Pues aquí estamos de nuevo para contarles qué nos han parecido los números uno de las colecciones lanzadas el mes pasado por las editoriales de cómic independiente norteamericano. La idea, ya saben, es señalar aquellos que más nos han gustado, o juzgar si los que más expectación nos fueron generando con el anuncio de sus respectivas publicaciones entrevistas promocionales a los autores, imágenes previas, etc. estaban a la altura de la misma. Por tanto, en general lógicamente las notas de valoración serán altas, excepto en el caso de que nos encontremos ante una decepción. Pero claro, esto también corresponde al bizantino mundo de los gustos, y quizás ustedes no encuentren en las próximas líneas algún título que les haya parecido meritorio. Hágannoslo saber, y hablemos de ello en la sección de comentarios.
Nos ha faltado en esta edición correspondiente a abril hacernos con algún debut, como el World War Tank Girl que recomendaba no hace mucho nuestro compañero Daniel Gavilan, así que no hemos tenido forma de saber de primera mano si recomendarlo o no. Y hay proyectos que hemos dudado si incluir aquí, como The Sovereigns número cero, ya que en rigor no es un primer episodio, y que ya veremos qué tal está su arranque nominal próximamente. En fin, que como ven, creemos que con cada entrega les llamamos la atención sobre lo más interesante que aparece en el panorama indy estadounidense, pero que somos conscientes de que esta selección al final no es más que nuestra propuesta, no una verdad inamovible. Echen un vistazo y decidan si están de acuerdo con ella.
Bullwhip, de Josh Bayer, Ben Marra y Al Milgrom. Fantagraphics.
La línea All-Time Comics, creada por Fantagraphics para ser una extraña amalgama entre el cómic alternativo y el retro de superhéroes tiene en Bullwhip su segundo lanzamiento. Y es quizás incluso más divertido que el anterior, Crime Smasher. Nos encontramos a la protagonista, una justiciera enmascarada que enarbola un látigo, en medio de la acción, como si abriésemos las páginas de un número al azar de una colección que nunca existió, y que en el episodio anterior se quedó en un continuará. Bullwhip debe defender durante un concierto a una evidente análoga de Wendy O’Williams, la cantante del grupo punk de finales de los 70-principios de los 80 llamado The Plasmatics. El villano conocido como El Misógino quiere acabar con la vida de la provocativa y empoderada estrella del rock. Pero ese no será el único problema de la heroína, ya que un vampiro llegado del futuro ha emprendido una campaña para localizar a una mujer crucial para que su mundo llegue a nacer, y está dejando un rastro de cadáveres en su empresa.
Bullwhip está lleno de acción sin pausa; la estética y coloreado son totalmente vintage, como los tebeos de cuatro colores de superhéroes de finales de los 70, aunque con un punto más tosco y escabroso: aparte de los temas pijameros habituales, podemos encontrar aquí desmembramientos, desafío a la autoridad, y una protagonista cuya su idiosincrasia cercana al bondage es más evidente que en por ejemplo Wonder Woman. Divertidísimo, ojalá lo lleguemos a leer en castellano, con el resto de títulos de All-Time Comics.
Valoración:
Britannia: We are about to die, de Peter Milligan y Juan José Ryp. Valiant Entertainment.
El detective romano Antonius Axa ha vuelto a la capital del imperio gobernado por Nerón tras los hechos narrados en Britannia, la miniserie en formato prestigio que el año pasado nos encantó a cargo del mismo equipo creativo. Axa está siguiendo el rastro de varios jóvenes desaparecidos de familia alta, y este le lleva a una pila de cadáveres en el templo de Apolo. Las víctimas son aquellos que Axa debía encontrar, y él juraría que ha visto a la estatua del dios del sol tomar vida brevemente. Los asesinatos siguen repitiéndose en los días siguientes, aterrorizando la ciudad de las siete colinas, que empieza a culpar a las Vírgenes Vestales que apadrinan a Axa de no hacer bien su trabajo de apaciguar la ira de los dioses. Y claro, esto viene bastante bien a determinados intereses de la intrincada política romana. El primer detective de la historia debe averiguar qué está pasando con esta doble presión encima, pero ¿qué tiene que ver con todo esto ese rastro que le lleva al coliseo y a una invicta y bellísima gladiadora?
Peter Milligan vuelve a demostrar el soberbio nivel que puede alcanzar cuando está más contenido, cuando no se deja llevar por sus ínfulas psicodélicas y punk, introduciendo de manera más administrada elementos de este tipo en sus historias. Y Juanjo Ryp una vez más está magnífico con su hiperlaborado arte, al tiempo bello y visceral. Genial de nuevo esta muestra de que los pasos de Valiant de ofrecer proyectos de variadas temáticas más allá de las directamente colindantes con la superheroica van en la dirección adecuada.
Valoración:
Eleanor & the Egret, de John Layman y Sam Kieth. Aftershock Comics.
El Museé de Coleurs Etonnates de París ha sufrido un asombroso robo: alguien ha conseguido burlar todas sus extremas medidas de seguridad para hacer desaparecer el cuadro estrella de su colección. El detective Belanger solo tiene como pista una extraña pluma dejada en el lugar del delito, así que se acerca a una tienda de animales para averiguar a qué pájaro puede pertenecer. No sospecha que la encantadora experta a la que le remiten y su sobrenatural ave son precisamente los autores del robo.
Sam Kieth se encarga de un maravilloso apartado gráfico en ocasiones influenciado por el ilustrador Alphonse Mucha para un guión de John Layman que sin embargo tampoco es que a priori despierte demasiado interés. Quizás el escriba de la genial Chew nos tenga reservadas sorpresas en las siguientes entregas según avance la rama, pero de momento y por lo que llevamos visto, ni fu ni fa.
Valoración:
Immortal Brothers: The tale of the Green Knight, de Fred Van Lente, Cary Nord y Clayton Henry. Valiant Entertainment.
Faith, la más simpática superheroina del universo Valiant está enferma, metida en la cama. Archer, su novio, intenta hacer su convalecencia más ligera relatándole un cuento, uno que su compañero de aventuras, el inmortal y pendenciero poeta borrachín Armstrong, le contó una vez a él. Se trata de la clásica historia artúrica de Sir Gawain y el Caballero Verde, pero bajo un prisma nunca visto hasta ahora: y es que Aram vivió de primera mano aquellos acontecimientos en la edad media, ya que el caballero de la mesa redonda protagonista del relato no era otro que su hermano Gilad, el Eternal Warrior, en una de las múltiples identidades que ha adoptado a lo largo de los siglos. Ante el desafío del extraño guerrero verdoso que irrumpió en la corte del Rey Arturo poniendo en duda la valentía de los miembros de la Mesa Redonda, Gilad no tiene más remedio que reclutar la ayuda de Aram y del otro hermano de ambos, Ivar, alias Time Walker. Y claro, las cosas no son exactamente como fueron relatadas en los mitos que conocemos.
Fred Van Lente se saca de la manga este relato con ingeniosa premisa, la de aprovechar el background de los tres inmortales del universo Valiant para recontar una historia sobradamente conocida adaptándola a la idiosincrasia de éstos. Y la cosa funciona sorprendentemente bien, con los elementos característicos del Eternal Warrior encajando como engranajes de manera fluida con los mitos artúricos. Además, aprovecha para meter sus pinceladas desternillantes habituales, tanto con la afición de Faith a los juegos de rol como a las “cosillas” habituales de Armstrong. Cary Nord se encarga de dibujar el grueso del episodio en la edad media y Clayton Crain de las escenas en la actualidad, y ambos están muy bien. Tampoco es una lectura muy trascendente, pero resulta bastante simpática.
Valoración:
Namwolf, de Fabian Rangel jr. y Logan Faerber. Albatross Funnybooks.
A principios de los años 70, un joven se alista en el ejército norteamericano para ir a combatir a la guerra de Vietnam. Allí descubrirá, durante un enfrentamiento que casi aniquila a su pelotón, la licantrópica maldición familiar que le aqueja, el auténtico motivo por el que éstos le recomendaron que no fuese a la contienda.
Fabian Rangel jr es uno de los artífices de Space Riders, un título que ya saben ustedes que a nosotros nos encanta, así que no podíamos dejar pasar la oportunidad de ver qué tal se desenvolvía en este proyecto para la editorial Albatross relanzada por Eric Powell, el autor de El Bruto. Y la verdad es que a pesar de lo simple de la premisa, o quizás precisamente a raíz de ello, el resultado es fresco y entretenido. El dibujo de Logan Faerber es dinámico, elástico, con un tono cartoon que contrasta con lo sórdido de lo narrado, cosa que resulta muy satisfactoria. A ver qué tal sigue esto, pero tiene pinta de que muy bien.
Valoración:
Plastic, de Doug Warner, Daniel Hillyard y Laura Martin. Image Comics.
Victor (¿o es Edwyn?: en las entrevistas promocionales los autores se referían al protagonista de ese modo) es un perturbado enamorado de Virginia, su muñeca hinchable sexual. Él no se mete con nadie a no ser que alguien se meta con él o con su pareja, en cuyo caso desata una capacidad para ultraviolencia fuera de toda medida, revelándole como un psicópata asesino en serie. Y alguien ha cometido el error de secuestrar a Virginia para obligarle a que haga unos encargos sucios.
La verdad es que Plastic nos ha pillado por sorpresa: es uno de los dos nuevos títulos de Skybound, el sello de Robert Kirkman que es estrenan este mes (del otro damos cuanta a continuación) y nos había pasado desapercibido. Craso error. Su perturbador inicio promete, el guión de Doug Warner intriga a pesar (de nuevo: o quizás precisamente por) su enajenada premisa, y el genial dibujo de Daniel Hillyard parece un cruce entre los estilos de Ryan Ottley y Arthur Adams, genial. Y de postre, un maravilloso coloreado de la gran Laura Martin.
Valoración:
Redneck, de Donny Cates y Lisandro Estherren. Image Comics/ Skybound.
Los Bowman son una familia que reside en una granja cercana a un pueblo de Texas, alimentándose de sus vacas. Hasta ahí todo normal, pero es que resulta que los Bowman son vampiros que han decidido no predar sobre los seres humanos, aunque eso no les quite un ápice de rudeza sureña. Bartlett, uno de ellos, un veterano de la guerra civil norteamericana debe acercarse a la vecina población a asegurarse de que una incursión de juerga de los más jóvenes de la familia no se desmadre. Pero algo va mal, muy mal, y Bartlett despierta al día siguiente sin recuerdos de la noche pasada y descubre que todo se fue de manos. Que el equilibrio con las familias locales que conocen su auténtica naturaleza se ha roto, y que ahora vienen a cazarlos.
Donny Cates lleva un tiempo haciendo méritos para convertirse en uno de los guionistas más interesantes del panorama actual a ojos de este redactor. Si su God Country empezó bien pero pronto comenzó a ser genial, aquí encontramos algunos puntos en común, con un escenario de la norteamerica rural en el que introduce elementos fantásticos, y con su prosa perfilando a fascinantes personajes ya entrados en años. El arte de Lisandro Estherren subraya en una medida ese paralelismo con esa otra obra actualmente en curso para ofrecernos el título más interesante aparecido este pasado mes.
Valoración:
The greatest adventure, de Bill Willingham y Cezar Razek. Dynamite Entertainment.
Jason Gridley llega a África de una manera de una manera tan insólita como espectacular: estrellándose en la jungla con una nave espacial. Afortunadamente para él, sus amigos John Clayton (alias Lord Greystoke, alias Tarzan) y Jane, la esposa de éste último, le encuentran y le cuidan hasta que despierta y les puede contar su alarmante y peculiar relato. Gridley venía huyendo de sus captores, los alienígenas del planeta Karis, que le habían secuestrado para que modificase la sombrosa tecnología que él ha creado, la Onda Gridley, con fines armamentísticos. Como un buen Tony Stark, aprovechó los elementos del taller que el habían asignado para huir a la Tierra, a la que la flota de Karis se está acercando. Tarzan debe por tanto reunir un nutrido grupo de héroes para combatir esta invasión.
Había muchas ganas de leer esta historia de Bill Willingham en la que usa a un amplio abanico los personajes creados por el escritor Edgard Rice Burroughs a principios del siglo XX. La idea le entusiasmaba a uno, siempre interesado en la fantasía más viejuna del pulp y la golden age. Pero me temo que el resultado ha sido una jarra de agua fría. No basta con haber leído a Tarzan y John Carter para paladear bien este lanzamiento; la misma pasión que el creador de Fábulas ha puesto en utilizar a los héroes de Burroughs es tanto el punto alto como el problema de The Greatest Adventure. Y es que da la impresión de que para disfrutarla realmente haya que estar tan familiarizado con esa pléyade de personajes como Willingham, y uno no reconoce más que a un par de ellos. Debe ser como leer el primer número de Crisis en Tierras Infinitas habiendo conocido solo el Superman de Christopher Reeve y el Batman de Michael Keaton como referencias del universo DC: probablemente te deje frio tanta hiperabundancia de alusiones a conceptos que no conoces cuando eso no empieza ni a despegar. Pero además tampoco es que pase mucho aparte del planteamiento. El dibujo de Cezar Razek, meramente cumplidor, tampoco hace mucho para entusiasmar. Una pena, un primer número poco accesible y con poca miga para un evento soñado con cariño por el autor, y que espero que quienes compartan su pasión por toda la obra literaria de Burroughs de manera tan amplia y minuciosa disfruten también. Yo me he quedado fuera.
Valoración:
World reader, de Jeff Loveness, Juan Doe y Rachel Deering. Aftershock Comics.
Sarah forma parte de una expedición espacial que recorre el cosmos buscando formas de vida alienígena. Tiene ciertas capacidades psíquicas (las cuales sus compañeros ven con escepticismo) que quizá sean útiles para desentrañar esa pregunta de si estamos solos en el universo. La escalofriante respuesta que han encontrado en su periplo por multitud de planetas es que sí, lo estamos. Pero no lo estábamos. Solo encuentran rastros de civilizaciones extinguidas, sin visos de ningún superviviente. De repente Sarah tiene una visión con una de esas culturas: y es que algo, alguien, ha ido exterminándolas todas.
Otra gratísima sorpresa el mes pasado, este World Reader de la editorial Aftershock. Lo cierto es que vemos muy poco en este primer número como para saber si estará a la altura de la premisa que Jeff Loveness ha construido, pero esta resulta realmente cautivadora e intrigante. El arte de Juan Doe resulta solvente, aunque quizás lo más destacado del apartado gráfico sea la aplicación de color de Rachel Deering, luminoso en algunas figuras, sombrío y tétrico en otras, cosa que encaja muy bien con el tono propuesto para esta serie. La seguiremos con interés en las próximas entregas.
Valoración:
Genial sección, gracias Sergio!!!
Aunque, a decir verdad, a priopi no creo que compre ninguna de estas series. Pero me ha alegrado volver a ver un tebeo dibujado por Sam Kieth.