Detective Comics #4-5 (Renacimiento)

 

Edición original: Detective Comics núms. 950-953 USA .
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión:James Tynion IV.
Dibujo: Álvaro Martínez, Christian Duce, Eddy Barrows, Fernando Blanco, Marcio Takara, Raúl Fernández.
Entintado:.
Color: Alex Sinclair, Allen Passalaqua, John Rauch.
Formato:Rústica, 112 págs. A color.
Precio: 11,50 euros.

 

 

Edición original: Detective Comics núms. 946 a 949 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: James Tynion IV, Marguerite Bennett.
Dibujo: Álvaro Martínez, Ben Oliver, Eddy Barrows, Raúl Fernández, Szymon Kudranski.
Entintado:.
Color:.
Formato: Rústica, 96 págs. A color.
Precio: 8,50 euros.

 

Con la publicación del quinto número de la serie Detective Comics en España, ha llegado el momento de hablar de su guionista y máximo responsable, James Tynion IV. Este joven escritor, nacido en 1987 en Nueva York, comenzó en DC colaborando con Scott Snyder en el relanzamiento de Batman y los Nuevos 52, con la ya recordada Noche de los Búhos. Tynion firmó en exclusiva con DC y sus trabajos han sido de lo más diverso, pasando por series como Hellblazer, Batman y Robin Eternal, Batwoman… pero el trabajo donde de verdad está demostrando su verdadero talento, donde se puede ver a un Tynion desatado, centrado, intenso, capaz de generar drama, tensión y misterio, es en la serie de Detective Comics, la serie que da nombre a DC, la serie que junto a Action Comics es considerada uno de los pilares básicos de la industria del cómic de superhéroes en Estados Unidos. Tynion ha encontrado su sitio y nos demuestra mes a mes las razones por las que su etapa en esta colección pronto se convertirá en un clásico moderno.

La derrota forma parte de la vida, tanto o más que la victoria. En la derrota nos podemos ver tal y como somos, descubrir que es lo que tenemos dentro y aprender una profunda lección de ello. Esto es en lo que Tynion cimienta su trabajo en Detective Comics. Empezó plantando una situación anómala dentro del micro cosmos de Batman, la supo aprovechar hasta sus últimas consecuencias y continúa sacándole partido a este variopinto grupo de héroes y heroínas rotos internamente, que se unen bajo el manto de Batman con la intención de prepararse para la guerra que parece avecinarse.

En Detective Comics, Tynion, da una clase magistral cada mes de como se ha de gestionar una historia en la que hay varios personajes protagonistas involucrados. Sabe coser con mimo cada detalle de forma que todos vayan formando un denso tapiz de emociones, sentimientos y drama con los que el lector pueda quedar atrapado de forma irremediable. Y es que Detective Comics es una serie de aventuras con un trasfondo psicológico intenso, donde sus protagonistas tienen tiempo para vivir su vida, arrastrar tras de si sus miserias y asumir sin duda alguna el compromiso que han adquirido para consigo mismos y su máscara. Máscaras que caen como banderas a media asta cuando Tynion les va dedicando espacio para profundizar en cada personaje y desmenuzar su interior, desguazando su alma hasta poder sentirla. Nos muestra su lado oscuro, sus flaquezas, sus fortalezas, sus emociones más primarias para que desde esa perspectiva tan humana (con las consabidas licencias narrativas adheridas al propio género) sigan siendo personajes que exudan épica por todos sus poros.

Tynion ha entendido a la perfección a cada uno de los integrantes de este grupo, Clayface, Huerfana, Batwoman, Spoiler, Red Robin y a sus nuevas incorporaciones, Azrael y Batwing, dotándoles de voz propia más allá de que cada uno vista un uniforme diferente. Sabe dónde encaja cada uno y sabe aprovecharse de lo que define a cada uno de ellos para fortalecer, para apuntalar cada paso de la trama e ir creando un gran castillo, no de naipes inestables, sino de sólida roca, con el que contarnos una gran historia.

Tras los acontecimientos narrados en los tres anteriores números, Batman y compañía han de rehacerse de la pérdida de uno de sus miembros, cada uno a su manera, porque fuera, en Gotham, el crimen no descansa. Un crimen que parece remitir como si fuera la calma que precede a la tormenta y a la llegada del mito, de lo que se susurra entre las brumas, un ejército oculto en las sombras capaz de sumir a la ciudad en el caos puro.

Tynion juega con esa idea de la guerra a punto de declararse, esa tensión constante de que algo va a pasar, mientras ya está ocurriendo. Es una sensación extraña la de ver a Batman luchar contra esa guerra no declarada que parece a punto de estallar, pero que ya está en marcha y se libra entre las calles de Gotham.

Detective Comics es una serie emocional, centrada en sus protagonistas y en las cosas que les pasan, como excusa para poder enfrentarlos no a sus enemigos, sino a si mismos y sus propias miserias. Procesar el duelo, buscar un sitio en la vida, perder el sentido de la vida, sentirse rechazado, buscar en la fe lo que no parece llegar a través de la ciencia… un camino tortuoso para una de las mejores series de DC del momento.

Tynion también nos presenta a Batman no solo como un tutor o un mentor, sino como un padre, que es en definitiva lo que es ahora, que ha de ser capaz de liderar este equipo de tal forma que todos sus activos sean capaces de hacer frente a esa amenaza velada y eterna que no deja de sentirse a lo largo de toda la historia. Los protagonistas hablan entre ellos y se psicoanalizan sin ellos ser conscientes, profundizando en su forma de ser y retratándose delante del atento lector, fijando su vista sobre todo en los personajes femeninos, con los que demuestra una sensibilidad muy por encima de la media tratándolos con un profundo y sincero respeto, sin clichés, sin manierismos caducos, sino construyendo toda una personalidad que los hace enormemente atractivos. Un lector se verá muy tentado a sentir empatía por cada uno de ellos en función del momento de la historia en la que estemos. Con semejante grado de implicación la lectura de estos números es voraz y absorbente, llegando demasiado pronto el final del tomo.

Sin embargo, en Detective Comics no todo es perfecto y el problema que se puede detectar, no ya en el número cuatro, sino sobre todo en el número cinco, es el intenso baile de dibujantes de la serie. La serie se nutre principalmente, ya que es una serie quincenal, de dos dibujantes: Eddy Barrows y Álvaro Martínez. El trabajo de ambos es, a falta de un adjetivo más descriptivo, soberbio se mire por donde se mire. En el número 4 de ECC también tenemos a Ben Oliver que se encarga de una historia centrada en Batwoman, escrita a cuatro manos entre Tynion y Marguerite Bennet, con un resultado visual de excelente factura. Son tres estilos muy distintos, pero muy delimitados y las transiciones entre ellos se llevan muy bien. El problema surge en el quinto número de ECC donde ya tenemos a gente como Marcio Takara (encargado de ilustrar la historia dedicada a Huérfana) que es una auténtica delicia visual en todos los sentidos. Llena la retina e invita a observar sus dibujos que complementan a la perfección los largos e intensos textos de apoyo con los que Tynion nos acerca a un personaje que va a ser crucial para la trama. Luego llega de nuevo Álvaro Martínez, para inmediatamente después llegar Christian Duce que, además, es ayudado por Fernando Blanco… y Barrows que aparece testimonialmente en una de las partes más intensas de este tomo en la que Batman mantiene una conversación con Red Robin. Un desfile de estilos que por separado resultan muy atractivos, pero que juntos en un solo tomo pueden llegar a resultar desafortunados.

Aun así, Detective Comics, no puede ser juzgada por ello duramente porque su esencia es otra y su potencial es mucho más que el guion o el dibujo. Detective Comics es lo que hay escondido entre las viñetas y todo cuanto no se dice y no expresan los personajes. Tynion tiene tomado el pulso a la colección y nos lo demuestra cada mes en esta mítica serie de DC. No puedes dejarla pasar.