Deathstroke – Primera temporada

Slade regresa y lo hace encerrado en Arkham.

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Edición original: Deathstroke núms. 36-43 USA y Teen Titans núms. 27 a 29 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Adam Glass, Christopher Priest .
Dibujo: Bernard Chang, Carlo Pagulayan, Ed Benes, Fernando Pasarín.
Entintado:.
Color:.
Formato: Rústica, 264 páginas. A color.
Precio: 24,95 euros.

Creado en los fuegos de la década prodigiosa, Deathstroke se resiste a abandonar a los aficionados y continua, tras el cierre de su serie regular en España, apareciendo en tomo recopilatorios que logran mantener a raya el ansia de lecturas del anti héroe por excelencia del Universo DC. Como crítica a esto se debe añadir que, si bien se continúa disfrutando de esta excelente serie, se hace con varios formatos distintos. Los primeros tomos dentro del estilo de Renacimiento, para pasar a un tomo en tapa dura y para terminar con el tomo en cuestión, que se adscribe a la nueva fórmula editorial de ECC, denominada Primera Temporada. Un baile de ediciones que no debe porque agradar a todos los aficionados.

Antes de comentar las bondades del trabajo de Priest, es necesario remarcar que entre todas las series DC del momento, Deathstroke es una rara avis que no logra despuntar entre las series de otros héroes con un recorrido y peso editorial mayor. Slade lucha en otra liga, una que se mueve por debajo de la de Superman, Batman o Wonder Woman, pero que disfruta de una de las narrativas más lúcidas e inteligentes de los últimos años.

Tras los acontecimientos que llevaron a enfrentar a Batman y Slade, llega la continuación de la serie con una historia que busca profundizar más en la psique de Deathstroke. Para ello, Priest, configura un escenario extraordinariamente atractivo, dónde pone en marcha un juego de medias verdades y medias mentiras, con el que ir manipulando no solo al protagonista, sino al propio lector que recorre la trama con la sensación de que nada es lo que parece a primera vista. Con Slade encerrado en Arkham, sometido a terapia extrema y pugnando por recuperar su libertad, Priest logra introducir al aficionado dentro de la esencia más prístina del personaje. Slade se muestra complejo, algo que ya se sabía desde que Priest trata con él, pero además lo muestra profundamente dañado emocionalmente, logrando que ese precario equilibrio de su dualidad moral continué siendo lo suficientemente sólido como para aportar nuevas capas de caracterización. A fin de cuentas debe moverse en el afilado marco del anti héroe de moralidad cuestionable, pero sin perder atractivo que permita al lector sentirse interesado e incluso atraído por el personaje.

Priest, en la primera parte del tomo logra cerrar infinidad de cabos sueltos y sin dejar de lado su característica narrativa disruptiva, cose de forma brillante aspectos que se arrastran incluso desde los primeros números de la serie. Algo que sin duda comienza a oler a que nos acercamos al final del trabajo de Priest en la serie. Adentrarse en esta primera parte de la historia es un ejercicio estimulante, un reto de lectura, que invita a revisitar todos los números previos, logrando que la experiencia sea algo profundamente gratificante. Densa, retorcida, inteligente, emocionante y profunda, sabe introducirse entre los pliegues psicológicos de Slade, sin desmerecer en ningún momento la parte más aventurera del género.

En este mismo tomo se incluyen los números que unen a Slade con los Jóvenes Titanes de Glass, en un choque que como se puede esperar satisface con creces las expectativas que este tipo de historias suelen generar entre los aficionados. Y es que el tándem Glass/Priest se complementan de forma extraordinaria, sabiendo lo que este tipo de cruces pueden aportar si se tratan con honestidad y no como una mera herramienta editorial.

Sin duda alguna, esta segunda parte se puede leer sin haber catado el tomo de los Jóvenes Titanes Primera Temporada, pero si se lee de forma previa, la experiencia resulta mucho más envolvente. Recordemos que en dicho tomo se narra la génesis del grupo y se muestran las intenciones de Damian Wayne respecto a como se han de enfrentar a los villanos que trabajan para una mente criminal superior. Esto si que es un dato fundamental puesto que es la punta de toque sobre la que los acontecimientos giran y son el detonante de la trama que enfrenta a un obsesionado Damian con Slade.

La historia de Slade con los Titanes viene de lejos y Priest y Glass explotan tal circunstancia sin caer en los tópicos, ni en la nostalgia más añeja, siendo capaces de moverse con soltura con los personajes de esta nueva encarnación de los Titanes. Aprovechan a la perfección sus recursos y generan nuevas situaciones que permiten que la acción prosiga de forma muy orgánica, sin que el cruce de las series resulte un parón en el normal devenir de la serie de los Titanes y Deathstroke.

Los Jóvenes Titanes de Glass son toda una sorpresa dentro de las publicaciones de DC y unirlos a una de las mejores series DC del momento, no es sino una brillante jugada que brilla por si misma. No hay fuerza bruta en esta historia, sino un fluir dinámico de los acontecimientos que denota una gran planificación argumental, para que las cosas pasen cuando han de pasar. La trama no se nota forzada, ni juega a engañar al lector, sino que se mueve con soltura y desarrolla todo su potencial sin caer en tópicos de escritor de segunda.

Desde Zona Negativa no nos vamos a cansar de recomendar esta serie, que con sus más y sus menos, como siempre ocurre cuando un guionista se hace cargo durante tanto tiempo de un personaje, se erige como una de las series fundamentales del catálogo actual de DC en nuestro país. Una obra retadora, llena de acción, excelentes diálogos, cuidada narrativa y exigente trama, que no defrauda a quién decide darle una oportunidad. Una serie que, en este tomo, además, se deshace del estigma del baile de dibujantes, centrando su parte gráfica en las sólidas y solventes manos de Carlo Pagulayan y Fernando Pasarín, que muestra un estado de forma envidiable. Ambos desarrollan un trabajo cuidado, de elegante línea al servicio absoluto de la historia que Priest plantea. En el tomo también tenemos a Bernard Chang, el dibujante de los Titanes que continúa desarrollando su trabajo con la misma solvencia vista en el tomo de Primera Temporada. Sin duda algo que logra que la serie resulte más atractiva visualmente y despegue de forma clara en uno de los aspectos más débiles hasta el momento.

Solo queda cerrar estás líneas con la invitación, de nuevo, de darle una oportunidad a la serie por su calidad y por ser uno de los mejores trabajos desarrollados por Priest. Sin duda alguna una obra que el tiempo pondrá en su sitio y acabará por ser reivindicada.

Edición original: Deathstroke núms. 36-43 USA y Teen Titans núms. 27 a 29 USA. Edición nacional/ España: ECC Ediciones. Guión: Adam Glass, Christopher Priest . Dibujo: Bernard Chang, Carlo Pagulayan, Ed Benes, Fernando Pasarín. Entintado:. Color:. Formato: Rústica, 264 páginas. A color. Precio: 24,95 euros. Creado en los fuegos de…

Imprescindible.

Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 9

8.3

Priest está logrando construir una etapa gloriosa del personaje que, sin hacer ruido mediático, despunta muy por encima de otras muchas series del Universo DC. Un trabajo sólido y elegante, inteligente y exigente, que no defrauda.

Vosotros puntuáis: 9.12 ( 7 votos)
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Sardath
Sardath
Lector
28 diciembre, 2019 11:14

A mí Priest me gustó en los 10 números que hizo de Justice League. No sé cuánto durará Venditti, pero Priest podría ser una interesante opción para volcar la Justice League en tramas más terrenales que tras las carreras de Johns, Hitch y Snyder ya va siendo hora. Volviendo a Deathstroke solo he leído los crossovers con Teen Titans, a ver si me animo a leer el resto de la colección.

Vansalth
Vansalth
Lector
En respuesta a  Sardath
29 diciembre, 2019 19:55

Primero dejemos a Venditti. Si le dejan hacer, es muy buen guionista.

Drury Walker
Drury Walker
Lector
En respuesta a  Sardath
30 diciembre, 2019 13:22

La etapa de Priest en la Liga fue un poco raruna pero muy divertida. Y si que vendria bien un cambio de aires con tanta amenaza planetaria, universal, multiversal, omniversal,metaversal…

Sobre Deathstroke, soy de la minoria que no lo ven una obra maestra. El primer tomo es un poco durillo por lo que supone de presentacion, redefinicion de personajes y algunas caracterizaciones discutibles. Yo lo cogeria para no perder hilo argumental y seguiria con el segundo, que es muy disfrutable ( el numero con creeper y todo lo de Leon Rojo es oro). A partir de ahi los puntos algidos para mi son el arco contra Batman y este tomo. Leido todo de corrido gana mas, por cierto. Si despues del segundo tomo no te va,es que no es para ti.

El tomo empieza muy bien, compartiendo el lector la desorientacion con el personaje. El homenaje a Deadpool es gracioso y aporta. La representacion de ese Asilo Arkham caotico y masificado es muy chula y explica mejor el tema de las fugas. Es una de las mejores historias de Dos Caras en años y de lo mas interesante que se ha hecho con Hugo Strange.

El cruce con los Titanes es mas eficaz que el anterior, mas crudo y directo al grano. Ademas estos titanes son los mas interesantes desde por lo menos 2011 y Chang se sale sobre todo en diseños y ambientacion.

Saludos!

sergiobv
sergiobv
Lector
28 diciembre, 2019 17:54

Entrevista a Pasarín ya¡¡¡