Una nueva dimensión en el manga
«¿Qué pasaría si muriese? Si me reinician despertaré siendo la misma de antes. ¿Pero seré yo de verdad u otro yo diferente? Me niego. Yo… ¡Quiero ser el único yo existente!»
El autor IWAHARA Yūji es bastante desconocido en la esfera comiquera española, contando esta como su publicación manga más destacada en nuestro país, además de la descatalogada serie de 6 tomos King of Thorn publicada por Glènat en 2007. Como obras reconocibles en su palmarés encontramos la secuela de la adaptación de la serie de Darker than Black llamada Darker tha Black: Shikkoku no Hana, siendo asimismo el diseñador de los personajes de las series animadas de esta franquicia y la recién estrenada Sakugan. Esto no le quita méritos a Dimension W, pues también recibió una adaptación al anime con una serie de 12 capítulos + 1 especial aún sin esta haber terminado de publicar el manga y contando este anime con un final alternativo.
Año 2072, la crisis energética del planeta tierra ha visto su desenlace con las poderosas y enigmáticas “bobinas”. Basadas en la patente de Nikola Tesla, estos aparatos cuentan con la habilidad de explotar la energía eléctrica presente en la Dimensión W, una fuente inagotable de este preciado recurso. Así cualquier objeto electrónico puede funcionar de forma autónoma y continuada mientras presente una de estas bobinas acopladas. Pero como la tercera Ley de Newton reza, a cada acción le corresponde una reacción, y no existe la panacea de obtener energía gratis de una dimensión cuasi desconocida sin pagar un precio a cambio.
El eje central por el que gira la trama lo constituye el dúo de protagonistas representando el Yin y el Yang. Hooooiin Kyōma! Ah no.. ese Kyōma no, Mabuchi Kyōma es. Un exmilitar que tiene una batalla personal contra las bobinas, rechazando todo aquello que las contenga dispositivos móviles, armas o incluso automóviles de última generación, venerando y cuidando su preciado Toyota 2000GT. Agresivo (pero justo), impaciente (pero efectivo), mordaz (solo mordaz) y dotado de una capacidad analítica propia de un detective llevará a cabo los encargos de recolección de las bobinas piratas, bobinas ilegales con características misteriosas.
Su contrapartida la presenta Mira, una robot construida por el diseñador padre de las bobinas y a la que crio como una de sus hijas dotándola de una humanidad que chocará con su condición de robot en más de una ocasión (a veces en sentido literal). Amable, sensible, tenaz y con propensión a la mala suerte será la Watson todavía más fuerte de la pareja y la conciencia de un alocado vengador como Kyouma. El destino de Mira también está ligado a las bobinas pirata por lo que al juntarse los caminos de ambos, los hilos del destino se enredan de tal forma que la pareja se vuelve inseparable e indispensables el uno para el otro.
Kyōma y Mira funcionan como Pinocho y Pepito Grillo, solo que en este caso el robot con más vida que Wall-E es el grillo y el humano es la marioneta de una suerte de gobierno.
El manga cuenta con una trama llena hasta los topes de electrizante misterio. Tanto es así que sus primeros arcos recuerdan a los personajes de AOYAMA Gosho, empezando por un ladrón mediático que aparece y desaparece de sus robos por arte de magia como Magic Kaito, seguido por un arco de asesinatos a puerta cerrada en una mansión encantada al puro estilo de Detective Conan. Todo con el trasfondo enigmático del origen, uso y funcionamiento de las bobinas, algo como lo que se ve en Steins Gate resolviendo las incógnitas de los viajes en el tiempo. Todo ello llevado con un guion sencillo a la par que efectivo, que sabe a dónde quiere llevar al lector y que lo hace con una efectividad apabullante. El dibujo no destaca en un estilo muy característico o una complejidad reseñable pero es claro y resuelto, contando con un diseño de personajes muy variado y estético además de una inventiva curiosa en todo a lo que nueva tecnología de este mundo futurístico atañe.
Tengo que dar un aplauso enorme a la edición y realización técnica. No sé de quién fue la brillante idea se hacer fotoluminiscentes las letras y motivos de portada. Es una acierto tal y pega tanto con la obra que me deja sin palabras, solo con verlo brillar por la noche en la estantería es un “Buaaaah” constante.. enserio gracias.. :’)
La serie es un shōnen de misterio muy entrañable, casi para disfrutar todas las edades (igual para mayores de 13 años por la violencia moderada que puede presentar en alguna batalla (pero bueno que salían cadáveres en Detective Conan y con 10 añitos ya estaba estrujándome los sesos viéndola en el Xabarín Club e intentar resolver los casos sin atender mucho a la parte violenta), y con una edición extra-exquisita de NORMA Editorial lo veo una adquisición perfecta para vuestras estanterías.
Lo mejor
• Un tema bastante novedoso con un guion muy resuelto.
• Personajes más trama futurista interesantísimos.
• La edición de Norma con portada luminiscente (reverencia).
Lo peor
• Dibujo en ocasiones muy simple.
• La traducción se hace enrevesada en alguna viñeta.
Guión - 8.1
Dibujo - 6.5
Interés - 6.3
7
Brillante
Una serie entretenida, eléctrica y vibrante. Con unos personajes entrañables y una historia que hará las delicias de los aficionados a la ficción científica.
Tiene muy buena pinta, de hecho tenía pensado ir por el anime este año, pero viendo eso de que tiene un final alterno al del manga… ¿Sabes si difieren mucho, uno es mejor que el otro, uno es una poronga…?
Pues por lo que sé hasta el volumen 10 siguen el mismo esquema, en verdad el anime es una muy buena adaptación que estuve revisionando para la reseña, (y el opening una pasada), luego llegan dos arcos, el más largo el de Mira, y un final más extenso y detallado en el manga. El manga cierra más cabos sueltos por así decirlo (^‿^).
Ya veo, entonces veré primero el anime y luego seguiré con el manga 😀
Este autor tiene otra obra publicada en España que es king of thorn ( glenat) teniendo película de anime también . Así que dimensión w no ha sido su única obra en nuestro país.
Cierto es, mil gracias por corregirme y disculpa el desliz.