El joven Ludwig, de Mikael Ross

Mikael Ross no propone una obra que explora la ingobernable pasión de Beethoven por componer desde su más tierna infancia.

0
1518

Portada de El joven Ludwig Mikael Ross

Edición original: Goldjunge GER (Avant Verlag, 2020)
Edición nacional/España: El joven Ludwig (Reservoir Books, 2022)
Autor: Mikael Ross
Traducción: Esther Cruz Santaella
Formato: Rústica. 200 páginas. 21,90€

Ludwig antes de Beethoven

«¡Niño olvida a tu padre! Toca tu música. ¡Eres un genio!»

Con motivo del 250 aniversario del nacimiento de Ludwig van Beethoven (1770 – 1827) que se iba a celebrar en 2020 la Beethoven Society encargo al historietista alemán Mikael Ross una novela gráfica en la que relataba la infancia y adolescencia del genial compositor alemán. De esa manera vio la luz Goldjunge, un trabajo que tomaba como base los diarios de diarios de la familia Fischer, vecinos de los Beethoven en Bonn, para tratar de mostrarnos quién era Ludwig antes de convertirse en uno de los compositores más universales de la historia. Una novela gráfica que acaba de publicar en nuestro país Reservoir Books hace unas pocas semanas con título El joven Ludwig.

Aunque Mikael Ross (Múnich, 1984) no es muy conocido en España ya que hasta la aparición de El joven Ludwig no se había publicado ninguno de sus trabajos previos es uno de los autores de cómic emergentes más interesantes que ha salido de Alemania en los últimos tiempos que esperemos nos regale obras tan estimulantes como las de otros autores alemanes como Ralf König, Matthias Schultheiss, Barbara Yelin o Ulli Lust.
Tras finalizar sus estudios en su ciudad natal y en Berlín Mikael Ross se trasladó a Bruselas para seguir estudiando en la ESA Saint-Luc, donde conoció al guionista y dibujante belga Nicolas Wouters. Juntos crearon dos novelas gráficas Les pieds dans le béton publicada en 2013 y Totem aparecida tres años después y que les sirvió para obtener el reconocimiento de la crítica. Tras esos dos trabajos juntos en 2019 Ross publica Der Umfall, su primer trabajo como autor completo por el que obtuvo el Max und Moritz-Preis al mejor cómic alemán en el Festival del Cómic de Erlange, el premio más prestigioso que se concede en Alemania. Un trabajo que podremos leer en un futuro próximo en España ya que Reservoir Books ha anunciado su publicación a lo largo del próximo 2023.

Viñeta de El joven Ludwig

La novela gráfica de Mikael Ross nos traslada al año 1770 a uno de los barrios más humildes de Bonn, donde vive la disfuncional familia Beethoven. Un núcleo familiar formado por el joven Ludwig, sus dos hermanos, su abnegada madre y su despótico y alcohólico padre, un tenor de tercera que, mientras esquiva a acreedores, trata de convertir a su hijo en un niño prodigio que se equipare con Mozart para conseguir sacarlos de la miseria gracias a su enorme talento musical. Pese a esas terribles condiciones vemos cómo Ludwig va creciendo y madurando gracias al impulso creativo que le proporciona la música y observamos cómo va superando todos los obstáculos sin ayuda de nadie rebelándose contra todo y todos hasta lograr establecerse en la corte imperial de Viena como uno de los compositores de más éxito del momento, equiparable a una estrella del rock, aunque con una actitud más propia del punk más transgresor, algo que se refleja desde los primeros pasos de su existencia que relata esta obra.

La obra nos ofrece un retrato del compositor durante sus primeros años de vida con un pulso narrativo soberbio y lleno de agilidad que nos permite paladear la pulsión por crear y encontrar su propia voz que siente Ludwig, pero también vemos los fantasmas, inseguridades y miedos que le provoca esa pasión creadora. Aunque aparentemente estamos ante una biografía al uso, Mikeal Ross consigue dotarla, sobre todo al principio del relato, de un sentido del humor blanco, pese a relatarnos momentos muy duros, deudor del cómic infantil de Sempé y con la impronta grafica heredera de autores de L’Association como Sfar o Blain que la convierte en un rara avis que se aleja de otras propuestas biográficas sobre personajes célebres mucho más formales y aburridas. Ese humor está presente sobre todo en sus relaciones con sus hermanos y en sus torpes intentos de conquistar a la chica que le gustaba, pero con el paso de las páginas y según crece Ludwig el sentido del humor va mutando para volverse algo más irónico y escatológico, aunque sin resultar desagradable, que nos recuerda al que encontramos en algunas de las obras del cómic underground norteamericano de principios de siglo. Esa influencia se ve sobre todo en la volcánica personalidad de Ludwig al que se retrata como alguien excesivo que acaba resultando algunas veces demasiado caricaturesco y totalmente pasado de vueltas lo que le resta realismo a la novela gráfica.

En El joven Ludwig vemos un acertado reflejo de la sociedad alemana de la época, con algunas referencias a importantes sucesos históricos como la Revolución Francesa, ya que al relacionarse con personas de todo tipo y clase social vemos la realidad del momento desde varios puntos de vista. Esas relaciones con las personas de su época también nos permiten ver las que mantuvo con otros compositores como Haydn, su gran valedor en estos primeros pasos, o su descacharrante encuentro con un Mozart maravillosamente dibujado. Una de las claves de la obra es ese equilibrio que tiene entre el drama y comedia, de manera que en ningún momento se convierte en una lectura pesada, todo lo contrario, ya que se trata de una obra a la que cualquiera se puede acercar le guste o no la música de Beethoven.

Viñeta de El joven Ludwig

Como ya hemos mencionado, gráficamente se trata de una obra claramente influenciada por autores francófonos como Sempé o Blain, pero con personalidad propia. Como sucede con los trabajos más destacados de esos autores Mikael Ross tiene un estilo caricaturesco, al que añade un dominio de la luz más que notable que sobre todo se ve reflejado en las escenas de interior, en las que vemos la penumbra habitual de las viviendas de la época que solamente estaban iluminadas por velas. En esos ambientes sombríos brilla con luz propia la luz que irradia la personalidad de Ludwig, un efecto magnificado por la paleta de colores ocres elegida por al autor alemán que casa a la perfección con esos ambientas tan lúgubres y miserables en los que transcurre la historia. Aunque gráficamente la parte más destacada de la obra es la manera en la que se representa la música, convertida en un torrente de colores que traspasan las viñetas para derramarse por las páginas de la obra.

Viñeta de El joven Ludwig

Como es habitual Reservoir Books hace una buena edición con una reproducción magnifica que posibilita ver el gran trabajo del autor alemán. Tras el buen sabor de boca que nos ha dejado esta obra esperemos que nos traigan cuanto antes a España Der Umfall.

El Joven Ludwig es un retrato realmente divertido de los primeros años de vida de Beethoven que sabe entremezclar la comedia con el drama y nos transmite su enorme pasión por la música y la creación. Un trabajo que justifica la merecida fama de Mikael Ross en su Alemania natal.

Lo mejor

• La forma de mostramos la pulsión creativa de Beethoven.
• El retrato social de la época.
• La forma en la que Mikael Ross dibuja la música de Beethoven.

Lo peor

• La excesiva caricaturización del Ludwig.

Edición original: Goldjunge GER (Avant Verlag, 2020) Edición nacional/España: El joven Ludwig (Reservoir Books, 2022) Autor: Mikael Ross Traducción: Esther Cruz Santaella Formato: Rústica. 200 páginas. 21,90€ Ludwig antes de Beethoven "¡Niño olvida a tu padre! Toca tu música. ¡Eres un genio!" Con motivo del 250 aniversario del nacimiento de…
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 8.5

8.2

Música

Mikael Ross firma una historia biográfica que relata la infancia y adolescencia de Beethoven con mucho humor y una marcada personalidad que la convierte en algo fuera de lo habitual.

Vosotros puntuáis: 9.8 ( 4 votos)
Artículo anteriorCuentos del reino, de NAKAMURA Asumiko
Artículo siguienteEl Indie en los Eisner 2022 – Mejor serie regular
Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
Subscribe
Notifícame
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments