Ser adolescente es de terror
Los géneros narrativos clásicos siguen siéndolo entre otras razones por la potencia que tienen para contar nuevas historias y abordar diferentes temáticas a través suyo. Después de Clase es un nuevo ejemplo más de ello presentando relatos autoconclusivos que mediante la narrativa del terror (en diferentes variantes) posa su atención sobre distintas problemáticas de los jóvenes y adolescentes contemporáneos.
En un formato de antología, son cuatro las historias breves realizadas todas ellas por distintos equipos creativos ocupándose del tema en cuestión que más les preocupara o afectara, y dándole vida a alguna idea que tenían en mente que estuviera esperando el momento para ser realizada.
El título hace referencia al programa que se presenta fuera del horario habitual de clases, para tratar temas de relevancia social, con cierta controversia o sensibilidad. En estos cuatro cómics, esos tópicos son los trastornos de ansiedad (que afectan el rendimiento y las relaciones), el embarazo juvenil no deseado, los trastornos del espectro autista y el pensamiento grupal o de colmena que lleva a un comportamiento en masa sin cuestionar.
La combinación de la problemática social juvenil con el género de terror tiene un interesante y entretenido resultado, así como la elección de los autores es diversa y escapa a los nombres habituales y conocidos permitiéndonos conocer algunas nuevas voces y estilos. Por todo esto cabe dar crédito primero a Skybound(como sello original) y luego a sus editores Amanda Lafranco y Jon Moisan.
Los escritores de los cuatro cómics llegan con mayoría de créditos en la TV y el cine, citados aquí a probar sus plumas en el noveno arte. Justin Benson y Aaron Moorhead participaron en las series de Loki y Archivo 81, Kate Herron también en Loki y en Sex Education, Jill Blotevogel en la serie de Scream y Leon Hendrix III escribió en Two Sentence Horror Stories y Mayor of Kingstown pero además ya había participado como guionista en el Extra de 80 páginas de Geiger (el cómic creado por Geoff Johns).
En cuanto a los dibujantes, sin ser nombres rutilantes tienen su recorrido interesante y con matices presentan una línea similar que sostiene a la antología en un nivel y estilo constante. Greg Hinkle cuenta con Airboy y Glory en sus créditos, Leila Leiz la leímos hace poco en Mother of Madness, Marley Zacone trabajó en el sello Young Animal de DC con Shade, the Changing Girl, Lisa Sterle realizó Witchblood en Vault Comics y Eric Zawadzki dibujó The House of El para DC así como varios títulos para Image; solo por referenciarlos de alguna manera.
No obstante, como sucede con toda antología hay puntos más altos y más bajos, y cada lector tendrá su preferido y el que menos le agradó. En mi caso personal como lector, comenzando por lo segundo, la historia que ubicaría en cuarto lugar de preferencia es El Club por no ofrecer ninguna vuelta de tuerca al formato habitual. Esta trabaja la cuestión del pensamiento grupal y el resultado del cómic es muy similar al de la película La Ola; esto claro como mero comentario de lectura, sin menospreciar la relevancia que sigue teniendo este tema a nivel social y político.
El mejor cómic desde mi perspectiva lectora está en Sin agallas que se permite atravesar la temática del trastorno de ansiedad y su resolución con sutilezas, narrando una historia que igualmente juega con lugares comunes pero los ofrece con cierta originalidad: desde un perro de apoyo emocional hasta una invasión dimensional, sin muchas escalas.
Las otras dos que ubico en el medio de la clasificación, oscilan entre el tópico repetido con cierto giro dramático. La cigüeñación que trata el tema del embarazo adolescente, se apoya en un mito popular de una terrorífica cigüeña persiguiendo a mujeres que no desean su embarazo. Y Alguien que te escuche nos brinda una del subgénero slasher con su infaltable asesino enmascarado para presentar combinar a los trastornos de autismo con superpoderes. En ambos casos, sin embargo, nos encontramos ante el mejor trabajo visual de parte de Leila Leiz y Marley Zarcone con Lisa Sterle, respectivamente.
En definitiva, lo leído en esta antología resulta una manera mucho más interesante y atractiva de presentar y abordar cuestiones problemáticas, especialmente para un público joven. Desde esa mirada se entiende el interés editorial tanto de Skybound para su realización en su publicación original, como de ECC para esta edición en español.
Lo mejor
• Conseguir una manera atractiva de abordar problemáticas de gravedad.
Lo peor
• Una lectura breve, podría tener más historias cortas.
