«Nadie es perfecto. Todos cometemos errores, grandes y pequeños. Aún así, seguimos tirando la primera piedra.»
Los relatos carcelarios han sido tradicionalmente un retrato extremo de la parte más dura y oscura del ser humano. Los personajes recurrentes de este tipo de historias y la atmósfera por la que se suelen mover, nos hablan de miedo, libertad, violencia y redención. Podría parecer que a estas alturas nada nuevo se puede aportar al subgénero, pero las cárceles siguen siendo un interesante microcosmos reflejo de nuestra sociedad y sus monstruos. Esto explica el éxito de cabeceras televisivas como Orange is the new black, Mindhunter o Making a Murderer, propuestas en las que tienen un papel destacado los recintos carcelarios y sus residentes. Es aprovechando la estela de estas historias que el guionista estadounidense John Arcudi y el dibujante serbio Toni Fejzula nos presentan Dead Inside, serie limitada publicada por Dark Horse Comics que Planeta Cómic ha tenido a bien traer a nuestro país.
La cabecera de Dead Inside comenzó su publicación en 2016 para narrarnos las pesquisas de la detective Linda Caruso a la hora de resolver un caso asignado por el Departamento de Crímenes Carcelarios de la Oficina del Sheriff del Condado de Mariposa. Lo que en principio parece un simple ajuste de cuentas y un suicidio en la penitenciaría de Bennett se complica con cada nueva pista que llega a las manos de Caruso. Pronto, nuestra protagonista comenzará a hacer avances a pesar de encontrarse con la oposición de sus superiores y a expensas de un entorno terriblemente hostil que pondrá a prueba sus nervios de acero y habilidades innatas. La resolución al misterio que plantea Dead Inside lo resuelven sus autores en tan solo cinco números, llenos de ritmo, acción y constantes vueltas de tuerca.
En su planteamiento esta obra tiene un evidente gusto por lo clásico, aunque su desarrollo muestra algunas licencias modernas que acaban siendo lo más interesante del planteamiento. Su guionista John Arcudi se ha curtido durante años trabajando con personajes y series como The Mask, Barb Wire o los juguetes de Mike Mignola en las aventuras de la Agencia de Investigación y Defensa de lo Paranormal del universo de Hellboy. Es un autor que siempre ha parecido moverse en un segundo plano pese a sus virtudes como narrador; una cuestión que tiene su réplica en el personaje principal de esta historia que debe enfrentarse a la burocracia, el sexismo y las ideas preconcebidas sobre su persona que tiene la gente que le rodea. El contexto en el que se sitúa la obra sirve para amplificar estos temas aparentemente secundarios sumergiéndolos en un baño de género negro.
Dead Inside es un relato con todos los ingredientes habituales de este tipo de historias y, en ese aspecto, puede resultar o entenderse como escasamente original. Una muestra de la dificultad para hacer su argumento llamativo son los giros de la trama, en ocasiones excesivamente relacionados con su protagonista. No obstante, Dead Inside nos entrega un personaje femenino bien definido, con aristas e impurezas, justificado por la necesaria falta de idealización que requiere la historia. El resto de secundarios son comparsas, desarrollados en superficie y grises como las paredes de la cárcel retratada por Toni Fejzula. Son el ritmo que imprime el serbio a la narración, y la intriga que su compañero maneja en el guion, los elementos que consiguen que el cómic mantenga la tensión por su desenlace.
El apartado gráfico utiliza habitualmente una narración de cinco viñetas por página de tamaño variable, a excepción de la primera página de cada capítulo con una religiosa cuadricula de seis viñetas que acompañan las reflexiones interiores de la protagonista. Hace unos años Fejzula nos sorprendió a todos con la belleza que imprimió a su trabajo con Greg Rucka en Veil, una propuesta que se distanciaba en parte de lo que había venido haciendo hasta el momento en el medio. En Dead Inside vuelve a los orígenes con sus claroscuros y unas perspectivas de inspiración pictográfica forzadas e imposibles pero que en esta historia añaden un sentido opresivo al conjunto. En su atmósfera es casi palpable el sudor, el aire rancio y humo de tabaco, a pesar de que el color de Andre May no parece acaba de captar ni los lápices ni las intenciones de Fejzula.
Dead Inside no intenta ser más de lo que aparenta, una historia con algunos elementos ya inevitables en el género que destaca por la caracterización de su personaje principal. La confrontación entre agentes de la ley, el coqueteo con el lado oscuro de la misma, las trapicheos en la cárcel, los personajes de carácter duro y depresivo, el gris como definición de un mundo a escala de nuestros propios miedos, debilidades y pasiones. Todo ello conforma un cómic que no sienta precedente pero cuyo desarrollo sobrio y contenido, perfectamente identificado por las portadas de Dave Johnson, puede resultar una agradable píldora para los aficionados a este tipo de relatos. La edición de Planeta Cómic viene acompañada de una galería de ilustraciones y unos jugosos extras en forma de bocetos comentados por Fejzula en los que nos ofrece pistas sobre su talento e inspiración.
Valoración Final
Guión - 6.5
Dibujo - 6.5
Interés - 7
6.7
Entretenida
Dead Inside es una historia adscrita al subgénero carcelario cuyo mayor aliciente es su punto de vista y su personaje protagonista. La serie maneja de forma correcta la intriga y el apartado gráfico de Toni Fejzula aporta ritmo a su misterio. El resultado aunque no original se muestra entretenido y de lectura ágil.