De las paredes al cómic.
Entre marzo y junio de 2019 en el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) se pudo leer un cómic creado ex profeso por
Durante toda su carrera Paco Roca, como otros autores y autoras, ha contribuido a ensanchar los márgenes temáticos en los que se movía el cómic en España gracias a obras de calidad incontestable como Arrugas (Astiberri), El invierno del dibujante (Astiberri) o Los surcos del azar (Astiberri), unos trabajos que le ha convertido en una de las figuras más importantes del cómic mundial, pero en los que siempre usaba una narrativa clásica en la que primaba la facilidad de la lectura. En esos cómics podíamos comprobar que estábamos ante un narrado nato, capaz de moverse como pez en el agua en todo tipo de géneros con un estilo y lenguaje propios que consiguen que no podamos apartarnos de sus páginas, pero hasta la aparición de El Dibujado no era un autor que hubiera destacado por su búsqueda de la experimentación formal como sucede con otros autores como Max, Ana Galvañ o Federico del Barrio, por citar algunos de los autores más innovadores del cómic estatal. Sin embargo, gracias a su colaboración con el IVAM hemos podido descubrir a un Paco Roca con una enorme capacidad para experimentar con las posibilidades del medio, algo que ha continuado haciendo en la reciente Regreso al Edén (Astiberri), una obra que, sin duda, se benefició de los recursos gráficos y narrativos que el valenciano había empleado en la exposición.
El dibujado es un cómic mudo dibujado con un estilo más sintético de lo que es habitual en el autor valenciano, donde la secuencialidad de las imágenes lleva todo el peso de la narración. En sus páginas nos plantea una historia que se divide en tres líneas narrativas que se van intercalando entre sí hasta que vuelven a confluir para proponernos una reflexión sobre la relación entre el autor y sus obras, algo que se enlaza con la figura del artista como Dios creador y la necesidad que los humanos tenemos de crear dioses o la forma en la que se construyen las civilizaciones, aunque es una obra abierta a múltiples interpretaciones, si bien resulta accesible para cualquiera que se acerque a ella. Un metacómic donde la figura del creador y el lector se fusionan para indagar sobre la naturaleza humana en el que el lenguaje del medio ocupa un papel principal.
Astiberri hace una edición espectacular para tratar de llevar de la manera más fiel posible la exposición al libro, con varias páginas desplegables, alguna de ellas en formato vertical y una portada troquelada que juega con la idea del protagonista escapado de los límites físicos del volumen. Como extras encontramos un prólogo escrito por José Miguel G. Cortés, director del IVAM durante la exposición. Aunque la edición y la lectura justifican los treinta euros que cuesta, es posible que para algunos resulten excesivos.
En El dibujado Paco Roca experimenta con los límites del lenguaje del cómic para reflexionar sobre el arte y la íntima relación entre el autor y su propia obra. Como en las grandes obras de arte cada nueva visita nos despierta distintas interpretaciones, pero sobre tomo nos enseña que el CÓMIC es un arte con letras mayúsculas y posibilidades infinitas.
Lo mejor
• Conseguir trasladar a las páginas la exposición.
• Narrativamente es una gozada que nos demuestra que en el cómic nunca está todo dicho.
Lo peor
• Los 30 € que cuesta, Aunque es un libro primorosamente editado con varios desplegables que lo justifican.