unión del cómic con otras artes casi de manera instintiva nos viene a la mente aquellas con las que parece guardar un vínculo narrativo más directo, se habla mucho de la influencia de la literatura en tanto que ambas utilizan como medio la palabra escrita, se trazan similitudes con el cine o la televisión al utilizar las secuencias de movimiento y, en épocas más modernas, los videojuegos, especialmente desde que estos se dedican a contar historias más complejas que el típico “coge a la chica, mata al malo y salva al planeta”, como mucho nos remitimos a la pintura pero sin ir mucho más lejos. Pero lo cierto es que el arte como medio de expresión trasciende en muchos casos el propio soporte en que está realizado y esto hace que tanto público como artista pasen de uno a otro, con esto se puede afirmar con rotundidad que no solo existe una relación entre el cómic y la música sino que esta es mucho más grande de lo que a priori pudiéramos pensar surgiendo ejemplos de todo tipo, desde canciones dedicadas a personajes del noveno arte (Jimmy Olsen’s blues de Spin Doctors) o dedicadas a obras y autores (Can u dig it de Pop will eat itself donde cantaba un joven Clint Mansell), personajes que reciben nombres de canciones (Negasonic teenage warhead de Monster Magnet, de los cuales alguno de ellos afirmaba ser heraldo de Galactus en los créditos del disco), autores que se mueven en ambos medios (Gerard Way de My Chemical Romance, Glenn Danzig o, ya en España, Javier Rodríguez que fuera guitarrista de Cactus Jack), dibujantes haciendo portadas de discos (desde Alex Ross hasta Todd McFarlane), guionistas influenciados por canciones (en Kabuki, David Mack nombraba la canción reptile de Nine inch nails como fuente de inspiración), cómics sobre músicos (¿alguien dijo Kiss?) con lo que hasta la propia Marvel tuvo su sección musical que amenaza con volver o, como no, modas musicales (en Gen13 no se si hablar de Grunge o de Burnout eliminando al malo de turno con un riff de Soundgarden), de hecho si otras modas influenciaron la creación de personajes, como las películas de artes marciales hicieran con Puño de hierro, la música no iba a ser menos y ahí es donde entran los personajes como Dazzler.
Es difícil situar con exactitud el origen de la música disco, en este tipo de cosas suele haber mucha discrepancia y no será aquí donde se discuta, pero lo que está claro es que copó las listas de ventas durante unos años comenzando su gran éxito en la segunda mitad de los años setenta, un éxito que le ha hecho dejar su huella en la historia, y es que la música disco pegó muy fuerte en su momento hasta el punto que una banda como Kiss llegó a tener un L.P. (Dynasty en 1979) en el que se atrevían a tontear con este género. No es extraño que algo de tan alta magnitud afecte al mundo del cómic hasta el punto de que Marvel cree a un personaje totalmente vinculado a la música disco como es la famosa mutante Dazzler, una mutante que tuvo su serie propia que llegó a una numeración mucho más alta de lo que se podría haber pensado y que ha estado muy presente en las series de los X-Men hasta la actualidad, no en vano formó parte del grupo cuando Chris Claremont hacía de ellos uno de los mejores cómics de superhéroes que se han escrito en la historia. Con la nueva iniciativa de Marvel Legacy, la casa de las ideas ha decidido sacar un One-Shot que continúe la numeración de algunas viejas series, entre ellas se anunció uno de Dazzler con su número 43, aunque ahora mismo se ha retrasado y no se sabe con seguridad si se va a publicar, no obstante parece un buen momento para dar un repaso a la historia de nuestra disco girl favorita.
DISCO DAZZLER
El origen de Dazzler es bastante curioso, al igual que ocurrió con otros personajes de Marvel basados en modas, fue creada en respuesta a la influencia que la música Disco estaba teniendo en la sociedad, solo que esta vez no sale de la mente de un artista sino de las altas esferas, concretamente de la vicepresidencia de negocios de la editorial, Alice Donenfeld, desde donde se propone que se cree un personaje de estas características bajo unos claros intereses comerciales, pero no solo de vender cómics sino que había más, pues la intención original era buscar una discográfica a la que le interesase sacar un disco simulando que era del propio personaje, algo que ya se había hecho en el pasado y se volvería a hacer después de esto, con lo que la idea no era tan mala solo que con Dazzler se acabó por quedar solo en el mundo del cómic. Sí que hubo una discográfica interesada, Casablanca Records, que de aquel entonces llevaba a gente importante, como Donna Summer o los propios Kiss, y hasta tontearon con la idea de hacer una película, se hizo un guión, se intentó involucrar en el proyecto a gente como Cher o Bo Dereck (años después se volvería a intentar con Daryl Hannah) pero al final no salió adelante, así que centrémonos en lo que aquí nos interesa, el cómic.
A Jim Shooter es al que le llega el encargo de crear al personaje en cuestión y se pone manos a la obra junto a un equipo formado por Tom DeFalco, Louise Simonson, Roger Stern y el dibujante John Romita Jr. el cual se inspira en la figura de Grace Jones junto al maquillaje de algunos miembros de Kiss y hace un primer diseño en el que la mutante es afroamericana pero que guarda muchas similitudes estéticas con la que sería luego, una de las cosas que queda del original es precisamente el maquillaje de la cara totalmente inspirado en el de Ace Frehley. Tras diversas vueltas al nombre entre las que destaca Disco Dazzler, se deciden quedar con Dazzler a secas y hacerla mutante, que parecía lo más adecuado dada la naturaleza a la que iba a estar relacionada. La cuestión es que todo esto sucede a finales de los setenta pero, como los proyectos discográficos se iban ya retrasando, Marvel decide lanzar a la heroína en 1980 en la colección de los X-Men, número 130, una de las mejores series en uno de sus mejores momento con el guión de Chris Claremont y el dibujo de John Byrne.
Lo más curioso de este número es que Dazzler no es más que una secundaria en unas pocas páginas del cómic en el que Claremont y Byrne siguen contando su historia. Cerebro detecta dos nuevos mutantes en dos localizaciones distintas, del de New York se ocupan Cíclope, Jean Grey y Rondador Nocturno que se topan con Dazzler dando un concierto interrumpido por unos hombres con armaduras que se dedican a cazarlos, pertenecientes al Club Fuego Infernal. El tema se desarrolla rápido, Dazzler ayuda a los tres héroes con sus poderes y Cíclope le dice que ella es mutante, que está en peligro y que debe ir con ellos. En el siguiente número sabremos que sus poderes consisten en transformar el sonido en energía luminosa y con ello ayudará a la Patrulla-X a rescatar a algunos de sus compañeros, sin mucho diálogo, y al final del mismo toma la decisión de irse.
Después de esto, Dazzler aparecerá en algunas series como Los Vengadores o Contest of the champions pero son apariciones breves y sin importancia, un poco más interesantes es su participación en Amazing Spider-Man 203 donde se une a Peter Parker contra el Amo de la luz, el villano la secuestra, Spiderman la salva y ambos vencen al villano, de nuevo a medio camino entre secundaria y figurante. El siguiente paso en la trayectoria de este peculiar personaje lo tendremos que buscar en su serie propia.
DANCING QUEEN
Saltamos casi un año, a 1981 donde Jim Shooter, como editor jefe, da la serie de Dazzler a dos autores involucrados en su creación, estos son Tom DeFalco al guión y John Romita Jr. a los lápices que cuenta la historia de la cantante y bailarina que se presenta como “…una mutante normal, una vulgar hija del átomo y ¡transmuto el sonido en luz!”, todo ello mientras lucha contra los secuaces de un mafioso que la perseguía, pero Dazzler no está sola, de la nada aparece Spiderman, bueno, de la nada no, de la mente de los editores que querían que la serie vendiese y no hay nada como meter al trepamuros para intentarlo, una acción que se ha convertido en todo un clásico de la editorial. Pero este número uno no solo trae a Peter Parker, el desfile de héroes es continuo, tras él llega una llamada a la Patrulla-X que le pide que se una a ellos y deje el mundo del espectáculo a lo que ella se niega. Los siguientes son Los Vengadores, se ve que Dazzler cae muy bien en el círculo de superhéroes y la Avispa se preocupa por buscarle trabajo enviando a la Bestia a su casa con un periódico en el que se anunciaba la búsqueda de una cantante, mala suerte la de Dazzler porque alguien de Asgard también está interesada en ese trabajo, la Encantadora ni más ni menos. La mala suerte no es porque pueda perder el puesto, ni mucho menos, la protagonista de la serie gana el trabajo pero también gana una enemiga.
Cuando Dazzler consigue dar su concierto, todos los héroes antes mencionados más la Cosa y la Antorcha Humana van a verla, la acción se da en el escenario cuando la Encantadora llega con sus secuaces y ataca a nuestra protagonista que cuenta con una legión de superhéroes entre el público que no solo la ayuda sino que le acaba por conseguir una audición tras ganar a la malvada asgardiana.
Al margen de todo este recorrido, rápido y algo forzado, por el universo Marvel esta primer historia de la colección de Dazzler nos cuenta su origen. Al ser mutante este no es nada especial, en un momento de tensión en que estaba cantando unos jóvenes violentos interrumpen su actuación y ella suelta todo su poder, lo que sí es más interesante es su relación familiar que presenta a Alison Blaire, una joven que con su esfuerzo se especializa en leyes, canta y aprende a controlar sus poderes, una vida bastante normal que ella decide cambiar al quedarse con su arte con el consecuente disgusto de su padre.
Estamos ante una historia muy marcada por el momento en que se crea, la rebeldía de la juventud, la moda musical del momento, el rechazo de los padres a estas modas en una época en las que se organizaban en contra de las bandas que pervertían a sus jóvenes, cambios políticos importantes en un mundo que se intentaba abrir cada vez más… todo ello se mezcla de manera comercial en esta serie, no es que haya una reivindicación de nada, o al menos no de forma obvia, sino que se ve un intento de captar todas esas ideas y lanzarlas a la venta. En parte se agradece que la protagonista sea femenina aunque uno no puede dejar de preguntarse varias cosas relacionadas con el hecho de que sea la cantante en solitario de música disco en un momento en que estas estaban triunfando, o preguntarse por qué la elección de una villana, o preguntarse por qué Dazzler va con un ejercito de hombres detrás… sin duda eran otros tiempos, a día de hoy estas cosas se harían de otra manera, por “suerte”.
En los siguientes números, Dazzler seguirá enfrentada a villanos de primera línea como el Doctor Muerte, también Pesadilla, pero, una vez más, no lo hará sola ya que los Cuatro Fantásticos están ahí para cubrirle las espaldas, parece que a la joven le cuesta volar en solitario (o que la serie debería haberse llamado Dazzler Team up). En el cuarto número John Romita Jr. se va de la serie entrando a sustituirle Frank Springer que se queda como regular hasta el número 35, poco antes de su cierre, e incluso escribirá algún número, y lo primero que hace es participar en un número cinco en el que Dazzler se enfrenta a Blue Shield siendo ella la única protagonista y sin personajes famosos por en medio, algo que veremos poco en el principio y no tanto por el resto de la colección como se debería al ser una serie de un solo personaje, en cerca de la mitad de los números por increíble que parezca.
Tom DeFalco parece que va atreviéndose a contar algo de Dazzler en solitario e intercala cosas propias con apariciones de Hulk, Quasar o Galactus, siendo este último el punto en el que deja la colección (Dazzler número 11) pasando esta a manos de Danny Fingeroth con el que ya venía colaborando en cómics atrás. Fingeroth continúa con lo que DeFalco venía trabajando en el fondo de la colección y ya empieza a dar más cancha al personaje y a su elenco de secundarios formado por su padre, su abuela, su agente, la secretaria de este, algún ligue durante unos números, claro que los personajes de Marvel no pueden estar sin pasar por su colección y aquí llegan Hulka, Spiderwoman, El Ángel con el que mantiene un romance, Los Cuatro Fantásticos de nuevo o Rayo Negro luchando contra villanos como El Hombre Absorvente, El Doctor Octopus o el regreso de La Encantadora en busca de venganza, pero el avance en la historia del personaje se frena.
Por lo menos los autores parecen dispuestos a avanzar en la vida de Dazzler y cada vez que se encuentra frente a un número que no sea un Team-up se lanzan, así en los números 20 y 21, el ecuador de su serie, cuentan la verdad sobre la madre de Alison, de la cual no supimos nada en todo el recorrido de la colección. En estos números Dazzler también da un concierto y los héroes Marvel acuden como auténticos fans de la superestrella. La introducción del Ángel como regular en la serie al ser pareja de la protagonista tiene dos efectos, el primero que se introduce más de pleno en el mundo de los mutantes, de hecho comenzará a tener villanos habituales de los X-Men como Mistica o Pícara, en segundo lugar esto reduce levemente la cantidad de personajes invitados y permite explorar su faceta personal, como cantante y como heroína.
Durante unos pocos números Frank Springer comienza a trabajar como autor completo, ya que Danny Fingeroth deja la colección, y trabaja la continuidad de Alison Blaire dando poderes a su hermana y compañera Lois a la vez que pone a Pícara, aun en la época en la que esta era una villana, como antagonista de la serie.
A partir de aquí y durante el año de vida que le queda a la serie comienza un desfile de autores que le quita la poca continuidad de la que había gozado. Ken McDonald, Jim Shooter, Mike Carlin, Linda Grant, Bob DeNatale y Archie Goodwing son los que escribirán esos últimos doce números mientras que Frank Springer, Mark Bright, Geof Isherwood, Tom Morgan y Paul Chadwick dibujan esos cómics dando como resultado un puñado de números con historias en su mayoría autoconclusivas y cuya unión era la localización y seguir las rutinas de la protagonista. En el número 38, dibujado por Paul Chadwick, Dazzler sufre un cambio estético más adecuado a mediados de los ochenta muy similar al que llevará posteriormente con los X-Men. Si bien los últimos números de Archie Goodwing mejoran un poco al darle algo de coherencia al conjunto (e intentar cambiar al personaje dando algo de originalidad a un asunto que llevaba tiempo estancado) tampoco es que hagan del final algo digno. Eso sí, gran parte de esta época, de la segunda mitad de la colección, está marcado por unas increíbles portadas de Bill Sienkiewicz que son sin lugar a dudas lo mejor que le ha pasado al personaje hasta este momento. La serie termina en su número 42 con Dazzler simulando su muerte.
YOU SHOULD BE DANCING
En octubre de 1984, entre los números 34 y 35 de la serie, Marvel saca a la venta un nuevo número de la colección Novelas Gráficas esta vez dedicado a Dazzler con guión de Jim Shooter y dibujo de Frank Springer, dos autores a los que podríamos calificar de los más interesados en la historia de Alison Blaire dado la longevidad de su compromiso con este proyecto. Lo que aquí se encuentra no tiene nada que ver con aquel guión en el que Shooter estuvo involucrado para la película de Dazzler, aquello era una suerte de historia futurista con la protagonista luchando contra dos villanas en una especie de acción postapocalíptica, lo que Shooter ofrece es una historia más de Dazzler en la que el título y el argumento más bien parecen un guiño.
La historia no rompe apenas con lo visto en su serie, vemos a sus amoríos y hombres babeando sobre ella constantemente. Alison da clases en un gimnasio para ganarse la vida en su identidad civil mientras que su identidad artística trata de dar nuevos pasos en su carrera, ahora oculta sus poderes con más razón para que no sepan que es mutante, es mal momento para ellos con un odio hacia su colectivo que crece por momentos, de hecho Tormenta se muestra preocupada porque la puedan descubrir en sus conciertos aunque Dazzler se niega a dejarlo.
No hay un supervillano en sí, aunque el papel del productor al que las mujeres “no rechazan” actúa como tal, lo que hay son situaciones incomodas que Dazzler resuelve sin problemas, es una mujer fuerte aunque el tema central que trata el cómic está a medio camino entre los tópicos machistas de lo que debería ser una mujer en sentido clásico y una aventura sentimentaloide. Quizás, si somos un poco amables, podemos ver un trasfondo de queja sobre lo que tiene que pasar una mujer para salir adelante, ya que no deja en muy buen lugar a algunos de los que son los productores de la película a grabar y menos aun a un acosador como Eric Beale que llega hasta a comprar los sitios en los que Dazzler pasa su tiempo para tenerla cerca, pero en ocasiones hay que tener mucha imaginación para llegar a esta conclusión, especialmente según avanzamos al final y a Dazzler la conquista uno de los productores.
Lo importante de esta historia es que Dazzler se desenmascara como mutante frente al resto del mundo, lo cual la lleva a tener serios problemas en su carrera, tanto a ella como a su galante y caballeroso amante que siempre la quiere defender, sin más comentarios sobre el asunto, cerremos el terreno que cubren las obras dedicadas a Dazzler en solitario corriendo un tupido velo y tratando de olvidarlas lo más rápido posible.
THAT’S THE WAY (I LIKE IT)
Dazzler disfrutó a finales del 84 y principios del 85, mientras se publicaban los últimos números de su serie propia, de una miniserie de cuatro números coprotagonizada junto a la Bestia bajo el título “The Beauty and the Beast” que hacia de continuación de su novela gráfica solo que esta vez escrita por Ann Nocenti al comienzo de su carrera, dibujada por Don Perlin y con portadas de Bill Sienkiewicz, todo mucho mejor que lo que vimos anteriormente.
La Bestia va a Hollywood con su gran amigo Simon Williams (Wonder Man), muestra su preocupación por la carrera de Dazzler ahora que su condición como mutante se ha hecho pública. Alison sufre una crisis en una de sus actuaciones y se refugia en un hotel lleno de mutantes para relajarse y controlar sus poderes que andan algo desbocados, La Bestia busca a Dazzler para ayudarla y en un ejercicio de imaginación acaban luchando con un grupo llamado los Gladiadores en una especie de circo romano moderno con el Doctor Muerte involucrado en la historia.
Este equipo nos da lo mejor de Dazzler que se ha visto hasta el momento, el tratamiento de Nocenti del personaje está a años luz del resto de autores y, obviando su primera aparición en la que era más una figurante que otra cosa, es por fin un cómic de Dazzler que merece la pena leer y eso sin ser rompedor con respecto a lo anterior, de hecho los autores son bastante continuistas con la historia de Dazzler, pero los diálogos y los pensamientos que tiene distan mucho de la concepción mucho más tradicionalista de lo que debería ser este personaje por ser mujer que habíamos venido viendo hasta ahora.
WE ARE FAMILY
Tras la cancelación de la serie Marvel dudaba dónde podía encajar a Dazzler, inicialmente se pensó en Factor-X junto a los X-Men originales, que teniendo en cuenta el trato que tuvo con alguno de ellos podía haber encajado muy bien, pero se desechó principalmente por la resurrección de Jean Grey, de hecho este ofrecimiento se hizo en los últimos números de su serie y es Dazzler la que rechaza. Durante unos pocos números se fue de vuelta con Chris Claremont y Bill Sienkiewicz en los Nuevos Mutantes, 29 al 31, como cruce con la Secret Wars 2, cosa que también ocurre al final de su serie propia con Karma y los Gladiadores, los de su limitada con La Bestia, como villanos, es decir, estamos ante el momento en que Dazzler aparece en más sitios teniendo en el plazo de un año cuatro cómics casi simultáneos con gran protagonismo pero, al finalizar estos números, Dazzler desaparecerá brevemente. Los guiones de Claremont y los de Nocenti en comparación con los anteriores da al lector material para hacer una pequeña reflexión con respecto a la visión de la mujer que se tenía en aquella década, es llegar ellos al personaje de Dazzler y cobrar este una identidad propia que ninguno de los otros fueron capaces de darle, ¿no fueron capaces o no quisieron? Esta es una duda compleja, “machismo” parece una palabra difícil de utilizar en estos casos, estamos ante una colección con una intención comercial muy grande y la innovación en campos como la igualdad es una apuesta arriesgada en los ochenta, hoy en día menos, pero los indicadores están en rojo y moviéndose como locos.
Una vez que Alison ve que su carrera está estancada, debido a su destape como mutante, decide irse con la otra gran artista relacionada con los X-Men, Lila Cheney, y formar parte de su equipo dejando de salir en los cómics de Marvel por dos años, hasta que de nuevo Chris Claremont la recupera para su Patrulla-X en el número 214, aquí es donde el personaje forma parte activa de la familia mutante durante un buen tiempo (en cuanto a cantidad y calidad). El cambio en la forma de ver a Dazzler se nota en el primer número, un cómic donde Dazzler está poseída por Malicia y el protagonismo lo lleva ella, Tormenta, Pícara, Mariposa Mental y, de forma muy leve, Lobezno, todas ellas con sus personalidades diferentes y cada una con su forma de actuar frente a las amenazas, vamos, lo que viene siendo personajes tridimensionales.
Claremont introduce a Dazzler en La Patrulla-X poco a poco, dado que Malicia la había poseído, la líder, Tormenta, no se fía del todo y con el equipo mermado la mantiene un poco alejada, lo mismo hace con Longshot, curioso que las mejores historias de ambos personajes por separado hasta este momento hayan sido escritas por la misma autora, Ann Mocenti. Si bien es cierto que Alison por primera vez se ve dispuesta a unirse al grupo las cosas no son tan sencillas, el patriarca mutante es famoso por sus buenas construcciones, no deja nada al aire y va mostrando escenas en las que Dazzler se ve que está cómoda con el grupo pero le es difícil pelear al nivel de algunos, sobretodo con los más “crueles” como Calisto, y su carrera de cantante le sigue llamando, pero sigue sin ser buen momento para los mutantes y están mejor juntos. Para todo ello Claremont le va dedicando cada vez más espacio en sus cómics llegando a enfrentarla con Juggernaut, el cual no la mata por ser fan suyo, pero le planta cara durante un buen rato. A raíz de esta pelea Dazzler se integra del todo en el grupo, en especial asienta su relación con Pícara, que había sido villana de su serie con un par de peleas entre ellas de por medio. No es fácil para ella adaptarse a este mundo pero los autores siempre tienen unas páginas para mostrarnos su avance y como sus compañeros la apoyan en los momentos difíciles.
Durante estos años Dazzler participa en algunas de las sagas más importantes de los X-Men empezando por La caída de los mutantes, donde Dazzler finge su muerte junto al resto del grupo, y siguiendo por Inferno. A raíz de La caída de los mutantes Alison comienza una relación con Longshot que la llevará a estar bastante ligada al Mojoverso y a revivir su enemistad con Pícara, aunque esto no dura demasiado y se soluciona rápido. El papel de Alison aquí consiste en ser una más del grupo y Claremont trata de dar mucho trasfondo a todos los personajes por lo que su avance es lento, no nos engañemos, Dazzler no es un personajes tan llamativo como Tormenta o Lobezno con lo que está algo en segundo plano, pero tiene sus páginas. Si bien trata de aprender lo más posible de sus compañeros sobre cómo ser una aventurera, también trata de enseñarles a socializar dando lugar a uno de esos famosos números donde Claremont se los llevaba de compras, concretamente el primero en el que aparece Júbilo.
El siguiente punto importante en la vida de Dazzler se encuentra en los números 259 y 260 de Uncanny X-Men aun con Claremont a los guiones y bajo el dibujo de Marc Silvestri, allí Guido Carosella, el mutante conocido como Fortachón, se encuentra a Alison en la playa de la casa de Lila Cheney tras haber pasado esta por Lugar Peligroso, por aquella época Guido era el guardaespaldas de Lila y no parte del equipo mutante. Dazzler se recupera físicamente pero sus recuerdos no están, esta pérdida de memoria la lleva a reencontrase con algún viejo conocido y, en un bar, cantar e incluso mostrar sus poderes en público. Básicamente lo que hace Claremont es devolverle su estatus de mutante famosa y viva que tenía antes de la saga de La caída de los mutantes, el autor aprovecha para recuperar al productor que la acosaba en la novela gráfica Dazzler: la película, Eric Beale, convirtiéndolo en un auténtico villano.
Beale intenta asesinar en diversas ocasiones a Dazzler pero, con un tono cómico, falla, lo que si hace es secuestrarla aunque a diferencia con lo anteriormente visto en esta ocasión es ella sola la que se libra del villano, no mediante violencia sino curándolo. Como guiño a su pasado, la película de Dazzler que había quedado inédita ve la luz.
RING MY BELL
Claremont deja ahí al personaje y no volveremos a saber de ella en unos años, hasta 1991, año en que Jim Lee, con diálogos de John Byrne, la trae de vuelta para su X-Men número 5 tomando como punto de partida la casa de Malibú donde los anteriores autores la habían dejado. En esta historia Longshot irrumpe en la casa perseguido por Espiral, la secuaz de Mojo. Alison sigue sin recuperar la memoria, es decir, no hay ningún tipo de avance en ella hasta aquí, donde Lee, apoyado luego por Scott Lobdell, deciden unir su vida con la de Longshot al que convierten en el líder de la revolución de Mundo Mojo. Tras una lucha que se fragua en los números 10 y 11 en la que Dazzler tiene un papel muy importante, luchando mano a mano con el villano y poniendo otra cara a la revolución, descubrimos que está embarazada y se baraja el nombre de Estrella Rota, el mismo que el del personaje venido del futuro, que está en esta época con X-Force y que guarda un parecido razonable a estos dos, vamos es muy similar a Longshot pero el color de pelo es el de Alison.
Meterse en la vida de Estrella Rota da para un texto propio, extenso solo por el jaleo que montaron los diferentes escritores con el nacimiento del personaje, que si es hijo de ellos, que si no lo es, que si viene del futuro, que si está loco…es un tema complejo sobretodo si se aborda cronológicamente, pero aquí sigamos con Dazzler, pues en los siguientes números el supuesto bebé se perderá.
Volvemos a dar otro salto temporal a 1995 para el X-Men 47 de Lobdell y Andy Kubert, una historia protagonizada por los Bebés-X en la que Alison llega al final para salvarlos, entre las pocas palabras que ella dice podemos sacar varios detalles, la guerra en Mundo Mojo está casi acabada, ella y su marido Longshot son considerados reyes y, según Jean Grey, el bebé ya no está en ella. Teniendo en cuenta la lentitud del paso del tiempo en el universo Marvel debería estar con un embarazo muy avanzado… más o menos, todo ello está algo pillado por los pelos, pero no nos queda más remedio que creernos lo que Lobdell ha escrito, por ahora.
Dazzler regresa a Mundo Mojo y no se sabe de ella hasta seis años después, en 2001 Scott Lobdell cierra su ciclo con las series de X-Men y Uncanny X-Men mediante un cruce de cuatro partes entre ambas llamado “Visperas de destrucción” después del cual llegará la famosa etapa de Grant Morrison. El villano a batir es Magneto y Dazzler llega para formar parte del equipo de Jean Grey, de nuevo es en una conversación con esta en la que sabemos qué pasó, la Era del Apocalipsis de los Bebes-X ha destrozado Mundo Mojo y Alison no sabe si Longshot está muerto o no. En la lucha Dazzler se enfrenta a Magneto y simula su muerte para engañarlo, haciendo que la Patrulla-X gane la batalla jugando al despiste con sus poderes lumínicos, tras esto se marcha del grupo, quedándose en la Tierra y obviando lo pasado en Mundo Mojo, sin mucho sentido, todo sea dicho, dejando de lado a su mundo y a su marido.
Al año siguiente, en el número 67 de Masacre, Gail Simone trae de vuelta a Dazzler de forma muy breve e inconexa, se deja de lado lo anterior y asistimos a un revival de la música disco, motivo por el cual Alison decide ponerse su antiguo disfraz y volver a los escenarios. Por miedo a que pase algo, pues los mutantes viven en otra época de odio, Dazzler contrata a Masacre como su guardaespaldas. Eso y que su pequeño regreso al éxito se concentra en Londres es todo lo que nos da este número.
LAST TRAIN TO LONDON
Hace falta que regrese el patriarca mutante para que volvamos a ver a Dazzler en un puesto de cierta relevancia y con una historia sólida, Chris Claremont y Michael Ryan llegan en 2006 con una nueva serie ambientada en Londres, justo donde Dazzler se había quedado, titulada New Excalibur. Esta reconstrucción del clásico grupo de mutantes europeos está compuesta por un grupo muy heterogéneo liderado por el Capitán Britania, como suele ser, y con gente como Pete Wisdom, Juggernaut o Nocturna, la que fuera miembro de los Exiliados. Lo curioso es que desde esta serie Dazzler estará más presente en el universo Marvel.
Como es habitual Claremont trata de dar sentido a todo, toma a Dazzler allí donde se la había dejado, dando conciertos en Londres, aunque no le va muy bien. Como ocurría en la serie de Masacre, Dazzler lleva su traje antiguo pero ahora lleva el pelo corto y rosa así que se pone peluca. Su actitud también es diferente, es más madura y seria, está algo derrotada y canta solo para ganar algo de dinero aunque no deja que nadie le tome el pelo. La primera historia se la encuentra de morros y sin querer, una versión oscura de la Patrulla-X original ataca la ciudad y los personajes antes mencionados se unen contra ellos, luego seguirán juntos durante 24 números. La historia se vende como algo moderno con regusto clásico y con Claremont por medio no podía ser de otra manera, eso sí, la función de Dazzler es importante en el grupo pero, en principio, como un miembro más, sin que se ahonde en su pasado ni en esos años de Mundo Mojo. Lo que si toma son los detalles originales, la buena relación entre Dazzler y Juggernaut debido a que este era seguidor de su música les lleva a pasar bastante tiempo juntos.
La serie se termina tras dos años de andadura pero a Chris Claremont aun le queda un cartucho que quemar y lanza, junto a Juan Santacruz y Cafu, una miniserie de cinco números titulada X-Men: Die by the sword en la que cruzan sus caminos los dos grupos mutantes dedicados a resolver problemas en el multiverso: Nuevo Excalibur y Los Exiliados. En España este cruce lo pudimos leer en el veinteavo tomo de la serie Los Exiliados y sería el preludio a unos Nuevos Exiliados escritos por el mismo patriarca de los mutantes.
La historia sigue la línea de las dos series que la preceden, usa la base de Los Exiliados y los dos grupos se unen para acabar con una amenaza común, sin necesidad de pelearse entre ellos, que Claremont sabe lo que hace. En lo que respecta a Dazzler, el tomo comienza con ella arrancándose a tener una relación con su compañero Pete Wisdom, cosa que no irá más allá de un par de viñetas pues al reunirse con el otro grupo se encuentra con Longshot y se lanza a sus brazos, encontrándose con el problema de que ahora es él quien no tiene recuerdos. Lo cierto es que la historia no explica nada de qué pasó con el bebé, qué fue de Mundo Mojo, qué pasó con Longshot o por qué Alison lo dio por perdido sin más, pero por lo menos los vuelve a unir. Mientras Dazzler lucha con una enemiga Longshot siente que debe ir con ella, sus recuerdos no vuelven del todo, pero vienen a su mente “las cosas importantes”. Al final del tomo ambos deciden regresar a la Tierra juntos.
Pero este idílico retorno solo les dura unos pocos meses, Peter David toma al personaje de Logshot para el tercer volumen de Factor-X, se une a ellos en el número 35 y allí dice que Dazzler de ha dejado en parte por su amnesia pero sobretodo por ese poder que tiene de que todas las mujeres se sientan atraídas por él, algo que Alison no podía soportar. Si bien esto no encaja demasiado en la historia de ambos, por lo menos ha producido buenos momentos en la obra de David con Factor-X.
TAKE ME HOME
Tras la separación de su marido, Dazzler se va con su antiguo grupo y se dispone a vivir en Utopía, la isla ocupada por los pocos mutantes que quedaban en el mundo, pegada a San Francisco. Los encargados de traerla de vuelta son Ed Brubaker, Matt Fraction y Greg Land en el Uncanny X-Men 502, y será Fraction el que la mantenga durante bastante tiempo en la serie, sin papel protagonista en ningún momento pero presente y paseándose por algunos de los grandes eventos del momento.
Dazzler encuentra en San Francisco un sitio en el que subirse al escenario y conseguir que algunos de los jóvenes mutantes se conviertan en sus fans, mientras tanto puede seguir con su tarea de superheroína junto al resto de la Patrulla-X. Hay un guiño a sus orígenes en estas páginas pues el momento en que se une es a raíz de un concierto tras el que ella y Hada son perseguidas por el Club Fuego Infernal. El papel de Dazzler en estos (muchos) números de la serie es muy similar al que tuviera en la época de Claremont allá por los ochenta, es decir, es un personaje importante a la hora de formar parte del equipo pero su vida personal no avanza mucho ni tampoco se dan datos sobre esas partes ocultas del pasado, eso sí, los autores la tratan muy bien manteniendo lo que el patriarca mutante venía escribiendo sobre ella en ese Nuevo Excalibur.
Advenimiento, Destino Manifiesto, el cruce contra los Vengadores Oscuros de Osborn, Necrosha o Invasión Secreta serán los sitios por el que Alison se dejará ver hasta que finaliza la etapa de Fraction en esta colección de la Patrulla-X. El siguiente escritor es Kieron Gillen, al principio deja de lado a Dazzler pero en cuanto llega el primer evento gordo, Miedo Encarnado, no duda en recuperarla para formar parte de la fuerza de defensa mutante, en Cisma se pone de parte de Cíclope y se la verá brevemente en el gran evento Avengers Vs X-Men por última vez en manos de Gillen. El autor sigue la línea de Fraction o incluso se podría decir que mantiene a Dazzler en un perfil más bajo, poco diálogo y todo más centrado en la acción que en el personaje, lo que viene siendo una secundaria de toda la vida.
UPSIDE DOWN
La vida de Alison Blaire seguirá por otros caminos y con otros guionistas, pero ahora hagamos un pequeño parón en el camino pues en otra serie encontramos alguna explicación a lo ocurrido en el pasado de Dazzler. Debemos irnos al número 259 de Factor-X, al arco argumental en que Peter David cerraba su grandiosa segunda etapa en la colección, de lo mejor que se ha escrito sobre mutantes en el presente siglo.
El cómic escrito por David y dibujado por Carmen Carnero no muestra un especial interés por Dazzler, lo que importa es Estrella Rota, lógico ya que es uno de los protagonistas, y pretende poner punto y final a esa duda que llevaba arrastrando durante más de veinte años. Comenzamos con Rictor en Mundo Mojo luchando en la arena contra un amnésico Estrella Rota, en ese mismo momento los revolucionarios de Longshot entran en acción y los liberan. Rictor tarda un poco pero se acaba dando cuenta que están en el pasado, en plena refriega se encuentra con Alison muy embarazada y ambos la ayudan a dar a luz, ¿a quién?, pues a Estrella Rota, ¿porqué no recuerdan nada de esto ni Dazzler ni Longshot?, porque el Estrella Rota adulto les borra la memoria y se envía a sí mismo al futuro para ser criado por quien debía y para convertirse en el padre de Longshot, sí, el padre de su padre es él mismo, normal que el cómic termine con Rictor diciendo al bebé “Tío… que vida tan rara te espera”.
GOT TO BE REAL
Para seguir con el día a día de Dazzler tenemos que volver a la serie de Uncanny X-Men, esta vez al sexto número del tercer volumen en 2013 con Brian Michael Bendis al frente, donde la vida de Dazzler da un paso más allá, hasta ahora había sido cantante, bailarina, actriz, teclista, heroína, X-woman, revolucionaria… y ahora espía ni más ni menos que de SHIELD. La propia María Hill la ficha para que se ocupe de manera oficial de la nueva postura de Cíclope y su supuesta revolución mutante bajo el miedo de que este se convierta en un terrorista. Ya que en Cisma ella se había puesto de parte de Cíclope y en Avengers versus X-Men había intentado frenarle parece una candidata más que adecuada.
El número 9 es el que Bendis dedica a Dazzler y la pone frente a los X-Men de Cíclope con las cartas sobre la mesa, lo que me gusta de este número es que Bendis la muestra como una persona inteligente, autosuficiente y nada manipulable, lejos quedan ya los números de los ochenta y eso se agradece, es capaz de engañar a gente y trazar un plan para acabar sabiendo la localización del grupo de Cíclope. Lo malo es que esto le dura poco, al final de este número Mística la envenena, la secuestra y la sustituye, haciéndose pasar por ella durante los siguientes capítulos, pero no contenta con eso se dedica a utilizar su cuerpo para crear Hormona de Crecimiento Mutante.
Un año después, aun bajo la dirección de Bendis, Magneto la rescata pero Mística huye sin que Dazzler pueda vengarse, es un momento duro para ella, lo que le lleva aun cambio estético que da lugar a una imagen más oscura, con un toque punk, que se pudo ver por primera vez en el cruce de los X-Men con el evento Pecado Original. Además Alison se ve abandonada por SHIELD con lo que decide dimitir y seguir como mujer-X.
Una vez más Dazzler escogerá el bando de Cíclope y se quedará en la colección hasta que Bendis se va y esta cierra en su número 600, que vendría a ser el 36 en la numeración de este volumen. De todos esos números nos debemos quedar solo con uno, el 33, en el resto Dazzler hace su papel secundario de siempre, pero en ese vuelve al helitransporte de SHIELD y pide a María Hill información sobre Mística para capturarla a cambio de que estos borren todo lo que tengan sobre el grupo de Cíclope, ni que decir tiene que Alison consigue su venganza y la arresta. La historia termina con Dazzler subiendo de nuevo a un escenario.
BAD GIRLS
La tercera Secret Wars llega a Marvel y con ella un buen montón de versiones alternativas de nuestros personajes, Dazzler, que ya había tenido unas cuantas por ahí (Era de Apocalipsis o el universo Ultimate entre otras) aparece como parte del grupo Fuerza-V, una vez acabado el evento y de vuelta en el universo Marvel normal, la editorial decide dar una colección al grupo de mujeres en la que Alison tendrá su hueco por partida doble pues no solo entrará ella sino una Thor-Dazzler venida del Mundo de Batalla del Doctor Muerte.
Dazzler es reclutada por Singularidad, una entidad venida del mencionado mundo de las últimas Secret Wars que la recuerda por haber formado parte del grupo en la otra realidad. Alison tendrá cabida en la serie hasta su último número, el diez, escrita por G. Willow Wilson y Kelly Thompson con dibujantes como Jorge Molina, Ben Caldwell o Paulo Siqueira, que hacen de ella una delicia en todos los sentidos.
Las autoras nos dan a la Dazzler de la última etapa de Bendis, decidida pero cabreada y con su look oscuro, pero no se lo toman a la ligera y trabajan un poco sobre ella, para ser una serie tan corta hacen un trabajo estupendo. Dazzler encuentra aquí un grupo de amigas con las que puede empatizar en muchos sentidos, a pesar de su situación emocional trata de ser más alegre y vuelve a tener otro cambio de look que sigue en la línea del anterior. La muerte es un tema recurrente, se habla de las veces que Alison falleció y resucitó, una de ellas ocurre al principio de esta serie, pero ahora parece que el peligro es mayor, está infectada por la nieblas terrígenas que en ese momento suponían enfermedad, esterilización y muerte a los mutantes.
Las últimas apariciones de Dazzler hasta el momento las vemos en dos eventos, primero en la Civil War II dentro de la propia colección principal luchando contra Thanos y en la de Fuerza-V pero solo como secundaria sin más, el siguiente es el reciente Inhumanos contra X-Men y su previo Death of X, de este menos se puede hablar pues Alison aparece en alguna imagen de lucha como figurante. Ahora queda ver si se publica ese número 43 de su colección o si algún grupo, ya sea mutante o no, la vuelve a acoger.
¿QUÉ PUEDO LEER?
El personaje de Dazzler no ha sido siempre bien tratado, su origen era una apuesta por abrir mercado, una idea que se había hecho y se volvería a hacer con un éxito que Dazzler no tuvo. Su serie propia, si se la puede llamar así, peca de banal y algo machista, si bien es cierto que eran otros tiempos y que el hecho de que una mujer protagonizase una serie propia podía verse como un avance, su carácter de Team-Up y la forma que se da a su personalidad hace que se le reste mérito a esta acción. Así que lo más recomendable es ir danzando de serie en serie para observar su evolución, la parte positiva es que es un personajes que ha formado parte de algunas de las etapas más importantes de los X-Men y su lectura es muy agradable.
Se debe empezar por la Patrulla-X de Chris Claremont y compaginarlo con la serie de La Bella y la Bestia de Ann Nocenti, después de mucha buena saga hemos de llegar a esos números de Scott Lobdell en X-Men que hablaban sobre Mundo Mojo sin extenderse mucho en esta época. La siguiente parada recomendable son las series de New Excalibur y su conclusión en X-Men: Die by the sword, no es una lectura tan buena como la anterior pero está bastante bien. De ahí habría que saltar a las series antes mencionadas de X-Men por Fraction primero, Gillen después y Bendis al final, en general son etapas decentes, la parte de Bendis no es lo peor que ha hecho con los mutantes y los números dedicados a Dazzler están especialmente bien. En último lugar estaría Fuerza-V, una serie recomendable, muy entretenida y sencilla. Con esto cumpliríamos lo básico para conocer la vida de Alison Blaire de momento.
Alpha Flight
Puño de Hierro y Luke Cage
Cable
Caballero Luna
Halcón Nocturno
Máquina de Guerra
Silver Sable
Solo
Los Vengadores de los Grandes Lagos
El Merodeador
Ojo de Halcón: Kate Bishop
Gamora
X-23, Lobezna
Kingpin
Ms. América
J’son, Rey de Spartax
Ego, el Planeta Viviente
Mantis
Runaways
Buen y detallado artículo, pero echo de menos una mención al vol. 2 de Extreme X-Men, que tuvo a Dazzler como principal protagonista y que no estuvo nada mal.
Muchisimas gracias.
Lo cierto es que igual debería haberlo mencionado pero no lo puse porque no pasa nada interesante a Dazzler, vamos, lo mismo que en la mayoría de números de X-Men XDD. Y eso que como dices la serie no estaba mal.