Desolation Jones de Warren Ellis y J.H.Williams III

¿Cuánto se ha dicho ya de lo que se parece el personaje de esta obra con John Constantine? ¿O a Jenny Sparks? ¿O a Spider Jerusalem? ¿O a todos los personajes cínicos y cabrones…. (Sí, he dicho cabrones) de cualquier otro cómic medianamente trascendente de Ellis?

¿Cuántas veces se ha dicho, al respecto de esta obra, que en su guión se entremezclan situaciones que se han visto ya en otras obras de Ellis? En Planetary, en Global Frequency, en Autorithy. En Hellblazer….sí, coño, en Hellblazer también.

¿Cuántas veces se ha dicho que los diálogos que usa Ellis en esta obra son similares a los vistos en esas otras obras?

Pues os lo digo yo. En el último mes, no ha faltado reseña en la Blogosfera que no haya hecho referencia a ello. ¿Y sabéis que?

Me la suda.

Me la suda por que Desolation Jones no solo debería estar ya a la altura de otras obras de género contemporáneo como el propio Planetary sino que debería estar entre las 100 obras indispensables del comic mainstream americano de los últimos 15 años.. Es la patada en los huevos que necesitan algunos. Es el argumento para darse cuenta, de una puñetera vez, que los comics se hacen y deshacen acordes a los tiempos que corren. Que no se puede vivir siempre del pasado y que la innovación no está reñida con la originalidad.A todo esto, se me viene a la cabeza algo que leí hace poco. Hace años un editor de DC le dijo a Ed Brubaker que por que le gustaba Alan Moore. Brubaker le dijo que por que era original. El editor, que no era otro que Archie Goodwin, le dijo:” Deja que te diga una cosa. La originalidad está sobrevalorada. Alan Moore no es genial por que sea original. Solo hay cinco ideas en el mundo. Alan Moore es genial por la manera que tiene de contar esas historias.”

Eso es fácilmente aplicable a Ellis. En la actualidad, pocos tienen ese nivel de locura que parece haber bendecido al maestro ingles desde hace unos cuantos lustros. Ellis, que puede que repita situación, personaje e incluso algún dialogo socarrón, nos regala (porque esto es un regalo, oigan) una obra que te abre los sentidos. Y claro, en eso ya entra de lleno su dibujante, un brillantísimo J.H.Williams III.

Williams nos droga con cada página, cada ilustración, cada viñeta. Nos eleva a otro sitio. En el Promethea de Moore se puede ver en todo su esplendor. Pero es que aquí, no sé porque razón, nos dispara directamente a la retina, nos acuchilla la vista y lo mas jodido de todo…es que nos gusta. Difícilmente podréis encontrar dos páginas iguales o con la misma composición a lo largo de los seis números que componen este primer arco de Desolation Jones. Es algo impresionante. Tanto, que la obra se llevó seis nominaciones a los Premios Eisner del 2006. El propio Williams se llevó otra nominación por aquél número 32 de la mentada Promethea…pero esa es otra historia.

Y ya que hablamos de historias… ¿De qué va Desolation Jones?

De que un ex-espía del MI6 (Jones) recibe el encargo por parte de un vejestorio multimillonario, de recuperar las cintas porno de Hiltler que algún otro ex – espía se ha encargado de robarle.

Si. Habéis leído bien. Las cintas porno de Hitler. Estas hacen aquí de McGuffin para que nos encontremos con una retahíla de personajes que nadie querría como amigos ni como enemigos. Con gente que ha sufrido experimentos en sus cuerpos. El propio Jones es parte de uno de ellos, claro. El “Proyecto Desolación” que da nombre al tebeo. Fetén: No puede sentir dolor. La investigación le hará recorrer un “Los Angeles” un pelín diferente (no demasiado) de lo que conocemos a día de hoy. También la aparición de las tres hijas del viejales, que deparan más de una sorpresa. Y todo con mucha mala uva. Un argumento, quizá ya usado en exceso, pero que no deja de ser un instrumento para disfrutar con esta joya de cómic.

Como sentencia uno de esos personajes en una conversación con Jones:

“-Jones, ven a ver un Bukkake conmigo y hablemos.
-Prefiero hablar e irme, sucia.
-Jones, jones. Todo sienta mejor con bukkake«.

El Sueño Eterno dicen algunos, que se toma como referencia para este Desolation Jones. Pero en la obra de Chandler no había Bukkakes. Y se conoce que con ellos, mucho mejor.