¡Hundid el Bismarck!
«Finalmente, la bestia muere»
La serie Las grandes batallas navales sigue a toda vela gracias a Norma Editorial que nos trae una nueva entrega escrita y dibujada por Jean-Yves Delitte. Se trata de El Bismarck, que toma el nombre del navío más célebre de la marina alemana durante la Segunda Guerra Mundial.
Este álbum corresponde a la entrega número 11 de la serie francesa por lo que parece que Norma retoma el orden que se había saltado adelantando la publicación del álbum dedicado a La Hogue. Una decisión acertada y respetuosa con el material original que además les permite publicar un nuevo álbum con arte de Delitte, el principal reclamo de esta colección como quedará demostrado en las páginas de esta entrega.
El Bismarck era la joya de la corona de la Kriegsmarine de la Alemania nazi. Un barco moderno y poderoso que culminaba el proceso de rearme de Alemania que había iniciado Hitler desde su llegada al poder en 1933. El navío, botado 1940, medía 250 metros de eslora, desplazaba más de 41.000 toneladas y contaba con una batería principal de 8 cañones de 380mm.
En mayo de 1941 zarpó de su base en Polonia con el objetivo de iniciar una campaña en el Atlántico norte interceptando los convoyes que abastecían desde los USA a la asediada Gran Bretaña. Junto el crucero Prinz Eugen se toparon con una flotilla de la Royal Navy entablando un breve pero determinante combate que saldó con el hundimiento del acorazado británico Hood y graves daños en el acorazado Prince of Wales. Una gran victoria para los alemanes, pero el inicio de su derrota ya que el Bismarck sufrió algunos daños menores pero que le obligarían a regresar a puerto para reparar.
La prepotencia del mando alemán hizo que el Bismarck se quedará solo en su camino hacia el puerto de Brest, lo que permitió a la Royal Navy lanzar una cacería con todos los efectivos con los que contaba en la zona, incluidos los vetustos biplanos Swordfish del portaviones Ark Royal. Un ataque con torpedos lanzados desde estos aviones daño el timón del Bismarck dejándolo sin capacidad de maniobra y a la merced de la flota británica. Tras recibir centenares de impactos de artillería, el emblema de la marina alemana, y buena parte de las aspiraciones de dominación de Hitler, se hundió en el Atlántico arrastrando tras de sí a más de 2.000 tripulantes.
Como en las anteriores entregas de la serie, el rigor histórico es un factor importante (no olvidemos que uno de los patronos de la colección es el Museo Nacional de la Marina francesa) y se aprecia en la meticulosidad con la que Delitte sitúa cada una de las acciones que acontecen.
También, como en otras ocasiones, combina el uso de personajes reales, en esta ocasión el alto mando británico, con personajes inventados para dar una visión global de la situación y poder poner el foco en los soldados o marinos que vivieron la situación en primera línea. Aunque su intención sea dar una visión más humana del drama de la guerra, cuesta empatizar con sus personajes y en muchas ocasiones sus diálogos suenan forzados.
Si en el guion Delitte se muestra demasiado constreñido por la fidelidad a los hechos, en el apartado gráfico esa fidelidad es su principal virtud, regalándonos un espectáculo visual de primera magnitud que brilla, como siempre, en la recreación de las escenas navales con los buques como protagonistas absolutos, aunque en esta ocasión también tenga un papel destacado la aviación. Destacan las dos impresionantes planchas dobles donde se recrea el ataque de los biplanos al acorazado, sencillamente increíbles. También hay que destacar el coloreado de Douchka Delitte, cargado de tonos grises y azules fuertes que dan una excelente ambientación del Atlántico Norte.
La edición de Norma es fiel al original, con buen papel, buena reproducción y un tamaño grande que permite disfrutar del arte de Delitte con todo detalle. Como todas las entregas de la serie se incluye un interesante dossier sobre la situación histórica y los personajes implicados en la batalla.
El Bismarck no es la mejor entrega de la serie, pero sí es un buen ejemplo de que Delitte es capaz de brillar con su arte sea cual sea la época en la que se ambiente la historia. También es la demostración de como flaquean sus guiones cuando no cuenta con el carisma de un protagonista histórico capaz de despertar el interés y la empatía de los lectores. De todas formas, esta serie continúa siendo una buena demostración de que se pueden aunar rigurosidad histórica y espectáculo bien ejecutados.
Lo mejor
• El dibujo de Delitte en las escenas marítimas.
• La precisión de la recreación de los acontecimientos.
Lo peor
• La poca entidad y frialdad de la trama de los personajes ficticios.
• Delitte sigue dibujando igual casi todos los rostros.
Guión - 6.5
Dibujo - 9
Interés - 7
7.5
Académico
Jean-Yves Delitte firma una nueva entrega de Las batallas navales en las que demuestra porque es el mejor dibujante de barcos del cómic francobelga pero que flaquea a la hora de construir personajes y tramas interesantes alrededor de los eventos históricos que nos presenta
Como complemento a la reseña, me gustaría añadir que este mes se ha publicado Stringbags, de Garth Ennis y P.J. Holden, que trata el mismo episodio bélico y lo hace con resultados bien diferentes. En el caso de Ennis sí sabe como contar una historia con personajes ficticios y conectar emocionalmente con el lector. Ennis, siendo absolutamente respetuoso con la historia y sus protagonistas, consigue transmitir a la vez épica y humanidad, que es algo que Delitte no consigue con su guion.