El muertero Zabaletta

6
1886
 

El muertero Zabaletta
Guión: Diego Agrimbau
Dibujo: Dante Ginevra
Norma 48 págs 13 €

 
Información proporcionada por la editorial


Una producción inédita de Norma Editorial ambientada en un Buenos Aires steampunk.

Diego Agrimbau (La burbuja de Bertold) y Dante Ginevra (El Asco), dos artistas argentinos con prometedoras carreras presentan un mundo donde la existencia de Dios ha sido científicamente refutada y las religiones, prohibidas. El estado decide qué ciudadanos son eliminados, y es trabajo de un inspector de higiene social ejecutar la sentencia sin compasión: el muertero Zabaletta.

Sinópsis y otros comentarios del propio autor


Zabaletta es un asesino que fue liberado de la cárcel, con el fin de trabajar para el gobierno. Él es un Muertero, un agente cuya misión es librar a Ciudad del Plata de sus habitantes indeseables.
Zabaletta vive en un mundo sin Dios, donde las religiones han sido prohibidas y donde la Geometría rige todos los aspectos de la sociedad, tal como alguna vez lo soñaron Thomas Hobbes y Galileo. Pero Zabaletta caerá en una trampa, y entonces será él quien deba huir de la implacable persecución de un Estado que se arroga la autoridad para definir entre el Bien y el Mal.

«La historia del Muertero empieza hace exactamente diez años. Fue por aquellas épocas que con Dante hicimos una historieta breve, donde había un señor que mataba una persona por día, según órdenes del gobierno. La historieta no salió nunca publicada en ninguna parte, pero ahí estaba el gérmen de este libro que presentará Norma Editorial en el Salón de Barcelona 2008.

Con los años, la trama terminó convirtiéndose en una ucronía de lo que podría ser Buenos Aires en el año 2010, si la historia hubiera continuado casi de un modo lineal a partir del Centenario de 1910, con los inmigrantes que siguen llegando, las construcciones fastuosas, el tango primitivo, los burdeles y toda aquella modernidad tardía, aquel espiritu de progreso que impulsaba a la Argentina Potencia del 10. Pero aún más significativas son las cosas que nunca ocurrieron. «Ciudad del Plata» es una Buenos Aires hipertrófica que nunca vio crecer su Obelisco, que no tuvo su Gardel, que no tuvo su Perón, quedada para siempre en los principios del siglo XX, en una modernidad que nunca llegó a tener un «pos» por delante. Y también hay calesitas, por cierto.»

Diego Agrimbau

Reseña


El buen sabor de boca que me dejaron las dos primeras entregas de El último Sur (ambiciosas en su planteamiento y conseguidas en su resolución), hizo que me interesara por este otro trabajo de Diego Agrimbau titulado El muertero Zabaletta. Y, tras leerlo, me encuentro con una obra grande en cierta forma… pero también pequeña.

Posiblemente, en esa disparidad de resultados de uno y otro título, influye un poco el cambio de dibujante, pero también y sobre todo, el distinto destino hacia el que apuntaba cada una de estas obras. Y es que, mientras que El último Sur encontró puerto en el mercado francés para iniciar su singladura editorial, «nuestro muertero» anduvo titubeante sin rumbo ni destino para arribar finalmente, ya completo y hasta cierto punto fenecido, en las aguas calmas de una editorial española.

Se adivina que, por eso, su argumento es sencillo, siendo por el contrario complejos su trasfondo y contextualización. Es decir, grandes ideas subyacen en este tebeo, tanto en los detalles que configuran el mundo y los personajes que se nos presentan como en el aliento profundo que lo anima. Sin embargo, se diría que el desplegamiento de todo ello es apresurado, y es este aspecto el que resta densidad a momentos concretos de la trama, volviéndola esquemática en exceso, como si de una excusa con la que presentar genialidades se tratase. Y es que la historia no cesa de progresar en ningún momento, no deja de introducir información relevante… y se queda sin espacio para respirar, para que lo explicado pueda irse sedimentando, para que los personajes adquieran «lateralidad» y vida propia más allá de la definición (relativamente rica, por otra parte) que de ellos se nos da. Posiblemente, pesa en todo esto la limitada capacidad para hacer que los silencios hablen del grafismo asumido por Dante Ginevra. ¡Ojo!, no estoy diciendo que Ginevra sea un dibujante poco dotado. Sus recreaciones de esta ciudad asfixiante en la que transcurre la historia son de mérito.



Es ese estilo, más caricaturesco que grotesco (como tal vez habría requerido este relato), el que se muestra limitado para dotar de tridimensionalidad a los personajes. Eso y, más aún, la necesidad de no desperdiciar espacios en una obra de destino incierto, creo que han condicionado sobremanera el resultado final de este proyecto – con todo – repleto de promesas. Porque – conviene subrayar – la ucronía steampunk que Agrimbau y Ginevra nos «regalan», algo reminiscente de otras obras de este tipo como serían el Brazil de Terry Gillian y el Blade Runner de Ridley Scott, está cargada de encanto desde un punto de vista estético. Además, su premisa básica, ese mundo donde todo ha sido matematizado, se ha demostrado la inexistencia de Dios, la moral ha quedado relegada a simple pragmatismo burocrático y, sin embargo, sigue habiendo espacio para la magia de la casualidad y de lo inesperado, sin duda se antoja repleta de lecturas y, por sí misma, enormemente sugerente. Potente es también la idea de ese cuerpo de asesinos del Estado que expían con la sangre de otros sus deudas para con la sociedad, hallazgo argumental que insufla, a los protagonistas del relato, un algo del carisma que lucen personajes como los de 100 Balas. Como puede verse, un mucho de arte y talento en la mayoría de apartados de este cómic, un cómic que por formato y extensión se le queda un tanto pequeño a esos mismos hallazgos.


El mismo Diego Agrimbau nos ha avanzado que, si las ventas de este primer álbum son buenas, quedan muchas cosas que contar que podrían dar pie a nuevas entregas de la serie. Ojala que así sea y, de esta forma, es de esperar, éste sea el pequeño primer paso de una gran obra. Grande de principio a fin. De una grandeza sin matiz ni objeción.

Enlaces de interés


Reseña de El muertero Zabaletta en la Cárcel de Papel

Página web de Diego Agrimbau

Entrevista a Diego Agrimbau

Reseñas de El último Sur en Zona Negativa (primer número, segundo número)

Estupenda reseña de La burbuja de Bertold en DDT

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José Torralba
30 octubre, 2008 17:00

¡Excelente reseña Toni! Por cierto, ¿en el argumento hay también ecos de Minority Report? Lo digo porque la sinopsis es medianamente parecida, y si a eso le sumamos la ambientación futurista (aunque sea retrofuturista)…

Toni Boix
30 octubre, 2008 17:44

Ostras, casi no recuerdo el motivo por el cual en minority report se cargaban a la gente, pero ahora que lo dices, sí, hay parecido.

José Torralba
30 octubre, 2008 17:59

Porque, supuestamente, iban a cometer crímenes (los hibernaban en realidad, pero vamos… viene a ser una versión suave de liquidarlos)

el tio berni
30 octubre, 2008 18:27

No os perdáis la entrevista a Agrimbau que acaban de colgar en Tebeosfera.

Toni Boix
30 octubre, 2008 23:39

gracias por el aviso, berni!

Facundo Vazquez
Facundo Vazquez
6 marzo, 2017 20:52

Hoy Agrimbau es un guionista consagrado y ya dio sobradas muestras de lo que puede llegar a darle al género pero eso no quita que la reseña sea exacta en todo lo que dice. Al menos yo me quedé con la misma impresión al terminar de leer esta obra.