Poliamor y humor en tiempos de mascarillas
«¡Vaya idea de mierda lo de la pandemia!»
El tomo que reseñamos es la segunda edición del tercer volumen de la serie aparecido hace unas pocas semanas puesto que en la primera edición hubo un error de impresión que Astiberri soluciono en cuanto se dieron cuenta sacando una segunda edición que se distingue de la primera porque la camiseta que Lolo lleva en la portada es amarilla en lugar de la morada de la primera edición. El diseño del tomo es similar a los dos anteriores recopilatorios de la serie y como en ellos además de la recopilación de las páginas editadas en El Jueves el volumen incluye dos historias largas inéditas creadas para la ocasión, una que abre el tomo y otra que lo cierra en las que vemos a los personajes encontrándose con su creadora y pidiéndole explicaciones sobre algunas cosas que han sucedido en la serie.
Dolores y Lolo es una comedia de situación costumbrista de cadencia semanal de historias de una página de duración que nos narra las desventuras de las dos protagonistas y su variopinto circulo social. Lolo es una treintañera poliamorosa, bisexual y en paro que comparte piso con su abuela Dolores, una jubilada con una pensión precaria. Desde que comenzó la serie se ha ido forjando entre ellas una relación de complicidad producto de pertenecer cada una de ellas a unos de grupos sociales más desfavorecidos de la sociedad que ha cambiado su convivencia, aunque el leitmotiv de muchas de las situaciones cómicas que se viven en la serie sigue siendo el choque generacional que se produce entre ambas por sus distintas maneras de entender el sexo y las relaciones interpersonales.
Tras seis años de vida, la serie tiene unas señas de identidad perfectamente marcadas que siguen muy presentes pese al relevo en los guiones. Así que en las páginas de este tomo nos vamos a volver encontrar una radiografía de los problemas sociales a los que se enfrentaba España, con especial incidencia en los que afronta el colectivo LGTBIQ+ y las mujeres mayores. A lo largo de las historias recopiladas podemos ver a sus personajes manifestándose por el día del orgullo, por unas pensiones más justas y por la mejora de las condiciones laborales. Pero también vemos su parte más personal, con las relaciones que mantienen evolucionado a la vez que lo hace el maravilloso y diverso elenco de personajes que aparecen en la serie, que reflejan una sociedad cada vez más plural y con ganas de vivir en libertad le pese a quien le pese.
Una de las características fundamentales de la serie es que siempre ha tratado de reflejar la realidad del momento así que no podía ser ajena a los que sucedió en 2020 en todo el mundo. De manera que gran parte de las historias del volumen están condicionadas por la pandemia y reflejan los cambios que se produjeron en nuestra vida cotidiana en tiempo real, ya que la serie es semanal lo que la convierte en un testimonio vivo de cómo fue evolucionando la situación con el paso del tiempo. Sin embargo, hay que recalcar que no estamos ante unas historias sobre la pandemia, ya que esa no es la intención en ningún momento de Mamen Moreu, el foco de la serie sigue estamos en las personas que la protagonizan. Si tuviéramos que buscar una etiqueta para definir estas historias sería más acertado calificarlas de historias en pandemia. Un testimonio que leído ahora nos traen los recuerdos de esos días y nos hacen ver que todos vivimos esos días de la misma manera, independientemente de nuestra orientación sexual o edad. Algo que parece de perogrullo y que siempre ha reflejado la serie, pero que sique siendo necesario recalcar para combatir los mensajes tóxicos de la parte más conservadora de la sociedad que trata de hacernos creer que nuestra sexualidad nos separa y convierte a la parte de la sociedad más normativa en superior. Un mensaje tan estúpido como peligroso que hay que procurar erradicar.
Las historias siguen teniendo el mismo tono que en anteriores entregas con un humor que entremezcla una visión irónica y critica de la actualidad con chistes de brocha gorda y otros más negros y funestos. En esta tercera entrega se percibe lo bien que domina Mamen Moreu el riquísimo elenco de personajes de la serie que le permiten plantear casi cualquier situación imaginable para que la diversión este del todo asegurada.
El estilo gráfico que la autora oscense usa en Dolores y Lolo lleva mucho tiempo asentado, así que nos encontramos con los personajes dinámicos y expresivos que demanda una serie de humor. En estas entregas se encuentran a faltar algunos de los experimentos gráficos que vimos en anteriores volúmenes, pero siguen siendo unas historias muy bien construidas y con una planificación de página cambiante, aunque con las limitaciones que tiene el formato de página semanal. Como siempre destaca el uso del color que sirve tanto para reflejar las emociones de los personajes como para resalta elementos de la historia relevantes para el lector.
Dolores y Lolo sigue siendo una serie muy divertida que debajo del humor refleja las complejas realidades de algunos de los colectivos más desfavorecidos de la sociedad. Este tomo en concreto se convierte en una crónica de la pandemia en la que se puede ver la evolución semanal de nuestra percepción de la misma y como afecto a nuestro día a día.
Lo mejor
• Ver la evolución del elenco de personajes.
• El reflejo en tiempo real de la pandemia.
• Dolores y sus amigas siguen siendo las abuelas que todos queremos.
Lo peor
• Como siempre pasa en este tipo de series la irregularidad de las diferentes historias.
Guión - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 9
8
Realidad pandémica
Mamen Moreu pasa a encargarse de los guiones sin que se pierda el espíritu de una serie que se convierte en un testimonio de la pandemia, pero conservando su sentido del humor y afán crítico.