El increíble Hulk vs Superman

 

Edición original: The incredible Hulk vs Superman (Marvel, DC, 1999).
Edición nacional/ España: El increíble Hulk vs. Superman (Planeta DeAgostini, 2000).
Guión: Roger Stern.
Dibujo: Steve Rude.
Entintado: Al Milgrom.
Color: Steve Oliff.
Formato: Comic-book 48 págs.
Precio: 2’25€.

 

Pues resulta que ayer estaba escribiendo sobre el magnífico libro que David Hernando ha dedicado a Superman y ya saben cómo son estas cosas. De pronto me entraron unas ganas locas de repasar algunas historias del Hombre de Acero. El problema es que no podía hacerlo. Ando líado con varias cosillas y además debía de preparar esta reseña. Pero la tentación… Dice el refrán de matar dos pájaros de un tiro. Yo voy a matar tres.

El primer pájaro se llama Roger Stern. Un año en Zona Negativa y nunca había hablado de este hábil escritor, especialista en historias continuistas, bien caracterizadas, un poco blandas, quizás, debido a las deudas con los trabajos anteriores, pero aún así estimulantes. Stern es recordado por la afición por sus correctos trabajos en Spider-Man (donde creó al Duende), en Vengadores (donde implantó a la Capitana Marvel), en Capitán América (donde recuperó al Barón Sangre) y en Superman (donde fue una de las patas de la mediática muerte del superhéroe). Nada que le garantice pasar a la historia del medio pero ¡qué rayos! unas horas de diversión no nos las quita nadie. Stern es ese honrado artesano que ama los personajes y un poquito de esa adoración siempre contagia al lector.

El segundo pájaro es uno de los mejores dibujantes de superhéroes que hay, aún a pesar de lo poco que se prodiga: Steve Rude. Su gran obra es el Nexus que ilustró según las pautas de Mike Baron, guionista interesante que aquí hizo el trabajo de su vida. Esta extraña distopía superheroica es de esas joyas que, como Dreadstar, merecerían más atención. Por lo pronto, jamás se ha publicado completa en España. Rude, con un estilo limpio y directo, una suerte de Jack Kirby evolucionado a los nuevos tiempos, ha participado en tebeos mainstrean de producción impecable como Los mejores del mundo (con guiones de Dave Gibbons), Centinela de la libertad (con guiones de Gerard Jones) o Mr. Milagro (con guiones de Mark Evanier).

El tercer pájaro es Superman, claro. Sólo que en una historia atípica. Recuperando la tradición de los encuentros entre las grandes figuras de las compañías rivales (como el Superman vs. Spider-Man o La Patrulla-X vs. Los Nuevos Titanes), el Hombre de Acero se cruza en el camino del increíble Hulk, aportando cada uno su elenco característico (desde Lois Lane a Betty Ross pasando por el General Ross o Lex Luthor) y su idiosincrasia particular: Clark y Lois están casados; Hulk… está al final de la etapa David. Sin embargo, el relato evoca una situación pasada, un hipotético primer encuentro entre ambos colosos que permite a Rude nadar cómodamente en la piscina de los homenajes. Sus lápices están adecuadamente secundados por el denostado Allen Milgrom, quien siempre obtuvo mejores resultados como entintador que como dibujante, y por Steve Oliff, cuya coloración aporta el preciso equilibrio entre la modernidad y el buscado aire retro de la propuesta.

¿Y que hay de la trama? Sencillita, como un piloto de serie de tv. Presentación de los personajes, conflicto rudimentario, mucha contextualización y la proverbial reunión final donde el malo muerde el polvo. Los connoisseurs disfrutarán buscando las referencias a tal o cual aventura, pero la realidad es que estos choques están fabricados para satisfacer al chaval de 10 años que compra el tebeo porque es mejor dos personajes que uno, al uso de los team-up de toda la vida. Si nos ponemos finolis, diremos que el argumento es un homenaje al primer número de Los Vengadores, sustituyendo a Loki por Lex Luthor, lo cual tampoco es una mala forma de empezar. La fijación del ilustrador con El Rey es tan notable que incluso imita la diagramación de página y los escorzos de las figuras del co creador de los 4F, con pocas salvedades, como ese plano cenital de la oficina del sheriff en la pág.15 o la viñeta final, que casi parece de Romita. Sin embargo, la desviación más evidente del canon Kirby se produce en el propio Superman, reminescente de la estupenda animación del estudio Fleischer. Luthor, aún no totalmente calvo, recuerda menos a la versión de Byrne que a una suerte de Pensador Loco pelón.

Pues eso. Que me di el gusto y así lo he contado. Y ahora vuelvo a mis indagaciones sobre ese material olvidado y precioso con que sorprenderos la próxima vez.