Y aunque como justiciero nocturno tengo que velar por la seguridas de la ciudá como ser humano lo que quiero es churrarme
El cómic nos cuenta las desventuras que le suceden al Murciélago, un superhéroe cuyos padres fueron asesinados por unos quinquis, cuando se le acaba la cerveza durante la cuarentena. Así que decide saltarse las recomendaciones y comienza una odisea para conseguirla. En su cruzada cervecil se deberá enfrentar con las autoridades, las balconazis y con unos misteriosos asesinatos que están sembrado el terror en su ciudad. Pero en su búsqueda no está solo ya que cuenta con la colaboración, más o menos, de su criado Alfredo, su ayudante juvenil el Rúben, el comisario Pérez, la Gata y el SuperMotivao.
Álvaro Ortiz tiene dos caras, por un lado, está el autor de novelas gráficas como Cenizas, Rituales o Murderabilia que son algunas de las más interesantes que se han publicado en los últimos años en España y por el otro lado tenemos al Álvaro Ortiz de las redes sociales que nos ha narrado sus últimas crisis creativas con un sentido del humor muy particular. Es en esta segunda vertiente donde podemos situar El murciélago sale a por birras, que mezcla ese humor con la situación actual. Estamos ante un cómic que está concebido como un puro divertimento lleno de espontaneidad y que se desarrolla sin un gran plan fijado, aunque el final estaba planeado desde el principio, algo que dota a la historia de frescura, pero también hace que avance a tirones y tengo muchos altibajos. Tal y como explica el autor maño en una entrevista a El País la idea original del cómic era contar el día a día de un señor vestido de murciélago en su cueva en plena cuarentena, hacienda videollamadas con otros superhéroes para pasar el rato, pero acabo desechándola cuando se le ocurrió que se saltara el confinamiento para ir a buscar cerveza.
El murciélago sale a por birras es un tebeo sin mayor pretensión que hacer pasar un buen raro a cualquiera que se acerque a él. Y es algo que consigue sin ningún problema, con una enorme cantidad de chistes de lo más divertidos y descacharrantes. En sus páginas podemos leer desde chistes zafios sobre pitos, alcohol y drogas, violencia gratuita, sexo y desnudos, acción e intriga creando una mezcla que garantiza la diversión. Pero junto a todo eso podemos leer algunas reflexiones sobre la actualidad reciente y una secuencia memorable sobre el test de Bechdel en un ejercicio de metacómic que demuestra que estamos ante mucho más que una simple parodia. Una nuestra más de la genialidad de Álvaro Ortiz. Desde el respecto por el personaje y su mitología, el autor maño consigue una sátira genial de las convenciones del género de superhéroes y del personaje de DC en particular. Entre las páginas del tebeo también vemos varios homenajes a alguna de las obras más destacadas del medio (La broma asesina, El retorno del caballero oscuro, Wachtmen o Año uno entre otras) y sus adaptaciones audiovisuales (Superman vs Batman, aunque es este caso es más bien un crítica a alguno de sus momentos más sonrojantes).
El apartado gráfico no tiene el acabado que acostumbramos a ver en otras obras del autor que está pensadas y diseñadas milimétricamente, pero hay que tener en cuenta una obra hecha a la carrera, así que no tenía tiempo material para seguir su método habitual de trabajo. No hay que olvidar que entre el 6 de abril y el 1 de mayo, pudimos leer en entregas de 4 páginas las 126 que la componen. A pesar de esas prisas, hay que destacar lo bien narrada que está y el tremendo ritmo que tiene la historia, además Álvaro Ortiz hace un fantástico uso de los cliffhangers que nos mantuvieron un mes enganchados a la trama. Pero lo que más llama la atención es la facilidad con la que consigue retratar a unos personajes icónicos con uno pocos trazos y que sean reconocibles, aunque no siempre guarden las proporciones correctas o sean iguales que en las viñetas anteriores.
La edición en papel realizada por ¡Caramba!, el sello especializada en un humor de la editorial Astiberri, cuenta con un diseño muy chulo y un precio realmente competitivo. En esta edición Álvaro Ortiz ha añadido tramas y puntos de tinta para dar un aspecto más cercano al cómic popular de superhéroes. Tiene un gran mérito que la hayan podido sacar en tan poco tiempo.
El murciélago va a por birras es un tebeo realmente divertido, de esos que consigue que te rías a carcajadas, así que poco más se puede pedir. Una nueva nuestra de la capacidad de uno de nuestros autores más interesantes. Ojalá que no sea necesaria una nueva pandemia para disfrutar de sus nuevos trabajos en su vertiente más seria.
Guión - 8
Dibujo - 7.5
Interés - 9
8.2
Humor
Un tebeo divertido como pocos creado en plena pandemia.
¡Lo seguí en IG y es divertidísimo!
«Soy el Murci» xDDD
Descacharrante!