Ram V y Spurrier profundizan en la mitología de Gotham
«Cuando empezaste a caer sabías exactamente dónde terminarías.»
Continuamos avanzando en la nueva etapa de Detective Comics. Tenemos dos líneas bien diferenciadas (casi tres) más o menos paralelas pero de las que podemos intuir que se van a cruzar o al menos van a interaccionar.
Por un lado la guionizada por Ram V y por otro la de Si Spurrier, que es más bien de complemento.
No clasificamos las dos partes de esta colección por el nombre del guionista por especial afinidad con este tipo de profesionales, sino porque Ram y Spurrier son la constante de cada una de sus líneas, los dibujantes van rotando y cambiando para “jolgorio” de los lectores.
Vayamos por partes.
Cuando parecía que la trama de los Orgham en Gotham llegaba a su fin, vemos que el arco se enreda y alarga de manera insidiosa. A Ram le gustan Azmer y el resto de la familia y se nota que los quiere exprimir hasta el final. En esta ocasión tenemos la participación de un Dos Caras determinante en el devenir de la trama que Ram V usa como un peón, como una ficha a la que va a mover en función de su interés, para poder desencallar la historia cuando llega a un punto de no retorno. También aparecen Solomon Grundy, Thalia y El Hombre de los diez ojos, entre otros.
La línea de Ram V es densa, compleja y barroca. Tenemos una buena cantidad de monólogos interiores a modo de cuadros de texto y una serie de diálogos marca de la casa del guionista. Éste pone su empeño en diferenciar las voces de los personajes (algo especialmente significativo en el caso de Dent y su inverosímil doble personalidad) y en darles profundidad. El juego binario del ex fiscal se aplica a Batman, con lo que se nos permite conocer su eterna lucha contra sus demonios y entender la necesidad de disfrazarse en su cruzada sin fin.
Sin embargo, en un análisis algo más tranquilo se le ven los trucos a Ram. La puesta en escena es espectacular, elegante, (aparentemente) muy madura y adulta para un cómic de superhéroes random (Batman permite ese juego desde que el mundo es mundo y Miller aterrizó en la franquicia). El aspecto operístico, grandilocuente y afectado tapa un cómic bastante sencillo, con una trama algo simple y (eso es lo peor) una serie de giros de guion muy convenientes para que el guionista (y Batman) salga airoso en situaciones muy complicadas.
En la redacción, algún desaprensivo ha definido el trabajo del escritor indio como “muy bonito pero más de lo mismo”.
Ram parece jugar a liar la troca, complicar, enredar y sobre todo embellecer una trama superheroica poco memorable en su esencia. Entretenida pero vacua.
En el apartado gráfico tenemos el consabido y típico baile de dibujantes que suele helar el espinazo del fan más veterano. Rafael Albuquerque ha realizado un trabajo soberbio hasta la fecha en Detective multiplicando la labor de Ram V y contribuyendo al espectacular barniz, a la belleza formal del cómic. En esta ocasión comparte créditos con Reis (ninguna queja al respecto) y Raffaele. El trabajo de los autores es suficientemente bueno como para que el tebeo no se resienta. Ambos intentan mimetizar el estilo oscuro y elegante de Albuquerque, aunque en el caso de Raffaele esté algo por debajo. Reis está perfecto, como siempre.
Se supone y agradece una fuerte labor del editor para minimizar las distorsiones que supone el cambio de dibujante en una colección con una personalidad tan fuerte en el apartado gráfico.
La sorpresa agradable de la serie es la parte que corresponde a Si Spurrier. Su parte se subdivide en dos. Por un lado tenemos la que corresponde a su colaboración con la dibujante griega Dani (ojo a este nombre) en la que seguimos las aventuras de Gordon y Sorrow (Pena) y luego está la parte en la que colabora con Caspar Wijngaard y vemos a Mr Freeze como secuestrador al que le encanta oírse en sus lamentos egoístas.
La parte de Gordon y Pena es con mucho el pico de esta colección. Spurrier está en su lado más experimental y juguetón con una densa trama de corte noir y un misterio raro al que se ve sometido Gordon para saber quién es Pena y de qué va. La estructura de página, la tipografía y los monólogos interiores de los personajes principales y casuales de la trama son un ejercicio de libertad para un guionista muy interesante. Dani, con su estilo a lo Miller de la penúltima época, plasma la historia con un halo raro, oscuro e indefinido que le sienta al pelo, con sus juegos de luces y sombras y sus figuras algo borrosas. En algún momento parece algo exigida por la premura de las fechas (se supone) pero sale airosa de su primera colaboración con Spurrier en Detective.
La segunda parte (que finalmente se cruza con la primera), en este caso protagonizada por Freeze, es mucho más convencional. Por un lado es menos original que la dibujada por Dani pero mucho más clara (y menos pretenciosa) que la de Ram V. Aquí vemos como el villano (una vez más víctima de sus obsesiones) ha secuestrado a una mujer a la que se dispone usar como conejillo de indias en sus experimentos para revivir a Nora. Al final irrumpe Sorrow para sorpresa de todos. No sabíamos que esto iba de cliffhangers.
En esta parte el dibujo es de Caspar Wijngaard. Muestra un estilo menos original pero totalmente eficiente y cumplidor, algo que no es fácil con un villano tan espectacular en su presencia como refrescante.
En definitiva continua esta serie magnética y original, a la que se le ven algunas costuras pero que en su asimetría ofrece una propuesta interesante, adulta, madura y aparentemente muy interesante. Esperemos que más adelante Ram V recupere el tono de las primeras entregas.
Lo mejor
• La parte de Spurrier con Gordon y Pena.
• El dibujo de algunos artistas (Dani, Albuquerque, Reis…)
Lo peor
• ¿Desgaste de Ram? ¿Tan pronto? ¿No lo vimos venir?
Muy apreciable
Guion - 7.5
Dibujo - 8
Interés - 8
7.8
Lo delicioso de esta serie es su asimetría y el poco miedo de algunos autores a arriesgar.
