Edición nacional / España: El día más largo del futuro, marzo 2017, La Cúpula Ediciones.
Guión, dibujo, tinta y color: Lucas Varela.
Formato: Álbum de 140 páginas a color editadas en rústica.
Precio: 20.5 €.
¿Hay algo mejor que caer en las garras de un autor desconocido? Me refiero a uno nuevo para el lector en concreto, como ha sido mi caso y más cuando se descubre que algo de su obra anterior ya había sido publicada. Si me ha pasado a mí, imagino que Varela puede suponer un descubrimiento para muchos otros lectores. Porque es evidente que semejantes diseños llaman la atención de entre la marabunta de novedades del mes, con esa estética retrofuturista, con esos colores primarios, con esas creaciones que recuerdan a grandes como Monteys o Jason.
Lucas Varela nos presenta una distopía futura presentada desde dos vertientes. Desde el punto de visto más general, su trama desarrolla una mirada hacia el consumismo destructivo, los imperios económicos y la burocracia desalmada. Desde un mirada más intimista, Varela habla de alienación, madurez y trabajo esclavo visto desde perspectivas siamesas a través de varios personajes. Porque todo, parece venir a decir el argentino, queda empañado por la enorme batidora que supone la gran empresa. El individuo se diluye, se convierte en engranaje de un sistema que le devora, pero que no solo se alimenta de él, sino que bajo el falso paraguas del bienestar le vende su propia muerte, en pequeñas dosis, colándose en todos los aspectos de la vida del individuo, desde su educación hasta su ocio y vida privada. Y todo con una sonrisa. La gran empresa estimula sus hábitos de consumo, genera las modas que le vestirán e incluso hace germinar en su cerebro ideas que lo único que logran es mantener el status quo.
Y ¿dónde está la aventura en este mejunje socioideológico? No se apuren que entre tanta reflexión hay espacio para la diversión, pues Varela sabe jugar sus cartas, de modo que instruye y señala al tiempo que entretiene. El autor nos presenta un futuro donde dos corporaciones rivales dominan los mercados. La competencia entre ambas es tal que esta se ha vertido sobre los ciudadanos, enfrentados según el bando escogido. En medio, la llegada de un alienígena será la chispa que desatará una premisa de batalla entre ambas empresas, que pillará en medio a un representante de cada una de ellas.
Para lo anterior, Varela se vale de viñetas mudas. Ni una sola palabra, ni un solo diálogo para desarrollar una trama compleja que a priori se nos antojaría imposible en silencio. Pero el autor no solo lo logra, sino que aprovecha la falta de bocadillos para generar una comedia que sirve para que el mensaje roce el lado de la parodia y entre con mayor facilidad. Porque por lo comentado arriba parecía que estábamos ante una depresiva reflexión sobre el futuro, ergo sobre nuestro presente, pero no, nada más lejos de las aparentes intenciones del autor. La reflexión y la crítica, no están reñidas, jamás, con la comedia y a través de gags inevitablemente slapstick Varela nos relaja mientras nos da una lección sobre la burocracia y la vida corporativizada. Es este detalle el que relaciona al autor con Jason, maestro de la página muda, con unos diseños que recuerdan su trazo seguro y concreto, de figuras estiradas y cierta dulzura de líneas. El también citado Albert Monteys sobrevuela la obra gracias a ¡Universo!, con esas creaciones de un futuro redondo y de vieja sci-fi, ese porvenir soñado en los años treinta, de formas circulares y elementos limpios, recargados, pero suaves, ese dieselpunk amable que puebla gran cantidad de ensoñaciones actuales sobre el futuro. Lo que contribuye a que el mensaje entre como con vaselina. ¡Y qué gustito!
Si esto lo hubiera producido Pixar estaría recibiendo todos los elogios posibles. No en vano te digo que esta es una de las compras obligadas del mes.
Guión - 7
Dibujo - 8
Interés - 8
7.7
Seso y diversión
Me lo acabo de terminar de leer y lo he disfrutado muchísimo. Yo incluso le pondría una nota algo más alta.
Gracias por llamarme la atención sobre esta obra con tu reseña, Raúl.
Gracias por la reseña,compra segura.Lucas Varela es un genio,merece que más gente conozca su obra.
A tener en cuenta que el objetivo con ésta clase de cómics consiste en divertir con conciencia y siempre la parte importante de la realidad en vez de divertir como una payaso o un mendigo bailando. Para uno didáctico es otro asunto y otros temas pero siempre se pueden encontrar buenas obras como la presentada. Claro que el que el mainstream asimile el mensaje no es de esperar y ni siquiera se debe considerar como parte del mundo del cómic. Un estilo de dibujo muy caricaturesco pero que hace que quien esté dentro de ése estilo sea fascinado por hallarlo en una historia así.