El libro de los insectos humanos

Aprovechamos el #ZNTezukaDay para recordar una de las mejores obras del maestro Osamu Tezuka.

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Edición original: Akita Shoten.
Edición nacional/ España: Astiberri.
Guión: Osamu Tezuka.
Dibujo: Osamu Tezuka.
Entintado: Osamu Tezuka.
Formato: Rústica con solapas, 368 páginas.
Precio: 23.00 €

 

«Qué soledad… Siento que me llevará el viento…»

La femme fatale es uno de los conceptos más potentes que existen en la ficción y en el arte. Son personajes de por sí atractivos e interesantes, con un magnetismo tangible y real como la materia pero difícil de explicar. Especialmente aprovechadas en el cine, como es el caso de Catherine Tramell, interpretada por Sharon Stone en Instinto Básico, pero también en el cómic, como Ava Lord en Sin City, o como Toshiko Tomura, la protagonista de la obra que hoy vamos a analizar: El libro de los insectos humanos, del maestro Osamu Tezuka.

Y como la mayor parte de las obras de Tezuka, tiene una profundidad que va mucho más allá de esa apariencia de cómic infantil que transmite sus dibujos en primera instancia, apartado artístico inclusive, por cierto. El libro de los insectos humanos fue publicado entre 1970 y 1971, y fue editado en nuestro país por la editorial Astiberri hace ya algunos años. Hoy, para celebrar nuestro ZNDay dedicado a Osamu Tezuka, os traemos una reseña de esta magna obra no muchas veces citada dentro de sus mejores historias, pero que sin duda alguna merece una lectura y un sitio en vuestra librería. No recomendaría, no obstante, la lectura de esta reseña si no has leído la obra, o si no te importan los spoilers, puesto que para analizarla con cierta profundidad vamos a entrar en detalle en algunas partes de la trama.

El libro de los insectos humanos nos cuenta en inicio una trama muy sencilla, con diversos temas de fondo, que tiene como centro de la atención a Toshiko Tomura, una diseñadora y escritora que al comienzo de la historia está a punto de recibir uno de los premios literarios más importantes de Japón por su última novela. No obstante, es un personaje que desde el principio el autor nos deja claro que oculta algo, y a modo de introducción sobre el mismo, en las primeras páginas ya podemos ver esa oscuridad que se atisbaba. Todo lo que ocurre después es una serie de acontecimientos centrados en la vida de Toshiko Tomura y en su terrible manera de actuar.

Así pues, en la historia vemos escenas muy potentes hoy en día, como el continuo maltrato físico que recibe Toshiko, que vistas desde hoy en día nos repugnan y horrorizan, e incluso nos resultan incómodas de leer. Y, sin embargo, Tezuka no victimiza en ningún momento a su protagonista, sino que la ensalza de tal forma que se convierte en una vengadora de su propias miserias y vicisitudes, porque por supuesto, es tremendamente egoísta.Toshiko se ensalza entonces como heroína feminista involuntaria, que en pos de su propia supervivencia en un entorno absolutamente hostil hacia ella y hacia su sexo, se vale de las mejores herramientas que conoce para sobrevivir y salir adelante, cada vez más fortalecida. Por lo tanto, podemos considerar a Toshiko no solo como una heroína feminista y una psicópata perfecta, sino como la mismísima representación de la naturaleza y la evolución, resumida en la máxima: adaptarse para sobrevivir. Así pues, Toshiko es una mujer que se nutre de las habilidades de otra persona para hacerlas suyas, imitarlas con absoluta perfección, y aprovechar situaciones concretas para obtener un beneficio que siempre acaba con la destrucción del otro al que acaba de imitar. Y no se queda aquí, sino que además aprende e incorpora esas habilidades para seguir sacándole provecho en su vida. Es por ello por lo que Toshiko es a lo largo de su vida escritora, diseñadora, actriz o fotógrafa, entre otras profesiones, y en todas ellas se desempeña con un enorme éxito que sin embargo después le acaba aburriendo de tal forma que necesita imperiosamente avanzar hacia otra cosa.

Seguramente nunca sabremos si de verdad las capacidades de Toshiko son verdaderamente sobrehumanas y fantásticas, y no una simple y tremenda habilidad de imitación que sabe aprovechar el momento oportuno para poner en práctica esas capacidades y destruir al adversario. Tezuka nos quiere dejar en el aire la respuesta, para que cada uno lo interprete a su manera según su experiencia con la narración de la historia, como todo gran autor sabe hacer. No obstante, la naturaleza y el pasado misterioso de Toshiko es lo menos importante de una obra que, por lo que ya habréis podido deducir en el caso de que no la hayáis leído, la importancia y trascendencia radica en la profunda carga simbólica y psicológica del personaje de Toshiko Tomura.

El tebeo está cargado de imágenes de un tremendo simbolismo. Actos como la copulación, mostrada en ocasiones como un juego de sombras muy sutil, y a la vez explícito, y en otras de una forma mucho más psicodélica, fusionando personajes y cuerpos, transformándoles en seres de sombras y líneas amorfas presentadas de una forma tan elegante que da gusto verlo, especialmente en escenas más polémicas para una obra de esta época, como es por ejemplo una relación homosexual.

Y esto es solo un pequeño ejemplo, puesto que, por mencionar otro tema, las referencias a los insectos son continuas y constantes durante toda la historia. Y no solo en el caso de Toshiko, que es representada como la mariposa en constante proceso de transformación, que no hace sino convertirse en otra cosa con cada persona que pasa por su vida, si no también con otros personajes. De tal forma que los títulos de cada capítulo de alguna forma hacen referencia a Toshiko y a diferentes situaciones que en las que interactúa con los protagonistas masculinos, o también llamados “víctimas” de Toshiko, esto es, la cigarra de primavera, el pulgón, el coleóptero y el grillo.

Y hablando de estos personajes, lo cierto es que tampoco se quedan atrás en cuanto a profundidad psicológica. Por un lado, tenemos al periodista con el que se inicia la historia, un fracasado que intenta conseguir la historia más morbosa posible investigando la vida de Toshiko, que sin embargo se acaba convirtiendo en una noble búsqueda de la verdad, un sicario incapaz de sentir nada, ni en relación a sí mismo, un ambicioso y megalómano ejecutivo, un obsesivo y autodestructivo director teatral, y el vanidoso fotógrafo, que sin embargo es el único que no tiene como destino un trágico final, al imitar la pura estrategia y el modus operandi de Toshiko, que es esencialmente adaptarse para sobrevivir. Todos ellos, sin embargo, tienen un denominador común: su fascinación por Toshiko, de la cual no escapa prácticamente ningún personaje de los que se cruzan en su vida, y me atrevería decir que tampoco casi ningún lector que lea esta obra. Así pues, todos somos víctimas de Toshiko, acercándonos al peligro sabiendo de éste simplemente fascinados por su presencia y existencia, como un mosquito que se acerca a la luz.

Punto y aparte merece Ryotaro, el único ser por el que Toshiko parece sentir algún tipo de afecto y empatía, junto a su madre de cera. Ryotaro es un diseñador al que, al igual que la mayoría de los personajes masculinos que aparecen en esta obra, acaba atrapado en las redes de Toshiko. No obstante, su historia se nos narra en flashback, y en el presente ya está separado de ella, y haciendo su vida por su cuenta tras quedar destrozado por el proceso de imitación de Toshiko. Así pues, esto añade otra capa de profundidad a la protagonista, ya que, a pesar de preocuparse constantemente, e incluso de tener una cierta obsesión con Ryotaro, no dudó ni un momento en aprovecharse de él, imitar sus capacidades, copiar sus trabajos, y convertirse en una diseñadora de éxito, realizando todo este proceso de una forma muy natural, casi como si no pudiera evitarlo. La trama paralela que se desarrolla más adelante con Ryotaro, su vida y su esposa, que se entrecruza de forma inteligente con la de Toshiko, tiene un interesante giro de tuerca que, sin embargo, no parece tener el efecto esperado sobre la protagonista, y vuelve a remarcar la idea de que, cualquier hombre que se cruce en la vida de Toshiko, pase lo que pase y sean cuáles sean sus decisiones, aunque se aparten de ella, no acaban bien.

A pesar de su aspecto infantil, como comentaba al principio, la obra tiene cierta complejidad al introducir temas geopolíticos relacionados con la economía y el mundo empresarial en la trama de Kiriro y de la multinacional Dainihon Koki, hasta el punto de que a veces se hace difícil de seguir y hay que leer los bocadillos en repetidas ocasiones para comprender hacia donde avanza la trama. Sorprende que Tezuka introduzca en la narración una trama de esta tipología, que en principio no tenía cabida, pero que sin embargo está tan bien escrita que la implementación acaba siendo totalmente natural, y no hace sino volver a remarcar que no estamos ante una obra infantil ni naif, por si no había quedado claro ya a estas alturas. Algo que parece inocente también es el dibujo, por su sencillez aparente, pero que sin embargo está lleno de simbolismo muy bien representado, y formas de narración gráfica muy originales durante toda la obra.

El final de la obra, aunque quizás un poco anticlimático y abierto, no podía ser de otra manera para hacer homenaje a un personaje tan poderoso como Toshiko que, a pesar de todas sus fechorías, no deja de ser una persona con una absoluta y profunda sensación de soledad que no es capaz de llenar de ninguna forma, algo que demuestran sus terribles relaciones personales, incluyendo la enfermiza reproducción de cera de su madre. La escena final, de hecho, no hace sino subrayar ese aspecto, con una última imagen pétrea y sobria de Grecia y unas últimas palabras que explicitan lo que siempre ha sentido Toshiko, una soledad tal que siente que le puede llevar el viento.

  Edición original: Akita Shoten. Edición nacional/ España: Astiberri. Guión: Osamu Tezuka. Dibujo: Osamu Tezuka. Entintado: Osamu Tezuka. Formato: Rústica con solapas, 368 páginas. Precio: 23.00 €   "Qué soledad... Siento que me llevará el viento..." La femme fatale es uno de los conceptos más potentes que existen en la…
Guión - 9.5
Dibujo - 9
Interés - 10

9.5

Fascinante

Tezuka nos retrata a un personaje absolutamente fascinante que es la villana definitiva que cualquier editorial de superhéroes hubiese deseado inventar. Una maravilla de historia, con una profundidad psicológica muy potente.

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Luisru
Luisru
Lector
30 noviembre, 2018 9:12

Enhorabuena por este repaso a la obra del maestro Tezuka. Aunque la imagen de la mujer que se plasma en esta obra es cuanto menos discutible (algo que se avisa en el prólogo de la edición española), es un tebeo con una narrativa tan espectacular, con una creatividad tan arrolladora en el plano visual que el guión, algo endeble por momentos, queda en un segundo plano. Una joya.