Doctor Strange: Damnation

Los editores de Marvel adoran los eventos. Los aman como si fueran uno más de sus seres queridos. Da igual que digan que no habrá más eventos hasta 2019. No se pueden contener y los hechos lo demuestran. Incluso antes de terminar la controvertida Secret Empire, Marvel estaba preparando un evento sobre las gemas del infinito que no ha hecho más que empezar. Y no era suficiente, necesitaban más eventos y crossovers.

A Donny Cates y Nick Spencer les dejaron hacer el evento que quisieran. Ambos tenían claro desde el principio el enfoque que le querían dar. Nada de eventos masivos como Civil War y su secuela; su referente sería Aniquilación, la añorada epopeya que resucitó la parcela cósmica de Marvel. Se centrarían en contar una historia ubicada en un rincón del universo Marvel, completamente alejada de las grandes series, pero no por eso menos épica. Ese rincón sería el submundo de la magia y lo sobrenatural del universo Marvel. Así es cómo nació Doctor Strange: Damnation.

A la hora de elaborar el argumento, Cates y Spencer se fijaron en uno de los momentos más polémicos de Secret Empire. En ese evento el Capitán América, bajo la influencia de Hydra, destruyó la ciudad de Las Vegas, matando a miles de personas. ¿Cómo era posible que no hubiese consecuencias para el Capitán o la comunidad de superhéroes en general? Cates y Spencer ofrecen la respuesta. El Doctor Extraño resucita a todas las víctimas y reconstruye la ciudad entera con su magia.

Curiosamente, antes de publicarse Damnation la serie Ben Reilly: Scarlet Spider, que tiene lugar en Las Vegas, presentaba una versión menos destrozada de Las Vegas. No obstante, más allá de unas cuantas líneas de diálogo, lo poco que se muestra no tiene por qué contradecir la versión de Damnation. Los autores de la serie, Peter David y Will Sliney, estaban más preocupados en continuar las aventuras de Ben Reilly como si nada hubiese pasado que en mostrar el impacto de Secret Empire en el universo Marvel.

Resucitar Las Vegas no es más que el comienzo de Damnation. Con sus actos, el Doctor Extraño invoca a Mefisto en la Tierra. El diablo quiere que le devuelvan la ciudad y sus habitantes. Al ser un enemigo demasiado poderoso, el Doctor Extraño necesitará la ayuda de los nuevos Hijos de la Medianoche para vencer al señor del infierno y salvar la ciudad de los casinos.

Los Hijos de la Medianoche

Pocos nombres hay en el mundo de los superhéroes cargados con tanta nostalgia. En los años 90 lo sobrenatural, lo místico, lo oscuro estaba muy de moda en Marvel, y Howard Mackie y Andy Kubert desarrollaron una historia en la que personajes como el Motorista Fantasma y Blade se veían obligados a unir fuerzas si querían derrotara a Lilith, la Madre de los Demonios. Así se formaron los Hijos de la Medianoche, cuyo nombre también serviría para promocionar nuevas series. No duró mucho la iniciativa, pues el grupo se disolvió en la misma década que los vio nacer. Solo Fred Van Lente y Kev Walker se acordaron de ellos en la excelente Marvel Zombies 4, que presentaba a una segunda versión de los Hijos de la Medianoche que no apareció en ninguna otra serie.

De todos los personajes relacionados con lo sobrenatural, Cates y Spencer han seleccionado a sus favoritos para dar vida a los nuevos Hijos de la Medianoche, que poco tienen que ver con la reinvención de Van Lente y Walker. Ellos son el Caballero Luna, Doctor Vudú, el Hombre Cosa, Motorista Fantásma (Johnny Blaze), Elsa Bloodstone, Blade, Puño de Hierro, y la Araña Escarlata (Ben Reilly). La presencia de estos dos últimos héroes puede parecer confusa, pero cabe recordar que los poderes de Puño de Hierro, al igual que los de varios de sus enemigos, son de naturaleza mística. El caso de la Araña Escarlata es incluso más lógico. En su serie regular no solo se ha trasladado a Las Vegas, sino que además se ha encontrado con demonios y seres sobrenaturales.

Demonios e irreverencia

Como la mayoría de eventos de Marvel, Doctor Strange: Damnation consta de una miniserie central con el mismo título y varios tie-ins que funcionan como complemento. En este caso la miniserie central comprende solo cuatro número y puede leerse de forma independiente. No está interesada ni en ramificaciones ni en consecuencias para el resto del universo Marvel; solo en contar una historia de aventuras en la que varios héroes desafían al infierno. Y si gusta a los lectores, los nuevos Hijos de la Medianoche puede que reciban una serie regular.

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Los verdaderos protagonistas son el ex mayordomo Wong (se retiró al final de la etapa de Jason Aaron y Chris Bachalo en Doctor Strange) y los nuevos Hijos de la Medianoche, no el mago cuyo nombre aparece en el título. El Doctor Extraño está ausente la mayor parte de la miniserie, dejando el destino de Las Vegas en manos de sus amigos. Eso hay que dejarlo bien claro. Tanto el título como la campaña de promoción engañan.

Describiendo el tono de la serie Spencer y Cates fueron honestos, no obstante. Dijeron que querían hacer un cómic divertido, y cumplieron con su palabra… pero no de la forma que muchos esperarían. La historia central de Doctor Strange: Damnation es incapaz de tomarse en serio a sí misma. Nada más aparecer Mefisto vestido con un elegante esmoquin, los dos guionistas abrazan el humor negro con enorme entusiasmo. Se burlan de los últimos eventos de Marvel, de los Vengadores, del Doctor Extraño e incluso de los protagonistas. Ni en el campo de batalla los Hijos de la Medianoche pueden dejar de lanzarse puyas entre ellos o hacer el payaso.

La presencia de tanto humor negro no significa que los guionistas descuiden el resto del guión. Todo está muy bien estructurado, ningún personaje se queda sin tener su momento de gloria, ni faltan buenas sorpresas. Las caracterizaciones de Wong y los Hijos de la Medianoche pueden parecer excesivamente cómicas, pero en el contexto del cómic reflejan muy bien la personalidad de todos ellos. Mefisto como showman super energético resulta ser un gran villano a vencer, con un plan que depara un escenario de batalla tan absurdo como repleto de momentos espectaculares y divertidos.

Si hubiese que determinar qué guionista tiene más peso en el cómic, Nick Spencer sería el ganador. Está claro que es él quien lleva la voz cantante, vista la extensión que pueden llegar a tener los diálogos y el humor ácido de muchos chistes. Eso no quiere decir que la presencia de Cates sea anecdótica, pero es innegable que Damnation comparte muchas de sus señas de identidad con series como Superior Foes of Spider-Man o The Fix.

Lo mejor de Damnation es que Wong recibe el homenaje que se merece por haber permanecido cinco décadas al lado del Doctor Extraño, apoyándole en todo momento. Cates y Spencer lo retratan como el héroe más noble de todos los presentes, la estrella del show, un badass en toda regla. Lidera a los Hijos de la Medianoche y crea un plan astuto con el que salvar a todos, incluido su amigo. Al llegar al final el mensaje no podría ser más claro: si el Doctor Extraño sobrevivió tanto años como Hechicero Supremo es gracias a él.

Desgraciadamente, el apartado visual de Damnation flojea en comparación con el guion. Rod Reis ilustra el primero y el último número, mientras que Szymon Kudranski se hace cargo de los dos restantes. El problema no es solo que ambos tienen un estilo de dibujo diferente, sino también la brutal diferencia de calidad comparando sus páginas. Kudranksi abusa de referencias fotográficas y efectos generados por ordenador, algo que se nota en muchas escenas. La ambientación le permite ocultar muchas de sus carencias mediante un buen uso de sombras o los estupendos colores de Dan Brown. Sin embargo, en otras ocasiones se hace patente lo feo e insípido que puede llegar a ser su dibujo.

En cambio, Rod Reis se erige como la estrella del evento. Con un dibujo y unos colores expresivos y espectaculares a partes iguales, recordando al mejor Bill Sienkiewicz por momentos, le da a la serie un aspecto visual único, surrealista y despreocupado al mismo tiempo. Cates y Spencer escribieron sus guiones pensado en él, y se nota. En él recaen las partes más difíciles de dibujar; los dos escritores le piden cosas tan diferentes como una larguísima conversación con Mefisto que transmita malos presagios o una batalla final espectacular. Y en todos los casos, su trabajo nunca baja del sobresaliente. Marvel será estúpida si deja escapar a Reis a la Distinguida Competencia.

No me caba duda de que Szymon Kudranski, conocido por su eficiencia, dibujó su parte deprisa y corriendo porque estaba previsto que Rod Reis iba a hacerse cargo de los cuatro números de la serie. Algo se debió torcer durante la producción de la serie. Ignoro qué pudo ser, pero me pregunto si Marvel no podría haber disminuido el ritmo de publicación de la serie, que prácticamente fue bimensual.

En muchos aspectos, la miniserie Doctor Strange: Damnation es lo que toda serie central del evento debería ser. Un guion escrito con ganas y entusiasmo por dos de los mejores escritores de Marvel. Un dibujo precioso por uno de los autores más prometedores de la editorial. ¡Una historia que no necesita tie-ins para poder entenderla! Así es como se presenta a un nuevo supergrupo. Solo falla el dibujo de Kudranski, suficiente para disuadir a muchos y alejar la serie de una nota mejor. Afortunadamente, tolerar las peores páginas del dibujante polaco merece la pena por todo lo expuesto anteriormente.

El peor día del Doctor Extraño

En paralelo a la serie central de Damnation, el Doctor Extraño vive su propia aventura en su serie regular en los números 386 a 389. Encerrado en la guarida de Mefisto, el Hechicero Supremo trata de huir antes de que el demonio acabe con su vida.

Donny Cates (sin Nick Spencer como co-guionista) disfruta tanto como sus predecesores torturando al Doctor Extraños. Jason Aaron le arrebató los poderes al Hechicero Supremo, le obligó a luchar contra amenazas que le golpeaban como si fuese un saco de boxeo, y le hizo sufrir un alto coste físico y emocional por usar magia. Dennis Hopeless y John Barber, en el poco tiempo que estuvieron en la colección, también enfatizaron lo duro que es conlleva proteger al universo Marvel de amenazas mágicas. En su primer arco argumental Cates, hundió al Doctor Extraño aún más en el fango.

En Damnation, el Doctor Extraño es torturado, manipulado, engañado, y humillado por Mefisto y sus secuaces. Pero Cates entiende que va siendo hora de poner fin a esta tendencia de hacerle la vida miserable al protagonista. El propósito final de este tie-in es hacer que se vuelva a levantar.

Que nadie espere el regreso del Doctor Extraño clásico. Para bien y para mal, Marvel ha impuesto una versión diferente del personaje en sus cómics desde All-New All-Different Marvel. Lo mejor que podemos esperar es que esta sirva para contar buenas historias, como es el caso en Damnation. Stephen Extraño se muestra arrogante como en pocas ocasiones, una característica que el guion explota con mucho acierto haciendo que la guarida de Mefisto esté repleta de trampas y sorpresas ingeniosas que se aprovechan del punto flaco del hechicero. Alternando hábilmente entre seriedad y comicidad, consigue que nos interesemos en si Extraño, convertido en una figura casi patética pero a la vez carismática, será capaz de darse cuenta de las mentiras y engaños del diablo.

Podrá gustar o no el nuevo Doctor Extraño, pero nadie negará que el trabajo de Nicko Henrichon es para quitarse el sombrero. Cada mueca de dolor, cada expresión de miedo y decepción en la cara del protagonista es perfectamente retratada por el dibujante canadiense, que pone mucho cuidado en la narrativa visual del cómic. Mediante pequeños detalles como unas ojeras o la textura de la ropa comunica mucho al lector. Igual de cariño reciben las escenas de acción, tan espectaculares como en la serie central cuando dibuja Rod Reis, ni la ambientación, fantástica gracias a unos buenos diseños. Si hubiese justicia en este mundo él hubiese sustituido a Reis en la serie central de Damnation.

Los tie-ins con autores a cargo del evento suelen ser simples complementos de la serie central. Por una vez, este no es el caso. Cates estructura su historia de modo que estos números de Doctor Strange puedan leerse ignorando totalmente la miniserie de Damnation. En muchos aspectos estamos ante un arco argumental más de la serie en vez de un tie-in.

Con motivo de A Fresh Start, Doctor Strange será relanzada el mes que viene con un nuevo equipo creativo. Es una pena que haya durado tan poco la actual etapa de Cates porque el tie-in con Damnation, así como su historia de Loki Hechicero Supremo, nos demuestra que el guionista entiende a la perfección al Doctor Extraño moderno y la clase de aventuras en las que este funciona mejor. Podría haber dado much más de sí en esta serie antes de mover a proyectos más importantes para la Casa de las Ideas.

Otros Tie-ins

De los tie-ins restantes destaca el especial Damnation: Johnny Blaze – Ghost Rider, que supone la primera aventura en solitaria del Motorista Fantasma original en mucho tiempo. Aporta más detalles sobre uno de los acontecimientos de la serie central, pero su verdadero propósito es allanar el camino para una hipotética serie regular del personaje. Cristopher Sebela se desenvuelve con soltura escribiendo a Johnny Blaze y el espíritu que habita en su interior, que tiene un papel importante aquí. Ambos forman una divertida pareja en una historia que no le exige al lector estar al tanto del evento. Por su parte, Phil Noto ofrece una excelente interpretación visual del infierno en el universo Marvel.

Solo la falta de ambición juega en contra de Damnation: Johnny Blaze, que por lo demás es un tie-in ejemplar. Al estar su historia supeditada al evento, y suponemos que ante la posibilidad de que Marvel finalmente rechace una serie regular, Sebela y Noto se conforman con perseguir el simple entretenimiento. Esperemos que la editorial les conceda esa serie porque forman un buen equipo creativo que brillaría con un poco más de libertad creativa.

En los números 78 a 80 de Iron Fist, los últimos de la serie, Danny Rand se reencuentra con fantasmas del pasado en el escenario más inesperado: un torneo de kung fu orquestado por los lacayos de Mefisto. El guionista Ed Brisson se reúne con su colaborador habitual en el mercado indie Damian Couciero para crear una breve aventura llena de referencias al pasado que los fans de Puño de Hierro se alegrarán de ver. La continuidad no es un impedimento para la lectura de este tie-in, pero mejora mucho la experiencia. Sin ella el guion de Brisson queda reducido a una buena dosis de peleas sin mucha substancia. Peleas entretenidas, siendo justos, pero los anteriores arcos argumentales de la serie demuestran que el guionista podría darle algo mejor material a su colaborador. Couciero realiza un notable labor que ojalá sea el comienzo de una fructífera etapa en Marvel.

El cruce de Iron Fist con Damnation ni es la mejor forma de terminar la serie ni un despropósito. Simplemente, un comic correcto que gustará a todos los lectores, sobre todo a los fans de Puño de Hierro. Y completamente opcional, que siempre se agradece en un evento.

Por último, tenemos un tie-in con los números 15 a 17 de Ben Reilly: Scarlet Spider, en los que Peter David y Will Sliney nos narran los hechos de Damnation desde la perspectiva del protagonista, profundizando en su aportación. En su momento comentamos en Zona Negativa que la serie de la Araña Escarlata era puro Peter David, un hecho que permanece inalterado. Cómo no, estando Mefisto de por medio, el autor parodia la infame One More Day, además de otros tópicos de los cómics de Spiderman, con su característico sentido del humor y mucha acción. Pese a que le quedan cosas por mejorar Sliney demuestra que tras varios años de colaboración sabe perfectamente cómo trasladar los guiones de su compañero a imágenes.

Sería un tien-in correcto si no fuera porque a David le hacen poca gracia los eventos y a juzgar por estos números su opinión se mantiene intacta. Más vale haber leído los números anteriores para saber qué está pasando porque él no deja de lado las diferentes tramas de la serie solo por un evento. Las únicas explicaciones que aporta son para sus lectores habituales que quieran evitar la serie central del evento para entender el argumento.

Damnation nació con la motivación de ser un evento tan memorable como Aniquilación. No alcanza esa meta, pero no por eso es un mal evento. La propuesta de Cates y Spencer se aleja del habitual modelo de eventos en Marvel, ofreciendo una divertidísima miniserie que no require leer tie-ins. De este modo, los complementos tienen carta blanca para esforzarse únicamente en contar buenas historias, algunas mejores que otras, pero ninguna mala. Si Marvel quiere publicar más eventos pequeños este año, más vale que se fije en Damnation.