El límite de la justicia
«Esos piratas no podrán vencernos».
Si algo puede decirse sobre la obra de UMEZAWA Shun es que, guste más o menos, deja huella. Este mangaka muestra siempre una visión muy particular de la realidad, con cierto aire crítico, a veces cruda, pero sin duda sugestiva. Fue en 2017 cuando sus obras empezaron a publicarse en español: ECC Ediciones apostó decididamente por el autor y sus relatos cortos, bastante variados. Con títulos como Bajo un cielo como unos pantis, Utopías y Con uno y noventa y nueve, los lectores españoles pudimos conocer el talento de este autor tan peculiar, que recientemente ha ganado el prestigioso premio Manga Taishô con El incidente Darwin, editado por Distrito Manga. Ahora podemos disfrutar también, de la mano de Sekai Editorial, El lugar donde se encuentran los piratas, un tomo único bastante llamativo —aunque en la edición hay algunos detalles, por ejemplo de corrección y rotulación, que podrían pulirse un poco más—.
En el mundo que nos propone UMEZAWA Shun, absolutamente todo está marcado por los derechos de propiedad intelectual, que limitan el uso y disfrute de infinidad de cosas, desde una canción hasta una prenda de ropa. Todos aquellos que incumplen con la normativa son arrestados por la policía de la propiedad intelectual, que los encierra en una cárcel donde se los reeduca para que puedan formar parte de la nueva sociedad, sin causar problemas y acatando la ley. Es allí donde trabaja Kadota, el alcaide, quien se encarga de conseguir que todo funcione a la perfección. Sin embargo, hay algo que perturba su día a día: los piratas, un grupo de terroristas que quieren acabar con el orden y la estabilidad. Cuando Kadota menos se lo espera, se cruzan en su camino… y, a partir de entonces, nada volverá a ser igual para él.
El lugar donde se encuentran los piratas es una interesantísima distopía en la que UMEZAWA Shun reflexiona acerca de diferentes cuestiones. ¿Qué es exactamente la justicia? ¿Dónde deben estar los límites establecidos por la norma? ¿Cuál es exactamente la línea que separa lo original y lo que no lo es? Sus páginas están llenas de preguntas que invitan al lector a buscar su propia respuesta mientras sigue las peripecias de los personajes, que deben enfrentarse a retos que jamás habrían esperado encontrar en su camino.
Umezawa se plantea estas cuestiones en una historia cuyo peso recae, fundamentalmente, en los personajes y cómo evolucionan en función de las circunstancias en las que se encuentran. Destaca sobre todo Kadota, el protagonista, al que el autor caracteriza con bastante detalle para darle una mayor profundidad al argumento del manga y sus reflexiones. Su comportamiento y su manera de reaccionar ante lo que le sucede resultan verosímiles, lo que hace que los lectores conectemos mejor con él, estemos o no de acuerdo con su punto de vista, y con la historia.
Pero UMEZAWA Shun tampoco pierde la oportunidad de darnos detalles sobre esta distopía que ha diseñado. En ocasiones, nos muestra determinados aspectos de su sociedad, por ejemplo, al principio del manga, que se abre con la detención de una profesora en un colegio, en mitad de una clase de música. Escenas como esta —que resulta sorprendente; es una manera muy acertada de comenzar la historia— nos ayudan a conocer esta sociedad en la que los derechos de autor son centrales, pero la mayoría de las veces se nos da información a través de las palabras de los personajes. Esto hace que, en ocasiones, los diálogos se alarguen y ralenticen el ritmo de la trama, por curioso que sea lo que se nos está contando.
El volumen se cierra, por otra parte, con unos bocetos de Umezawa —interesantes porque nos permiten adentrarnos en su proceso creativo y ver cómo son los entresijos de un manga— y una breve entrevista en la que el autor nos ofrece algunos datos sobre su obra y su trabajo como mangaka. En particular, da algunas pinceladas sobre El lugar donde se encuentran los piratas, las razones que lo llevaron a escribir la historia y su opinión sobre la propiedad intelectual que nos ayudan a contextualizar y comprender mejor el tomo. Ambos materiales son un buen complemento.
En lo que respecta al dibujo, Umezawa se centra, fundamentalmente, en reflejar la evolución de los personajes. Ya hemos mencionado que este manga es, sobre todo, una historia en la que su desarrollo cobra especial importancia debido a la cantidad de cosas que el autor plantea en las viñetas, de ahí que haya muchos primeros planos, en los que se aprecia a la perfección cómo se sienten los protagonistas en cada momento. Eso no quita que, de vez en cuando, se nos permita atisbar algunos retazos de esta sociedad tan restrictiva; por ejemplo, las instalaciones de la cárcel. Nos sirven para hacernos una idea general del mundo en el que se mueven Kadota y los demás, aunque el entorno de los personajes ocupa habitualmente un lugar secundario. Por último, hay que destacar la ilustración inicial a doble página, cuando la policía de la propiedad intelectual irrumpe en una escuela, que resulta impactante y hace que el lector quiera seguir con la historia.
El lugar donde se encuentran los piratas es un tomo único muy sugerente, como es habitual en la obra de UMEZAWA Shun, al que merece la pena darle una oportunidad por las muchas cuestiones que se abordan en sus páginas. Sus mangas no decepcionan.
Lo mejor
• Las reflexiones que suscita la lectura de la obra de UMEZAWA Shun.
• La manera que tiene el autor de generar interés desde la escena inicial del manga.
Lo peor
• A veces, las explicaciones que dan los personajes sobre determinados aspectos de la obra pueden hacerse un poco largas y entorpecer la lectura.
Guión - 7
Dibujo - 7
Interés - 7
7
El lugar donde se encuentran los piratas nos traslada a un futuro hipotético para reflexionar, entre otras cosas, sobre la justicia y la propiedad intelectual.