El desamor es probablemente la peor de las cosas sin importancia. Quiero decir, todos entendemos el drama de perder a un familiar o de que se te queme tu casa, esos son dramas objetivos e indiscutibles, ¿pero romper con tu pareja? Eso es algo que forma parte del día a día y que no nos provoca más que un leve momento de compasión cuando lo sufren los demás. “Ay, qué pena, con la buena pareja que hacían”, o “Bueno, hay muchos peces en el mar”. No lo vemos como algo verdaderamente importante, excepto cuando nos pasa.Y entonces, ay, cualquier tragedia es poca en comparación con lo que nos golpea. Esa pena tan profunda, esa sensación de que nunca volveremos a ser felices, de que las mariposas del estómago se han convertido en un enjambre de avispas furiosas que no volverán a dejarnos sonreír. Una violenta enfermedad que muerde hasta que un buen día te encuentras con que ya no duele, como ese dolor de cabeza que desaparece mientras estamos entretenidos haciendo otra cosa, pero que mientras dura nos hace desear, incluso, arrancarnos el corazón.
Hoy hablamos de Descorazonada, una obra en la que la marvelita Kelly Thompson y la dibujante Meredith McClaren unen fuerzas para contarnos una historia sobre el peso de un corazón roto y la aventura que es reconstruirlo, adornado con una auténtica aventura con toques fantásticos. Una pequeña serie autoconclusiva con mucho mimo que ha publicado en nuestro país Grafito Editorial con más mimo todavía, pero que a pesar de haberse publicado en septiembre me había escapado completamente al radar de novedades hasta hace dos días como quien dice. El cómic independiente vive una auténtica edad de oro y las alternativas son enormes, y a veces es difícil estar al tanto de todo lo que se publica, especialmente por parte de editoriales más chiquititas, por lo que es importante darles hueco a estas para que su trabajo, al que se le nota auténtica ilusión (¡hasta el aviso legal del inicio es especial!) llegue a la mayor gente posible.
Descorazonada, estrenada originalmente por Dark Horse como Heart in a Box, nos pone en la piel de Emma, una chica absolutamente devastada después de que el que era su novio le partiera el corazón. Un buen día, el profundo deseo de Emma por no tener corazón para no sufrir su dolor atrae a un extraño desconocido que le ofrecerá cumplir con su deseo a cambio de poder disponer de su corazón para entregárselo a otras personas que lo necesiten. Emma acepta, pero obviamente, al poco tiempo es consciente del error cometido y emprende una odisea para recuperar todos los pedazos de su corazón arrebatado mientras a cada paso va enfrentándose de nuevo al dolor de su ruptura.
Kelly Thompson sabe cómo escribir una historia, y esta no es una excepción. La guionista de Capitana Marvel pone sobre la mesa una idea de lo más original y se dedica a darle forma con muchísimo oficio, sabiendo dónde dirigir la historia y a qué velocidad hacerlo. No es casual por ejemplo que la revelación personal de Emma sobre el problema de no tener corazón se zanje en una página, porque no es de eso de lo que quiere hablarnos Thompson ni es donde espera poder atraparnos, eso ya nos lo contaron Los Simpson cuando Bart vendió su alma, y es a fin de cuentas la sinopsis con la que se presenta el libro. La guionista se toma el tiempo justo para definirnos con pocos pero precisos diálogos a su protagonista para entonces sumergirnos en su misión a lo largo y ancho de EEUU para recuperar su corazón al más puro estilo de las Bolas de Dragón o los Horrocruxes, mostrando una maravillosa imaginación a la hora de plantear las dificultades más variopintas para la pobre Emma a la hora de conseguir cada fragmento.
Pero la magia de su historia es cómo bajo la excusa de un argumento con tintes fantásticos Kelly Thompson va realizando todo un recorrido por el viaje personal que supone superar una ruptura amorosa traumática. Prácticamente no sabemos nada de Emma al inicio de su rocambolesca misión, y es prácticamente nada lo que necesitamos, porque a la verdadera Emma la vamos conociendo y desgranando a lo largo de su aventura, participando de su dolor pero también de su valentía y su humor peleón, asistiendo a los pasos que va dando hacia la superación de ese corazón roto que arrastra y con el que tanto nos podemos identificar mientras la leemos. Thompson comete además el acierto de plasmar, en términos generales, una historia sin villanos, dándole todo el foco de la narración a los sentimientos de su protagonista. Especialmente acertado me parece el hecho de no caer en la facilidad de representar al omnipresente exnovio rompecorazones como un simple cabrón, sino como otra persona normal más, sin demonizarlo, lo que le otorga un aire más de naturalidad y humanidad a la historia. No se trata de buscar enemigos, el amor se rompe por unos u otros motivos, y lo importante no es tener a quien culpar, sino entender que lo que hoy duele mañana dejará de hacerlo y que lo importante es seguir caminando hacia delante, porque es delante donde encontraremos nuevas alegrías.
El aspecto gráfico del cómic es quizás el punto que me ha tirado más para atrás durante su lectura, especialmente al principio hasta que me fui sumergiendo en él. Meredith McClaren tiene un estilo a medio camino entre el cartoon y el manga que termina resultando en una versión abstracta de una Max Sarin o Cat Farris, con unas formas menos proporcionadas y menos detalladas que unidas al color plano usado me resultaba confuso en ciertas viñetas. Sin embargo, mirándole la tabla de virtudes, a pesar de este estilo la dibujante consigue imprimir en la mayor parte de sus personajes un gran nivel de expresividad, de grandísima importancia en una historia como esta. Además, volviendo al color, las paletas usadas a lo largo de la historia acorde al pulso emocional de la trama están elegidas con mucha inteligencia para ayudar a enriquecer la narrativa del cómic.
Descorazonada es una historia divertida e imaginativa que se cimenta sobre un profundo recorrido por el largo y complicado proceso que todos hemos sufrido al pasar por una ruptura sentimental. Una historia en la que la mayor aventura es aprender a quererse y a curarse las heridas mientras por el camino encontramos motivos para sonreír de nuevo.
Guion - 8.2
Dibujo - 6.5
Interés - 7
7.2
Kelly Thompson nos regala una historia preciosa sobre el dolor del desamor.
Lo compré por Kelly Thompson, porque todo lo que tengo de Grafito es bueno, bonito y barato, y porque es autoconclusivo; una muy buena lectura. En cuanto al dibujo, creo que al ser tan expresivo, le va fenomenal a la historia, como bien dices, sin tener demasiado detalle. Una pena que este tipo de obras no llegue a más gente.
Totalmente, esperemos que tenga un poco más de visibilidad, porque es una historia muy fresca, y además es un tomito perfecto para regalar en Navidad.
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