El Fin del Mañana Núm. 1

 

Edición original: The New 52: Futures End núms. 1 a 4 USA, The New 52: Futures End FCBD Special Edition USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Brian Azzarello, Dan Jurgens, Jeff Lemire, Keith Giffen
Dibujo: Aaron Lopresti, Dan Jurgens, Ethan Van Sciver, Jesús Merino, Patrick Zircher
Entintado: Dan Green, Mark Irwin, Art Thibert
Color: HI FI
Formato: Rústica, 112 págs. A color.
Precio:11,50 euros

 

El futuro es ahora. El futuro eres tú.

Este parece ser el mantra sobre el que gira El Fin del Mañana (Future End en USA). Y digo parece porque de momento el mantra que más resuena en la cabeza cuando se lee es: me aburro. Un evento que aglutina a firmas tan relevantes como Brian Azzarello, Jeff Lemire, Dan Jurgens y Keith Giffen, es cuanto menos atractivo para los lectores. Son guionistas solventes, muy eficaces y que han demostrado ser capaces de escribir grandes historias que ya forman parte del imaginario de todos nosotros. Obras como 100 Balas, Sweet Tooth (inexplicablemente todavía inédita en España), la Liga de la Justicia de los años 80 y la Muerte de Superman, por citar algunos de sus trabajos, no hacen sino reforzar esa sensación de estar apostando por un caballo ganador.

Es entonces cuando un segundo mantra empieza a repetirse en la cabeza: decepción.

Dentro de casi cuarenta años la humanidad se encontrará contra las cuerdas debido a la existencia de la inteligencia artificial conocida como Hermano Ojo. Su dominio absoluto sobre la Tierra lo ha llevado a cazar y exterminar a todos los héroes, asimilándolos cibernéticamente y usándolos como perros sabuesos en nuevas cacerías. Solo queda un camino que Batman tiene muy claro: regresar al pasado para cambiar su futuro. Solo queda descubrir quién lo empezó todo y tener el valor necesario para detenerlo.

No dudo que tras leer este pequeño resumen del primer número os hayan venido a la mente varias historias que tratan de lo mismo. Una de las más celebradas y recordada es Días del Futuro Pasado, en la que unas entidades robóticas, los centinelas, aplastan sin piedad a los mutantes en un futuro en el que la esperanza para todos ellos ha terminado por desaparecer. Y porque no también la saga cinematográfica Terminator, donde volver al pasado para cambiar al futuro es su principal premisa. Pero que una historia que nos venden como nueva se sustente sobre conceptos ya explotados no tiene porque necesariamente ser negativo, siempre y cuando se exploren nuevos caminos… algo que de momento en este primer se quiere intuir débilmente.

Se recupera a varios personajes cuya andadura en solitario en el lanzamiento del Nuevo Universo DC no terminó de ser todo cuanto se podría esperar de ellos. Grifter, Firestorm, Mr. Terrific y Franquenstein gozaron de series que resultaron fallidas, en mayor o menor medida, o simplemente incomprendidas por los lectores con conceptos enormemente interesantes que no llegaron a desarrollarse por su prematura cancelación.

Firestorm es un personaje con un potencial tan grande que sigo sin entender porque no consigue una serie propia estable. Un superhéroe con doble personalidad y enormes poderes es el sueño de un escritor con ganas de hacer algo diferente… pero claro lo diferente siempre termina cancelado.

Y Franquestein… el trabajo desarrollado por Jef Lemire en la colección fue tremendamente fresco. Nos dejó personajes enormemente atractivos, conceptos como S.H.A.D.E y su Granja de Hormigas, Ray Palmer como asesor científico en una serie con un pie en el terror, otro en la ciencia ficción de los años 60 y otro en lo superhéroico. Una lástima que sea otro ejemplo de producto diferente que termina cancelado por la indiferencia de los lectores.

Por otro lado aparece la figura de Red Robin y Terry McGinnis, el Batman del futuro llegado de la serie de animación y cuya labor parece ser la de impedir que Hermano Ojo sea activado.

Terry apareció por primera vez en la serie de animación Batman Beyond. La serie destilaba calidad a cada capítulo. Con Bruce retirado por la edad pero ejerciendo de tutor en la sombra, la figura de Terry se hace fuerte y llega a hacernos olvidar que Dick o Tim son quienes deberían llevar el manto del murciélago. La serie fue emitida entre los años 1999 y 2001 y constó de un total de 52 capítulos, casualmente un número importante dentro del Universo DC, de la mano de Paul Dini y Bruce Tim maestros entre maestros en lo que animación se refiere dentro de las producciones de DC. Y ahora parece integrarse dentro del Nuevo Universo con un peso importante en esta historia.

Vamos a descubrir como es el universo DC dentro de cinco años y para ello se nos van a ir mostrando momentos de estos seis personajes que nos van a permitir ir desentrañando lo que ha pasado y lo que está por venir.

Uno de los momentos más interesantes de este tomo es el segundo número de los 4 que recopila. Un número donde hay emoción, fuerza e intensidad y sentimiento que hacen que te metas en la historia. Es innegable que con estos guionistas podemos esperar más y es tan solo cuestión de tiempo que podamos ir viéndolo.

En cuanto al apartado gráfico nos enfrentamos a un baile constate de dibujantes que incluyen al propio Dan Jurgens (al que nunca me cansaré de defender como un profesional eficaz y cumplidor), Aaron Lopestri, Jesús Merino (fatalmente entintado), Patrick Zircher (errático como pocas veces) y Ethan Van Sciver.

Dibujantes de alta calidad que cumplen con su cometido, pero que no terminan de cuajar por el constante cambio de estilo que sufrimos entre las historias. Se hubiera agradecido más que cada uno de hubiera encargado de un número que disponer de los mismos a los largo de estos de manera que van saltando de un personaje a otro, provocando el despiste del lector. No hay nada más cansado que estar leyendo un cómic y que al pasar la página nos cueste reconocer al personaje porque está dibujado por otro profesional. Se rompe la magia del momento y por tanto de la experiencia de lectura.

Un grato regalo para la vista son las portadas de Ryan Sook. Su estilo y capacidad para mostrar en una imagen lo que vamos a poder encontrarnos dentro, hacen de su trabajo algo relevante y a tener en cuenta a la hora de disfrutar del cómic.

Un primer número algo anodino y aburrido, que nos plantea una historia ya contada otras veces pero con destellos que hacen que queramos continuar leyendo. Un evento que apunta maneras, pero que no es capaz de terminar de emocionarnos, por lo que exige más de un afán completista que de un interés verdadero por conocer la historia.

¿Merece la pena darle una oportunidad? Sí, aunque resulte duro al principio. Estamos ante cuatro guionistas que merecen el voto de confianza y por tanto tiempo para ir desarrollando una historia que se antoja larga y llena de sorpresas.