Edición original: Le Declic 1-4 (Glénat) . Edición nacional/ España: Julio 2015 (Norma Editorial). Guión: Milo Manara. Dibujo: Milo Manara. Color: Studio 9. Formato: Cartoné 240 págs. Precio: 32,00€.
Norma Editorial inauguró el pasado Julio una nueva colección dedicada a recuperar las obras más destacadas de uno de los maestros del cómic europeo, el italiano Milo Manara, y lo hizo con esta edición integral de una de sus obras más famosas y provocativas: El Clic. Se trata de una cuidada edición a todo color con la que volver a disfrutar de todo el erotismo y sensualidad de este clásico de Manara.
A pesar de contar con un carrera de más de 40 años en el mundo del cómic y de haber realizado cuantiosas obras, el nombre de Manara siempre se asocia al cómic erótico protagonizado por hermosas mujeres. Aunque el erótico no sea el único género que ha trabajado a lo largo de su dilatada carrera sí que es el que más éxitos le ha reportado y El Clic es una de sus obras más destacadas en este género. Publicada originalmente en 1983 y en blanco y negro, la obra causó cierto impacto por lo explícito de su contenido sexual y su éxito hizo que saltara a otros medios como el cine y la televisión. Basándose en una premisa sencilla pero con potencial, Manara nos contaba la historia de Claudia, una mujer joven y hermosa pero reprimida en el aspecto sexual, que es secuestrada por un pretendiente despechado. Su secuestrador le implanta un chip en el cerebro y gracias a un pequeño mando a distancia es capaz de controlar los impulsos sexuales de la pobre Claudia. A partir de ese momento, el pretendiente despechado se dedica a hacer la vida imposible a Claudia obligándola a desatar toda su pasión sexual en los momentos más inoportunos y en las situaciones más ultrajantes.
El éxito de la obra catapultó la carrera de Manara quien, ocho años más tarde, realizaría hasta tres continuaciones más de la obra en las que dio rienda suelta a su imaginario erótico y sexual, aprovechando siempre la misma premisa y manteniendo una pequeña conexión argumental entre las cuatro partes.
En el prólogo de esta edición integral, el propio Manara explica que la obra nació con una intención más bien cómica pero que el furor de su juventud hizo que acabara siendo más erótica, aunque quizás habría que decir directamente pornográfica. Su objetivo principal, dice, era hacer una burla ligera de ciertos moralismos existentes en la sociedad al estilo de ciertas comedias que Woody Allen había realizado por la misma época en la que apareció el primer álbum de esta serie. Esta comparación, realizada por el propio autor en el mencionado prólogo, parece más una excusa por los excesos cometidos en juventud ya que la ironía y el sentido del humor habitual de las películas del cineasta (incluso en sus primeros films) brillan por su ausencia en el relato de Manara que apuesta por la burla de trazo grueso, por momentos vulgar, y por el mínimo desarrollo argumental que le sirve de excusa para encadenar escenas de alto contenido sexual. Aunque el artista pone en el punto de mira de sus burlas diferentes elementos de la sociedad italiana (aunque podría tratarse de casi cualquier sociedad europea) como la burguesía, los políticos o los medios de comunicación, al final lo que prevalece es la parte erótica en la que Manara pone pocos reparos y se muestra sumamente explícito. A esto hay que sumarle la tendencia a la exageración que impregna buena parte del relato, bien sea por lo rocambolesco y esperpéntico de las situaciones (como el incidente del anillo al final del primer álbum) bien por la prolongación hasta el exceso de algunas secuencias (como la de los azotes a la protagonista en el segundo álbum) que hace que el relato avance a trompicones y sin mucha coherencia.
Una muestra de los excesos de la obra, y del cambio de moral con el paso del tiempo, es la decisión del autor de eliminar en esta edición una escena del primer álbum de la serie por considerarla inapropiada y aunque aduce consideraciones narrativas para justificar la eliminación de dichas páginas está claro que el contenido de esa escena hoy en día es totalmente inadmisible al existir actualmente una mayor sensibilidad sobre el tema.
Así, en una obra donde el interés radica en la fuerza de sus escenas eróticas es el dibujo de Manara el principal elemento que llama la atención y donde la maestría de Manara cobra verdadero sentido. Con su dibujo de líneas finas y elegantes, el artista ofrece un recital de bellezas femeninas, de cuerpos imposiblemente esbeltos y sensualidad evidente. Aunque lo que más llame la atención de su arte son sus hermosas mujeres, no hay que olvidar que Manara es un gran dibujante y un narrador excelente cosa que se aprecia en unas composiciones de páginas y unos encuadres de viñeta muy cinematográficos. Esta edición además cuenta con un dibujo restaurado en el que se aprecia mejor la línea y la tinta de Manara y que incorpora un buen coloreado realizado para la última edición francesa del material que realza la carnalidad de las numerosas escenas de alto contenido sexual. Es precisamente la posibilidad de disponer de este material en formato integral y a color lo que justifica por si solos esta nueva edición de este clásico del género.
Edición original: Le Declic 1-4 (Glénat) . Edición nacional/ España: Julio 2015 (Norma Editorial). Guión: Milo Manara. Dibujo: Milo Manara. Color: Studio 9. Formato: Cartoné 240 págs. Precio: 32,00€. Norma Editorial inauguró el pasado Julio una nueva colección dedicada a recuperar las obras más destacadas de uno de…
Para el que le interese en este enlace está muy bien explicada la historia de las páginas censuradas/omitidas
billyboy
Lector
11 octubre, 2015 3:06
Muchas gracias a los dos,y como muchas veces digo en los comics y mas de este tipo que pase de todo que da igual,son dibujos y no creo que nadie se vuelva loco con alguna viñeta controvertida,en todo caso si hace algo es que ya estaba tocado del ala antes de ver algo.
Siempre e sentido que hay un inmenso mundo entre los ireal y lo real,me parece fantastico que no se quiera pasar ciertas lineas en por ejemplo el cine,dado que hay actores de carne y hueso y siempre te intentan vender (bueno,no siempre) la realidad,pero en los dibujos (animacion o comic) es imposible que alguien se pueda tomar tan en serio ciertos temas dado que hay no puede sufrir nadie con esto.
Ese es precisamente uno de los temas centrales de Lost Girls, de Alan Moore y Melinda Gebbie, donde se ofrecen revisiones sexualizadas de varios conocidísimos personajes infantiles de la literatura (Peter Pan y Wendy, Alicia, Dorothy) y se teoriza acerca de que el reino de la ficción gráfica y literaria, al estar sólo compuestas por ideas, palabras y dibujos (sin implicar a actores reales, como dice billyboy), debería ser el más libre de los terrenos para cruzar barreras que en la vida real no deben ser cruzadas; y quien ya está chiflado, va a hacer chifladuras leyendo o sin leer estas ficciones, porque su problema no está en la obra en sí misma, sino en la mente de quien lo lee, que no sabe disociar realidad de ficción, igual que no sabe separar propaganda de realidad, o que no sabe calcular las probabilidades de que sus expectativas sobre hechos futuros se cumplan.
Dicho lo cualo, a mí personalmente El Clic, después de años de leer muchos elogios y alabanzas sobre esta y otras obras (El Perfume del Invisible, Gulliveriana, etc…), las leí y me decepcionaron bastante. El estilo visual de El Clic es, no lo voy a negar, muy bueno, y por eso Manara es quien es, pero el guión…pffff… es una sucesión acumulativa de episodios un tanto degradantes para la protagonista femenina, y al menos para mi forma de entender la sexualidad o el erotismo, eso no es muy excitante, la verdad; es como leer una sucesión de chistes muy graciosos sobre tópicos racistas muy bien dibujados, pero que no me hacen gracia. Y es una pena, porque un talento como el de Manara podría dar una obra maestra del erotismo si tuviera un/una guionista que supiera trazar una historia que además de contener bellas mujeres y escenas todo lo explícitas que los autores quisieran, fuera más profunda en los personajes y las tramas (sin agujeros tamaño Vesubio), divertida y, ey, ¿por qué no? didáctica.
Amén a ambos, caballeros.
Para mi no supone un criterio para elegir un libro, un tebeo o una peli el hecho de que sea capaz se (per)turbarme. Otra cosa es que una vez lo eliges, la obra te sorprenda sacando tu lado más morboso, como lo han hecho, desde lo implícito más que desde lo explicito, genios como Moore o Kubrick.
De todas formas hay peña que prefiere obras eróticas, pornográficas, gore o lo que quiera. Eso va en la libertad de cada uno, siempre que como se ha dicho yo no se haga daño a nadie. Pero lo que me llama la atención es que un autor tan reconocido como Manara se haga a estas alturas autocensura con carácter retroactivo. Muestra muy poco respeto por su propia obra.
Lo curioso es que el propio Manara hace la misma reflexión en el prologo de esta versión integral y aun así ha preferido eliminar esas páginas de la versión coloreada.
Si no me equivoco, Norma publicó en 1993 la única edición en color que incluye las páginas conflictivas en un tomo independiente de ‘El clic’. Poco después, en el volumen integral que recogía las tres primeras partes -las que había a esa fecha- esas tres planchas habían desaparecido misteriosamente. Bien está que en la nueva edición recoloreada el propio Manara justifique el asunto. Al menos, se ha tenido en cuenta al autor… aunque más parezca ceder a presiones editoriales que actuar por convicción. 🙁
Soy nuevo por estos lares y no me atrevía, por claro desconocimiento del caso, a expresarlo de una forma tan clara como lo ha hecho usted, don Javier. Alagadisimo de estar en sintonía con ambos.
de que trataba las paginas eliminadas?
Me imagino que una en que una madre masturbaba (fuera de viñeta) a su hijo de 10 años para que así se cansara y dejara de molestar…
Para el que le interese en este enlace está muy bien explicada la historia de las páginas censuradas/omitidas
Muchas gracias a los dos,y como muchas veces digo en los comics y mas de este tipo que pase de todo que da igual,son dibujos y no creo que nadie se vuelva loco con alguna viñeta controvertida,en todo caso si hace algo es que ya estaba tocado del ala antes de ver algo.
Siempre e sentido que hay un inmenso mundo entre los ireal y lo real,me parece fantastico que no se quiera pasar ciertas lineas en por ejemplo el cine,dado que hay actores de carne y hueso y siempre te intentan vender (bueno,no siempre) la realidad,pero en los dibujos (animacion o comic) es imposible que alguien se pueda tomar tan en serio ciertos temas dado que hay no puede sufrir nadie con esto.
Ese es precisamente uno de los temas centrales de Lost Girls, de Alan Moore y Melinda Gebbie, donde se ofrecen revisiones sexualizadas de varios conocidísimos personajes infantiles de la literatura (Peter Pan y Wendy, Alicia, Dorothy) y se teoriza acerca de que el reino de la ficción gráfica y literaria, al estar sólo compuestas por ideas, palabras y dibujos (sin implicar a actores reales, como dice billyboy), debería ser el más libre de los terrenos para cruzar barreras que en la vida real no deben ser cruzadas; y quien ya está chiflado, va a hacer chifladuras leyendo o sin leer estas ficciones, porque su problema no está en la obra en sí misma, sino en la mente de quien lo lee, que no sabe disociar realidad de ficción, igual que no sabe separar propaganda de realidad, o que no sabe calcular las probabilidades de que sus expectativas sobre hechos futuros se cumplan.
Dicho lo cualo, a mí personalmente El Clic, después de años de leer muchos elogios y alabanzas sobre esta y otras obras (El Perfume del Invisible, Gulliveriana, etc…), las leí y me decepcionaron bastante. El estilo visual de El Clic es, no lo voy a negar, muy bueno, y por eso Manara es quien es, pero el guión…pffff… es una sucesión acumulativa de episodios un tanto degradantes para la protagonista femenina, y al menos para mi forma de entender la sexualidad o el erotismo, eso no es muy excitante, la verdad; es como leer una sucesión de chistes muy graciosos sobre tópicos racistas muy bien dibujados, pero que no me hacen gracia. Y es una pena, porque un talento como el de Manara podría dar una obra maestra del erotismo si tuviera un/una guionista que supiera trazar una historia que además de contener bellas mujeres y escenas todo lo explícitas que los autores quisieran, fuera más profunda en los personajes y las tramas (sin agujeros tamaño Vesubio), divertida y, ey, ¿por qué no? didáctica.
Amén a ambos, caballeros.
Para mi no supone un criterio para elegir un libro, un tebeo o una peli el hecho de que sea capaz se (per)turbarme. Otra cosa es que una vez lo eliges, la obra te sorprenda sacando tu lado más morboso, como lo han hecho, desde lo implícito más que desde lo explicito, genios como Moore o Kubrick.
De todas formas hay peña que prefiere obras eróticas, pornográficas, gore o lo que quiera. Eso va en la libertad de cada uno, siempre que como se ha dicho yo no se haga daño a nadie. Pero lo que me llama la atención es que un autor tan reconocido como Manara se haga a estas alturas autocensura con carácter retroactivo. Muestra muy poco respeto por su propia obra.
Lo curioso es que el propio Manara hace la misma reflexión en el prologo de esta versión integral y aun así ha preferido eliminar esas páginas de la versión coloreada.
Si no me equivoco, Norma publicó en 1993 la única edición en color que incluye las páginas conflictivas en un tomo independiente de ‘El clic’. Poco después, en el volumen integral que recogía las tres primeras partes -las que había a esa fecha- esas tres planchas habían desaparecido misteriosamente. Bien está que en la nueva edición recoloreada el propio Manara justifique el asunto. Al menos, se ha tenido en cuenta al autor… aunque más parezca ceder a presiones editoriales que actuar por convicción. 🙁
Soy nuevo por estos lares y no me atrevía, por claro desconocimiento del caso, a expresarlo de una forma tan clara como lo ha hecho usted, don Javier. Alagadisimo de estar en sintonía con ambos.