El doctor García y Míster Olivares: dos personalidades en perfecta armonía.
«Ahora sé que no estoy solo. Y él tampoco lo está.»
En 2008 SM lanzo una colección llamada Clásicos en cómic en la que se ofrecían adaptaciones de algunos clásicos de la literatura al cómic, entre los autores que participaron en la colección estaban autores tan destacados como Emma Ríos que adapto Amadís de Gaula, con guion de Ricardo Gómez; David Rubín, que se encargó de El monte de la animas y de Romeo y Julieta, esta última con guion de Ricardo Gómez; Jorge González que adapto junto a Federico Villalobos La odisea; o
La historia del Doctor Jekyll y Míster Hyde es una de las más conocidas del mundo, así que prácticamente todo el mundo la conoce ya que ha sido adaptada en infinidad de ocasión, en todos los medio. Sin ir más lejos En el cómic hace unos pocos meses hemos podido leer la que ha realizado Tyto Alba editada por Bang!. Así que no resulta nada fácil contarla de manera novedosa y mucho menos sorprender al lector como hizo
La adaptación cuenta mucho en las pocas páginas que tiene disponibles, ya que los cómics de la colección eran de treinta páginas y estaban pensados para lectores de todas las edades. Algo que obliga a prescindir de algunas partes del original y condensar y simplificar bastante información. El ejemplo más claro lo tenemos en el abogado Utterson, que es narrador de la novela, y aquí pasa a ser una presencia testimonial para dar todo el protagonismo a Jekyll y así poder centrarse en la parte más celebre de la obra, el conflicto entre el bien y el mal. Convierten al doctor en un héroe trágico que al finalizar la trama redime sus pecados gracias a una decisión llena de valentía. Las características de la colección antes mencionadas y algunas de las decisiones tomadas por los autores en la adaptación hacen que, aunque estemos ante un buen trabajo, se encuentren a faltar algunas de las cualidades más notables de la obra, en particular, un reflejo más fiel de la maldad de Hyde que le permita mostrarse al lector de una forma más terrorífica y amenazadora.
El principal atractivo de la obra es el apartado gráfico, tanto en el aspecto narrativo, como el diseño de los personajes principales y del Londres victoriano tan oscuro y decadente como Hyde. La obra cuenta con la peculiaridad de estar formada en su totalidad por páginas dobles, con la excepción de la primera y la última, y con una composición de esas páginas heredera directa de la soberbia Atmosfera cero de Steranko, una que obra extraordinaria que pide a gritos una reedición. Estamos ante un trabajo que ya deja ver el enorme nivel que Olivares alcanzará en sus siguientes obras y que deja ver algunos recursos que explorara en sus otras obras con Santiago García y sobre todo en Warburg & Beach, que es su trabajo más deudor de este. Como sucede en todas las grandes adaptaciones de la obra de Stevenson brilla el diseño que hace de Jekyll y Hyde de manera que ambos sean las caras opuestas de la misma moneda y en uno podamos entrever al otro.
El extraño caso del Doctor Jekyll y Míster Hyde es una notable adaptación de la obra de Stevenson pese a las limitaciones que la colección imponía a Santiago García y Javier Olivares que condicionan en parte el resultado final, pero, pese a todo, es un acercamiento muy personal al relato original que resulta de lo más satisfactorio y nos permite vislumbrar la evolución del trabajo de una de las parejas de autores más interesantes del nuestro país. Ahora toca morderse las uñas mientras esperamos la aparición de su aproximación a La guerra de los mundos, que promete convertirse en una de las novedades del año.
Lo mejor
• Las páginas dobles de Olivares.
• El diseño de Jekyll.
• La capacidad de Santiago García para extraer la parte que más le interesa del relato original.
Lo peor
• Al tener solo treinta páginas para la historia se pierden algunas partes del relato original.
Guión - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.2
Breve
Una buena adaptación que nos permite ver la esencia de la obra de Stevenson y la evolución de la colaboración entre Santiago García y Javier Olivares.