La deconstrucción de El Castigador
Difícil tarea dar una opinión al nuevo volumen de la serie de El Castigador. En el momento en que las noticias nos anunciaron que iba a ser Jason Aaron el autor que estaría al frente de una serie de doce números que iba a redefinir al personaje más controvertido de Disney, digo de Marvel Comics, los pelos se me pusieron como escarpias. Es un dato innegable que el guionista es proclive a destrozar los cimientos de muchos personajes, y siendo que la marca Punisher estaba en horas bajas, se avecinaba tormenta. La primera señal era el cambio de la iconoclasta insignia que había sido llevada durante 40 años por Frank Castle.
El Castigador es un personaje complicado. No es de fácil trato ni comprensión por parte de una sociedad que en muchos casos lleva al extremo su manera de pensar. El debate se ha puesto en la mesa con esta serie en la que vemos una deconstrucción de El Castigador para, pieza a pieza, ser construido de nuevo como una figura que no lleve a confusión alguna sobre ideologías o conceptos ambiguos.
Jason Aaron ha escrito una historia que convierte a Frank Castle en un asesino en serie. No estoy diciendo que no lo fuese antes, pero el guionista de Los Vengadores y Thor introduce un pasado que supone cortar de raíz esa venganza contra el mal a causa de la muerte de su familia a manos de delincuentes. Es decir, el germen de semejante camino de muerte no fue en ese momento terrible en el parque. Vamos a ver como el mencionado guionista nos expone que ni siquiera la guerra fue la causa de que naciese El Castigador. El autor no esconde en momento alguno que hay un Frank Castle niño con una terrible ira en su interior que explota en determinado momento dejando entrever al monstruo que desea La Mano. Desde mi punto de vista este ejercicio innecesario de retro continuidad ha dejado por los suelos 40 años de Cómics.
Tuvimos la suerte de que Garth Ennis demostrase qué se puede hacer con El Castigador. El autor de Predicador ya puso en la mesa las terribles consecuencias del paso de Frank por la guerra y que desde luego fueron innegablemente asociadas a la reacción que originó el nacimiento de un ejecutor. Porque no debemos olvidar qué y quién es El Castigador. Por eso, el hecho de disociar la guerra de la naturaleza violenta de un personaje me parece de una soberana hipocresía.
Siguiendo con mi razonamiento, me ha resultado muy forzada la insistencia en asociar el origen a un niño. Es cierto que Jason Aaron trata, lógicamente, las secuelas de la guerra, pero no es menos cierto que La Mano ya se fija en su elegido en la niñez de Frank. Con este ejercicio disocian al soldado, perdón, “marine” como gusta puntualizar a Frank, del nacimiento de El Castigador. Es más, Jason Aaron se atreve a ir más allá. El parque no es más que ese momento de transición para dar rienda suelta al asesino. Aquí es donde juega un papel fundamental la esposa de Frank, Maria. A través de un relato sobrecogedor de una esposa que vive con un fantasma que vuelve de la guerra, una mujer solitaria en un matrimonio de pesadilla reniega de Frank directamente. Maria es esa voz que clama contra un personaje que lamentablemente se ha vinculado a grupos extremistas y que no gusta a Disney. Maria castiga a Frank de tal forma que desmitifica a ese padre que busca venganza tras morir su familia en brazos. No estoy justificando la venganza, solo hablo de lo que hizo al personaje quien es, y que fue su pilar básico durante decenas de cómics. El juicio de María a su esposo es la forma de Marvel Comics de poner punto y final a la vendetta de Frank.
Nos podrá gustar más o menos lo que nos cuenta Aaron, pero es lo que hay en estos doce números. A mí personalmente, no me ha gustado ese camino a seguir. La serie, en lo que al planteamiento, desarrollo y desenlace se refiere no está mal, es más, viene ahora el conflicto. Jason Aaron, Jesús Saiz y Paul Azaceta han llevado a cabo un buen trabajo, al margen de gustos como el mío. Los doce números como historia funcionan muy bien, y es una historia muy entretenida. Es más, recomiendo su lectura.
Es innegable que esta serie ha navegado en un mar convulso en medio de la confusión de Marvel y Disney sobre cómo manejar al personaje. Las crecientes críticas sobre el uso del cráneo de El Castigador por parte de la policía, el ejército, la milicia, los grupos de supremacistas blancos, incluso los pines de Trump, han sido impopulares para la imagen de Disney. Para colmo de males la insurrección los seguidores de Donald Trump en el Capitolio, llevaron a cancelar cualquier proyecto asociado a El Castigador. Si miramos hacia atrás no se habían publicado ni solicitado cómics de Punisher desde noviembre de 2020. Había una colección de Punisher Vs. Barracuda, pero se quedó en el limbo.
Jason Aaron sabe muy bien qué nos cuenta en su anunciada reinvención. Cuando juega en el enfrentamiento entre Ares y La Bestia está claramente diciendo: señores lectores no pueden hacer suyos los actos infames de un asesino; la guerra es terrible y se cometen atrocidades, pero Frank es el elegido de La Bestia. Su emblema lo dice todo. Ares porta el cráneo o calavera que ahora Frank deja de lado en un altar. Mayor simbolismo es imposible.
Sin embargo, la calavera de Punisher no se ha adaptado sin controversia, y su uso fuera del MCU ha llamado la atención del creador de Punisher, Gerry Conway, quien comentó: «Me parece halagador, pero también un poco desconcertante porque en realidad nunca sentí que el Punisher era uno de los buenos. No creo que Punisher sea un héroe; es un antihéroe. Es alguien que surge de nuestro subconsciente y actúa en nuestro nombre y es un símbolo realmente del colapso cultural”. En una entrevista con Forbes, Conway explicó: «The Punisher representa el fracaso de la ley y el orden para abordar las preocupaciones de las personas que se sienten abandonadas por el sistema legal”.
Realmente el debate debería centrarse en esa idea manifestada por Gerry Conway. El que fuera pieza clave en el fin de Gwen Stacy era un manifiesto opositor a la guerra de Vietnam. Este hecho ya choca directamente con la asunción por determinados colectivos de la famosa calavera como identidad. Para mí como jurista y ciudadano me preocupa más la asociación del significado del emblema de El Castigador con la justicia entendida como venganza o castigo. Qué justicia es la que queremos o qué justicia buscamos. La sociedad evoluciona y con ella la comprensión de los derechos humanos y su protección. El ojo por ojo ha ido quedando desterrado de la concepción de justicia, pero sin embargo la sociedad, que comprende y acepta este nuevo pacto social, cada día se siente más alejada de nuestro sistema judicial.
Al final ahí radica el problema, y con esta serie se ha optado por condenar injustamente un personaje que ha sido erróneamente absorbido por la sociedad. El Castigador no es un estereotipo de la sociedad estadounidense, ni siquiera es puramente un antihéroe, es, en su esencia un villano trágico. No nos equivoquemos, matar a delincuentes no es ser un héroe, y no es impartir justicia. Pero todo esto no justifica destrozar un personaje que nos ha ofrecido muy buenos cómics en pro de disociar un símbolo erróneamente utilizado por personas que nunca han leído ni una viñeta de El Castigador. Para mí hubiese sido más sencillo dejar el personaje en el congelador, e incluso matarlo, cosa que como veremos al final, ni siquiera han tenido el valor suficiente.
En definitiva, una serie muy entretenida, perfectamente dibujada, rápida de leer y que recomiendo no dejarla en el tintero. Eso sí, respecto a lo que supone el trato a El Castigador y deconstrucción del personaje le pongo directamente un suspenso categórico.
Lo mejor
• Jesús Saiz y Paul Azaceta.
• La historia funciona muy bien, y es muy entretenida.
Lo peor
• El ejercicio de retro continuidad.
• Resucitar a Maria para dejarnos ver que hemos vivido 40 años de una mentira.
• No ser lo suficientemente valientes para asumir que El Castigador es lo qué es, y que no se trata de un problema de la niñez de Frank, sino quizá de una sociedad cruel, y un mundo donde la guerra sí que es el origen de un personaje incómodo.
Antes que nada, reconozco que no he leído esta miniserie, pero solo con ver el nombre de Jason Aaron asociado a la misma, ya me di cuanta que la intención de Marvel-Disney era desmontar el personaje de Frank Castle y dejarlo inservible para el futuro.
Lo curioso es que Jason Aaron ya se había encargado de una etapa de Punisher en la línea MAX donde exploraba ciertos aspectos que comentas. Para mi el más controvertido era que Frank dejaba morir a su familia en el parque para así tener una justificación para desatar su furia asesina. Como siempre Aaron atacando/destruyendo el core de los personajes que trata. Por cierto, en esa etapa sí se atrevía a matar al personaje al final de la historia.
Lo de no producir nuevas historias del personaje a raíz de los incidentes de EEUU es evidente, pero eso también ha afectado a la reedición de material antiguo. Os acordáis cuando Panini anunció un Marvel Saga con la etapa de Ennis en Marvel Knights? Pues quedó en el limbo por lo mismo.
También me llama la atención que Disney vaya a recuperar al personaje para sus series de televisión. Puestos a evitar polémicas, para qué traerlo de vuelta? Se nota que la primera temporada de su serie de Netflix fue de las más apreciadas por el público (la segunda mejor olvidarla).
La verdad es que Marvel es muy errática en según que cuestiones y aquí se ha equivocado, al margen de sus contradicciones.
Gracias por tu comentario Alejandro.
Muy buena reflexión sobre el estado actual de El Castigador. A mi este comic me ha dejado con una sensación agridulce. Por un lado, me ha parecido una lectura amena, ágil, bien dibujado y de lo mejor de Aaron últimamente, aunque el listón estaba bajo. Pero por el otro, creo que, como bien has comentado, no han estado muy acertados con la deconstrucción del personaje.
Yo he crecido leyendo a Frank y he pasado por todas las etapas de comprensión del personaje, desde la idolatría cuando era un chavalin, hasta darme cuenta, con el paso de los años y de las relecturas, de que El Castigador representa más un problema de la sociedad que una solución, hasta el punto de que a mí se me hace ligeramente incómodo verlo en el Universo Marvel, como que es un personaje que no encaja con al idiosincrasia de ese mundo.
Entiendo que quisieran intentar desligar a Frank de los movimientos de extrema derecha, ya que al menos que tengas 12 años, como fue mi caso, idolatrar, que no gustar, un personaje de esta índole, me parece algo bastante absurdo, ya que, o estas muy desubicado en la vida y no te das cuenta del subtexto y contexto del personaje o eres una persona que no debería acceder a ningún tipo de arma, y mucho menos representan la seguridad del estado. A efectos prácticos, a este personaje le ha pasado un poco como al Club de la Lucha, El Lobo de Wall Street o incluso Starship Troopers, peliculones donde los haya que han sido mitificados e idolatrados por sin entender muy bien lo que realmente quieren decir los autores cuando han querido contar estas historias.
Dicho esto, al igual que a Juanjo, creo que reducir a Frank a un mero asesino despiadado desde niño, creo que no solo no aporta nada a la historia del personaje, sino que hace que todo el contexto que hace a Frank tan interesante, al no ser ya un producto más del sinsentido de la guerra, la corrupción social y de la criminalidad y reducirlo a un mero asesino psicópata, no solo le quita toda la potencia narrativa, sino que también todo el interés que puede tener el personaje. Es como si pusieran al protagonista del Lobo de Wall Street como una persona avariciosa, oportunista y estafadora desde el principio, lo que reduciría la historia a un ladrón más y no a un problema estructural que como sociedad deberíamos tener presente y abordar.
En resumen y para acabar, entiendo que quieran desligar al Castigador de estos movimientos, creo que han fracasado al abordar la perspectiva. Siempre nos quedará el puñetazo que le dio el Capi a Frank durante la Civil War como un buen ejemplo del camino a seguir que el personaje podría haber tomado en la actualidad.
Muchas gracias Billy Pilgrim por tus palabras.
Muy bien argumentado. Como gustar me ha gustado bastante, el dibujo es chulo, es entretenida y además está bien ubicada en el universo Marvel. A veces en las cole del castigador parecen un mundo aparte. Y sin pensar mucho pues no me chirría a lo del Frank niño. Pero leyéndote tienes razón, es verdad que creo que al final le quita fuerza al personaje.
Que pena… Yo he sido fan del personaje desde niño y creo que tenía su encaje en Marvel como anti-héroe: Lo hemos visto montones de veces peleando contra Daredevil o Spider-man o haciendo equipo con otros anti-héroes de la editorial como Lobezno.
Yo lo veo simplemente como un Harry el Sucio o un Charles Bronson pasado por el filtro de Marvel y, cómo todas esas películas, es perfectamente disfrutable.
En cuanto al horror del niño tarado y psicópata, querría mencionar el «Punisher: Tyger» de Ennis, como un ejemplo buen ejemplo de retro-continuidad que no destroza al personaje.
Al menos parece que está bien dibujado.
qwerty, intenta leerlo.
Una historia potente e interesante si no fuese por su intención última: Desmontar al personaje. El Castigador asume su particular Mefistazo. Manotazo, en este caso. Aún así, con La Mano todo es humo y espejos. Hay momentos que ese supuesto tutelaje se presume una manipulación más. Real o ficticia.
Muy de acuerdo el artículo muy elocuentemente resumido en la frase de lo peor del comic
«No ser lo suficientemente valientes para asumir que El Castigador es lo qué es, y que no se trata de un problema de la niñez de Frank, sino quizá de una sociedad cruel, y un mundo donde la guerra sí que es el origen de un personaje incómodo.»
Que al final parece que los que tenemos que renegar del personaje somos los lectores que hemos sustentado el personaje y pasar del trabajo de Conway, Dixon, Baron, Ennis, etc …. los que SÍ hemos entendido el personaje. Todo por unos asalta congresos y demás realea que ni leén.
No, asi no. Que cambien y se eduquen ellos.
Gracias por el artículo.
Algo sobre el tema ya se había debatido hace unas semanas atrás sobre los comentarios acertados de Chuck Dixon sobre esto y es asombroso que no se equivocaba en nada.
Es increible que Marvel (o mejor dicho Disney) no entienda al personaje y que esto es solo un comic y hay que separar la realidad de la ficción, ya que si hay idiotas que usan una remera del personaje mientras hacen barbaridades no implica que sea culpa del comic, porque sino en algún momento alguien va a terminar usando un logo de Spiderman o Hulk y eso va a derivar en querer cancelar esos títulos.
Respecto al comic en cuestión lo único bueno que tiene es el apartado gráfico ya que el guión es malo, pero seamos honestos si pusieron a Jason Aaron a cargo de este título fue con la idea exclusiva de deconstruir al personaje (hacerlo mierda en el buen castellano) y cumplió al pie de la letra esa tarea.
Tiempos difíciles para los lectores de comics al tener que convivir con las decisiones absurdas de las editoriales.