Las grapas que conforman estos cuatro números de la edición española comprenden Doctor Strange #18 al 20, (LGY 408–410) y Doctor Strange Annual #1.
Este pequeño ciclo supone, a la vista de lo que se avecina en la colección de El Hechicero Supremo, un punto y seguido a lo que Mark Waid nos ha contado y nos quiere contar.
Después de un paso en falso en las últimas entregas, que recordemos fue de lo peor visto hasta ahora, lo que nos ofrece el guionista en Doctor Extraño es una sucesión de historias independientes y auto conclusivas.
De esta forma Mark Waid cierra tramas abiertas y nos presenta un nuevo status quo que sacudirá la serie en su último y por qué no decirlo, enésimo relanzamiento. Sinceramente, desde el cariño al guionista y desde la admiración, se nota claramente que no ha conseguido dar con la tecla y no capta la esencia del personaje. También hemos de decir que esta deriva argumental no solo se ha producido con Waid. Doctor Extraño es un personaje para experimentar, para forzarlo y para llevarlo a rincones alejados del resto de superhéroes. Lamentablemente no es el caso y encontramos aventuras anodinas con un personaje que tiene un potencial increíble para darnos aventuras memorables.
Entrando en harina y en primer lugar, vemos nuevamente la repetida aventura en la que el buen Doctor es atacado por un demonio.
Sirve dicha trama para ver a Jesús Saiz desatado, puesto que si una cosa debemos decir del autor patrio es que su trazo es magnífico, pero es espectacular con monstruos y criaturas variopintas. Si bien podría haber sido fácilmente resuelto este entuerto, la arrogancia de Strange complica la situación para no variar. Todo lector de Marvel es conocedor de que la arrogancia es uno de los mayores defectos de Strange, pero sinceramente es muy cansado y repetitivo el tratamiento de este aspecto.
La siguiente aventura es la única que destaca sobre el resto de lo que nos ofrece Waid en estas grapas. Su argumento entra ya en lo que vamos a ver en la siguiente fase de la colección. Aquí se plantan las semillas de lo que va a ser el nuevo status quo del personaje. El debate está en la mesa: ciencia frente a la magia. Igualmente interesante la elección basada en el juramento hipocrático que supone una elección a todas luces sorprendente. Stephen opta por un camino en el cual prevalece el paciente frente a la seguridad del tejido de nuestra realidad. Un diablo nuevamente pone al buen doctor en una encrucijada. La decisión de Stephen probablemente tendrá repercusiones por un tiempo, pero la historia en sí es tan sincera que es difícil no empatizar con nuestro protagonista. Llegados a este extremo asalta una duda: ¿por qué Waid trata de esta manera tan irregular al personaje?. A lo largo de los 20 números anteriores hemos visto unos picos tan diferentes entre bloques argumentales que suponen una cierta desazón y tedio hacia esta serie. En este número borda el guionista uno de los aspectos que definieron al Doctor Extraño: es capaz de cualquier cosa por salvar una vida humana.
Finalmente, el guionista cierra líneas abiertas con Kanna, y por ende con los lazos que le ataban con su aspecto digamos más cósmico. Podría ser que esta sea la última vez que la veamos, pero si ese es el caso, es una buena manera de cerrar y terminar con este personaje que si bien era curioso desentonaba con el elenco de secundarios de esta serie.
El Anual resulta meramente pasable, con un notable lastre: el aspecto gráfico. Desde una segunda relectura debemos decir que se trata de un paso sin más y un aporte para secundarios y aspectos que giran en torno al protagonista principal. De la lectura de este especial, solo viene al recuerdo aquellos tiempos en los que un Anual suponía un número redondo en el que un gran equipo de autores nos daban lo que no se ofrecía por ejemplo en la serie regular. Hoy en día la tónica supone que se trata de un a entrega más cara que el resto.
Respecto al arte de Javier Pina y Jesús Saiz ya está más que trillado en anteriores reseñas lo que se valora de ambos. Jesús se despide de la colección con monstruos y criaturas que dibuja con maestría. Su obra de arte ha sido brillante desde el principio y al igual que hizo en Swamp Thing podría habernos regalado números más sobrecogedores de caer los guiones en alguien distinto a Waid.
Doctor Extraño comenzó como una serie fuerte, se tambaleó en el tercer acto y ahora remonta con un esperemos futuro alentador en este arco final. A continuación os dejo las reseñas de los anteriores arcos que conforman esta primera fase:
Doctor Extraño 1-3
Doctor Extraño 4-5
Doctor Extraño 6-8
Doctor Extraño 9-14
Fin de ciclo
Guión - 6
Dibujo - 8.5
Interés - 5
6.5
Aventuras autoconclusivas para cerrar tramas de cara al futuro.
Mark Waid cierra tramas de cara a su nueva etapa en Doctor Extraño: Cirujano Supremo.
La etapa de Waid en esta serie me está decepcionando mucho. Creo que no he conectado con ninguna de los arcos argumentales que ha presentado y solo me han gustado las historias autoconclusivas, que tienen su gracia.
Sobre los números reseñados, la situación en la que queda el personaje me daba muy mala espina, con eso del Cirujano Supremo (sic), pero la verdad es que el primer número de la nueva etapa me ha parecido que Waid está mejor, dejando de lado lo cósmico y decantándose por el terror.
Por cierto, que la vertiente cósmica del personaje siempre ha estado ahí, incluso en sus historias clásicas, y algunas de las entidades cósmicas más importantes hicieron su aparición en las páginas de la serie del buen Doctor.
Y sobre el anual que comentas, como bien dices es material de relleno sin mucho interés, aunque la historia sobre la noche de Halloween es bastante simpática
Hola Alejandro. Igual no lo he explicado bien, me refería a esa idea de encontrar la magia fuera de la tierra y sus paseos estelares que luego se ha quedado a medio gas.
En cuanto la siguiente fase estoy con un poco de miedo, la verdad.
Lo de Cirujano Supremo es como “venga ya, no tenemos ni idea de qué hacer con el bueno de Stephen, oh, espera, no era cirujano?, no era el Hechicero Supremo?, mezclamos, mezclamos y a ver dónde acabamos”. Es decir, pérdida de rumbo total.
Además ni siquiera es una idea del todo original porque Dan Slott ya hizo una chorrada parecida en Poderosos Vengadores cuando nombró a Hank Pym «Científico Supremo» del universo.
De todas formas, dejando de lado lo ridículo del nombre, el primer número de la nueva etapa no está tan mal. A ver cómo lo desarrolla Waid
No puedo estar más de acuerdo con tu análisis amigo. Esta serie comenzó muy fuerte siendo muy original y guay todo el rollo del principio de encontrar la magia por el espacio exterior y ahora es un cagarro infumable…
«Cagarro infumable»: jajajajaa.
Con mucho dolor de mi corazón, la segunda en quedarse en la estantería tras el tarifazo ( vengadores fue la primera). Vendrán tiempos mejores.