Historia del genio entre los genios
¿Quién fue Albert Einstein? Probablemente esta pregunta le resulte muy tonta a la mayoría de la gente. A fin de cuentas, estamos hablando del que probablemente sea el científico más famoso de la historia, uno que ha trascendido tanto que su misma imagen ha pasado a formar parte de la cultura pop, llenando camisetas y pósteres. Uno cuya fórmula más famosa es conocida incluso por aquellos que no han visto un libro de física en su vida. ¡Si hasta su apellido ha pasado a convertirse en el adjetivo con el que nos referimos a un genio! Su figura es leyenda, pero su carrera y sus aportaciones dentro de la física no siempre son tan conocidas. Y cuando uno las conoce, la dimensión de su leyenda se vuelve aún mayor.
Y si se trata de repasar la vida y obra de grandes científicos, hay un autor en el que siempre podemos confiar. Hablamos, claro, de Jim Ottaviani, reincidente en este tipo de proyectos, y es que este estadounidense es considerado el mayor divulgador científico dentro del mundo de las viñetas. Ingeniero nuclear en sus orígenes, Ottaviani fue cambiando poco a poco los números por las letras y a interesarse por la importante componente del trabajo de investigación y documentación inherente a la labor científica, hasta el punto de terminar cambiando la planta nuclear por la biblioteca de la Universidad de Michigan hacia mediados de los 90. Y coincidiendo con esa época, comenzó a interesarse de igual modo por la divulgación y se lanzó a crear junto a distintos artistas cómics sobre grandes figuras y episodios de la historia de la ciencia.
Desde la antología Two-Fisted Science: Stories About Scientists, que le confirió cierto reconocimiento, el guionista ha continuado explotando esa faceta suya sin pausa, con la publicación de numerosas obras de este estilo. Las más populares han sido sus colaboraciones con First Second Books, editorial que además de cautivarnos con los trabajos de autoras como Tillie Walden, Jen Wang o Vera Brosgol, siempre ha cultivado una parte importante de producción educativa.
Allí Ottaviani ha publicado Primates y Astronautas. Mujeres en la última frontera junto a la artista Maris Wicks, en clave más infantil, así como Feynman y Hawking, densas biografías de los científicos homónimos junto al dibujante Lelan Myrick. Todo ello hemos podido leerlo en España de la mano de Norma Editorial (si bien las dos primeras las encontramos bajo el amparo de su sello juvenil, Astronave). Esta línea de biografías sobre científicos ilustres aumentó en 2022 con el lanzamiento de Einstein, un nuevo proyecto de Ottaviani, esta vez junto al artista Jerel Dye, con el que sumergirse en la vida del legendario científico alemán. Y Norma no ha sido menos y nos lo trajo en español un año después.
La obra nos lleva por la apasionante vida del padre de la relatividad desde su niñez hasta los últimos compases de su vida. A lo largo de sus 300 páginas, Ottaviani nos hace un laborioso mapa a través del que seguir todos los pasos del genio, y lo hace a través de todos aquellos que lo acompañaron. El guionista opta por desmembrar a la figura del narrador y trasladarla a los propios personajes en un particular diálogo que rompe la cuarta pared. Así, todo aquel que hace acto de presencia en las páginas se convierte por instantes en narrador y nos cuenta con omnisciente precisión los más finos detalles de la vida del físico, desde el médico que lo trató de pequeño hasta el propio Oppenheimer. Todos, claro, menos el propio Einstein. Un habilidoso recurso que permite que, a la vez que la interpelación directa que nos hacen los demás personajes nos permite sentirnos dentro de la vida de Einstein, esa pequeña distancia que mantenemos al nunca escucharlo a él directamente nos hace sentirlo como una figura de leyenda, con un mundo interior insondable.
Y es que buena parte del encanto de este cómic es atestiguar lo genial que era Albert Einstein como físico. Los seres terrenales solemos tener una percepción bastante simplona de lo que significa ser inteligente. Un poco de buena memoria, una pizarra con un par de integrales o una pantalla de ordenador con la consola de comandos abierta basta para impresionar a la mayoría de la gente y proyectar la imagen de que somos unos cerebritos. Pero cuando uno lee el detallado repaso que Ottaviani hace de sus teorías y el contexto en el que se realizaron, es verdaderamente consciente de que hay gente inteligente y gente inteligente. Inteligente con mayúsculas, fuera de cualquier rango que estemos acostumbrados a ver. Y lo de este caballero era colosal.
Esa inmersión en las teorías del genio de Ulm es probablemente el punto más apasionante y distintivo del cómic, pero también el más importante aviso a navegantes que se puede hacer sobre él, un aviso que no será nuevo para cualquier lector que haya leído las anteriores obras del guionista. Y es que si por algo se caracteriza la producción de Ottaviani es por sumergirse hasta la médula en la parte más técnica del trabajo de las figuras de las que nos habla.
Gracias a su formación, el guionista tiene la capacidad de meterse en harina de verdad y contarnos con pelos y señales el contenido físico y matemático de los descubrimientos de sus científicos. Otra cosa es que nosotros seamos capaces de seguirle, claro. Hablar de física teórica es hablar la lengua de los genios, y no perderse entre la complejidad de los temas abordados puede ser todo un desafío. A título personal, puedo decir que por mi formación y profesión el lenguaje científico me es relativamente cotidiano, y al igual que ya me pasó leyendo Hawking, hay muchos momentos en los que seguir las explicaciones científicas de las teorías de Einstein me han dejado la cabeza echando humo. Es una lectura tremendamente interesante, pero de una densidad importante.
Por el apartado artístico, Jerel Dye realiza un trabajo solvente que funciona de manera correcta para acompañarnos por el extenso recorrido de la vida del físico. El artista maneja un estilo sencillo, sin grandes alardes pero con claridad. Las viñetas tienen básicamente una identidad visual que podríamos encontrar como apoyo en cualquier libro de texto. No toma grandes riesgos, pero cumple su función, al igual que el color de Alison Acton.
En definitiva, Einstein es otra piedra más en la interesantísima carrera de divulgación científica de Jim Ottaviani. Acompañado en esta ocasión por Jerel Dye, el guionista aborda la apasionante vida del científico más famoso de todos los tiempos con el estilo que lo caracteriza: metiéndose en su física hasta las cejas. Una lectura desafiante por la complejidad de los temas que aborda, pero imprescindible para cualquier amante de la ciencia.
Lo mejor
• Un sesudo repaso de las maravillosas aportaciones de Einstein a la ciencia…
Lo peor
• …que probablemente resulte demasiado complejo por la profundidad con la que trata sus teorías.
Guion - 7.8
Dibujo - 7
Interés - 7.5
7.4
Relativa (je)
Jim Ottaviani continúa con su trabajo biográfico y nos da un denso repaso de la trayectoria de Albert Einstein, pero apasionante para cualquier aficionado a la ciencia.