Del Asombroso Spiderman a un Spiderman Superior y de vuelta

Quince meses. Treinta y una entregas. Esa ha sido finalmente la duración de Spiderman Superior. Desde Enero de 2013 hasta Abril de 2014, la colección Estadounidense de nuestro amigo y vecino el hombre araña sufrió un cambio de status quo que algunos daban por permanente. Sin embargo, el giro de gran calado que incluyo la remuneración desde un primer episodio y el cambio de nombre de la cabecera, ha llegado a su fin esta misma semana en las librerías norteamericanas. Y así, se cierra este capítulo de la vida del trepamuros, se vuelve a una relativa normalidad, y en un par de semanas volverá a aparecer un primer número de The Amazing Spiderman contando las aventuras de Peter Parker. Con motivo de éste fin de ciclo, rescatamos éste artículo publicado hace meses sobre el tema, y lo ampliamos profundamente con la perspectiva que da ver la obra terminada.

Para el aficionado hispanoparlante el comienzo de esta saga ha sido algo un poco más reciente: la edición de Panini de su serie El Asombroso Spiderman cambió de nombre a Spiderman Superior en su número 82 de Agosto de 2013 y, a pesar del buen ritmo de publicación, el cual ha acercado mucho su edición a la original estadounidense, tal vez la cercanía en el tiempo hace que el impacto de lo sucedido a Peter Parker y a todo su mundo todavía nos tenga desconcertados, mientras el relato de Dan Slott en la nueva colección continua avanzando a ritmo vertiginoso hacia su épico aunque anunciado final. Así pues tened cuidado, pues hacia la mitad del texto encontrareis numerosos spoilers acerca de los episodios todavía no publicados en España por Panini. Avisados quedáis.

Al contrario que en otras del relanzamiento editorial Marvel Now, en esta remuneración y cambio de nombre de la clásica cabecera Amazing Spiderman, no se varió sustancialmente de equipo creativo (compuesto por el escritor Dan Slott y un elenco cambiante de dibujantes según el episodio), ni de dirección en las tramas elaboradas a lo largo de los últimos números de la anterior serie. De hecho, más bien lo que se hizo fue continuar con las consecuencias de lo relatado durante esa recta hasta su episodio final, el 700.

No, Spiderman Superior fue rupturista con lo antiguo en otro sentido, ya que de lo que se cambió fue de personaje principal.
¿Cómo? ¿Dejó de llevar Peter Parker las mallas del Hombre araña?, se preguntarán algunos. Y la respuesta es que sí, que seguía vistiéndolas… pero que tampoco exactamente. Tras la máscara continuábamos viendo la cara del sobrino de Ben Parker, pero debajo de ella nos encontrábamos con algo mucho más siniestro.

Y es que el Doctor Octopus, uno de los mayores enemigos de Spiderman, había trasladado su consciencia al cuerpo del pobre Peter, en una suerte de posesión demoníaca. Sin saberlo ninguno de sus allegados y pudiendo acceder a todos los recuerdos del antiguo hombre araña, nos encontrábamos de repente con las aventuras del malvado Otto Octavius (el autentico nombre de Octopus para quien no lo sepa) vistiendo la carne de Spiderman, haciéndose pasar por él y con la firme intención de ser mejor de lo que ha sido Peter Parker en todos los ámbitos de su vida. No quería simplemente ocupar su puesto, quería sobrepasarle. Ser superior a él.

Por tanto, Octavius en estas páginas se enfrentaba a antiguos compañeros criminales desde el otro lado la ley, aplicaba para ello nuevas tácticas y nuevo instrumental, se ganaba el respeto de antiguos detractores de Spiderman como JJ Jameson, intentaba reconquistar a la mujer de la vida de Peter donde éste no pudo y levantaba las suspicacias de algunos con su nuevo y extraño comportamiento.

Para responder a esta pregunta, lo inmediato es recurrir a los últimos números de Amazing Spiderman, en concreto los comprendidos entre el 698 y el 700 (números 80 y 81 de El Asombroso Spiderman de la edición española de Panini), donde se nos revelo cómo Octopus, enfermo terminal, consiguió mediante un dispositivo de su invención, que Spiderman y él intercambiasen mentes. Así, Peter quedo atrapado en el cuerpo moribundo y en prisión de Octavius, apenas capaz de hablar, mientras que Otto tenía a su disposición un físico joven y atlético con el que empezar una nueva vida.

Durante estos episodios fuimos testigos de los intentos de Peter por huir de prisión y recuperar lo que es suyo, sin poder decir la verdad de lo que está sucediendo: sus aliados no le creían (la reacción de su ex novia policía Carlie Cooper fue muestra de ello) y sus enemigos, socios de Octopus, eran su única baza para ayudarle, ya que no habían sido informados del intercambio de mentes por el taimado Doctor y podía utilizarlos para escaparse y revertir lo conseguido por el dispositivo.

En esta lucha desesperada contra el tiempo (el cuerpo de Octavius que habitaba Spiderman estaba recorriendo sus últimas horas entre los vivos), Peter consiguió poner en marcha el artefacto que le devolverá su cuerpo durante una desesperada batalla contra precisamente este, ocupado por Octavius y…¡zas! Golpe de efecto al canto. Octopus había previsto esta posibilidad, se había protegido contra ella…y Peter murió atrapado en un cuerpo maltrecho ante su enemigo triunfante. Sin épica, sin nadie que le llorase salvo los lectores.

Atrás quedaron cincuenta años de un personaje al que todos los que disfrutamos de sus aventuras aprendimos a querer como si fuese un amigo real.

Nuestro héroe solamente consiguió una pequeña victoria: al morir y pasar toda su vida ante sus ojos, Octopus estaba enlazado mentalmente con él. Octavius experimento en sus propias carnes no solo los recuerdos, sino las sensaciones, los sentimientos de Spiderman y cómo veía la vida. Otto empatizó con él y por primera vez en su vida, le comprendió.

En ese momento (el final del Amazing Spiderman 700, Asombroso Spiderman 81 en castellano), Octopus sufrió una epifanía. Seguiría las lecciones vitales que en su último momento de vida Peter le enseñó y dejaría a un lado su egoísmo. Continuaría con el legado de Spiderman y usaría su poder de forma responsable, al servicio de los demás. Y se proponía hacerlo, como hemos dicho, mejor que Parker.

Resulta interesante este último punto, ya que ponía de relieve que, por muy bienintencionado que fuese Otto Octavius ocupando el cuerpo de Peter Parker, la gente no cambia de la noche a la mañana. Y que aunque compartiese sus metas, seguía teniéndole cierta inquina al antiguo inquilino de su físico. Y respecto a esas metas…bueno, él tenía sus propias ideas de cómo conseguirlas.
En realidad, esta idea llevaba mucho tiempo siendo gestada en la oficina de Stephen Wacker, el editor estadounidense de Spiderman, y no fue una ocurrencia de última hora para cerrar una etapa y relanzar la serie. Las semillas de esta aventura habían sido plantadas mucho antes. Dan Slott, el guionista encargado de todo este periplo y del que viene nos contaba hablando del Doctor Octopus, cómo todo esto venia desde hacia ¡¡¡100 números!!!: “Primero tuvimos la oportunidad de traerlo de vuelta en Amazing Spider-Man #600 USA, bajo la premisa de que Doc Ock se estaba muriendo y que no le quedaba demasiado. La trama que se me ocurrió consistía en que si su mente podía hablar con sus tentáculos…, ¿y si pudiera llevar su mente a todas las máquinas? Así que todo trataba sobre enviar los pensamientos de Doc Ock a las máquinas de Nueva York. Entonces, cuando escribí la escena en la que Spider-Man se ponía el mismo casco que Doc Ock usaba para controlar todas esas máquinas, fue como: “¡Espera un momento! ¡Spidey acaba de poner sus patrones cerebrales en las máquinas de Doc Ock!”. Una cosa llevó a la otra. Si Doc Ock se estaba muriendo lentamente, ¿y si su reto final consistiera en que cambiara sus patrones cerebrales con Spider-Man y pusiera a éste en su cuerpo moribundo y él se convirtiera, de hecho en Spider-Man? Si te fijas en toda esta etapa, Spidey ha usado ese casco en varias ocasiones, o al menos la tecnología que lleva. Y cada vez que lo hacía, lo supiera o no, estaba dando a Spidey más acceso e información sobre sus patrones cerebrales. No es algo que Doc Ock pudiera haber hecho con cualquiera. Es algo que sólo podría haber hecho con Spider-Man, porque él le dio la oportunidad. “

Hay que decir también, que tanto Dan Slott como Stephen Wacker llevaban un tiempo haciendo declaraciones, adelantando de forma críptica parte de los acontecimientos. Ya nos habían contado que la antigua cabecera iba a ser cancelada y que en su lugar iba a aparecer esta de Spiderman Superior. En la oficina de Wacker debieron ver venir que la cristalización de la idea de Slott sobre Octopus iba a coincidir a la vez con el 50 aniversario de Spiderman, con la salida a la venta del número 700 de la colección Amazing Spiderman en Estados Unidos y con el relanzamiento Marvel NOW!, en el cual muchas de las series de la editorial volverían a aparecer con el número 1 y una nueva etapa. A Slott y Wacker les debió parecer que todo eran señales de que iban en la dirección correcta.

También habían dicho ya que Spiderman Superior iba a estar protagonizado por un nuevo hombre araña. Muchos fans lanzaron sus hipótesis sobre quién sería este nuevo protagonista, y se especuló con que se tratase de Alpha, el personaje que había aparecido unos números antes. Un joven que obtenía poderes de forma parecida a Peter Parker (de hecho el cómic donde aparecía estaba lleno de viñetas homenaje a otras de la primera aparición de Spiderman en Amazing fantasy número 15 para reforzar esta idea), pero que a pesar de ser tutelado por Spidey, resultaba ser un irresponsable al que había que privar de sus capacidades sobrehumanas.

Otros posibles candidatos que la oficina Marvel de Spiderman dejó creer a los aficionados que podrían ocupar el lugar de Peter fueron Miguel O’Hara (el muy querido Spiderman del futuro, que gozase de colección propia en los años 90; Slott confundió a los fans comentando que aparecería en la serie y estos pensaron que O’hara sería el nuevo hombre tras la máscara roja estampada con telarañas) e incluso Phil Urich. Éste, identidad secreta del villano Duende, se había ido convirtiendo poco a poco en la colección en un reflejo oscuro de Spidey: incluso trabajaba en el Daily Bugle, vendiéndole reportajes sobre las actuaciones de su alter ego. Vamos, exactamente como Peter solía hacer con Spiderman durante años.

Dan Slott y Stephen Wacker habían jugado al despiste con los aficionados todo este tiempo, generando expectación para luego llevar los hechos por caminos inesperados y sorprendentes. Hubo quien quiso jugar al juego y disfrutar con las sorpresas que se le ofrecía, y quien solo vio sensacionalismo y falta de respeto al aficionado.

Ya antes de la publicación del cómic con la muerte de Peter, Dan Slott comentaba en Twitter que tendría que esconderse en un bunker para protegerse de las reacciones de algunos aficionados. Y tristemente terminó resultando que apenas exageraba. El rumbo de la historia desato tal polémica que Slott recibio amenazas de muerte por parte de algún admirador exaltado que de tanto adorar a Spiderman, había dado la vuelta completa y demostrado no haber aprendido nada del héroe arácnido. En concreto parece ser que a Slott le dijeron que le matarían metiéndole un lápiz a través del ojo. Aunque es posible que fuese solo un comentario de mal gusto, el guionista no dudo en tomar todas las medidas legales por si acaso. Y no me extraña, es lo malo de internet: no sabes si te encuentras ante un troll o ante un desequilibrado asesino en potencia. Y si vives en Estados Unidos, dado el más fácil acceso a las armas de fuego, creo que más motivos todavía para tomarse todo esto en serio.

Sin llegar a tanto, igual que mucha gente se ha acerco a comprar la colección por curiosidad ante las noticias, muchos fans declararon que se sentían ultrajados y que dejarían la serie. Que la compraban por Peter, no ya por Spiderman, y que no les interesaba una colección con otra persona en el mismo disfraz (bueno, ni siquiera era exactamente la misma indumentaria, en un principio se rediseñaron algunos detalles y después ya veíamos al protagonista llevando otro traje visto antes, hace años, en los diseños propuestos por Alex Ross para la película del hombre araña), y mucho menos si esa persona era el despreciable Octopus, que era culpable de la muerte de Parker. Que no iban a premiar algo así, ni a Otto, ni a Slott que lo había escrito, y de los cuales, por cierto, se ha llego a decir que se parecen y que es por eso por lo que el escritor le tiene simpatía al villano y no a Peter. Aunque muchos supiesen que todo era algo temporal y que tarde o temprano, las cosas iban a volver a ser como antes.

Que Slott hiciese aparecer ya en el primer número de Spiderman Superior una vía para poder dar un paso atrás y de nuevo otro adelante, como haciendo una declaración de intenciones de que no se pretendía hacer un cambio duradero, sino una aventura más aunque de mayor extensión, no aplacó para nada las críticas de este sector del fandom. Se hicieron comparaciones con la infame saga del clon de los años 90 y se dijo que el escritor solo buscaba el morbo, que no tenía ningún respeto, ni por Peter Parker ni por sus lectores. Y que si encima no estaba pensada para durar… ¿para qué esta etapa, con todo el daño que supuestamente estaba haciendo?

No es, en cualquier caso, que estas opiniones fuesen mayoritarias dadas las ventas (el número 1 de Spiderman Superior ocupó el primer puesto del Top ten de la distribuidora Diamond en EEUU, mientras que los números 29 y 30, de Marzo de 2014, ocuparon las posiciones 5 y 7 respectivamente de dicho ranking), pero sí provocaron mucho eco en la web y debían ser escuchadas por Marvel. A pesar de todo, Stephen Wacker siempre apoyó a Slott, por lo cual éste, cosa que éste ha recalcado y agradecido públicamente.

Un cambio de escenario tan sumamente rotundo en los mitos del hombre araña tenía por fuerza que tener repercusiones sustanciales, y los primeros números de Spiderman Superior se dedicaron a contárnoslos.

Por un lado teníamos a Octopus viviendo la vida de Peter…y llevándola en la dirección que creía adecuada. Un intento de recuperar a Mary Jane, un mayor esfuerzo y cuidado en la relación con su tía May (con quien, no lo olvidemos, Octavius estuvo a punto de casarse hace años), una actitud más prepotente en su trabajo (propia de quien se sabe un genio y es un soberbio) en Laboratorios Horizon… Todo el aspecto de soap Opera propio de una colección de Spiderman estaba cuidado y con docenas de elementos interesantes que explorar. Y no olvidemos a Carlie Cooper, que empezaba a creer que lo que le dijo su ex novio Parker (mientras ocupaba el cuerpo de Octopus antes de morir), era verdad.

Por otro, en la faceta superheroica el tema lucia igualmente jugoso: Teníamos la nueva actitud de Spiderman, más proactiva, más eficaz, utilizando artefactos mecánicos fruto de su genio científico para que le ayuden en su lucha contra el crimen. Aprovechando precisamente esto, Slott incluso se ha permitió alguna broma sobre Batman. Además, los villanos clásicos quedaban desconcertados ante la nueva forma de luchar del lanzaredes. Sobre esto último hay que resaltar que conocía a sus enemigos aún mejor que Parker…puesto que hasta hacia poco eran sus aliados. Los nuevos Seis Siniestros, el Buitre…todos caían ante este nuevo hombre araña que afrontaba de otra manera estos conflictos.

Y no faltaba tampoco la oportunidad para profundizar en la figura de Otto Octavius, ya que era la estrella de la función. Conoceríamos mas acerca de él: qué le mueve, los detalles de su personalidad, porqué actúa cómo actúa, qué vivencias ha tenido, sus dramas personales, toda la vileza que anida en su alma…

También teníamos en estos primeros números, como hemos dicho, una puerta al posible regreso de Peter. Una parte de su consciencia había sobrevivido en su cuerpo, asistiendo invisible e inaudible a lo que Octavius hacia con su vida. Durante meses, asumimos que de algún modo conseguiría recobrar el control del timón, y que veríamos volver pronto a Peter mediante esta vía. Pero Slott tenía todavía guardado otro golpe de efecto para despistar al lector y que descartase esa como la solución a la ausencia del sobrino de la tía May…

Poco a poco, Octavius fue encontrando incómodas las formas de proceder de Peter, aquellas que se había esforzado en seguir en un principio para consolidar su mascarada. Además su orgullo le llevaría a una vuelta a la universidad para obtener el título de doctor que Peter nunca tuvo tiempo de sacarse y al que Otto no pensaba renunciar. Allí pudimos asistir al comienzo de un nuevo, tierno y atípico interés romántico para Octopus, Anna Maria Marconi, además de un reencuentro con una vieja rivalidad de sus tiempos de estudiante. Ambos personajes resultaría finalmente cruciales para la resolución definitiva de los últimos números de Spiderman Superior.

También, Spiderman desplegaba por toda Nueva York una legión de pequeños robots en forma de araña que le servían de sistema de vigilancia, teniendo controlada la ciudad como un arácnido gran hermano.

Pudimos presenciar además la muerte de un personaje secundario que venía apareciendo por las páginas arácnidas desde los años noventa, y cómo las circunstancias que rodeaban este acontecimiento disparaban el lado más expeditivo de Octavius, produciéndose en Spiderman un comportamiento digno del Castigador e iniciando la espiral de Otto en su alejamiento definitivo de las pautas vitales de Peter, habiendo cruzado una línea y dando paso ya del todo a sus nueva metodología.

¿Y qué pasaba con el resto de la comunidad de superhéroes de Marvel, con la que SpOck (como han empezado a llamar los fans a Spiderman con la mente del doctor Ock, con la guasa de que suena como el personaje de Star Trek), no había disminuido el contacto? Spiderman seguía apareciendo de vez en cuando en las series de otros superhéroes siendo miembro de Los Vengadores. La comunidad superheroica ha sufrido la infiltración en sus filas una y otra vez de múltiples formas y está acostumbrada a localizar impostores. Y a buscar formas de solucionar situaciones de este tipo. Especialmente cuando uno de ellos empieza a actuar de forma extraña. Era lógico que una situación así se diese y Slott no lo olvidaba, aunque la fortuna sonrió a Otto, por lo menos de momento. En este y en otro conflicto más importante.

Porque esa pequeña parte de la personalidad de Peter que cohabitaba su cuerpo y trataba de comunicar al mundo la naturaleza de la situación fue descubierta por Octopus, que finalmente consiguió extirpársela, a costa de no disponer de sus recuerdos, cerrándose abrupta y cruelmente esa puerta de esperanza al regreso del hombre araña original. Una vez más, los detractores del guionista, clamaron furiosos ante el giro de los acontecimientos.

A partir del número 11 USA (tomo 86 de Panini), se produjo un arco argumental de tres episodios llamado Sin salida en el que Alistair Smythe, el villano Mata-arañas, se hacía con el control de la isla prisión de La Balsa donde aguardaba a cumplir con su pena de muerte. Esta historia acarreo varias consecuencias reseñables. Para empezar, el comportamiento de SpOck viro aún más del de Peter al más villanesco y propio del personaje: consiguiendo una grabación con la que tener chantajeado a JJ Jameson, pudo de ese modo doblegar las decisiones del alcalde de Nueva York a su antojo. El antiguo editor del Daily Bugle, que hasta ese momento se mostraba complacido con el cambio de actitud del trepamuros, se vio atrapado en su red, refrescando su animosidad hacia él, pero siendo incapaz de mostrarla.

Además, y fruto de todo esto, la isla prisión seria cedida al maquiavélico lanzarredes como su nuevo cuartel general, desde el que iniciaría su próxima escalada en la guerra contra el crimen. Para eso, le fueron muy útiles algunos cautivos que allí se encontraban, antiguos aliados suyos como el Buitre, Misterio, el Hombre de arena, el Camaleón y Electro, a los que a partir de entonces controlaba mentalmente para que le asistiesen en sus batallas. Los antiguos Seis siniestros pasarán a llamarse los Seis Superiores, y sus aventuras nos fueron relatadas a partir del número 5 de Superior Spiderman team-up, la colección que sustituyó a Avenging Spiderman como cabecera en la que el arácnido colaboraba con otros personajes.

En sus primeros episodios, Superior Spiderman team-up seguía desarrollando el tema de la desaprobación de la nueva actitud del trepamuros por parte de los Vengadores, y de nuevo, Otto salía milagrosamente airoso. Por cierto, que resultó curioso ver cómo aquí Thor censuraba los actos del arácnido para sin embargo amparar otros muy similares de Lobezno en los Imposibles Vengadores de Rick Remender. Antes de la incorporación de los Seis Superiores, asistimos a la presencia de elementos de cierta saga de los años 90. Así, vímos desfilar al Chacal, a Carroña…y, por supuesto a La Araña Escarlata, el clon de Peter Parker que en su día acabó con la vida de Otto. Era necesario un relato donde se mostrase la nueva interacción entre ambos, con Kaine acercándose de forma amistosa a un Octopus que lleva años esperando su venganza.

Volviendo a los Seis siniestros, cabe resaltar que el grupo de villanos que porta actualmente ese título ha obtenido su propia y muy recomendable colección a cargo del guionista Nick Spencer. En ella, Superior foes of Spiderman, Bumerang, el Shocker, la nueva Escarabajo, Demonio veloz y Overdrive verán contadas sus actividades delictivas con un tono próximo a películas como Snatch: Cerdos y Diamantes o Rockanrolla, del director Guy Ritchie. Una muy agradable sorpresa que aunque no consigue llegar a las cotas de Ojo de Halcón, tiene vocación de seguir la estela en los guiones de Matt Fraction (el apartado gráfico de Steve Lieber, eso sí, se queda a años luz del de David Aja) y que Panini publica en los tomos de la colección del hombre araña.

También debemos recordar a Alpha y su serie limitada de cinco episodios Big time guionizada por Joshua Hale Fialkov. Publicada en español también en los tomos de Spiderman Superior de Panini, en ella SpOck le devuelvia sus poderes a Alpha (cuyo nombre civil, Andy Maguire, por cierto, está compuesto por el de los dos actores que han interpretado al trepamuros en el cine), para comprobar si podía transferírselos para sí. Tras comprobar que no era posible, el personaje no ha sido muy utilizado, quedándose de héroe en su ciudad natal de Pittsburg.

Palizas, asesinatos, chantajes…Poco a poco Octopus empezó a dejarse llevar y a hacer las cosas como estaba acostumbrado a hacerlas. Y continuando con su superación del concepto de Spiderman, llevó a cabo un ataque preventivo sobre Tierra de Sombras, la fortaleza en medio de Nueva York que el clan ninja de La mano y Kingpin tenían como guarida. Allí donde multitud de otros héroes fracasaban, Octavius tuvo éxito usando un ejército de secuaces armados de estos que normalmente suelen emplear los supervillanos, unos mechas robóticos arácnidos gigantes y el ya comentado nuevo traje. Como para reflejar en su aspecto sus profundos cambios, Otto le añadió a su indumentaria unas patas mecánicas retráctiles para surgir de su espalda cuando fuesen necesarias, muy parecidas a las que llevó Peter cuando vestía la armadura Iron Spider que Tony Stark construyó para él justo antes de Civil War. Sin duda, Otto se iba a sentir cómodo con ellas tras años usando sus similares tentáculos mecánicos.

Esta comodidad y su consiguiente relajación en su mascarada como Spiderman hizo que la agente del departamento de policía de Nueva York Carlie Cooper (ex novia, recordémoslo, de Peter) y la capitana del mismo cuerpo Yuri Watanabe (también conocida como la vigilante Wraith), hartas de sospechas, empezasen a investigar seriamente si algo raro estaba pasando con este nuevo Hombre Araña, siguiendo el rastro del dinero que financia sus nuevas actividades.

Por otro lado, la caída de Kingpin como señor del crimen de la ciudad propiciada por Spiderman, produjo un vacío de poder en el mundo de hampa que empezó a ser llenado por alguien llamado el Rey Duende que lucía el viejo traje verde de Norman Osborn y que afirmaba ser él. Y cuando poco después Spiderman revelo públicamente ante las cámaras la identidad de Phil Urich (recordemos, el criminal conocido simplemente como el Duende), éste, al ver destrozada su vida, no tuvo muchas más opciones que unirse a la organización criminal de tintes sectarios liderada por quien luce un aspecto idéntico al del Duende Verde.

Y como Slott prometió, Miguel O’Hara viajó atrás en el tiempo para aterrizar en la actualidad. La existencia de su padre Tyler Stone, el director de la megacorporación Alchemax en el año 2099, y por tanto la suya propia, estaban en peligro por una anomalía temporal y O’Hara debía proteger la vida de su ancestro Tiberius Stone. Éste, repelente y criminal compañero de trabajo de Peter en Laboratorios Horizon, expulsado de estos por su falta de ética, consiguió que esta crisis se resolviese a su favor. Al final de ella, había desplazado a Max Modell de Laboratorios Horizon, y los había fusionado con la antigua Oscorp (ahora llamada Industrias Allen por su presidenta Liz Allen, la nuera de Norman Osborn) en una nueva corporación que será el germen de la futura Alchemax.

Pero para que tal crisis se solucionase, no solo ambos hombres araña lucharon entre sí, quedando atrapado en nuestra era el venido del futuro. Además, Otto tuvo que esforzarse en usar los recuerdos que había extirpado de Peter para solucionar una ecuación que solo éste conocía y así solventar una situación de vida o muerte.

De ese modo, Peter Parker volvía a agitarse dentro de la mente de SpOck, abriéndose de nuevo la posibilidad de vuelta del sobrino de la tía May. Además, otro enigma quedó abierto, al perderse Spiderman-Otto durante unos instantes en la corriente temporal, sin recordar a su vuelta donde había estado…

Al arrancar esta saga, que ha enfrentado a Octavius con Veneno (el viejo compañero de clase de Peter Parker, Flash Thompson en posesión y control del peligroso traje simbionte para la lucha contra el mal), asistimos a cómo Mary Jane Watson comenzaba a reconstruir su vida amorosa junto al bombero Pedro Olivera y a cómo Carlie Cooper finalmente resolvía el puzzle de la identidad de Spiderman-Octopus.

Al visitar la tumba de Octavius para llorar por fin a Peter antes de revelar al mundo su sorprendente descubrimiento, Carlie se encontraba con otro suceso inexplicable: el cadáver habia desaparecido de la tumba. No tuvo mucho tiempo, eso sí, para reflexionar sobre qué implicaciones podrían desarrollarse de esto, ya que inmediatamente fue secuestrada por los secuaces del Rey Duende y llevada a su guarida. Allí el villano lee las notas en posesión de Carlie, descubriendo el pastel de la posesión de Octavius del cuerpo de Spiderman. Solo le queda averiguar cuál es la cara que se esconde tras la máscara del lanzarredes…

Por otro lado, en el anual de la colección, la tía May fue testigo de la crueldad de SpOck torturando sádicamente a Apagón, el villano que tuvo la osadía de secuestrarla. El horror de la anciana ante lo que contemplaba marcó, tal vez para siempre, la imagen del trepamuros ante sus ojos.

SpOck, a todo esto, acababa de fundar su propia empresa, Parker Industries, con parte del antiguo personal de Laboratorios Horizon y con dinero prestado por el marido de tía May, Jay Jameson, el cual a su vez es padre del alcalde JJ. Éste último, se reunía con la recién fundada Alchemax para encargarles la construcción de unos nuevos robots Mata-arañas y así acabar con quien nunca debió dejar de pensar que era una amenaza y le tenía chantajeado. Y de postre, Miguel O’Hara, el Spiderman del 2099 atrapado en nuestro tiempo, era testigo de todo ello, ya que se había buscado un trabajo en la susodicha Alchemax para no perder el ojo a su abuelo Tiberius. Spiderman 2099 ha desempeñado un papel activo como secundario en el posterior desarrollo de la saga y gozará de una nueva colección a cargo de Peter David a partir del mes de Julio en Estados unidos.

Y ya en el meollo central de la historia, el simbionte de Veneno tomaba posesión del cuerpo de Spiderman como su huésped durante esta saga. Para detener a esta peligrosa combinación Veneno-Spiderman-Octopus (llamada Superior Venom) era necesaria la ayuda de los Vengadores. Cuando todo termina, Spiderman deja sus filas (las sospechas sobre su extraño comportamiento han resurgido en Los Heroes más poderosos de la Tierra) y el fantasma de Peter Parker ha ganado algo más de consistencia dentro de la mente de Otto, a pesar de no ser todavía percibido por él.

Y finalmente todos los frentes abiertos se imbrican en la que, según Slott, es la historia más épica que jamás ha escrito. Con un Rey Duende cuyo ejército de secuaces ha convertido Manhattan en el escenario de una batalla campal, Spiderman se encuentra sobrepasado. Su orgullo y dignidad se quiebran mientras los planes del villano consiguen destruir todos sus logros. El Rey Duende quiere aplastar a Otto, que se interpone en su camino y le ha privado de la venganza largamente anhelada contra Peter, y lo hace mostrándole cuan frágiles son sus éxitos, minando su moral y llevándole al límite sin darle tregua ni descanso. Octavius contempla estupefacto cómo la situación se le ha ido definitivamente de manos y es incapaz de abordarla, ni con todos sus esfuerzos. Su desmedido orgullo le ha llevado a pasar cosas por alto que su enemigo ha aprovechado para destruir todo su mundo y sumir la ciudad que se había propuesto proteger en el más absoluto caos.

Exhausto física y mentalmente, Octopus muestra un sorprendente alarde de humildad y accede a desaparecer para dejar el control del cuerpo de Spiderman a la ya imparable consciencia de Peter que habita en él. No quiere que la mujer a la que ha descubierto que ama como nunca ha querido a nadie muera, y se sacrifica borrando su mente para que el hombre araña original pueda tener éxito allí donde él ha de reconocer que ha fallado. El momento de su despedida resulta realmente emotivo, casi tanto como épica la escena de Peter enfundándose poco a poco su viejo traje dispuesto a luchar para acabar con todo esto. Spiderman ha vuelto, señores, parece gritar la splash page final del número 30.

En una ciudad en estado de guerra en la que cientos de secuaces se enfrentan a otros tantos héroes, nuestro amigo y vecino corre a su enfrentamiento con el Rey Duende, para salvar la vida de Anna Maria, como no pudo hacer con la de Gwen Stacy. De impagable se puede calificar tranquilamente al momento en el que el villano se da cuenta de que ya no es Otto con quien se está enfrentando, sino con su enemigo original.

Para cuando todo acaba, el status quo de Spiderman ha vuelto a variar, ésta vez acercándose de nuevo a la imagen mental mas icónica que se pueda tener del hombre araña y su mundo, justo a tiempo para lanzar un nuevo volumen de Amazing Spiderman que ofrecer a los lectores que puedan verse atraídos al cómic por el estreno de la segunda parte de la película del mismo nombre.

Y así Spiderman vuelve a ser odiado por un JJ Jameson que ya no es alcalde de New York. La membresía del hombre araña a los Vengadores ha sido revocada, y su tía May desprecia y teme del trepamuros. Ya no es ese héroe querido por todos y al que las cosas le iban bien de A lo grande, ya que el paso de Octopus por su vida la ha trastocado del todo.

Por otra parte tanto Carlie como Mary Jane han salido de su vida, hartas de lo que implica tener una relación, cualquier tipo de relación, con Peter. Y Anna Maria, de la cual Otto se enamoró perdidamente, por supuesto correrá hacia los brazos de una persona que a pesar de lucir el mismo cuerpo, no tiene la mente del hombre que ganó su corazón, y que no siente nada por ella.

Viejos enemigos como Kingpin o Roderick Kingsley han desaparecido del tablero, mientras que el huido Duende Verde se ha visto redefinido, tras la revelación de su identidad. Esta vez no ha alcanzado la victoria, pero todo parece indicar que a partir de ahora será más peligroso que nunca, sobre todo teniendo en cuenta la escalofriante revelación de quienes han sido sus aliados todo el tiempo.

Quince meses. Treinta y una entregas. Es lo que ha tardado Dan Slott en ofrecernos una épica saga llena de momentos memorables que ha dado la vuelta al mundo de su protagonista para llevarle de nuevo prácticamente a su punto de partida. La evolución en el personaje, tan demandada por muchos aficionados, una vez más ha quedado abortada. Slott ha deshecho todos los cambios que él mismo había introducido en su etapa inmediatamente anterior, en aras de ofrecer a partir de ahora un producto más asequible a nuevos lectores y a viejos fans que puedan decidir volver a asomarse a las páginas de un personaje del cual habían perdió la pista. A cambio, nos hemos llevado un buen puñado de tebeos muy disfrutables.

 Dan Slott lleva años trabajando en el mundo del cómic, escribiendo para series infantiles como Ren y Stimpy, Mighty Mouse, Looney Tunes, Powerpuff girls…Empezó a llamar la atención con la oscura miniserie Arkham: Living hell para DC comics. De ahí saltó a Marvel ofreciéndonos una estupenda etapa en la colección de Hulka, centrada en el aspecto del personaje de abogada con superpoderes que trabaja en el universo ficticio de la editorial. De allí pasó a ser uno de los varios escritores de Amazing Spiderman. Tras pasar por títulos con menor éxito como la serie de La Cosa, la de los Vengadores de los Grandes Lagos o la de Poderosos Vengadores (en sustitución de Brian Michael Bendis, realizando tras él una etapa que tampoco le granjeó las simpatías de muchos aficionados), se consolidó como único escritor de la serie del trepamuros, llevando su timón en los últimos años con gran éxito de ventas y acompañado por la polémica. Slott también escribió la historia del video juego Spiderman: Shattered dimensions, en la que el lanzarredes se encontraba con varias versiones alternativas suyas.

 Giuseppe Camuncoli es un artista italiano que ha trabajado para la línea Vertigo de DC cómics en Swamp Thing y Hellblazer, con escritores como Brian K Vaughn, Brian Azzarello, Mike Carey, Andy Diggle y Peter Milligan. En Marvel, el grueso de su producción ha sido en Spiderman, tanto en Amazing como posteriormente en Superior.

 Ryan Stegman trabaja en exclusiva para Marvel y ha dibujado X-23, Increíble Hulk, She-Hulks, Fantastic Four, Incredible Hercules, Scarlett Spider y Superior Spiderman. El nuevo volumen de la colección de Lobezno del relanzamiento All New Marvel NOW! con guiones de Paul Cornell, cuenta con sus lápices.

 Humberto Ramos es un dibujante mejicano que empezó capto la mirada de los aficionados en los años 90 con su trabajo para DC en la serie de Impulse con el escritor Mark Waid. Posteriormente, tras su paso por la colección DV8 para Wildstorm-Image con guiones de Warren Ellis, cofundó con J Scott Campbell y Joe madureira el sello Cliffhanger para el que dibujó las series Crimson y Out there. Después, ya en Marvel empezó una larga carrera en las distintas series de Spiderman, además de haber colaborado principalmente con los escritores Marc Guggenheim en Lobezno y Terry Moore en Runaways.

Sucediese lo que sucediese, estaba claro que tarde o temprano, Peter iba a volver. Esto es algo que ni siquiera dependía de la voluntad de Slott, Wacker o incluso de la propia Marvel. Spiderman es una marca registrada de un gran imperio que saca enormes ganancias gracias a otras fuentes distintas a los cómics. Y no quiere que sus personajes cambien demasiado, se vuelvan irreconocibles para el gran público y por ello pierdan lo que realmente considera su valor. Especialmente con una película con pretensiones de recaudaciones millonarias, Amazing Spiderman 2: El Poder de Electro, a punto de estrenarse.

Que ésta cinta esté producida por Sony y no por los propios estudios de Marvel ha llevado a algunos aficionados a afirmar que estas cuestiones carecen de importancia, dado que la casa de la ideas no recibiría presiones de la productora cinematográfica al pertenecer a grupos empresariales distintos, y de hecho rivales. Incluso se ha oído que a Marvel le puede interesar hacer cómics no coincidentes con la versión del personaje de la pantalla grande para boicotear de alguna manera a ésta. Que a Marvel le conviene que la película fracase y que así los derechos de la franquicia cinematográfica reviertan a su estudio y ellos la relancen obteniendo los beneficios íntegros que puedan darse.

A decir verdad estas opiniones muestran cierta ingenuidad ya que ignoran una aplastante verdad: si las versiones de los personajes son distintas en ambos medios, la que será descartada por el gran público (el que realmente interesa enganchar desde un punto de vista empresarial), no será la fílmica, sino la de los cómics. Si los supuestos miles de nuevos lectores potenciales atraídos por la curiosidad tras pasar por taquilla (y está por ver que este fenómeno se dé) encuentran incomprensibles los tebeos, los dejarán de lado. Nunca, seamos realistas, sucederá al revés. La idea de un boicot por parte de Marvel a la película es simplemente ridícula. El cómic languidece como industria mucho más que el cine, pierde lectores cada año y necesita nuevos compradores. A Marvel le interesa aprovechar la oportunidad y ofrecer a los espectadores de la película, ahora que se estrena, cómics con personajes y tramas fácilmente accesibles para estos recién llegados, y así subir algo las ventas y si es posible enganchar algunos nuevos fans duraderos, sea cual sea la productora que les dé, a fin y a cuentas, publicidad gratuita. Ya cometieron un grave error con la primera X-men de Bryan Singer en su día: los cómics mutantes de aquel momento, con una alineación del grupo no muy reconocible como la de la taquillera película, narraban la peculiar historia de los Neo, con temas ajenos a los quintaesenciales mutantes expuestos en el filme, y no remontaron ventas por este motivo. Esto tuvo consecuencias muy importantes en el árbol de mando de la editorial, la cual quedó fuertemente cambiada al rodar las cabezas de muchos creativos y directivos. Sus ejecutivos de hoy por hoy parecen demasiado competentes como para no haber tomado nota de este desacierto y repetirlo. Después de todo, muchos están donde están debido a aquella criba.

Muestra de todo esto son los lanzamientos comiqueros en los que se nos cuentan historias pasadas con Peter Parker en el papel Spiderman de protagonista, como las de los especiales Amazing Spiderman 700.1 al 700.5 y la novela gráfica Amazing Spiderman: Familiy Business, anunciados ya meses antes del estreno del filme Amazing Spiderman 2. Si incluso cuando apareció en las salas la anterior entrega cinematográfica, al mismo tiempo en los cómics el protagonista se enfrentaba con el villano de la película, el Lagarto, para aprovechar el tirón (y parece que ahora pasará lo mismo con Electro), era fácil echar cuentas respecto a qué iba pasar con elementos más fundamentales. Como por ejemplo, quién protagoniza el cómic.

Por tanto, Dan Slott podia decir lo que quisiese acerca de que esto era como cuando en los años cincuenta a Flash y a Green Lantern se les sustituyó por otros portadores de sus respectivas identidades secretas y la gente no creía que fuesen a ser cambios permanentes; Él sabe que no es el mismo caso: los Green Lantern y Flash en 1956 no eran, en lo que a iconos pop y propiedades empresariales se refiere, ni de lejos lo que hoy en día es Spiderman.

A los lectores habituales de cómics todo esto ya les suena. No están tan lejos las “muertes” de Batman, Superman, el Capitán América, la Antorcha humana…Varias de ellas o de otros “cambios permanentes” resultaron no ser tan duraderos como en teoría debieran al aproximarse el estreno de un filme protagonizado por el personaje (o un aniversario. O cualquier evento que pudiese llamar la atención del público general), volviendo los personajes en mayor o menor medida al status quo icónico de su colección.

También han sido ya vistos con anterioridad villanos que de repente comprenden el mundo de una forma distinta al contemplarlo a través de los sentidos del héroe, sufriendo así una revelación. Por ejemplo, a Lex Luthor en All Star Superman. Ni tampoco somos ajenos a historias en las que el malvado de turno ha suplantado la identidad del héroe: Hugo Strange con Batman, Cráneo Rojo con el Capitán América, Kraven con el propio Spiderman… Es cierto que han sido etapas breves o que en otras ocasiones el plan del malvado no ha llegado cristalizar, como con R’as Al Ghul y su nieto Robin-Damian o el Doctor Gargunza y la hija de Miracleman. Pero vivimos los tiempos del decompressive storytelling, en los que se tarda mucho más en contar la totalidad de las historias, supuestamente ganando a cambio el lector en profundidad de los personajes y espectacularidad de las imágenes. Y las historias siguen acabando y volviendo al cómodo status quo o, como mucho proporcionando cambios muy, muy leves y graduales.

A lo que más ha recordado en realidad esta saga es a la de Knightfall de los años 90, en la cual Bruce Wayne tuvo un sustituto que resulto indigno como Batman durante una larga temporada. Desde un principio tanto los autores como la oficina editorial tenían claro que el caballero oscuro original volvería, que a este en realidad se le había suplantado para que viésemos cómo el personaje no funciona con otra persona con métodos más expeditivos bajo el traje. Y así, de paso, echar de menos a Bruce Wayne. Se dijo, parecía en un principio, que el cambio estaba pensado para durar siempre, pero tal espejismo solo fue desplegado por los responsables del hombre murciélago para no restar carga dramática a la historia. ¿Qué nos iban a decir ellos, después de todo?

El trabajo de Slott, además del de vender cómics, es hacerlo inyectando emoción y suministrándonos, no autentico cambio, sino la ilusión de que éste se da. De esto ya hablaba Stan Lee en su día, y claramente, el guionista de Spiderman Superior tomó nota. Slott tiene que hacer creer a sus lectores que lo que acontece en las páginas que escribe tiene consecuencias reales, para no diluir el interés, pero sin incurrir en las iras de los inversores con cambios demasiado profundos.

Por tanto, en realidad los fans de Peter Parker no tenían de qué preocuparse. Es comprensible que molestase (a quien lo haga) quedarse sin su cita periódica con su personaje favorito durante un tiempo indefinido, pero lo que parece justo afirmar, como se ha hecho por ahí, que Slott hiciese todo esto sin talento, ni comprensión o cariño por el personaje. Tampoco parece justo decir que solo podamos encontrar sensacionalismo en su discurso y que no sea más que un vendedor de humo. Spiderman Superior, entendida como lo que es, una página más en la vida de Peter Parker, ha sido en términos generales una etapa decididamente sólida, destinada además a ofrecer precisamente aquello demandado por sus detractores: un hombre araña más reconocible. Pero aportando mucha diversión en el proceso, al contrario que otros reboots de infausto recuerdo que el trepamuros ha sufrido.

Dicho esto, tampoco se puede afirmar que todo haya sido perfecto, claro. A pesar de haber embarcado la franquicia arácnida en un periodo memorable y en general bien resuelta, por supuesto que ha habido puntos bajos en el trabajo de Slott. Para empezar, las vueltas que se ha dado al tema de las sospechas de los Vengadores acerca de que algo extraño pasaba con el lanzarredes. Al igual que con la trama del fragmento de la consciencia de Peter en la mente de Otto, hay que reconocer que el guionista ha jugado al despiste. Se han dado indicios de que las cosas se iban a resolver en una dirección, para que luego pareciese que no iban por ahí las cosas, y para que finalmente se recuperasen esas vías, de una forma un tanto tramposa, cómo para que el lector descartase posibilidades y luego poder sorprenderle usándolas.

Cabe destacar que el método usado por Peter para completar su coherencia dentro de la mente de Otto, aunque aparentemente sin fisuras, no parece que haya sido bien expuesto, dado que ante las abundantes dudas y preguntas de los lectores ha habido que explicarlo posteriormente en declaraciones públicas.

Y además, el sacrificio final de Otto, aunque realmente emotivo no parece revestir mucha lógica ni coherencia con el personaje, por mucho que hubiese sido llevado al límite y hubiese aprendido en estos meses. Es decir ¿parece razonable que alguien (mucho menos alguien como Octopus) sacrifique su vida para dejar la de su amada en manos de alguien, Peter, al que precisamente le define haber fallado en salvar a la mujer de su vida, Gwen, contra justo ese mismo adversario? No acaba de fluir de forma orgánica este giro final, menos aun cuando hemos ido viendo a Octopus alejarse paulatinamente de la compasión y la modestia que al principio trataba de disimular. En general, el último episodio parece de ritmo un tanto apresurado, con demasiadas ganas de acabar rápido y ya, para haber tenido treinta números previos en los que desarrollar tranquilamente todas las tramas.

Con todo, no hemos de olvidar que Slott a menudo se guarda un as en la manga para más adelante y que ha declarado que para la nueva cabecera de Amazing Spiderman tiene preparado un giro. “Siempre hay un giro”, nos dice. Quizás allí profundice y nos resuelva estas y otra incoherencias, junto con el resto de cabos sueltos.

Sobre el apartado gráfico, sin embargo, se puede ser breve, rotundo y posicionarse con los mas agrios críticos: salvo tal vez Giuseppe Camuncoli, los artistas involucrados, ya sean Ryan Stegman o un Humberto Ramos (cuyo atractivo estilo no quita para que ya parezca que nunca aprenderá nada de anatomía ni perspectiva), no están a la altura, no ya de la importante etapa de Slott, sino de un personaje de la relevancia capital de Spiderman en el género de superhéroes. El heterogéneo e irregular aspecto visual hace que lamentablemente los vicios que algunos pudiesen encontrar en las historias se hagan aun menos digeribles.

Esta etapa ha sido revolucionaria y polémica, eso está claro. Como mínimo Slott ya ha conseguido que el Doctor Octopus, el eterno segundón en la lista de archienemigos de Spiderman, siempre a la sombra del Duende Verde y a veces ni eso, se haya configurado como la autentica némesis del hombre araña. No es para menos después de lo que Otto ha hecho. Pero es que además, hemos podido ver sus diferencias y, más importante aún, sus paralelismos con Peter.

Porque Octopus, nos recuerda Slott, es lo que Peter podría haber llegado a ser de mayor. Si leemos atentamente el debut del trepamuros en Amazing fantasy y los primerísimos números de Amazing Spiderman, nos encontraremos con un nerd resentido con un mundo que no reconoce su genio. Y si hubiese seguido por ese camino, probablemente no hubiese sido muy distinto del Octopus que nos encontrábamos ocupando el cuerpo de Peter, soberbio, pedante y encerrado en su laboratorio con sus googles, bata y robot sirviente de científico loco.

Es difícil coincidir con quien dice que Dan Slott no conoce bien a Peter Parker ni le tiene cariño. Ni con quien dice que no tiene claro que el Spiderman que interesa de forma indiscutible es Peter Parker y nadie más. El guionista lleva ya mucho tiempo haciendo historias que obsesivamente nos quieren demostrar precisamente esto. Slott juega de forma reiterada a enseñarnos quién es Spiderman mostrándonos quién no lo es.

Así, en Spider-Island nos enseñó que ser Spiderman no es solo tener sus poderes cuando todo el mundo en Manhattan los obtiene. Después, con Alpha, nos hizo ver que incluso alguien que pasa por condiciones muy, muy similares a las suyas tampoco terminaba siendo como nuestro amistoso vecino trepamuros, ni siquiera bajo la tutela de Peter.

Fue precisamente durante estos episodios cuando se dio una certera escena de diálogo entre Peter y Mary Jane, la mujer que mejor le conoce (el peor de los fallos de Slott en Spiderman Superior es en realidad este: ella debería haber sabido casi inmediatamente que no estaba ante Peter), en la que discutían sobre qué es lo que le define a él. Parker lo sabe, lo tiene claro: no, no fue el ser criado por su tío Ben. Peter ya había recibido sus lecciones y decidido ignorarlas cuando se comportó como un cretino y dejó escapar al famoso ladrón. Es después de que éste criminal matase a Ben cuando a través de la culpa, se forjo su forma de ser, el sentido de la responsabilidad de Spiderman. Y nunca podrá huir de ello, está eternamente atormentado. Ha de estar siempre alerta, no puede bajar la guardia y eludir esa responsabilidad de nuevo para que no le vuelva a pasar algo así. Peter vive aterrado con la posibilidad de que el karma le vuelva a castigar si no atiende a sus deberes para con sus congéneres.

Spiderman no es más que la otra personalidad que un chaval aplastado por la culpa, la carga que siente que el destino ha colocado sobre sus hombros, y el resto de sus penurias vitales, decide crearse para enfrentarse a todo ello. Es su mecanismo para poder ser quien realmente quiere ser, sobrellevar su triste vida, sentirse seguro de sí mismo, madurar, ensanchar su alma y no convertirse finalmente en alguien precisamente como el Doctor Octopus.

Por eso mismo, durante Spiderman Superior, pudimos asistir a cómo Otto Octavius, a pesar de unos comienzos aparentemente prometedores, fallaba y nunca podría ser verdaderamente Spiderman. Y mucho menos un Spiderman mejor, aunque que tuviese su cuerpo, poderes, intenciones y hasta en ocasiones sus recuerdos. A lo sumo, e incluso en eso todo le acabó explotando en la cara cuando se enfrentó al Rey Duende, pudo ser un Spiderman más eficaz en lo banal, en lo práctico luchando contra el crimen, pero no en lo profundo, en lo inspirador y moral. Él no ha sufrido ese crecimiento, no ha sido moldeado por la tragedia y no ha recorrido ese tortuoso camino que a Peter le ha llevado a alcanzar su humanidad y superioridad moral. Ha presenciado el drama, pero lo ha malinterpretado, no lo ha entendido en profundidad. La historia de la presencia de Otto en realidad solo ha sido otro relato sobre Peter, el de su ausencia. Y con él, igual que como con muchos otros posibles, hemos conocido, de nuevo, un poco más qué define a nuestro héroe y qué no.

Y es que, como nos recordaba Slott textualmente en el número 30 USA, el Spiderman Superior del título en realidad a quien hacía referencia todo el tiempo era al único Spiderman verdadero, a Peter Parker.