Para cerrar las reseñas de lo publicado por Medusa Cómics correspondiente a la editorial Valiant en noviembre toca asomarse al mundo de lo sobrenatural con un personaje que se ha ganado el cariño de los seguidores de la editorial ofreciendo una mezcla muy heterogénea de cualidades algo más clásicas, no deja de ser el típico al que se le pide consejo cuando es necesario, y modernas, ya que lo sabe y se chulea por ello, sin embargo su serie habla de amor y engancha. Sobre la historia de sus orígenes, tanto en el mundo real como en el de Valiant, nos hablaba el compañero Sergio Aguirre en la reseña del primer tomo y nada hay que añadir más que me parece una idea fenomenal que en el remake del personaje tomen como principal a la nueva versión de la mujer, mejor, o por lo menos más original, que un mero cambio de sexo que, además, está muy bien llevado al dar el protagonismo a ella pero mantener esa condición de igualdad a la hora de estar juntos en especial en este segundo tomo. También me gustaría manifestar que, leídos estos dos tomos y todo lo publicado de Shadowman en España (a falta de Book of death que se publica el mes que viene) personalmente me quedo con la Doctora Mirage como mejor personaje del Valiant mágico.
Aunque aquí veamos los dos tomos numerados en realidad no recopilan una sola serie sino dos limitadas de cuatro números cada una, la primera se tituló The Death-Defiying Doctor Mirage y a la segunda se le añadía un Second Lives, eso sí , la una continúa directamente de la otra con la Doctora habiendo rescatado el fantasma de su marido pero ahora sin poder tocarlo, cosa que ocurría en un precioso primer tomo. Este segundo no empieza nada mal ya solo con las portadas de Jelena Kevic-Djurdjevic, en especial la que ilustra este recopilatorio, vamos bien pero el hecho de que repita el equipo creativo de la anterior serie formado por Jen Van Meter, Roberto de la Torre y David Baron le da una continuidad bastante necesaria en personajes con tan corto recorrido y más aun si lo que se intenta hacer es seguir narrando la vida del personaje principal.
En cierta manera se puede decir que este tomo no es tan relevante como el anterior ya que se trata de un intento de normalización de su especial situación, la Doctora Mirage y su marido comienzan una nueva vida con él como fantasma mientras siguen con su viejo trabajo asesorando y ayudando a la gente con problemas sobrenaturales mientras buscan la forma de retomar su programa de televisión, algo complejo ya que solo ella lo puede ver. Los autores crean un pequeño elenco de secundarios que logra funcionar muy bien con la pareja protagonista porque, a diferencia del anterior tomo, los protagonistas son los dos. Algo que agrada es el cuidado por los villanos, los dos que aparecen, uno supeditado al otro, son presentados con su espacio, algo que se tiende a olvidar dando solo la visión del héroe, lo cual les da algo de carisma.
Segundas vidas tiene algo especial que recuerda a una de las mejores colecciones que tratan el tema sobrenatural de las últimas décadas, hablo de Hellblazer, la que perteneciera al sello Vertigo y no lo que están haciendo desde Los Nuevos 52. Shan Fong-Mirage, la Doctora Mirage, no es John Constantine pero tiene algo de su carisma, ese halo de misterio pero alejado de las malas maneras del famoso mago de DC y más dispuesta a ayudar, aunque la escena en que le mete la mano en la boca a su enemigo para impedir que suelte hechizos tiene ese toque chulesco y soberbio que bien podría ser hazaña de Constantine, por otro lado su marido, Hwen, también tiene un poco de él y quizás de otras figuras ya que parece corresponder a un canon de mago más clásico, aunque su parecido es más como investigador querido y odiado.
Pero el mayor parecido está en el tono, en la visión de esa comunidad mágica en la que no se fían unos de otros, en tratamiento de los fantasmas no como algo malo sino como algo diferente, muy original esa idea de que las casas con fantasmas están más protegidas de entidades malignas, también en el alejamiento de la temática superheroica, cosa que le cae a Shadowman, y en la manera de resolver los problemas donde, en muchas ocasiones, los que los causan no son seres extraños sino humanos.
Otro aspecto que hace que la Doctora Mirage recuerde a la buena época de Hellblazer tiene que ver con el trabajo de Roberto de la Torre al ilustrar estos números ya que consigue crear una atmósfera oscura que le pega mucho a la temática. Su dibujo es especial, es de estos dibujantes diferentes, alejados del arquetipo que suele trabajar en las series de superhéroes para bien al plantear algo diferente y para mal para algunos, porque es uno de esos dibujantes para los que no valen las medias tintas, o te gustan o no. En mi caso me gusta bastante sobretodo para una serie de estas características, su trabajo en la diferenciación de planos y la forma en que su trazo distingue unas entidades de otras beneficia mucho a la narración, aun con un trazo algo difuso, alejado de la claridad, sus figuras hacen que el observador sepa en todo momento lo que están haciendo los personajes, pero, como decía antes, es un tipo de dibujante que te tiene que gustar.
El guión, aunque nos cuenta una historia que no es tan grande como la anterior, es de muy buena calidad, se centra en los personajes mientras nos narra la típica lucha contra un villano, lo importante no es lo que aquí ocurre, eso es lo que nos entretiene, pero si profundizamos en la lectura se ve que lo que Jen Van Meter quiere contar es la vida del matrimonio y sus allegados, quiere que los personajes estén bien creados y lo consigue. La búsqueda de los pergaminos para que la Doctora Mirage consiga recuperar el cuerpo de su marido y lo que desatan en su camino es la escusa para ver la relación entre Shan y Hwen, cosa que los autores lo hacen mostrando pequeños detalles como su moralidad al no querer utilizar la posesión de otro cuerpo, el hecho de que la pareja junta tiene más conocimiento pues cada uno de ellos se especializa en un aspecto del mundo mágico y juntos se complementan o el hecho de que se lancen de cabeza al peligro por los demás son migas que nos van dejando para que los conozcamos bien en lugar de tirarse de cabeza a la acción y eso se agradece.
Podemos concluir que las dos miniseries de la Doctora Mirage son muy recomendables para quien quiera meterse en el mundo de la magia, además tiene la ventaja de que quien quiera leerlas pero no le apetezca entrar de lleno en un universo de superhéroes puede hacerlo sin miedo pues es totalmente independiente. Vamos, que es otra buena compra, no estaría mal que la editorial americana sacase una miniserie al año de estos personajes siempre que siga a este nivel.
Doctora Mirage: Segundas Vidas
Guión - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5
7.5
Notable
La Doctora Mirage sale adelante con buena nota, una historia diferente a las que suele plantearse en el universo Valiant con un resultado excelente.
Tengo las dos minis y muy contento con lo producido hasta ahora. Historia entretenida con un dibujo de Roberto de la Torre muy adecuado y disfrutable. Coincido al 100% en tu crítica, Igor.