Artículo escrito por José Martínez Ros, comentarista de esta web.
Dirección: Carlos Vermut
Guión: Carlos Vermut
Música: Carlos Vermut
Fotografía: Carlos Vermut
Reparto: Eva Llorach, Ángela Boix, Petras del Rey, Rocío León, Victória Radonic, Ángela Villary, Klaus, Javier Botet
Duración: 121 minutos
Productora: Psicosoda Films
País: España
Una película kamikaze
Los superhéroes no matan
Hace muchos años, cuando el redactor de esta reseña era aún un adolescente, se encontró en una revista con una entrevista con un director norteamericano, por aquel entonces tremendamente joven, que acababa de ganar la Palma de Oro del Festival de Cannes con su segunda película, todo un hito que saltó a las portadas de los periódicos. Esa película se llamaba Pulp Fiction y el director, por supuesto, era Quentin Tarantino. En la entrevista recordaba su época como empleado de videoclub de Los Ángeles, en la que dedicaba todo su tiempo libre a escribir febrilmente sus primeros guiones que luego intentaba vender a las grandes productoras –las futuras Amor a quemarropa o Asesinos Natos-… pero todo cambió tras idear una oscura historia policiaca que decidió titular Reservoir Dogs. Tarantino contaba en la entrevista que si no hubiera conseguido la –reducida- financiación que necesitaba para dirigirla, la hubiera hecho de todos modos, aunque fuera con actores amateurs, en su casa y con una cámara casera. Otro joven cineasta, Carlos Vermut, quizás porque ha nacido en Madrid, en 1980, y no en Los Ángeles y tenía aún más difícil materializar sus sueños, cumplió lo que, en el caso de Tarantino, sólo fue una balandronada. Rodó su primera película, Diamond Flash con un grupo de actores no exactamente amateurs, pero desde luego sí desconocidos para el público, con una cámara digital, usando como escenarios su propio piso, un hotel próximo y las calles de su barrio, Arganzuela, invirtiendo en ese proyecto la totalidad de sus ahorros, la cantidad –absurda, para una producción cinematográfica- de veinte mil euros. Su empeño resulta aún más extravagante –y diría más: kamikaze- por un motivo: Diamond Flash es una película de superhéroes. Carlos Vermut hizo una película de superhéroes en España con la cantidad con la que, aproximadamente, puedes comprar una plaza de garaje en una gran ciudad.
El concepto de superhéroe
Estamos tan acostumbrados a leer cómics de superhéroes, los tebeos de Marvel y DC -y, vale, de otras muchas editoriales, pero sobre todo de esas dos-, que a veces olvidamos que un superhéroe no se define por la amplitud de la amenaza, por el nivel de poder de sus enemigos, porque sea capaz de hacer frente a una invasión intergaláctica o interdimensional o a un villano megalómano. Un superhéroe, en su esencia, se define porque a) posee capacidades únicas que rebasan a las de un ser humano corriente y b) porque, aunque pueda tener dudas, vacilaciones, incluso momentos en los que se siente rebasado por la cobardía o el temer, es un buen tipo, es alguien en quien puedes confiar, que ayuda a aquellos que lo necesitan, sobre todo los más débiles, a los más expuestos a las injusticias y los abusos. Clark Kent es Superman cuando derrota por millonésima vez a Darkseid, pero también cuando rescata a un gato, a la mascota de una niña que subido a la rama de un árbol demasiado alto y de la que no puede bajar. Y esas dos características las cumple a la perfección el superhéroe que habita el metraje de Diamond Flash. Es un superhéroe que –tal vez- ha escapado de las páginas de un cómic que lee una niña (si, la película de Vermut está ambienta en una fantasiosa realidad en la que las niñas de diez o doce años leen tebeos pijameros), pero ese toque de metaficción no sorprende a ningún aficionado avezado del género (en especial si eres lector habitual de Grant Morrison). Y es un superhéroe del que se habla, pero que sólo aparece en contadas ocasiones, lo que, en el fondo, tampoco es tan extraño… ¿cuántos cómics de superhéroes hemos leído en los últimos años en los que, como en el famoso Marvels de Busiek y Ross, los protagonistas son gente normal que asiste a distancia, atónitos, a sus hazañas?
La realidad tiene un presupuesto limitado, la imaginación no
A pesar de los precarios medios con los que contaba, la película de Vermut es cualquier cosa menos cutre o torpe. Es una película brillante e inteligente, compleja y lúdica, una de esas cintas que no sólo admite varias interpretaciones sino que, además, dan lugar a todo un debate, en el caso de que la hayas visionado en compañía, lo que la hace aún más sorprendente, porque antes su director sólo había rodado un puñado de cortometrajes. La mayor parte discurre en espacios cerrados, aprovechados por el director para realizar inquietantes encuadres que dejan fuera la acción (que sólo podemos oír (por lo que se vuelve mucho más angustiosa), largos planos fijos enmarcando diálogos cargados de tensión hasta lo insoportable o crudas explosiones de violencia física o verbal. Es una película estructurada –al igual que Pulp Fiction de Tarantino, Donnie Darko de Richard Kelly o Carretera perdida de David Lynch, pero también como Balas perdidas de David Lapham o Agujero negro de Charles Burns– como un puzzle, un puzzle tenebroso cuajado de secretos y misterios cuyas respuestas se van revelando con parsimonia, pero de forma inexorable. O como un laberinto, un laberinto en el que se ha perdido una niña y en el que acechan varios monstruos. Y cuenta con uno de los mejores guiones jamás llevados a la pantalla del reciente cine español, un guión plagado de diálogos que, en un primer momento, suenan banales, intrascendentes, pero que, de un instante a otro, pueden volverse aterradores.
Mujeres
Todos los meses, casi todas las semanas, vemos la noticia en la prensa, en internet, en un informativo de la tele. Un hombre mata a una mujer que, además, suele ser su pareja o expareja. “Otro caso de violencia machista.” Es fácil adivinar que ese final trágico ha venido precedido de años de maltratos, de humillaciones, de soledad desesperada. Es un lento goteo de muerte que no cesa del todo, a pesar de las nuevas leyes que endurecen las penas, de las campañas de sensibilización, de las manifestaciones. Otros crímenes, igualmente repulsivos y abominables, los de los pederastas, parecen no ser tan comunes o, por lo menos, no se asoman tan fácilmente a las noticias, pero crean e inquietan aún más si cabe. Los monstruos, los –podemos llamarlos así- “supervillanos” de Diamond Flash agreden y matan a mujeres. Secuestran a niñas, se las llevan lejos de sus seres queridos. Y la mayor parte de los personajes –victimas, testigos- son, como en la vida real, mujeres. El redactor de esta pequeña reseña no tenía ninguna referencia de las protagonistas; sólo puede afirmar que actúan –y vocalizan- muchísimo mejor que buena parte de los actores españoles más conocidos y taquilleros (seguro que se les ocurre, al menos, un par). El reparto, como decíamos, casi enteramente femenino, de Diamond Flash – Eva Llo¬rach, Ángela Boix, Petras del Rey, Rocío León, Victória Radonic, Ángela Villary– está a un nivel muy alto. Aunque no es lo más habitual, los cómics donde la mayor parte del elenco de personajes es femenino –como Batwoman, por ejemplo- son cada vez más frecuentes: al fin y al cabo, ellas forman la mitad de la humanidad, incluso hay quién diría que la mejor mitad, y también tienen derecho a tener sus héroes y heroínas.
El autor. Una promesa del nuevo cine español
Carlos Vermut, guionista, director, productor y, estamos seguros, amante del cómic de superhéroes, publicó sus primeros tebeos, El bayán rojo y Psicosoda en Dibbuks entre 2006 y 2007. También adaptó la serie de televisión de Alex de la Iglesia Plutón BRB Nero a las viñetas (Plutón BRB Nero: la venganza de Mari Pili, Astiberri, 2009). Su última obra en el campo del noveno arte, un divertido homenaje al gran Akira Toriyama y a su Dragon Ball, fue Cosmic Dragón (¡Caramba!, 2012). Su proyecto cinematográfico “suicida”, Diamond Flash, se convirtió en un éxito por sorpresa. Estrenada directamente en streaming en junio de 2012, se convirtió en la película más vista del portal Filmin durante varias semanas, donde sigue disponible para los que no la hayáis visto, y se editó en DVD en un pack que incluye un álbum de 72 páginas llamado Diamond Flash: Historias Caleidoscópicas, donde colabora lo más granado del cómic español actual: David Rubín, Javier Olivares, David Sánchez, Paco Alcázar y un largo etc y que pretende completar y ampliar el mundo que propone la película. Ignorada por la Academia de Cine española, que como siempre va a lo suyo, recibió, no obstante, recibió varios galardones independientes y fue considerada por diversas publicaciones especializada como una de las dos mejores películas españolas de 2012, junto a la Blancanieves de Pablo Bérger. Su segundo largometraje, Magical girl, recibió innumerables alabanzas en su presentación internacional en el Festival de cine de Toronto y acaba de recibir la Concha de Oro del Festival de cine de San Sebastián. Como en el caso de Diamond Flash, la premisa tiene relación con un cómic, en este caso un manga: un padre en paro cuya hija enferma de cáncer tiene un último deseo: poseer el vestido oficial de la protagonista de una serie de animación japonesa. La imposibilidad de adquirirlo en su situación económica hará que se sumerja en una oscura trama que se ha descrito como un thriller lleno de humor negro. Muy pronto en cines. No es exactamente lo mismo que Tarantino, pero no está nada mal, ¿verdad? A mí sólo se me ocurren unos pocos casos recientes. Alejandro Amenábar, que debutó con su exitosa Tesis, éxito que se amplificó justamente con Abre los ojos y, en un terreno más propio del cine de autor, Julio Médem, cuyas dos primeras cintas fueron las aplaudidas e hipnóticas Vacas y La ardilla roja. O, por qué no, Álex de la Iglesia, con Acción Mutante y El día de la bestia. De todas maneras, es probable que aún sea pronto para comparaciones. Sentémonos por ahora a disfrutar de sus historias.
josé martinez ros.comentarista de la web.
ostras,¿quien eres? 🙂
muy buen articulo sobre una peli totalmente desconocida por un servidor.
eso sí,¿PORQUÉ EL CINE ESPAÑOL ES TAN PUÑETERAMENTE TRISTE?.
aquí en andalucia hubo un intento de hacer una serie de superheroes de humor.se emitia por canal sur.
pero no recuerdo ni como se llamaba,sorry,aunque solo por el intento ya se hubiesen merecido quizás mejor fortuna.
Hombre, Frank, otra cosa no, pero comedias españolas de Bienvenido Mr Marshall a Torrente 5 hay un buen puñado 😉
ya,joé,pero incluso en TORRENTE habia un fondo de tristeza.
tú haz una lista de tus comedias favoritas españolas,y veras cuantas se salvan de alguna escena con cierto fondo amargo.por no hablar del sexo gratuito(que si no,la peli no vende).
esto a los yankis no les pasa.ellos se comen el tarro mucho más,eso sí,comprobado.pero no tienen ese «nosequé» compulsivo de cortar rollos con cosas que no vienen a cuento dentro de una comedia.
pillate ATRACO A LAS TRES,ó EL PISITO.
menudos finales,macho.
pero,vamos,que yo iba sobre todo por el trailer de esta pelicula que comenta josé martinez ross. 🙂
(mañana más,que me echan de la biblio) 🙁
Hombre, pues tienes parte de razón, porque si pienso en mis comedias favoritas españolas, o tienen, en efecto, un poso amargo, como El verdugo, o son directamente «dramedias» como Viridiana o ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Pero supongo que va en el carácter del país, no somos de humor «blanco».
Hostias menudo humor negro se gastan en la peli de magical girl,lo digo por esa frase final del trailer.
En España se hizo un humor festivo, vanguardista y nuevo en la década de los 20 que tuvo su (interrupta) continuación en los 40. De Ramón Gómez de la Serna, Camba o Fernández Flórez a los codornicistas -Jardiel, Neville, López Rubio, K-Hito, Herreros, Tono, De Laiglesia…- o satélites como el gran José Santugini. Exploren, exploren esa cultura festiva de La Otra Generación del 27 (fecha de publicación del semanario Gutierrez) y ese cine de joyas como El hombre que se quiso matar, Eloisa está debajo de un almendro o la archiperfecta La vida en un hilo que a su vez llevan a cosas como el hombre que viajaba despacito de Gila. Luego, esos sí, el humor negro y bronco, azconiano y español casi por definición.
http://esbilla.wordpress.com/2010/12/11/la-modernidad-imposible-la-vida-en-un-hilo-el-azar-es-una-cosa-muy-comica-ya-lo-dice-edgar-neville/
http://esbilla.wordpress.com/2011/02/07/producciones-la-codorniz-habitacion-para-tres-humorismo-espanol-de-vanguardia-elogio-a-la-vida-excentrica-el-talento-de-tono-y-los-celuloides-rancios/
Edgar Neville por esa, y La torre de los siete jorobados, debería tener una estatua en alguna parte, y no sé si la tiene, probablemente no 😉
¡me descubro ante usted,sr.zape¡. 🙂
y sí,que reivindicable es esa pelicula de tony leblanc con lo ninguneada que fué tanto en taquilla,como por el lado de algunos criticos que no supieron ver más allá de sus gafas de culo de vaso.
por cierto,LA TORRE DE LOS 7 JOROBADOS yo no la conocia,y me la descubristeis por aquí.
la pillé en youtube,y en efecto,es muy buena peli.
¡si es que ZN es un verdadero servicio público¡. 🙂
Está también creo que también está en youtube o por lo menos yo la vi ahí hace tiempo http://www.filmaffinity.com/es/film934719.html un thriller fantástico, no bastante reconocido para lo cojonudísimo que es.
no la pillo completa,mr.x.la puñetera politica de youtube de trocear cine clásico español,a pesar de que la mayoria de esas pelis son de dominio público.
he pillado este clip,que es el final de esa peli que comentas,y que,la verdad,si promete.
http://www.youtube.com/watch?v=QaAFzs-CHRM
por cierto,buscando encontré esta buena comedia con el fernándo fernán gomez:
http://www.youtube.com/watch?v=9OBlzEGA-Z4
y en la misma página te encuentras amarcord,queridisimos verdugos,ladrón de bicicletas,el angel exterminador,frenesí…
buen nivel.
se me ha olvidado destacar esa escalera bajo la lluvia de PECES ROJOS.maravillosa fotográfia,carajo.
Oyes, ¿nadie va a decir nada de Diamond Flash? Es una película estupenda, muy original y sorprendente. Para que luego digan que el cine español es siempre lo mismo.
Y, por cierto, de Edgar Neville (‘La torre de los 7 jorobados’ la vi en la universidad y también me encantó) os recomiendo ‘La vida en un hilo’, que también mola mucho y juguetea con el género fantástico. Luego copietearon el argumento en una horrible película de Gwyneth Paltrow.
En este caso, coincidimos, Sr L 😉 (aunque fuerce un poco demasiado la tuerca con el final)
Tanto en Diamond Flash como en Magical gril veo: violencia de genero, abusos sexuales, malos tratos, personajes perdidos, profundamente transtornados y encabezados a un dramatico fin violento. Y sí, se ve a un superheroe, pero es una excusa para el resto de la película, que quién la vea debe ser consciente que es un largometraje muy malrollista y de situaciones trágicas.
Con esto, no quiero decir que sean malas, sino todo lo contrario, son excelentes obras tanto por el nivel de las actrices (que se comen las película) como por la hábil dirección de José Martínez Ros.
Coñe, Sr B,, ha pasado al autor del artículo a director de la peli 😉
A mí no me parece una excusa, de hecho me parece que hace una reflexión sobre el papel del superhéroe, sólo hay que ver la conversación madre-hija del principio o el primer encuentro de la mujer –sólo narrado- en la calle con Diamond Flash.
Es que escribo en el rato libre que tengo en el curro y con las prisas cometo estos patinazos.
A ver cuando habilitan una dichosa Herramienta de edición para corregir estas cosas.
¿Los Peces rojos dicen?
http://esbilla.wordpress.com/category/catalogo-criminal-espanol/
Siguiendo su enlace he encontrado una reseña donde pone a caldo a Valhalla Rising de Refn y no sé si le voy a volver a ajuntar, Sr Zape 😉
A calo, a caldo… medio bien, medio mal. Como me pasa con todo el cine del majara danés hasta Only God Forgives, que es la buena de verdad.