El Espectro de John Ostrander

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Edición original: The Spectre Vol.3 #01-#21
Guión: John Ostrander.
Dibujo: Tom Mandrake.
Formato: Tomo de 544 páginas.
Precio: 22€
Planeta DeAgostini Comics.

INTRODUCCIÓN

El Espectro no ha sido un personaje afortunado. Sus dos primeras series, en 1967 y 1988, naufragaron en poco tiempo. ¿Acaso no tiene nada que ofrecer? ¿No es interesante? Me niego a creer que hay personajes inherentemente buenos o malos, sino que hay un buen o mal tratamiento por parte del guionista.

Y ahí es donde entra John Ostrander. El hombre que revitalizó al Escuadrón Suicida se puso manos a la obra en 1992 para insuflar vida a un personaje tan antiguo como poderoso. No lo hizo cambiando la esencia del personaje o alterando su idiosincrasia, sino con la fórmula que ya le había merecido tan buenas críticas en el Escuadrón: historias complejas, serias, con una trama interesante y bien llevadas bajo las cuales subyace el análisis de multitud de aspectos de la vida. Y por supuesto, un uso inteligente de los elementos que ya hay en la serie. Este tercer volumen de la serie duró más que los dos anteriores combinados y hoy día es considerado la etapa definitiva y definitoria del Espectro.

Para empezar, el tratamiento del Espectro fue distinto al de las dos anteriores series. En la primera daba la impresión de ser un superhéroe más, de aspecto mundano y poco sorpredente, no conseguía elicitar el terror que inspiraría la encarnación de la venganza. La segunda empezaba a encontrar su esencia, aquello que lo distinguía de los otros superhéroes del panorama, pero no estaba completa. Faltaba algo. Personalidad, gancho, energía, una historia que te agarre de la garganta y te tenga cogido hasta la siguiente entrega. Y de todo eso encontramos a raudales en estos números recopilados por Planeta.

Es importante ubicar la obra en su época. Estamos hablando de principios de los 90. En líneas generales – hubo excepciones, claro que sí – la cosa no pintaba bien: oscuridad, violencia, caras desencajadas, mutantes con pistolas, héroes con pistolas, pistolas con pistolas. Pues da la casualidad de que a esta serie esa atmósfera le viene de maravilla. Como hecha por una sastre. La atmósfera está saturada de oscuridad, maldad y corrupción porque ése es el mundo que ve el Espectro: un mundo sobrecargado de pecado que él no consigue cambiar pese a que esa es su misión. Una sociedad en la que los demonios se dan un festín con las almas de los locos, los delincuentes y los monstruos. Incluso el Espectro se ve influído por este ambiente: es más oscuro, más violento (siempre lo fue, pero esperad a verlo aquí en acción) pero de eso se trata: tiene que serlo, es su naturaleza. Lo que mataba la esencia de otras series aquí la reforzaba. Sin embargo, Ostrander siempre respetó a la serie, al personaje y a sus guiones, no cayendo en la violencia por la violencia, y sin perder de vista su objetivo de redefinir al personaje a partir de lo que tenía.


Portadas de los primeros números de los tres volúmenes.

Lo que sigue es un repaso de los distintos personajes que aparecen en la serie: su situación, sus aportaciones a la serie y qué expresa el guionista a través de ellos. Si el Espectro es una película, hay que quitarse el sombrero ante los efectos especiales y tirarlo al aire entre vítores y hurras ante la trama. Pero lo que hace que te levantes de la butaca y aplaudas a rabiar es la interpretación de los personajes, sobre todo en la primera mitad del tomo, en la que brillan con todo su esplendor. Así que sentaos cómodamente y disfrutad.

LOS PERSONAJES
EL ESPECTRO

El Espectro es el Espíritu de la Venganza, creado por Yahvé, Dios del Antiguo Testamento cristiano, como herramienta para impartir su cólera en sustitución de Eclipso. La ira de Yahvé se manifestó a través suyo en el pasado en la destrucción a fuego de las pecaminosas ciudades Sodoma y Gomorra y en las siete plagas que asolaron Egipto. La influencia del religioso Ostrander se deja notar no sólo en el uso de la retrocontinuidad para definir el origen de este personaje, sino el trasfondo religioso que le da a toda la serie. Las primeras apariciones del Espectro en los años 40 eran más terrenales. Su primera serie, de breve recorrido y nacida en 1967 ahonda en el uso de elementos mágicos. La segunda, con la versión post-Crisis del Espectro (publicada en 1987), resultó más longeva y profundizó en los aspectos no sólo mágicos, sino místicos, con mayor presencia de fenómenos paranormales, criaturas fantásticas, etc. La tercera, que aquí nos ocupa, indaga con fuerza en el elemento religioso, lo cual es muy acertado no sólo por la naturaleza del personaje, sino por el uso de conceptos morales y éticos, y por la antítesis entre el Dios iracundo y castigador del Antiguo Testamento y el Dios compasivo y misericordioso del Nuevo, reflejado este último en otro personaje que será analizado más adelante.


El Espectro arrasa Sodoma y Gomorra.

En la época en la que este tomo tiene lugar, el Espectro tiene como huésped humano a Jim Corrigan, aunque posteriormente serán otros personajes del Universo DC como Hal Jordan o el detective Crispus Allen. Como creación divina, el poder del Espectro es prácticamente ilimitado: puede analizar el alma de las personas, viajar tanto al Cielo como al Infierno y luchar mano a mano con ángeles y demonios, teleportarse, matar sólo con desearlo y un largo etcétera; poder que sólo puede verse afectado por la magia (los objetos materiales, como balas, le atraviesan sin causarle ningún daño). Esta vulnerabilidad quedó reflejada desde el primer número de su primera serie, en la que podemos ver al Espectro esquivando una espada encantada que podría dañarle. No obstante, es importante señalar que este tercer volumen es, posiblemente, el que refleje de forma más clara todo el potencial del Espectro y haga un retrato más acertado de sus fortalezas y debilidades.

Da un poco de vértigo sólo de pensarlo: ¿un personaje inmortal, casi todopoderoso? ¿Qué amenaza puede resultarle un reto? Si no se sabe manejar bien esta circunstancia, el Espectro es un personaje plano y sin gracia, una imparable máquina expendedora de muertes creativas. Consciente de esto, Ostrander lleva la batalla a distintos planos: el moral, el humano, el personal, en una lucha continua sobre la justicia, la venganza y el perdón. También hay amenazas físicas que están a su altura, enemigos de poder abrumador que dan lugar a combates épicos muy bien dibujados por Tom Mandrake. No es tarea fácil la del dibujante, ya que tiene que reflejar choques titánicos, en los que el lector realmente sienta que está presenciando una lucha sobrenatural.

Pese a precisar de un huésped humano, los poderes del Espectro no son como un arma que se pueda usar a voluntad. Hay una extraña coexistencia entre el Espectro y su huésped, en tanto que el segundo lo posee y puede determinar prioridades, pero se ve impulsado de forma casi irrefrenable a impartir venganza y castigo. “Sólo huelo la sangre”, llega a decir en una viñeta, hablando sobre su ausencia de sentidos. Su visión de la justicia es una mezcla retorcida entre el mundo en blanco y negro de Corrigan y la venganza desmedida del Espectro: cualquier mácula debe ser penada, todo culpable ha de ser castigado y ni el más pequeño pecado puede quedar impune. Esta visión se tornará más compleja y profunda a lo largo del tomo, a medida que Corrigan encuentra más personas con las que vincularse a este mundo – y por ende, a la humanidad – y empieza a comprender y asimilar conceptos como misericordia o segunda oportunidad. Este aspecto es particularmente interesante, y Ostrander lo ejecuta con maestría: no aprende de la noche a la mañana, sino que en sus primeros pasos por una justicia más compasiva vemos a un Espectro primerizo, casi patoso, frente al implacable y seguro ángel vengador de las primeras páginas. Tampoco es un camino libre de problemas, y es que debe hacer frente a situaciones ambiguas o en las que depurar responsabilidades no es tan sencillo como estampar un sello con “culpable” y “víctima”, y el Espectro no siempre escoge la mejor opción.


Uno de los creativos – y terroríficos – castigos del Espectro.

La evolución del personaje es constante, tiene su propio ritmo y lejos de resultar pasiva, implica al lector en ella. Es muy difícil permanecer impávido ante la búsqueda de la auténtica justicia por parte del Espectro porque es un algo que nosotros mismos buscamos en nuestra vida. Ver sus dudas, sus errores, cómo tiene éxito o cómo fracasa estrepitosamente al enfrentarse a la ira… es muy agradable ver un comportamiento y una búsqueda de significado tan humana en un personaje tan increíblemente poderoso. La caracterización y definición del Espectro es magnífica, y uno de los aspectos más entretenidos de la serie.

Por último, es divertido cuando Ostrander usa al Espectro y su capacidad para escrutar almas como vehículo para ahondar en su pasado y personalidad de los personajes que pueblan las páginas, con un enfoque intenso. Por el precio de uno, tenemos un montón: es una ventana abierta a distintas historias – ¡incluso la suya propia! – y siempre tienen algo que ofrecer.

JIM CORRIGAN

Jim Corrigan era un policía de los años 30. Entendiendo la época se puede entender un poco mejor al personaje: en los años 30, si un policía te atizaba bajabas las orejas y dabas las gracias. Sin embargo, Corrigan va unos cuantos pasos más allá, y es directamente implacable, violento, con un simplista concepto de la justicia y un gatillo demasiado fácil. Su opinión sobre los roles en la pareja y la sexualidad, estancados en aquella época, también se hacen evidentes a lo largo de la serie. Encontró la muerte cuando unos gángsters le eliminaron por el muy humano procedimiento de meterle en un barril, llenarlo de cemento y tirarlo donde dice la canción que están las llaves.

La dualidad Corrigan/Espectro es buena, y hay una relación complicada entre ambos eficazmente plasmada. En parte, son tal para cual: ambos creen en la justicia mediante el castigo, en el ojo por ojo. Sin embargo, a Corrigan no termina de gustarle ser esclavo de este impulso vengador, y se muestra receptivo a ampliar sus horizontes éticos. Además, funciona bien como ancla del Espectro en este mundo, y en ocasiones nos proporciona muestras de humanidad y sentimientos que son un genial contrapunto a la ciega y desalmada motivación de éste. Como regalo, sirve para introducir cuñas de investigación entre lo policial y lo sobrenatural muy apropiadas.


Corrigan, haciendo gala de su sentido de la justicia.

En cuanto a Corrigan como tal, es un personaje que despierta interés. El número que rememora su pasado le da un origen trágico, y su personalidad dura y desagradable se ve compensada por sus continuas luchas internas, de modo que en ocasiones tenemos a un estricto policía, a un justiciero implacable o a un ser humano roto, desorientado y perdido.

AMY BEITERMANN

Amy tiene un gran motivo para ser una amargada infeliz. Un motivo de verdad. Amy está enferma, y no es una enfermedad de la que sales bien parado. Sin embargo, elige ser alegre y ayudar a los demás como trabajadora social. Ha cometido sus pecados, como todo el mundo, pero en vez de ser castigada por ellos entabla una curiosa relación con Corrigan que lo impulsa a crecer, madurar, y tener una visión más compleja de la justicia y del mundo. Es su principal enlace con la humanidad, su fuente de apoyo e incluso de ayuda. Por supuesto, ella tampoco tiene siempre respuestas para todo, pero hasta su visión sencilla y casi a medio cocinar sobre la justicia y el perdón parecen densos tratados de ética comparados con las primeras nociones de Corrigan sobre el trato a criminales y pecadores. Pero nadie le pide un doctorado a una mano amiga, sino comprensión, entendimiento, y de eso Amy tiene para dar y tomar. Además, su papel es clave en varios de los momentos de mayor tensión de la serie, el autor se molesta en darle un pasado sencillo pero interesante, y a través de ella se tratan los prejuicios hacia las enfermedades de forma similar a la que hizo Peter David en su Increíble Hulk, incluso con mayor carga dramática. Imprescindible secundaria.

MADAME XANADÚ

Este misterioso personaje creado en 1978 juega un papel importante en muchos de los números que integran este tomo, aunque su rol cambia significativamente. Capaz de ver el futuro mediante el uso de cartas de tarot, experta en el uso y manipulación de las fuerzas de la magia y con un grupo de familiares mágicos a su servicio, ansía el poder del Espectro. A partir de este deseo, Ostrander hace una breve pero buena reflexión sobre el uso del poder y la influencia bidireccional entre Espectro y huésped que lo define un poco más, además de ahondar en lo quimérico de su misión y en la necesidad de establecer una serie de reglas que canalicen de forma adecuada la ira del Espectro. Se trata de un personaje intrigante, con una permanente aura de ambigüedad, que ayuda a mantener el equilibrio entre terrenalidad y misticismo de la serie con éxito y protagoniza algunos momentos destacados.

AZMODUS

Creado en el número #60 de la serie Showcase (publicado en 1966), en el que el editor Julie Schwartz devolvió al Espectro su papel de espíritu vengador, Azmodus es una combinación entre el demonio Sekuba y un antiguo huésped del Espectro llamado Caraka. Azmodus se alimenta de las sombras de gente (“de los desprevenidos y los desesperados”, en palabras de su némesis) a la que tienta con seductoras ofertas para acabar consumiendo su alma. Es una de las pocas criaturas capaces de plantar cara el Espectro y de mantener un duro combate mano a mano, y funciona bien como villano frontal. Lamentablemente no tiene una motivación compleja más allá de acabar con su enemigo y acumular más poder, además de obtener cierto regocijo sádico con la violencia y el dolor – lo que le hace ser genuinamente desagradable – por lo que no es memorable, pero sí apropiado y más que capaz de crear situaciones angustiosas. Es incluso más eficaz y atractivo como entidad que como demonio físico ya que, ¿cómo acabas con un enemigo que puede esconderse dentro de cualquier persona?

FANTASMA ERRANTE

Oscuro, inaccesible, una incógnita. Phantom Stranger, el Fantasma Errante, es un personaje que hay que manejar con cuidado. Muchas veces se cae en el error, al escribir a un personaje misterioso y místico, de tenerle en una esquina murmurando cosas crípticas o poniendo excusas para no entrar en harina, con resultados de variable calidad (ver al Espectro en Crisis de Identidad o al Dr.Extraño en Guerra Civil o a toda la tropa en New Frontier para más referencias). El Fantasma Errante tiene los ingredientes para este caso, pero Ostrander le da iniciativa, algo más de carácter y un papel activo, reclutando a otras criaturas y personajes relacionados con la magia del Universo DC. Está bien escrito y su rol está bien desarrollado.

ECLIPSO

Antiguo y primer Espíritu de la Venganza (el Espectro es su sucesor), fue castigado por su excesiva crueldad y su incapacidad para el perdón siendo confinado en una gema oscura. Algunas de sus apariciones modernas tienen lugar en el excepcional arco «Reino Negro» de la JSA de Johns o las miniseries Día de Venganza y Cuenta Atrás al Misterio. Es un eficaz enemigo del Espectro, más taimado y retorcido que Azmodus – algunos de sus trucos son impagables – pero también es extremadamente poderoso, teniendo su haber la posesión o muerte de muchos personajes del Universo DC. Sabe sacar partido de la confusión de su enemigo hasta crear una amenaza de proporciones acordes a la historia, y tanto el desarrollo como la resolución del combate que contra él se libran son satisfactorios.

OTROS SECUNDARIOS

El miembro de la policía Nate Kane se emplea para abordar la diferencia entre el deber y lo correcto, además de meter al lector en el mundo de la política dentro de la policía. Es un buen personaje, duro y con un fuerte sentido de la responsabilidad. Podría verse como una versión más madura, presentable y moderna de Jim Corrigan, con un mayor sentido de la justicia y sin la brutalidad policial.

El padre Richard Craemer fue visto por primera vez como consejero espiritual y capellán del Escuadrón Suicida, lo que debería dibujar un esbozo de su particular visión de la fé e incluso de su forma de ser. A través de él se explora la religión no sólo como sistema de creencias sino como fuente de ayuda y el propósito de cada uno, además de servir como apoyo para Corrigan.

Por último, Nicodemus «Nick» Hazzard es un investigador de lo paranormal contratado por el Gobierno para investigar al Espectro, y con él, Ostrander da un buen recorrido por algunos bien retratados miembros de la JSA, repasando distintos hechos del pasado. Además, introduce más misterios, uno de ellos con una presentación estupenda.

LA HISTORIA

Escribir historias de el Espectro no es tarea fácil. No puedes tenerlo enfrentándose a puñetazos a villanos como con Superman, es sumamente poderoso, no tiene debilidades aparentes, y se puede caer en centrarse en aspectos estéticos o esotéricos en vez de dar un tratamiento profundo del personaje. Además, su naturaleza solitaria y el peligro que supone andar cerca suyo impide que desarrolle un elenco estable de secundarios. Con esta premisa, sería fácil caer en una historia plana con el Espectro cazando maleantes en un mundo vacío.

Sin embargo, Ostrander sigue un esquema parecido al que llevó a cabo en el Escuadrón Suicida: a través de las tramas principales, – ya de por sí excelente – tratar multitud de temas. Así, mientras define con maestría al Espectro, a Corrigan y a la unión de ambos, se analizan con inteligencia todos los aspectos que rodean al personaje desde varias perspectivas y aprovechando lo que lo hace único. Si en el Escuadrón Suicida eran la política y la guerra, aquí son la religión, la justicia y la humanidad. Además, maneja con cautela sus circunstancias: le da un poco de esperanza a su existencia para luego hundir su cara en el barro y sumirlo en la desesperanza. Cuando parece que todo está perdido, le extiende una mano amiga. Y así sucesivamente, manteniéndole en un continuo estado de cambio que le lleva a toda clase de acontecimientos. Hace un uso juicioso tanto de los secundarios como de los enemigos, y todos juegan un papel relevante y aportan su granito de arena al conjunto, además de estar bien caracterizados.


El sufrimiento de dos razas.

La estructura de la historia también es uno de los puntos positivos de la serie: avanza a buen ritmo, manteniendo el pulso y la tensión, ajustándolo según precise el desarrollo. Como era de esperar, está muy bien escrita, y recrea situaciones de auténtico terror, asombro, expectación, lo que se tercie. Ostrander es un todoterreno, y aquí lo demuestra escribiendo toda clase de entornos, personajes, situaciones, siempre con mucha clase y potenciándolos al máximo. Y no se anda con chorradas a la hora de escribir sobre la violencia, el horror y la muerte, ya sea a nivel íntimo o de forma totalmente apocalíptica. La dirección tanto del personaje como de los eventos engancha, te hace querer leer un número más para satisfacer tu curiosidad y ver qué le depara el futuro a Corrigan, además de para empaparte de las sensaciones que recrea cada página. Este Espectro es un trabajo mayúsculo.

EL DIBUJO

El dibujo corre a cargo de Tom Mandrake, que ya colaboró con Ostrander en Grimjack y Detective Marciano. Para empezar, transmite con eficacia la congestión, opresión y desesperanza del mundo que Ostrander escribe, con algunos agradecidos oasis de paz en los que no puede evitarse sentir la presencia de una permanente sombra acechando. Su representación del Espectro es sobrecogedora, ominosa y potente, una eficaz mezcla entre fantasma y criatura. Su sola aparición – que suele llenar todo el espacio en grandes viñetas o incluso páginas completas – inspira misterio y dudas; pero no sólo de fachada vive el Espectro, y cuando toca se torna directo, violento e implacable gracias a la poderosa y enérgica presencia que le confiere el dibujante.

Algunos de sus castigos son muy creativos e impactantes, y en las escenas de terror carga gran parte del peso sobre sus hombros, por lo que conviene olvidarse de la sensibilidad (su visión del infierno y quienes lo pueblan, por ejemplo, es particularmente truculenta) y abrazar los escalofriantes detalles con los que llena las viñetas. Detalles que, por cierto, no implican una pérdida de claridad. Si para el terror se basa en el detalle, para la tensión y el peligro se apoya en la composición, la secuencia y la perspectiva con grandes resultados.

Utiliza los colores con inteligencia, así como la iluminación – impagable su uso de una única fuente de luz en un lugar oscuro, en varias situaciones diferentes – las sombras y los negros. Particularmente con estos últimos, gusta de llenar secciones enteras de oscuridad en la que brilla sólo aquello que quiere resaltar. Expresiones exageradas, más rayas de las necesarias (aunque no crean confusión, y suelen servir al propósito de los acontecimientos) y posturas difíciles son los mayores “peros” que se le pueden poner a este estupendo trabajo, al que se le nota más cómodo en momentos de gran tensión, ambiental o directamente violenta.


Páginas interiores de Tom Mandrake.

Mandrake no se pudo encargar de todos los números, de modo que le sustituyeron artistas como Jim Aparo (conocido universalmente por su trabajo en Batman), Joe Philips y John Ridgway. Aparo no lo hace mal, pero su estilo no pega con la historia y el tono, y no termina de manejarse con la imagen fantasmal del Espectro, que parece demasiado humano. Philips es casi pendular, con algunos diseños entre lo tosco y lo directamente malo, y otros dibujos sorprendentemente buenos. Ridgway se encarga de un número de diálogo con algunos momentos de acción: es muy bueno en líneas generales, sencillo y pulcro, aunque algunas caras tienen un aspecto un poco raro. El resultado es competente, aunque no llega al nivel de Mandrake.

Mención aparte merecen algunas de las cubiertas de la serie. Si bien algunas portadas hacen gala de dibujos algo sosos, otras destacan con imágenes de gran impacto visual, detalladas, oscuras, o con diseños originales que le van como anillo al dedo al contenido.


Portadas de la serie.

Y FINAL

Considero que ya os he transmitido todo cuanto deseaba sobre los números de esta serie y aquello que la hace única. Estos números no solo desarrollan y hacen crecer y evolucionar al Espectro, lo dignifican. Lo convierten en un personaje único, claramente diferenciado de todos los seres mágicos que pululan por DC, y lo escriben con un trato exquisito. Si quieres leer al auténtico Espectro, lo tienes aquí. Por supuesto, acompañado de unos secundarios de lujo, historias fascinantes, toda la complejidad y riqueza que se puede esperar de Otrander y un dibujo fantástico. Sólo me queda recomendar fervientemente esta gratificante y completa lectura, y que al terminar la última página mi sensación de disfrute por lo leído sea también vuestra. No os arrepentiréis.

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evildream
evildream
4 junio, 2008 16:29

personalmente los comics americanos de los 90 no me suelen gustar nada. en cambio este me ha encantado, tanto el dibujo como el guión me han parecido bastante buenos. lo recomiendo totalmente

Jorge
Jorge
4 junio, 2008 16:54

Increíble post. Me ha gustado mucho.

Yo ahora estoy con el tomo del Espectro de Jim Aparo.(La ira del Espectro) Me encanta…

GatoSamurai
GatoSamurai
Lector
4 junio, 2008 17:00

Pero la edición española es a color? No es una versión de los Showcases USA?
Por cierto donde puedo mirar la lista de los que van a publicar en España?? En concreto tengo ganas a los House of Mistery / Horror

Un saludo y gracias por adelantado 🙂

rorschach
rorschach
4 junio, 2008 17:07

Magnífica serie.

Y realmente el nivel de calidad y variedad de la colección de portadas es alucinante. No recuerdo muchas series que puedan presumir de tal derroche.

Os dejo un enlace para quien quiera saber la autoría de cada una.

http://www.comics.org/covers.lasso?seriesid=4414

Por ejemplo, esa impresionante portada del primer tomo es obra de Gary Leach.

branhunter
Lector
4 junio, 2008 17:32

Hombre, Rorschach, oye, que no he visto por ningún lado tu opinión sobre la película de Indiana Jones y me he quedado con las ganas, después de las discusiones que intercambiamos meses atrás, en el post del trailer, donde yo anunciaba que sería un despropósito. ¿Recuerdas?

rorschach
rorschach
4 junio, 2008 17:57

emmmm, Pues no, branhunter, la verdad es que no lo recuerdo, pero cualquiera sabe. ¿Estás seguro de que fui yo? ¿Tienes un enlace a esas discusiones?

branhunter
Lector
4 junio, 2008 18:02

Igual es que hay dos personas con el mismo nombre, lo cual tamposo es tan raro. Pasa por aquí:

https://www.zonanegativa.com/?p=5269

kaos baggins
Lector
4 junio, 2008 18:02

la serie es bastante buena, y si, es en color gatosamurai

la unica pega es que con el simbolo americano se le va un poco la pinza y se vuelve un poco espeso, eso en un personaje comercialmente problematico pudo ser la sentencia en su dia, por que hasta ahi la calidad era genial

rorschach
rorschach
4 junio, 2008 18:34

Gracias, branhunter. Efestivamente ese no soy yo, lo siento. Esa «R» capitular? capital? le delata. Yo voy todo minúsculo. 😉

branhunter
Lector
4 junio, 2008 18:39

que pena, ¡snif! Claro, como B varia segun el dia, xD

GatoSamurai
GatoSamurai
Lector
4 junio, 2008 19:14

Si, lo de los 3 tomos lo habia visto, pero no se qué relación de números tiene con los Showcases.
En cualquier caso, con lo picado que estaba antes y ahora la reseña… entre este tomo y el de Hitman, este més me quedo canino xD

Por cierto alguien me puede decir que tal el de Hitman? Va a caer de todos modos, pero por saber que tal ha salido la edición.

Un saludo!!

Parasiempre
Parasiempre
4 junio, 2008 19:40

Ostrander y Mandrake hacen un pedazo de comic.
Para mi es una obra maestra, una etapa buenísima. A la altura e incluso superior que muchas otras a las que se les ha dao más bombo.

Ricard Clau
4 junio, 2008 22:08

Qué tal estos universos dc del espectro? Merecen la pena? La verdad era algo escéptico con el formato ya que es mucho dinero de golpe y corren el riesgo de ser de aquellas cosas de «ya comprare en un mes más flojo» y el mes flojo nunca llega jajajaja. Y en mi caso así ha sido pues los he hojeado varias veces.

Me he pillado el de hitman, llevo leida la mitad y me está encantando, lo considero una buena inversión, pero este Espectro no sé no sé… para qué tipo de público sería? (si es posible definir un poco esto)

Sergio Robla
Autor
4 junio, 2008 22:14

Pero pero pero… de eso va el artículo.

Ricard Clau
4 junio, 2008 22:26

Sergio, con el artículo veo evidente que a Alberto Morán le encanta el personaje y especialmente esta época :D, quería como cuándo vas a ver varios médicos, otras opiniones jejejeje

Gracias Alberto por el artículo y por la recomendación, a ver si encuentro alguna ofertilla con los 3 tomos con alguna rebajilla en el Mercat de Sant Antoni por ejemplo.

Vazquez
Vazquez
4 junio, 2008 22:59

MUy bueno el tomo. Ostrander, un autor a reivindicar que, por desgracia, redescubri hace solo un año gracias a Grimjack. Y Mandrake no esta mal.

Y Hitman es cojonudo.

Sergio Robla
Autor
4 junio, 2008 22:59

Ah OK, pues entonces te diré que nos tuvimos que batir en duelo por reseñar estos tomos. Aún me estoy recuperando.

Talphin
Lector
4 junio, 2008 23:49

Yo este tomo lo compré por intentar encontrar la razón de que el Espectro siga siendo un personaje activo en el Universo DC porque nunca me había parecido un personaje atractivo,sin embargo el primer tomo me lo he bebido y tengo los tomos 2 y 3 en lugar de preferencia dentro de mi montaña de pendientes.

Muy altamente recomendable. Ese número de páginas en color por ese precio es maravilloso… Me encantan los tochos. 🙂

Toni Boix
5 junio, 2008 0:04

Qué bonito que es tenerte de vuelta, Alberto. Estupendo artículo 😀

Diomedes
Diomedes
5 junio, 2008 0:30

El personaje del Espectro esta jodido y bien jodido desde Day of Vengeance.

Mato a miles y miles de inocentes ,entre ellos a varios superheroes ….y el unico castigo que «Dios» le puso es darle otro huesped y devolverle a la calle.

Mientras no remedien esto como concepto estara bien jorobado.

Sergio Robla
Autor
5 junio, 2008 1:07

¿Lo malo es que no reciba un castigo? Discrepo, sería como castigar a un arma por disparar. Si hacen lo que prometen, el Espectro volverá a ser como era después de Final Crisis: Revelation.

DEmo
DEmo
5 junio, 2008 1:26

Muy bueno. Molaría un próximo de Deadman..

Ivan
Ivan
Lector
5 junio, 2008 12:54

Muy buena reseña para un grandísimo tebeo.

Una pequeña corrección, Mandrake colaboró antes del espectró en Grimjack y Firestorm, y después en el Detective Marciano y The Kents (también con truman com grinjack).

>Por cierto alguien me puede decir que tal el de Hitman? Va a caer de todos modos, pero por saber que tal ha salido la edición.

Salvo el tamaño, ha salido muy bien. Hitman a mi me parece muy divertido a ver si sale ya el siguiente tomo.

>pero este Espectro no sé no sé… para qué tipo de público sería? (si es posible definir un poco esto)

Para todos.
No es un tebeo de tortas ni un tebeo gafapasta, tiene tortas contenidas y gafapastismo contenido… Yo no le veo comparable a ningún otro comic y creo que a cualquiera podría gustarle.

Diomedes
Diomedes
5 junio, 2008 14:58

Hombre ,es que dudo mucho que el cometido del Espectro sea matar en masa inocentes.Y en Day of Vengeance lo hizo ,y entre ellos algunos heroes entre los cuales estan unos don nadie como Shazam o Nabu y que eliminandolos (y tambien al Dr Fate de entonces ,Hector Hall) ha dejado bastante jorobados a la familia Marvel y al Dr Fate en sus respectivas mitologias.

Dejando a un lado esto ,lo cierto es que el Espectro mato en masa a inocentes en esa serie.

Y en Final Crisis:Revelations ya pueden decir misa en arameo que nada cambiara.Un vistazo por los foros americanos confirma que la gente mira al Espectro bastante pero qeu bastante mal por estos acontecimientos y que el mal que hizo no se corrigiese nunca.A DC le gusta decir que arreglara las cosas y luego hacer algo que no tiene nada que ver y considerarlo arreglado.Pero mientras ,por ejemplo ,Nabu y Shazam no vuelvan y otros damnificados ,y se explique algo sobre la rehabilitación de los damnificados(el tio entre otras cosas arraso Atlantis) para mi y muchos es un villano sin más.

Sergio Robla
Autor
5 junio, 2008 15:19

Que sí, que lo hizo, pero no tenía huésped. No hay nada que castigar porque no hay nadie a quien castigar. El huésped para el Espectro es, precisamente, para servir de válvula al poder, para hacer de brújula moral. Por eso digo que es como castigar a la pistola, una fuerza sin mente y sin capacidad de juicio. ¿Y ahora quieres que Crispus Allen pague? No tiene sentido. Pero veo que no haces distinciones entre la identidad y el huésped humano.

Veo que estás a la defensiva: ¿Acaso no pueden hacer en Final Crisis: Revelations lo que pides? Y ya estás desechándola. Pero no creo que sea el caso, lo que dicen es que Allen por fin aceptará su papel como Espectro, lo que nos lleva a un personaje más parecido al que vemos en estos tomos.

Diomedes
Diomedes
5 junio, 2008 23:39

Si pueden hacerlo bien en Final Crisis:Revelations.

Lo que pasa es que la experiencia de los últimos años me dice que cuando DC puede hacer algo bien …..va y la caga.Excepto si es algo absolutamente dirigido de A a B ,tipo «trae de vuelta a Hal Jordan y que sea Green Lantern de nuevo como si nada hubiese pasado,echale la culpa a Parallax»,en cuanto tienen la mas mínima libertad para salirse del guión se les ocurren o tonterias o asuntos totalmente peregrinos que enredan aun mas la continuidad o que para solucionar un problema crean 4.Ojala no fuese así,soy un fan absoluto de DC….pero esto es lo que hay.

Y lo que me dices es verdad y no lo es.Los tebeos y el personaje es el Espectro,no Crispus Allen ,ni Hal Jordan antes ,ni Jim Corrigan.Si se acaba conviniendo que el Espectro es un engendro infernal sin entrañas y que los importantes son los huespedes pues mal lo tenemos…eso es casi un comic de terror.El Espectro armo la de San Quintin por quedarse sin huesped Ok ,pero cuando por fin «Dios» o quien le tenga por las riendas interviene lo unico que hace es darle un huesped(no deseado por cierto) y dejarle suelto otra vez ….y armandola otra vez bastante gorda porque Crispus no puede con él.Y de toda la gente inocente que mató ni una palabra.En fin ,que como fundamentos de un heroe son bastante endebles.Esa es mi opinion vamos.

Sergio Robla
Autor
6 junio, 2008 0:05

¿Has leido el cómic de Ostrander? Es un engendro sin moral, ¡fue el causante de las plagas bíblicas!, y es casi un cómic de terror. Y no ha habido ningún problema con que lo sea. De hecho no creo que el Espectro sea un héroe, solamente lo fue cuando formó parte de la JSA, y de esto hace décadas.

Es un punto de visto difícil de discutir, pero no comparto esa visión del personaje. Del mismo modo que cada Green Lantern es diferente, cada Espectro lo ha sido. El de Allen, por cierto, me parece de lo peor.

kaosbaggins
Lector
6 junio, 2008 23:40

de hecho ni siquiera es correcto eso de «angel» de la ira de dios
mas bien diablo con intenciones redentorias pero diablo al fin y al cabo

lo mejor de la serie es que queda claro que NO es un heroe, tampoco un villano, es el espectro, sin mas, y mejor que no lo intenten hacer un heroe

DayKnight
DayKnight
Lector
27 agosto, 2017 3:18

Totalmente de acuerdo con la reseña. Sin dudas, una etapa magistral, tanto de los cómics en general como del Espectro en particular. Resulta loable cómo Ostrander saca partido a cada personaje, a cada situación, a cada idea, ofreciendo grandes momentos a lo largo de sus más de 60 números (me maravillo al pensar que, lejos de ir desinflándose, el nivel de la serie sube número tras número!). Además, cada vez que terminaba uno, acompañado del tema Vengeance, de Zack Hemsey, la historia y su mensaje me quedaban largo tiempo en la cabeza. ¿Qué cómic puede ufanarse de ofrecer grandes historias y profundas reflexiones? Desde luego, esta etapa no sería lo que es sin Mandrake. Sus caracterizaciones del Espectro son exquisitas, y uno llega a sentir la poderosa (y aterradora) presencia del Espectro a través de sus páginas. Perdón si me excedí un poco, pero es que quedé absolutamente fascinado por el trabajo que estos dos grandes autores han hecho. Saludos!