De vuelta a las calles.
La serie de Detective Comics se renumera en España con la llegada de Mariko Tamaki a la colección que arranca con un arco argumental que abarca las dos primeras entregas de la serie regular editada por ECC.
Mariko Tamaki es una escritora forjada en el comic independiente. Nació en Toronto, en 1975, y pronto mostró interés por la escritura. Su primera novela, centrada en la transición a la adolescencia, publicada en el año 2000, Cover Me, viene a ser el manual de uso de esta escritora donde poder ver sus principales intereses narrativos. Intereses a los que ha recurrido en numerosas ocasiones incluso en trabajos para DC, como Cristales Rotos o Supergirl, por citar un par de ejemplos. Una escritora sobresaliente con trabajos tan sólidos como Laura Dean me ha vuelto a dejar y Aquel Verano, que ha alternado con guiones para la serie de Hulka y Wonder Woman con resultados más bien discretos en el caso de la segunda. Sin embargo, en los antes mencionados trabajos para DC, su talento se crece, haciendo que sean obras de mucho interés para los lectores aficionados al género de los superhéroes que buscan nuevos puntos de vista.
Tras lo que se pudo ver en 2021 en la iniciativa de DC, Frontera Infinita, en la que se hizo cargo de Dark Detective, la llevó a fichar por la serie regular de Detective Comics a partir del número 1034, siendo la primera mujer que se hace cargo de la cabecera como escritora principal.
El escenario del que parte Tamaki es el de un Bruce Wayne que ha perdido su fortuna (aunque sigue disponiendo de una considerable cuenta corriente), lo que hace que la forma de operar de Batman difiera de lo visto hasta ahora. Se acabo la mansión y la batcueva, los batmoviles y demás elementos de transporte aéreo y marítimo, dejando a Batman con los pies en el suelo, haciendo frente a una trama que enraíza directamente en la clase política y afecta a las clases pudientes de Gotham.
Tamaki se centra en la parte humana del personaje. No hay acciones típicas del Batman superhéroe, sino más bien las del Batman de a pie, que debe recorrer las calles, investigar, apoyarse en sus aliados, a fin de poder progresar en su particular cruzada contra el crimen. La guionista de Yo no soy Starfire (que esperamos llegue pronto nuestro país) no revoluciona la serie con su llegada, se siente cómoda usando las herramientas de las que dispone y juega con ellas sin asumir riesgos, en una trama que esconde en su interior retazos de ideas ya vistas con anterioridad, pero que persigue tratarlas desde un punto de vista distinto.
Si la historia central no sorprende en exceso y se lee y disfruta sin problemas, es en las historias perimetrales en las que Tamaki saca sus mejores armas para trabajar con especial sensibilidad a un personaje que normalmente cae en tierra de nadie. Nos referimos a la Cazadora. Tamaki no se limita a introducirla en la historia, sino que construye a su alrededor una serie de motivaciones emocionales y personales para que su aparición no sea tan solo un añadido más. La escritora no desea que su presencia en la serie sea la de mera comparsa de Batman, sino que sea una relación de iguales, en las que la Cazadora aporte valor al conjunto. Su caracterización se siente cuidada y su desarrollo es de lo mejor de lo que hasta ahora ha aportado Tamaki a la serie.
En paralelo a las historias de Tamaki, aparecen historias extras de complemento que hacen foco en la figura del Lucius Fox, el Pingüino y el nuevo villano, que discurren en paralelo a la trama central y que vienen reforzar la sensación de que tan solo estamos leyendo la punta del iceberg. Son historias escritas por otros guionistas, supeditados a las directrices del trabajo de Tamaki, y que desarrollan momentos concretos de estos personajes tan relevantes para los acontecimientos que asolan Gotham.
La serie no sorprende por poner sobre la mesa una propuesta novedosa, pero plantea un escenario que da a entender que podríamos tener un importante giro argumental más adelante. Su lectura resulta ágil, cumpliendo con las exigencias del tipo de colección que debe ser Detective Comics, donde se dan la mano el Batman terrenal y sus aliados, mientras que Tamaki aporta un punto extra en la periferia a la espera de ver donde puede acabar una trama que lo apuesta todo a un nuevo villano alejado de la galería de grandes némesis de Batman.
En lo gráfico, destaca un Dan Mora en las primeras entregas que, con su estilo anguloso, pero majestuoso, se apodera de la página regalando al lector un Batman de potente estampa y una Cazadora contundente. Sin embargo, poco dura su aportación en la serie (entendemos que para dar el salto ala nueva serie de Mark Waid en DC y de la que hemos dado buena cuenta de ella aquí mismo), cediendo los lápices a un Viktor Bogdanovic, de trazo más redondeado, con figuras humanas más estilizadas y con un control del negro distinto al de Mora, que rompe el estilo marcado en las primeras entregas, sin que desmerezca el resultado final del trabajo global del primer arco argumental.
Tamaki parece sentirse cómoda moviéndose entre las calles de Gotham, siendo fiel al espíritu de la serie con apariciones regulares de miembros de la batfamilia, mientras construye un arco que va tomando forma a fuego lento y que necesita distanciarse de lo narrado por Greg Rucka para acabar teniendo voz propia. Queda ver si el camino que aquí se abre explora senderos nuevos o se mueve por los ya conocidos en una situación que, aunque planteada de distinta forma, recuerda mucho al pasado del Caballero Oscuro.
Lo mejor
• Tener de vuelta a un Batman más terrenal.
• La caracterización de los personajes.
Lo peor
• Plantea una situación no excesivamente novedosa.
Guion - 7.5
Dibujo - 8
Interés - 7.5
7.7
Cambio de rumbo.
Tamaki cambia el rumbo de la serie y se centra en la parte más humana del personaje, con una trama urbana sin estridencias superheroicas, en la que pone en jaque al Caballero Oscuro.
Lo mejor, Dan Mora. El mejor personaje Cazadora. A Batman me parece que no le tiene cogido el punto, parte se puede achacar a estar el personaje fuera de su zona de confort, pero igual es que Batman no tiene la voz necesaria para lo que quiere contar.
El segundo tomo de ECC, bajon. Los personajes empiezan a ser algo cargantes y en ocasiones inverosimiles (dentro de los estandares del comic de supers). Tambien es verdad que el tramo del nudo es el menos agradecido, pero encima esta todo alargado. De hecho en el segundo tomo lo que mas me gusto fue el complemento de Batwoman. Que es una historia del monton, pero contada con oficio y cumpliendo con sus humildes pretensiones. Aparte que tanta historia intensita requiere de algun respiro un poco mas terrenal…
En conclusion: Mora estupendo. Tamaki mixto, ver evolucion. Pero no parece una etapa que vaya a pasar a la historia…
Saludos!
Estoy bastante de acuerdo contigo, Mora se luce como siempre, pero Tamaki es una escritora que me cuesta cuando hace etapas en el genero superheroico como tal (no en el juvenil, por ejemplo, ahi si me gusta), le cuesta pillarle el tono a la serie y algunos personajes los caracteriza bien, pero por ejemplo batman no me gusta y a nightwing le pone como un pringado, no se, es un poco raro, ademas todo va como una historia a parte de joker war y fear state, y cuando puede lucir una historia completa suya en shadow of the bat, pues… No me ha gustado mucho.
Coincido en todo. Se agradece la escritura en comparación con la de Tynion, pero es cierto que el propio Batman se siente fuera de lugar. Aunque sea por poco, mejor Bruce Wayne.
Ojalá Mora se encargara de todos los números. Afortunadamente vuelve en el siguiente tomo, pero también se lo reparte con Bogdanovic (que no dibuja mal, pero desde luego no está al mismo nivel). El color de Bellaire hace mucho en mi opinión.
Personalmente, me sobran las historias de complemento.