Edición original: Marvel Comics / MAX – septiembre, diciembre – 2002
Edición España: Comics Forum – enero, febrero – 2004
Guión: John Ostrander
Dibujo: Leonardo Manco
Entintado: Leonardo Manco
Color: Leonardo Manco
Portada: Leonardo Manco
Precio: 3,50 € (serie limitada de dos números de 48 páginas cada uno, en formato prestigio)
Los números tres y cuatro de Destellos de gloria están dedicados a la continuación estadounidense de la miniserie Blaze of Glory,
El relato que presenta Apache Skies se centra en otro episodio particularmente oscuro de la conquista del oeste: las guerras indias. Las tribus indígenas del sub-continente norteamericano combatieron el creciente empuje de los Estados Unidos y firmaron sucesivos tratados inicuos. A finales del S. XIX, el pueblo apache claudicaba después de que su último gran jefe guerrero, Goyathlay (más conocido como Gerónimo) tomara la dura decisión de rendirse. Después de la derrota, el gobierno estadounidense lleva a cabo una política de aculturación para que las generaciones más jóvenes de las colectividades nativas pierdan sus raíces y se integren en el modelo preponderante. Al mismo tiempo, la neutralización de la oposición aborigen se presenta en la forma de una gran oportunidad para que empresarios sin escrúpulos –del tipo que hace fortuna durante la forja o la destrucción de un país- hagan su agosto y aprovechen la tesitura para ganar aún más dinero. En esta tesitura,
Si en Blaze of Glory Ostrander contaba una versión de Los siete magníficos, aquí recoge otro clásico del género: la misión de venganza que aúna en incómoda alianza a dos personajes con caracteres contrapuestos. Rawhide Kid se convierte en el hilo conductor que conecta esta miniserie con la anterior; sigue siendo el pistolero que contempla que el mundo en el que ha crecido desaparece inexorablemente, pero mantiene las dosis de violencia que han marcado su existencia.
Ostrander vuelve a mostrar la cara más oscura del salvaje oeste, al reflejar claramente el control al que los intereses corporativos someten las vidas individuales y colectivas. El pueblo tejano en el que se desarrolla una parte de la historia, debe su vida a un magnate con importantes intereses en el negocio del ferrocarril. El destino al que el victorioso gobierno estadounidense pretende someter a los pueblos amerindios es el de la desaparición identitaria. Antiguos matarifes de tiempos más asilvestrados se han convertido en eficaces ejecutores privados del orden. En cierto sentido, el país que reflejan don John y don Leonardo no ha cambiado tan profundamente como la estética y la técnica parecen sugerir. Los autores logran hacer algo que no es fácil: una secuela que está a la altura del original, precisamente porque no busca repetir las pautas de la precedente. Otra historia del salvaje oeste que merece la pena ser recuperada, releída y disfrutada.
Gracias por estos artículo Luis! Ambos autores me encantan al igual que esta clase de historias.Espero tener la suerte de encontrame con esta obra.Saludos!