DE REGRESO AL MUNDO DE FANTASÍA
«Es como si me faltara algo dentro»
Le echamos a la segunda obra completa de Peach Momoko trabajando para Marvel Comics. La carrera de la japonesa en la industria norteamericana ha crecido exponencialmente a través de su labor dibujando portadas alternativas pero hoy visitamos su segundo acercamiento hacia elaborar un trabajo con una narrativa más definida. Este acercamiento se produjo, al igual que en la entrega anterior, Demon Days reseñada aquí, con Momoko asumiendo las responsabilidades completas de la obra, ejerciendo de guionista y artista.
La premisa de Demon Wars bebe mucho de su predecesora y con la llegada de Ultimate X-men hay aspectos que empiezan a delinearse como características innatas de la obra de la japonesa. Momoko extiende aquí su Momokoverso, continuando la historia de la joven Mariko, que en la obra anterior descubría su pasado y su origen como hija de un Oni. En Demon Wars tenemos a una Mariko mucho más familiarizada con lo sobrenatural, que decide embarcarse en una nueva aventura cuando un grupo de yokais acude a ella en busca de ayuda y al borde de la guerra. Aquí en España únicamente podemos disfrutar de esta obra por medio de una exquisita edición de lujo de la mano de panini cómics que cumple con las altas expectativas que genera el alto precio que acompaña a la obra. Por otro lado y una vez más la estrategia editorial que siguió Marvel es la de publicar la miniserie por medio de múltiples números uno con distintas cabeceras, una estrategia que podía excusarse, con algo de dificultad, para la primera miniserie pero que es muy sorprendente que se repitiera en esta ocasión teniendo en cuenta que los números no pueden definirse realmente como one-shots. Esto provoca un marcado contraste, ya que en Estados Unidos el lector pudo hacerse con toda la miniserie por algo menos de 20 €, una opción de la que no goza el lector español.
La decisión por parte de Marvel de publicar la serie como un conjunto de one-shots no cuadra con las ideas de Momoko, que llega a la serie mostrándose más segura de su talento narrativo y que demuestra haber elaborado una historia más aguda y planificada. El foco de la trama ya no está tanto en crear situaciones que permitan presentar una versión de un personaje popular reimaginada por Momoko al estilo del folclore japonés, sino que parece prestar más atención a su protagonista y su arco. Sin embargo, un inicio lleno de energía se desinfla muy rápidamente según nos adentramos en la serie, donde las ideas de la japonesa parecen agotarse y el cierre está lejos de alcanzar la efectividad del clímax de Demon Days.
De manera similar a la trama, el arte de esta obra no experimenta una evolución positiva. Un comienzo nada menos que espectacular por parte de la japonesa, que presenta las páginas más bellas de su obra norteamericana, desemboca en un final que no cumple con su potencial. De todas formas, en el caso del arte el resultado es mucho más consistente y mantiene siempre una calidad notable. El arte de Momoko brilla en aquellas escenas donde junta los aspectos más cotidianos con los más fantásticos y en los que aprovecha por completo la amplia paleta de colores de acuarela.
En definitiva, una obra que peca de priorizar la forma sobre el fondo. Una labor artística digna de un clásico se ve en parte desaprovechada en una historia poco memorable. Los cambios con respecto a su predecesora son acertados y muestran una madurez adquirida por parte de Momoko, especialmente como guionista, pero la trama se fatiga a mitad de camino y no logra llegar con éxito a la meta. Una obra recomendable para aquellos que quieran admirar sus páginas pero lejos de ser considerada imprescindible.
Lo mejor
• El despliegue artístico de Momoko.
Lo peor
• Una vez más, el guion no está a la misma calidad que el dibujo.
• Que la edición de lujo sea la única disponible.
Entretenido
Guión - 6.5
Dibujo - 9.5
Interés - 6.5
7.5
Una labor artística digna de un clásico se ve en parte desaprovechada en una historia poco memorable.