Desmontando la Saga del Ángel Oscuro

Ha pasado ya casi una década desde que, tras la marcha de Kurt Busiek, los Vengadores iniciaran una nueva etapa con la saga «Confianza Mundial». Aquella sería (con el permiso de Chuck Austen) la última etapa de relevancia del segundo volumen de los Héroes más poderosos de la Tierra y, si miramos con perspectiva, resulta divertido pensar lo poco conscientes que eramos entonces de la relevancia que alcanzarían los responsables de aquella saga con el paso de los años. Supongo que a estas alturas no es necesario hablar de Geoff Johns (principal responsable de algunas de las mejores obras de la DC de la última década para algunos, montaña de humo para otros) ni de un Kieron Dwyer que lleva unos cuantos años sin prodigarse en el medio. Pero hoy nos toca hablar del que fuera entintador de aquella saga, un artista multifaceta que debe su pasión al noveno arte a la portada del número cuatro de Secret Wars y que ha terminado convirtiéndose en uno de los guionistas más interesantes del comic mainstream de superhéroes actual: Rick Remender.

Avalado por trabajos como Night Mary, The End League, Strange Girl o Fear Agent, Remender pronto volvería a llamar la atención de Marvel siendo reclutada para acompañar a Matt Fraction en los últimos números de Punisher War Journal. Viendo potencial en él, la editorial le pondría al frente del relanzamiento de las aventuras del justiciero de la calavera durante Reinado Oscuro y de un frustrado intento de darle colección propia al Doctor Vudú. Aunque la serie protagonizada por Jericho Drumm se vio obligada a cerrar puertas a los cinco números por las bajas ventas y en Punisher algunas de sus radicales ideas (con Franken Castle a la cabeza) no fueron demasiado bien acogidas por el fandom más conservador, Marvel continuaría apostando por el guionista poniéndole al frente del relanzamiento del grupo de operaciones encubiertas más letal del universo mutante. Remender llegaba a la franquicia sin excesivo ruido cuando muchos comenzábamos a estar desencantados con las colecciones X y en poco más de un año, con cerca de una veintena de números, Uncanny X-Force ha terminado convirtiéndose en uno de los principales estandartes de lo que parece ser el despertar de la línea (aunque todavía le sobren unos cuantos kilos títulos de más).

Poniendo broche a su primer acto al frente de la colección, esta semana se ha publicado en Estados Unidos el último número de La Saga del Ángel Oscuro. Confluyendo en ella los argumentos desarrollados por Remender desde su llegada a la colección, sí todavía no te has puesto con la serie más te vale dejar de leer el artículo ahora mismo y agenciarte los 19 números que ha publicado Marvel hasta la fecha o bien seguir pacientemente su edición vía Panini porque pocas veces hemos estado tan seguros de estar presenciando historia viva del universo mutante como con la culminación de esta macrohistoria que nos ha tenido en vilos durante todo el año. A continuación os ofrecemos un profundo análisis del acto final de la saga aprovechando los comentarios ofrecidos por Remender en CBR.

Las Raíces del Mito

Aprovechando el epílogo de X-Men: Advenimiento como desencadenante del título, Remender mantendría el leit motive como equipo proactivo de métodos poco ortodoxos delimitado por sus predecesores. Con los tonos grises de sus uniformes sirviendo más como declaración de intenciones que con fines de camuflaje, Lobezno y Ángel seguirían siendo los máximos responsables sin que Cíclope tenga la menor constancia de que el equipo continúa en activo. Operando desde un refugio en Arizona con más que evidentes similitudes con la Bat Cueva ( y no es el único guiño a su Distinguida Competencia que encontraremos a lo largo de la serie) el resto del equipo cambia por completo con la incorporación de Mariposa Mental, Fantomex, Masacre y posteriormente Deathlock Prime (el introducido por Jason Aaron en una de las últimas sagas de Lobezno Arma-X) además de las funciones como transporte de la compañera simbiótica de Fantomex EVA. Manteniendo el perfil bajo de habilidades patente en la encarnación anterior (salvo que si en los de Kyle & Yost las garras eran el principal rasgo definitorio, los de Remender presentan cierto aire de pistoleros-samurais neo noir) el guionista les otorga como nexo común los impulsos asesinos que todos llevan en su interior a raíz de haber sido sometidos a diferentes atrocidades para convertirlos en implacables máquinas de matar.

Buscando dar salida a tales impulsos, el grupo se dedica a poner fin de forma indefinida a aquellas amenazas tan peligrosas que el resto de los X-Men no debería tener que enfrentarse a ellas. Para su primera aventura, el guionista seleccionaría como gran némesis a Apocalipsis, villano que si bien tiene unas cuantas sagas destacables, generalmente suele ser sinónimo de bostezos de dimensiones bíblicas. Para no ofrecer más de lo mismo, Remender tomaría elementos que van desde sus historias más clásicas allá por los tiempos de los X-Factor originales a las últimas aportaciones de Peter Milligan y Frank Tieri remozando toda su mitología con un Clan Akkaba a medio camino entre unos sectarios villanos new age de la saga Bond y los malos de Stargate y unos pintorescos Jinetes Finales como versión definitiva de los sempiternos Cuatro Jinetes. Por no faltar tendríamos incluso una nueva versión de Nave, pero lo más destacable sería presentar al mismísimo Apocalipsis en una forma infante y todavía inocente adoctrinada para convertirse en un émulo idéntico de su predecesor.

Enfrentando al grupo a la eterna cuestión moral de si es justificable acabar con la vida de alguien que en el futuro podría convertirse en el responsable de innumerables muertes, tras un final con el que nos dejaría boquiabiertos daría comienzo a una nueva saga en la que retomaría las tramas de los Deathloks del Lobezno de Aaron. Entrelazando la mitología de estos personajes con el Arma Plus de Grant Morrison, Remender convertiría a Fantomex en la pieza clave de la historia con la recuperación de Ultimatom y la introducción de Padre (arquitecto responsable del devenir evolutivo del microcosmos de El Mundo), la metafísica Arma Infinito y un ¿espeluznante? futuro en el que la humanidad alcanzaría la paz tras convertir a toda la población superhumana en autómatas zombies.

Volviéndose a marcar un órdago, los siguientes números los aprovecharía para desarrollar las secuelas internas del grupo haciendo que cada muerte que provocasen signifiase algo más que una nueva adición a la lista. Es entonces cuando el guionista comienza dejarnos ver uno de los principales temas de su etapa (el significado de X-Force como muerte del sueño de Xavier) encarnado a través de la caída a los infiernos de Arcángel. Desvelando la función de Apocalipsis como catalizador evolutivo de los Celestiales, Remender nos sorprendería descubriéndonos que el que no muere había implantado su semilla en Warren durante su transformación en Muerte y que tras el fracaso del Clan Akkaba de revivir a su señor el miembro de la Patrulla-X original se estaba convirtiendo en nueva encarnación del mismo.

En busca de un medio para impedir la transformación de su compañero, X-Force viajaría a la Era de Apocalipsis en busca de la Semilla Celestial de la Vida. Sin embargo, fueron traicionados por la Bestia Oscura y a su regreso encontrarían a Warren más veidt que nunca dispuesto a usar la Semilla para reiniciar la vida en la Tierra acelerando la evolución. Con apoyo del Clan Akkaba, los Jinetes Finales y Genocidio (la versión 616 del Holocausto de la Era) Warren barrería el suelo con sus compañeros provocando una atroz masacre en una ciudad de Montana usando la Semilla para potenciar la tecnología temporal de El Mundo.

Dando como resultado una burbuja evolutiva en la que la flora y la fauna avanzarían cientos de millones de años en apenas unos días (Tábula Rasa) Warren se sentiría satisfecho con los resultados trasladándose junto a sus partidarios a la base antártica del Clan para aplicar el mismo procedimiento sobre el resto de la Tierra. Con Betsy como rehén y la intención de convertirla en su nueva Jinete Muerte, el resto de X-Force no tardaría de entrar en escena con la intención de detenerle produciéndose un encarnizado combate que se recrudecería con la entrada en escena de integrantes de la Era de Apocalipsis por parte de ambos bandos. Y en tales circunstancias, con la mitad de los miembros de ambas facciones convertidos en carne picada sino muertos nos aproximaríamos al final acto final de la trama con Warren dirigiéndose al núcleo de la maquinaria evolutiva de El Mundo y Betsy y Fantomex para impedir que «retconease» el Universo Marvel.

Y tras este, quizás no tan breve resumen para ponernos al día, pasamos a centrarnos a los principales hilos argumentales de este último número y su significado de cada al futuro.

El Apocalipsis Robot

Aunque Deathlok Prime se ha mantenido en un rol discreto desde la saga en la que Remender lo incorporó al grupo, durante esta última mitad de La Saga del Ángel Oscuro hemos podido verle cobrar relevancia siendo determinante para hacer frente a los planes de Arcángel junto a Fantomex y Masacre. Llegado desde un mañana en el que los suyos canibalizarían a la población superhumana pacificándolos de forma definitiva, se mantiene en contacto con su yo futuro mientras que la joven encarnación de su hospedador continúa oculta para que sus enemigos puedan verse tentados de viajar al presente para acabar con su vida antes de que se convierta en él (un jaleo espaciotemporal de esos que dan dolor de cabeza, vamos).

Con la particularidad de que su mitad humana es un asesino sin remordimientos y su parte mecánica una IA que fascinada por la vida y todo lo que esta implica, en los últimos números de la saga tenemos la oportunidad de verlo desatado causando estragos entre los Jinetes Finales. Describiéndolo como una suerte de «Terminator hippie», Remender nos adelanta que tras haber comenzado a procesar el significado del amor el personaje continuará sus aventuras en Lobezno y los X-Men, pero que no será el único de su estirpe al que veremos en el futuro.

Enlazando con sus planes para Vengadores Secretos, el guionista comenta que mientras más ahondaba en la mitología de los Deathloks, el Programa Arma Plus y las diferentes estirpes robot del Universo Marvel más posibilidades veía. La confluencia de estos elementos en los que comenzó a investigar antes de poner en marcha la saga de Franken Castle fue lo que le llevaría a fraguar la trama de la revolución autómata de la que ya nos ha dado pistas en el especial point one de Uncanny X-Force y otros números posteriores y que se verá culminada en la trama de los Descendientes que llevará a cabo cuando tome las riendas de la serie de los Vengadores.

Tres Son Multitud

Respecto a otro de los temas capitales de su etapa (el triángulo amoroso entre Warren, Betsy y Fantomex) Remender responde a la pregunta de si el interés de Arma XIII por Mariposa Mental es real o respondía a motivos puramente estratégicos haciendo referencia a la complicada naturaleza del personaje. El guionista comenta que en el número 16 dejó entrever que sus tres cerebros actúan de forma independiente y que cada uno toma las riendas según las ocasiones, por lo que es posible que los objetivos de uno no sean los mismos que los otros o que incluso actúen a escondidas de los demás. Describiéndolo como una incógnita en si mismo, Remender no cree que liderar el grupo sea su aspiración añadiendo que por sus características es un personaje que se siente más cómodo moviéndose entre bambalinas. Si durante un tiempo lo hemos visto asumir el liderato del grupo cuando este se han visto contra las cuerdas se debe más a su naturaleza como superviviente nato que por un verdadero deseo de hacerlo. Según Remender, ve a Fantomex como uno de esos personajes que si se ve atrapado en una situación en la que nada o se hunde, se las ingeniaría para encontrar una manera para nadar.

Destacando su papel en este último arco como la prueba de que no es del todo irredimible, el guionista ha considerado un reto conseguir hacer de Fantomex el personaje heroico e inteligente como fue descrito en sus orígenes. Esto implica una serie de motivaciones complejas de las que todavía apenas hemos descubierto los primeros detalles. Con el juicio contra su persona a la vuelta de la esquina, el guionista añade que la perdida de uno de sus cerebros durante la actual saga jugará un papel fundamental y que no descubriremos toda la verdad hasta el número 28 de la saga durante el cruce entre Uncanny X-Force y Vengadores Secretos (es de suponer que durante AvX) con la saga de los Descendientes.

El Mal Que No Muere

A pesar de que la lucha por el alma de Arcángel ha alcanzado su conclusión a lo largo de la saga, si hablamos de la lucha contra los sirvientes de Apocalipsis esta cuestión es arina de otro costal. Usando a Nave para teletransportarse a la base de Neptuno, la Bestia Oscura toma las riendas de los supervivientes del Clan Akkaba con los Jinetes Peste, Guerra y Hambre además de las versiones de la Era de Apocalipsis de El Hombre de Hielo y la Mole. McCoy cuenta además con un pasajero extra en el vuelo para reforzar su liderato y es que, al parecer, Peste está encinta por obra y gracia de Arcángel portando a su heredero en su interior. Al igual que su antecesor y sus incontables hijos, parece que Warren se dejó llevar por los anhelos evolucionistas de su lado oscuro y si Betsy no estaba por la labor tampoco le pondría pegas a implantar su simiente en otras cuantas más.

Según Remender, su intención es que la amenaza del Clan llegara a un punto en el que estuviera tan por encima de los protagonistas que no hubiese posibilidad de una resolución limpia. Continúa añadiendo que para generar tensión es necesario transmitir la sensación de que los héroes están fuera de sus elementos y que sus destinos penden de un hilo. Aunque el lector siempre querrá ver a los héroes triunfar, en ocasiones ganar la guerra no significa ganar todas las batallas implicando mucha suerte. Por lo tanto, al final es inevitable que al final queden piezas en movimiento como lo relativo a Bestia Oscura y su as en la manga.

El Hombre de Akkaba

Otro de los momentos cumbre del número es la reaparición de Apocalipsis o, en concreto, el clon del joven En Saba Nur al que mató Fantomex en la primera saga de la serie. Llevándose consigo parte de la sangre del muchacho tras darle el descanso eterno, Arma XIII usaría dicho tejido para crear un clon identico y sometiéndolo a un proceso de evolución y programación acelerada en su refugio dentro de las instalaciones de El Mundo. Bajo la vigilancia de Ultimatom, el joven En Saba Nur permanecería en un tanque de suspensión mientras crecía en una recreación virtual de Kansas en la que Ma y Pa Kent Sabanur le enseñaban los valores de la sencillez y bondad de la tarta de manzana y la limonada en el porche. Sobra decir que como medio para convertir al joven Apocalipsis en un héroe en contraste con su yo anterior, Remender ha recurrido a un guiño bastante visible al arquetipo superheroico por excelencia.

Bromeando al respecto, el guionista prosigue describiendo como la idea de convertir al pequeño Apocalipsis en un héroe surgió cuando todavía estaba preparando el primer arco argumental. Planteándose como podría hacer la serie más interesante el guionista no quería que fuera una sucesión de arcos argumentales enlazando enfrentamientos contra diferentes oponentes, por lo que era primordial para él dar forma a un hervidero en el que por cada acción hubiera una cadena de reacciones entrelazadas entre si. La crisis interna de Arcángel fue el catalizador que le sirvió para dar forma al esqueleto de su macrohistoria y los demás elementos fueron sumándose sobre la marcha.

Remender comenta como fue su editora Jody LeHeup la que le animo a convertir a Arcángel en el villano de la historia tras leer la escena en la que Betsy trataba de liberar a Warren de su influencia en el primer número de la serie hablando durante horas por teléfono para darle forma al resto. Añadiendo que aunque es poderoso no lo es tanto como Arcángel (quien durante la saga llegaba incluso a doblegar a la entidad Fénix), es curioso que Remender elija para el muchacho el nombre clave de Génesis que además de tener implicaciones como antítesis del Apocalipsis está ligado a la mitología de En Saba Nur a través del hijo de Cable.

Añadiendo que las aventuras del muchacho continuarán en Lobezno y los X-Men, Remender comenta que sabremos más sobre las razones que le llevaron a Fantomex a crearlo durante los próximos números de la serie. Como extra, el guionista asegura que los personajes representados por las estatuas con las que Génesis y Arcángel se cruzan en su enfrentamiento a través de las instalaciones de El Mundo aparecerán próximamente y que El Hombre Sinpiel (Skinless Man) jugará un importante papel en la saga de Otromundo mientras que para el Doctor Mind Bubble tiene grandes planes sobre los que todavía no nos puede hablar. Revelando únicamente que fue creado por Arma Plus en los sesenta, Remender destaca su actitud cuasi maniática a la hora de trazar planes a largo plazo soltando pistas aquí y allá.

El Largo Adiós

Y llegamos al cenit absoluto de la historia. La parte en la que tras ver a Mariposa Mental emplear sus poderes telepáticos al máximo contra Arcángel y la llegada de Génesis dando lugar a la demoledora lucha entre ambos, el lado oscuro de Warren consigue doblegar al muchacho disponiéndose a ajusticiarlo. Es entonces cuando

Y ya para terminar, el guionista declara que este punto de inflexión no es sino uno más dentro de su etapa en la serie y que todavía le quedan muchos asuntos por tratar. Recomendando a todo el mundo que si le interesa la serie la siga desde el principio (con los medios que hay hoy en día entre venta de comics digitales y recopilatorios varios, vamos a secundar la propuesta de Remender que no solo es bien posible sino además altamente recomendable) y que aunque intentará que el próximo arco de la serie sea accesible para nuevos lectores, dada su forma de plantear las historias es inevitable que el lector que llegue a la mitad del relato pueda perderse varios elementos importantes. Con la previa del próximo número -dedicado a contar los muertos, paliar las heridas y comenzar a plantear el futuro- nos despedimos deseando que hayáis disfrutado tanto esta serie como lo hemos hecho nosotros, porque si hay justicia en el mundo, esto se convierte en un clásico moderno de aquí a unos años. Buenas noches (o tardes) a todos.