El Mercenario 1. El pueblo del fuego sagrado

 

Edición original: El Mercenario (Cimoc Norma Editorial).
Edición nacional/ España: Junio 2015 (Ponent Mon).
Guión:Vicente Segrelles.
Dibujo:Vicente Segrelles.
Color: Vicente Segrelles.
Formato: Cartoné. 64 págs.
Precio: 18€.

 

La editorial Ponent Mont ha empezado a recuperar uno de los clásicos indiscutibles del género de espada y brujería producidos en nuestro país. Me refiero, por su puesto, a El Mercenario de Vicente Segrelles, un entretenido ejemplo de género y una de las obras más hermosas de contemplar que ha producido nuestro cómic.

En el mundo del cómic en general hay obras que destacan por sus ideas, por la voz que los autores dan a sus personajes o por abordar ciertos temas de una forma que sólo un medio como el cómic, que aúna letra y dibujo, permite hacer. En muchos de estos cómics la parte escrita es fundamental para transmitir lo que los autores nos están contando, y en muchas ocasiones el dibujo queda relegado a un segundo plano que se utiliza para enfatizar la palabra. Pero hay otros cómics donde es el dibujo el que cuenta la historia y en los que la fuerza de sus imágenes es suficiente para transmitir lo que hay en la mente de sus responsables. El Mercenario es claramente un cómic que entraría en esta segunda categoría, pensado para ser mirado y admirado y con un arte que habla por si mismo y que nos permitiría seguir y entender perfectamente la historia que nos cuenta aunque no tuviera ni un sólo texto en sus páginas.

Todo esto se debe al gran talento de su autor, Vicente Segrelles, un artista que llegó al mundo del cómic tras pasar por el mundo del dibujo técnico, la publicidad y la ilustración de portadas para libros y revistas. Un bagaje atípico que el propio autor reconoce como fundamental para establecer su particular estilo de pintura al óleo realista y detallado. Un estilo totalmente inusual en el mundo del cómic, y aún más en los años 70 cuando apareció por primera vez la serie, que confiere a Segrelles una personalidad visual única e inconfundible y dota a sus trabajos de una calidad gráfica insuperable. Un estilo que ya en este primer álbum de la serie está presente lo que hace aún más meritorio el trabajo del artista al demostrar su gran talento desde el principio.

En esta primera aventura se nos presentará el País de las Nubes, un misterioso enclave en la cordillera del Himalaya aislado del resto del mundo y cubierto por una perpetua capa de nubes que ha propiciado la aparición de dos civilizaciones separadas: los que viven por encima de las nubes, en fortalezas construidas en las cimas de las montañas más altas y se desplazan a lomos de fantásticas criaturas descendientes de los dinosaurios, y los que viven debajo de las nubes sin conocer la luz del Sol. En este escenario es donde vive el Mercenario, un personaje del que nunca sabremos su nombre real y que se gana la vida vendiendo sus servicios como guerrero. Tras una misión de rescate de una esposa secuestrada que no acaba tan bien como quisiera, el Mercenario se ve obligado a huir bajo la capa de nubes donde encontrará un pueblo acosado por una misteriosa ciudadela flotante. El Mercenario aceptará infiltrarse en la ciudadela para descubrir qué secretos oculta y encontrar un camino de regreso al mundo por encima de las nubes.

Como el propio autor reconoce en los extras de este tomo, esta primera aventura surgió de la necesidad de extender las seis páginas de muestra que utilizó para conseguir que un editor le publicara el cómic. Esto se nota en el desarrollo del argumento donde se aprecia claramente cómo se ha extendido el argumento del rescate de la esposa secuestrada, que no deja de ser una anécdota que permite presentar al personaje y algunas de las claves del mundo en el que habita, y cómo se ha añadido una segunda parte más interesante donde se presenta el pueblo del fuego sagrada que da título al álbum. Como comentaba un poco más arriba, este no es un cómic donde prime la historia sobre el dibujo, aunque esto no quita que se trate de un correcto ejercicio de género, entretenido y que cumple con la función de presentar al Mercenario y sus principales señas de identidad, como su montura mitad dragón mitad dinosaurio. En las siguientes aventuras el guión ganará consistencia pero hemos de recordar que esta fue la primera aventura del personaje y había bastantes conceptos que presentar.

Lo que realmente llama la atención es el dibujo al óleo de Segrelles, sencillamente impresionante. Cada una de sus viñetas es una obra de arte digna de ser enmarcada. Su arte es rico en texturas, preciso (se nota su pasado como ilustrador industrial) y expresivo, igual de bueno en el plano corto como en las panorámicas que muestran ese mundo cubierto de nubes que parece sacado de un sueño. Pero el arte de Segrelles no es sólo bonito de ver, también está dotado de una narrativa sobresaliente, casi cinematográfica que hace que el dibujo cuente por si mismo la historia y además incluye algunos alardes visuales realmente llamativos. Dos ejemplos perfectos de esto último son la secuencia en las que la ciudadela emerge del mar de nubes o, mi favorita, el vuelo de un flecha en visión subjetiva, logro visual utilizado por Segrelles muchos años antes de que se hiciera popular en películas como Robin Hood (Kevin Reynolds, 1991) o El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001).

Estamos ante un clásico del cómic de aventuras que mantiene su vigencia más de treinta años después de su primera publicación gracias al genial arte de Segrelles y al que Ponent Mont ha dedicado una cuidada edición que incluye un buen puñado de interesantes extras en los que el propio autor desgrana parte del proceso creativo de la obra, sus influencias y sus fuentes de inspiración.