Edición España: Astiberri – 2012
Guión: Alfonso Zapico
Dibujo: Alfonso Zapico
Entintado: Alfonso Zapico
Portada: Alfonso Zapico
Precio: 18 euros (tomo en cartoné de 232 páginas de la colección Sillón Orejero)
De unos años para acá el mundo del cómic ha pasado de ser “cosa de friquis” a convertirse en elemento de consumo por parte de las masas, aunque en este punto haya que añadir que esta impresión puede ser engañosa. A través de las películas que arrasan en taquilla son los personajes, las historias y las marcas las que llegan a un gran número de personas, sin que ello redunde en un aumento sensible de las ventas de unos tebeos que hace mucho tiempo que no alcanzan las cifras de los buenos y cada vez más viejos tiempos. Sin embargo, hay otro aspecto en el que sí se ha producido una evolución positiva específicamente centrada en el mundo de la viñeta, y es en la conversión del cómic en un vehículo “honorable” para la comunicación y la divulgación. A través del concepto y formato de novela gráfica otros autores han desarrollado trabajos que nada tienen que envidiar al ensayo, el documental, la película o la serie televisiva. Un magistral ejemplo de esta tendencia lo tenemos aquí y ahora en Dublinés, la obra por la que el asturiano Alfonso Zapico ha sido galardonado con el premio nacional del cómic en su edición de 2012.
Dublinés es una monumental novela gráfica de más de doscientas páginas en las que don Alfonso cuenta la vida, milagros, aventuras y desventuras de un personaje único: James Joyce. El literato irlandés, considerado el más grande escritor de cuantos han nacido en la isla de Hibernia y uno de los mayores talentos de la lengua inglesa, ha pasado a la historia por ser el autor de una novela que es a la literatura lo que la Historia del tiempo de Stephen Hawking a la divulgación científica: Ulises. Todo el mundo ha oído hablar de ambas y cualquiera que haya pasado por Dublín habrá oído hablar sin duda del día de Bloom (que se celebra cada dieciséis de junio); pero son pocos los que han podido terminar esa odisea de un solo día con el señor Poldy como Ulises de Dublín. La génesis de esta complicada novela y los accidentes de su elaboración y publicación forman parte importante del trabajo de Zapico, pero aún hay más, muchísimo más.
Dublinés constituye el resultado de una detallada labor de documentación (fruto de la cual don Alfonso ha sacado a la luz una deliciosa guía de viajes por las ciudades en las que vivió Joyce) que comienza con los antepasados más cercanos de don James (unos personajes con vidas tan azarosas e interesantes como las de su ilustre descendiente) y termina con una hermosa reflexión acerca de la influencia del escritor sobre su querida y despreciada Irlanda (similar a la que podemos encontrar en la biografía que Guy Nadeau “Golo” dedicó hace unos años al misterioso Bruno Traven). Entre medias encontramos una detallada descripción de las andanzas de un caballero tan brillante como amigo de toda suerte de vicios terrenales, empezando por el inveterado amor al pimple.
La historia de Joyce se entrelaza de forma inevitable con la de la historia de Irlanda. Don James viene al mundo y vive una parte de su vida haciendo amistad con personas que se verán, de una manera u otra, envueltas en el conflicto entre la isla y su vecina Inglaterra, dominadora de una coalición articulada bajo la fórmula de un reino unido donde el gobierno está instalado en Londres y donde las señas de identidad del pueblo irlandés han sido sistemáticamente machacadas durante cuatrocientos años. El relato de Zapico de la vida de don James es también el de la historia de Irlanda –cercana durante los años de vivencia en la isla; lejana durante los años de estancia en la Europa continental- y más tarde la de la propia Europa cuando Joyce arrastre a su familia por las ciudades de un viejo mundo cuyo viejo orden está a punto de saltar por los aires. Trieste, la perla del Adriático austro-húngaro; Suiza, neutral en medio de una guerra sin cuartel; París, siempre en ebullición cultural. Sin embargo, don James, como claramente refleja la novela gráfica, siempre volverá a esa Irlanda a la que considera lastrada por los resultados de la dominación inglesa y por la nefasta influencia de un catolicismo que es tanto elemento galvanizador frente al amo como elemento destructor de la libertad de pensamiento.
Dublinés es un cómic que se devora rápidamente y que uno puede –y debe- volver a leer una y otra vez para captar todos y cada uno de los mil y un detalles que salpican un trabajo que, hay que repetirlo, es magistral. La ambientación, el diseño de personajes, la profusión de datos que no resulta en modo alguna agobiante o aburrida… si se quiere conocer mejor a James Joyce y su época, éste es sin duda el mejor de los vehículos para afrontar ese viaje.
Este es otro de esos que más de una vez he tenido en la mano y que he estado a punto de llevarme pero que, al final, resultan descartados por otro. Pero la verdad es que me llama la atención y le tengo curiosidad, así que es más que probable que, más pronto que tarde, me lo acabe pillando.
Además, la reseña no ha hecho sino aumentarme la curiosidad por lo que, por mi parte, enhorabuena por el artículo, sr. Capote. (Venga, va, ¿cuántas veces te han hecho el chiste de llamarte Truman?)
El chiste me lo han hecho solamente un par de veces 🙂 pero de vez en cuando cae.