VUELTA A LAS ANDADAS
«Vida, victoria, amor… todas las cosas que un hombre podría querer, me han sido concedidas»
Llegamos al fin al tercer y de momento último acto del guionista Jed Makcay a cargo del rincón mágico del universo Marvel, siendo responsable antes de este inicio de etapa de dos series bastante cortas que ya se ocupaban del Hechicero Supremo y sus personajes secundarios. En La Muerte del Doctor Extraño Mackay presentaba las piezas y el tablero, es una historia sólida en sí misma pero gana además con la lectura de su continuación, Extraño que desarrollaba las consecuencias del cambio de Hechicero Supremo que tuvo lugar. En este inicio de etapa, aquella miniserie continúa siendo de vital importancia pero Mackay pretende apostar por nuevas tramas y reseñamos aquí sus primeros pasos.
Después de la lucha contra el Cártel Blasfemo Stephen Extraño se ha ganado su regreso a la vida, ahora puede volver a disfrutar de su Sancta Sanctorum junto a su esposa Clea, ahora de nuevo únicamente Hechicera Suprema de la dimensión oscura. Stephen tendrá que pasar por varias puestas al día y juntos los Extraño trabajarán para resolver nuevos misterios y atender a las necesidades mágicas de otros héroes y ciudadanos. Sin embargo, la aparente tranquilidad se verá perturbada por una sucesión de asesinatos descubiertos por Wong, trabajando como agente de D.A.M.N. buscando crear algo bueno de los restos de la sección mágica de SHIELD.
Hay una diferencia primordial entre esta serie y las dos anteriores, y se trata de la extensión. Por primera vez, Mackay tiene en sus manos una serie regular para contar su historia de Hechiceros Supremos y el canadiense demuestra ser conocedor de este hecho. Mientras que en La Muerte del Doctor Extraño el canadiense debía plantear, desarrollar y resolver todo conflicto en apenas cinco números, aquí puede tomarse las cosas con más calma, y lo hace. Sin caer en, ni acercarse a, un ritmo aletargado se nota que ya no hay necesidad del ritmo frenético que había acompañado su trabajo en las dos series previas. El comienzo es por tanto mayormente introductorio, cumpliendo más la función de prólogo, o quizá de primer acto de un trama, más que ser un arco argumental completo. El aspecto más interesante de la obra es la relación entre los Extraño. Desde la primera miniserie, y de manera más notable en la serie de Extraño, la relación entre Clea y Stephen ha sido la piedra angular de las historias que presenta Mackay, ahora al fin el guionista tiene las piezas donde quería con ambos vivos y juntos de nuevo y ver su trabajo con la pareja es uno de los principales reclamos de la serie. Por su parte, el nuevo status quo de Wong no ha terminado, en mi opinión, de encajar y considero que va a necesitar un buen número de páginas para evolucionar, lo que me hace pensar que va a ser una parte importante de esta etapa. De todas formas, espero que sea un aspecto que no sea abandonado a la mitad.
En cuanto al arte, el responsable principal es Pasqual Ferry, su estilo es muy particular y se define por el uso de una línea muy fina, evitar un alto nivel de detalle y un papel secundario del entintado. El resultado presenta escenas en las que el estilo brilla y le sienta muy bien al personaje y su entorno, pero también tiende a dar un aspecto algo inacabado a la obra. Los colores de Matt Hollingsworth en el primer número y Heather Moore en los posteriores hacen una labor similar, ya que ambos artistas usan un acercamiento similar al arte de Ferry, que se caracteriza por tonos claros y poco saturados y una amplia paleta de colores. El estadounidense Andy Macdonald, acompañado por los colores de Ian Herring y K.J. Díaz, aparece como artista invitado, haciendo una labor notable con el uso de un trazo más grueso que se usa para narrar la trama relativa a Wong y D.A.M.N. y que a mi manera de ver funciona mejor con los colores de Díaz que con los de Herring.
Resumiendo, este inicio de etapa es como regresar a una zona de confort, el Doctor vuelve, las ideas mágicas de Mackay vuelven y en general la lectura es amena y entretenida. Esto no quiere decir que sea un comienzo conservador, aunque el pistoletazo de salida no ha sido explosivo el autor ha puesto cartas sobre la mesa que apuntan hacia donde puede ir la etapa y que proponen cambios con respecto a lo establecido. Las primeras entregas cumplen la función de hacer que quieras seguir leyendo y hacen gala de un estilo visual único.
Lo mejor
• La originalidad de las nuevas ideas.
• La relación entre los protagonistas.
Lo peor
• El estilo de Ferry deja algunas viñetas con un aspecto inacabado.
Prometedor
Guión - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 8
7.7
Este inicio de etapa es como regresar a una zona de confort, el Doctor vuelve, las ideas mágicas de Mackay vuelven y en general la lectura es amena y entretenida.
