Diputado Carlos Til

 

Edición España: Santiago Suárez (ed) – noviembre 2017
Guión: J. L. Martín
Dibujo: J. L. Martín
Entintado: J. L. Martín
Portada: J. L. Martín
Precio: 10 euros (tebeo en grapa en blanco y negro)

 

La afición veterana a la revista El Jueves -que sale los miércoles- recordará entre los ilustres nombres que han pasado por sus páginas, a José Luis Martín o, como firma habitualmente, J. L. Martín. Suyas son las creaciones de ¡Dios mío! o Quico el progre -actualmente, Quico jubilata– pero no está de más recordar que este caballero se cuenta entre los padres fundadores de esta publicación satírica que ha cumplido hace nada la nada desdeñable cifra de cuarenta años. Nada mal, si tenemos en cuenta que la epidemia de la corrección política y la sensibilidad modelo «papel de fumar» parecen enseñorearse del mundo. Parcialmente retirado -y dedicado a la divulgación del humor gráfico a través del museo digital Humoristán- recupera en este cuadernillo la cincuentena larga de tiras que protagonizó una de sus últimas creaciones, el diputado Carlos Til.

Martín presenta a un representante de un parlamento cualquiera, de esos que conforman la organización territorial del Estado en España. Carlos Til ha pasado la mayor parte de su vida activa -más bien, toda ella- como parte del poder legislativo. Su escaso pelo ya está poblado de canas y sortea como puede los obstáculos necesarios para poder continuar ocupando un escaño. Los medios de comunicación le machacan; el electorado le detesta; la ejecutiva de su partido es una piscina llena de tiburones… pero hay que reconocer que sabe tanto por viejo como por diablo. Don José Luis ha creado a un político que reúne buena parte de los vicios que se achacan a la representación política contemporánea, pero también aprovecha para lanzar alguna que otra punta hacia otros elementos aledaños: el compañero de partido que alecciona y asesora a Til en sus estrategias (destinadas todas ellas a mantener su silla); el periodista que tendrá con él una entrevista-almuerzo y hasta el propio electorado, reciben también su parte.

Diputado Carlos Til refleja la veteranía y el talento de J. L. Martín en el ámbito del humor gráfico pero, desgraciadamente, no contó con el favor del público que leía El Jueves. Sus andanzas terminaron, tan pronto como se constató que era una de las secciones menos populares. Afortunadamente, el estudioso tinerfeño Santiago Suárez convenció al autor para publicar esta recopilación, elaborada en términos muy similares a su anterior aventura editorial, Autobiopsia. A cambio de la pérdida del color original, tenemos entre manos un cuadernillo -evocador de las publicaciones de tebeo de antaño- en la que tienen cabida todas las tiras protagonizadas por un diputado cuyas ocurrencias enlazan inevitablemente con las anécdotas, noticias y otros elementos de interés relacionados con las personas que integran la representación política española.

La publicación cuenta con intervenciones de Manuel Darias, Albert Monteys y Eduardo González, al tiempo que invita a la afición a visitar el museo digital del humor gráfico ya mencionado.