El Escuadrón Suicida lo forman un puñado de locos
«¿Quiere decir como el equipo 7? No, señor. Algo que no hemos hecho antes.»
Motivado por el estreno en cines de la nueva película del Escuadrón Suicida dirigida por James Gunn, ECC publicó este pasado verano el tomo El Escuadrón Suicida: Orígenes secretos. Un cómic donde se aúnan convenientemente distintas historias sobre los personajes del film que cuenta con una buena labor por parte de la editorial española. ECC incluye inéditos y clásicos en este libro consiguiendo una buena selección de títulos (aunque alguno no acabe de cuajar) destinado a los lectores de DC Comics, sin que esto le impida tratar de atraer a los espectadores de las salas de cine, como indica la elección de la portada. Una cubierta que no gustará a muchos aficionados, pero que se puede entender por su influencia comercial y dejar pasar por el trabajo realizado en el interior del tomo, continente de cómics muy interesantes.
“Soy el Pacificador. ¡Y mataré por mantener la paz!”
La primera de las historias remite al personaje interpretado por el famoso John Cena, Peacemaker. Christopher Schmidt Smith contará con serie propia en HBO Max donde hará pareja con otro interesante justiciero del universo DC, el Vigilante. Peacemaker, secundario olvidado de la editorial, aprovecha el momento de popularidad como demuestra la serie de Jeff Lemire disponible en nuestro país a finales de año.
La primera miniserie de Peacemaker (inédita en nuestro país) del año 1988 corre a cargo de Paul Kupperberg, Tod Smith y Pablo Marcos con Gene D’Angelo ocupándose del color.
En la riviera francesa se reúnen altos cargos mundiales con planes de paz, es entonces cuando un grupo terrorista los ataca, matando mandatarios y millonarios civiles. El Pacificador llega demasiado tarde para impedirlo, por lo que solo queda la venganza, abrazada completamente por el loco antihéroe. Un texto sobreexplicativo discurre mientras el protagonista destruye a sus enemigos.
El hombre, por momentos consciente de su locura, expone sus deliberaciones internas a sus trabajadores, es rico y tiene una corte de personas trabajando para él. Un personaje interesante es presentado en un cómic donde se expone toda su idiosincracia, mientras lo embarca en una trama de espías con tintes políticos muy sugestiva. Una grata lectura
“A Mickey y a mí no nos volaron el trasero en Vietnam para que vosotros desperdiciéis así vuestra vida”.
Tras la miniserie del personaje que dice soy el mejor en lo que hago de DC, (el de Marvel también tiene metal en la cabeza pero por dentro) llega el Superman de Byrne para presentarnos a Bloodsport. Una oportunidad más para disfrutar del trabajo del autor de Los Cuatros Fantásticos que demuestra todo su talento con un dibujo sensacional.
Lo primero que hace Bloodsport es masacrar a sangre fría a los clientes de una cafetería. El personaje está completamente loco y nada tiene que ver con el de la película, una descarada copia de Deadshot. Un militar armado, nada cuerdo, no debería suponer ningún problema para Superman, sin embargo el de la gran “S” atravesará más complicaciones de las previstas para detener a Robert Dubois.
“El primer chico que me gustó se llamaba Bernie Bash”.
Harley Quinn no podía faltar en este recopilatorio incluyéndose en el tomo la historia de presentación realizada por Amanda Conner y Jimmy Palmiotti al guion, autores destacados del personaje, Stephane Roux al dibujo y Brett Smith al color. Un cómic mucho más moderno de los que hemos leído hasta ahora, no por ello mejor.
Una historia leída muchas veces, un capítulo de Harley que no encuentra su propio tono, sin momentos divertidos, algo habitual en la colección de Conner y Palmiotti, que muestra una protagonista más introspectiva pero con la que es muy difícil empatizar. Un número fallido que, en esta recopilación, cumple como origen.
“Aquí no encontrarán a Nanaue, pero antes de irse le entró hambre, así que le di de comer”.
El Rey Tiburón aparece por primera vez en 1994 en Superboy. Karl Kessel habitualmente entintador hace las veces de guionista, con Humberto Ramos al dibujo. Una historia divertida y juvenil con un Superboy tan irreverente como se espera en sus primeros años de aventura editorial. Una serie descaradamente hija de su tiempo como demuestra la primera página, Superboy llega volando a la playa donde hay un montón de chicas desnudas jugando al voleybol. Ramos, al igual que le ocurría en otra serie adolescente de la compañía, Impulso, no tiene tan definido el estilo que años después demostraría en Spiderman siendo menos peculiar que en la actualidad.
Una serie que aún dominada por su tono juvenil y el continuo vacilar de Superboy, deja momentos interesantes (incluso tétricos) referentes al origen de King Shark, cuadrando bien con el prominente guion alegre de la colección.
“Algo no del todo humano”.
La comadreja aparece en el libro en The Fury of Firestorm #38-39 donde el villano no es retratado de la mejor de las formas. Firestorm sí resulta interesante poniendo el foco en la dualidad de su alter ego, con Gerry Conway como guionista y Rafael Kayanan dibujando de forma bastante solvente. Cuenta con las tintas de Akin y Garvey y el color de Nansi Hoolahan que dota de cierto toque pictórico, no muy acusado, al dibujo.
Martin Stein llega a la universidad de Vandemeer donde extraños asesinatos acontecen en el campus por la noche. Ronnie Raymond está feliz con su novia Doreen a la que no puede explicar la reciente mejoría en sus notas. Así empieza una historia donde el patetismo de Comadreja se dejan notar, así como la interesante dualidad de Firestrom. Una narración literaria que se complementa muy bien con el dibujo de Kayanan guía el cómic por derroteros satisfactorios siendo una gran adicción al libro.
“Cuando Jabalina acepta un encargo siempre cumple”.
El Green Lantern # 173 sirve como presentación de Jabalina. Hal Jordan es feliz, las cosas parecen irle bien al guardián esmeralda, Green Lantern, piloto de pruebas de aviones Ferris y enamorado (y correspondido) de Carol Ferris. Len Wein y Dave Gibbons dan una buena muestra de la gran etapa perpetrada con el Linterna Verde de la Edad de Plata. Anthony Tollin, que ya se ha dejado ver en este mismo tomo, coloreando a Byrne, hace lo propio con Gibbons.
Jabalina es presentado como un enemigo arrogante y seguro de sí mismo (igual que nuestro protagonista) y a pesar de las apariencias, es capaz de poner en jaque al del anillo verde.
“-Green Arrow lo haría.- Green Arrow no es mi compañero”.
La primera aparición de Savant ocurre en el Aves de Presa #56 de Gail Simone con Ed Benes al dibujo con tintas de Alex Lei. Otro capítulo de aspecto más actual de muy buena lectura, Simone realiza un gran trabajo con el equipo de féminas. Canario Negro, Oráculo y la Cazadora tienen una gran dinámica dejando espacio a Savant que no sigue tan al pie de la letra la línea de sus compañeros, Brian Durlin cuenta con un desarrollo mayor, resultando un enemigo considerable.
Canario Negro intimida a un empresario sin escrúpulos en un principio de cómic sugestivo que deja ver las virtudes de este Aves de Presa: Una buena narración, gran dinámica entre sus protagonistas, giros argumentales bien ejecutados y un dibujo diligente. Savant se presenta con “una patada digna de Connor Hawke”. Un cómic muy disfrutable del tomo y ya van unos cuantos.
“¿Os alegráis de verme? Bueno yo no lo haría ¡No estoy de buen humor!”
El Ratonero aparece en el Detective Comics #585 de Alan Grant y John Wagner al guion y Norm Breyfloge con tintas de Ricardo Villagrain. En esta ocasión, el enemigo sí está bien construido y traerá de cabeza a un Batman detectivesco.
El murciélago descubre al de las ratas mientras remata a un matón con lanzacohetes. El villano tiene en su propia cárcel a todo aquel que le ha incomodado a lo largo de su vida y cuenta con unos diálogos que dejan ver su extravagancia y enajenación. Aquel Batman, menos omnipotente que el actual (en la mayoría de las representaciones) sufrirá contra Otis Flannegan. Una excelente oportunidad para disfrutar del arte de Breyfloge, sublime, y de un guion bien ejecutado.
“Sudo sangre. Bebo sangre. Soy sangre”.
Peter Tomasi y Scot Eaton son los siguientes en aparecer en el tomo con una historia que no casa bien, Showcase 95, con Mongul como protagonista. El monólogo interior del villano lo define, por lo que puede ser una buena adicción al tomo para aquellos que sean seguidores del personaje, pero no es uno de los cómics incluidos más convenientes. Se presenta a Mongal, la hija del de Mundo Guerra y de una sirviente de Debstam IV, planeta conquistado por su padre. La única historia que puede considerarse de relleno.
“Quiero usar a prisioneros sin nada que perder y todo que ganar. Quiero crear un Escuadrón Suicida”.
Adam Glass (artífice de la última gran etapa de los Titanes) con Fernando Dagnino al dibujo y Matt Yackey al color presentan a Amanda Waller. La peor encarnación posible del personaje, la del New 52. Se entiende por su carácter moderno y terminar el tomo con el final de este Suicide Squad #0, muy conveniente, pues deja todo listo para la formación del equipo, pero no es una buena historia. Glass está lejos de lo que ya ha demostrado que puede dar y la representación gráfica de la mujer chirría en cada viñeta. Se presenta a Waller como agente de campo en su última misión justo antes de proponer la creación del escuadrón, con una historia que pretende emocionar y provocar admiración por la rectitud de la mujer, tristemente sin conseguirlo.
Son habituales en el tomo historias no protagonizadas por los principales del Escuadrón Suicida. Villanos en su concepción, es lógico que nacieran en las distintas cabeceras de héroes DC, algo que no influye negativamente en el tomo pues las historias de Superman, Green Lantern, Superboy, Batman o Aves de Presa son interesantes de por sí, dejando ver los primeros pasos de estos integrantes de la Fuerza Especial X. Un libro recomendable, con cómics inéditos y clásicos que dejan ver una selección de autores e historias que no suelen estar bajo la mirada del común de los aficionados. Un tomo que no decepcionará a aquellos que piden material clásico a la editorial española, bien editado, con una breve ficha al inicio del capítulo correspondiente a cada personaje y una introducción a cargo de Fran San Rafael. No son unos extras excelsos pero los textos de apoyo no son habituales en ECC por lo que el esfuerzo se agradece. Un tomo a apoyar por todos los que demandamos clásicos de DC en nuestro país para demostrar que este tipo de trabajos tienen cabida en el complicado mercado editorial.
Lo mejor
• Peacemaker, Firestrom, Aves de Presa, Batman de Breyfloge.
Lo peor
• La historia de Mongul.
Guion - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 9
8
Buen tomo.
Un buen tomo el que propone ECC que cuenta con cómics inéditos y grandes autores que reflejan los inicios de los integrantes de la Fuerza Espacial X.
Disfruté la gran mayoría del tomo, una gran oportunidad para rememorar o descubrir buenos comics de otras épocas. Villanos de segunda presentados por Bryne, Gibbons, Breyfogle.. qué nivel en esos tiempos…
Incluso del algo posterior Ed Benes pensé en su día que podía ir para estrella. Y va y le dan La Liga de la Justicia 1 de Brad Meltzer… Pof! El hombre baja progresivamente su nivel de forma terrible, pasando ya de dibujar fondos, casi abocetando a veces… Muñeco roto por la presión y el ritmo mensual? Una pena lo de este tipo
Pues a mí el Peacemaker de Kupperberg me parece ilegible, y el resultado del tomo en sí, muy desparejo
Pero para gustos colores, vamos
Es el clásico «para 2-3 historias medio decentes, te cuelo 5-6 de pena».